Especial 4

Max hacía su recorrido de caza habitual, estaba tras el rastro de una manada de ciervos. Debía ser bastante cuidadoso debido a que una jauría de lobos también estaba detrás de los herbívoros. Si se llegara a topar con esos lobos sería inevitable un ataque por parte de los animales, así que, al ver un rastro de huellas, piensa en seguir otro camino. Pero luego ve otro rastro diferente, estos son pequeñitos pies que quedaron impresos en la tierra húmeda. Su cuerpo se mueve de inmediato, siguiendo las huellas. Recorre una gran parte del bosque hasta que unos gritos llaman su atención. No dudó en acercarse y sus sospechas se confirmar al ver a dos niños en las ramas de un árbol seco. Los lobos rodean el tronco en espera a que caigan.

Los niños se sacuden asustados, lo que ocasiona que las ramas crujan –¡Hey, sacos de pulgas! –Max llama la atención de la manada con sus gritos –¡Tranquilos, todo estará bien! –ahora se dirige a los pequeños, quienes tienen los ojos llenos de lágrimas. Él comienza a retroceder al mismo tiempo que los lobos avanzan, lentamente, asechando. Pero, antes de que pueda alejar a la manada, la rama en donde se encontraba el niño se rompe y este cae al suelo. Su pie se dobla, por lo que no puede caminar, dejándolo como una presa fácil para los animales. Uno de los lobos voltea hacia el niño mientras que la pequeña grita su nombre.

El lobo toma carrera y luego da un salto hacia el niño, sus fauces se abren para atraparlo. Sus colmillos llegan a incrustarse en la carne con mucha facilidad. La sangre comienza a gotear, el pequeño parpadea varias veces para sacar la tierra de sus ojos y ve al hombre sosteniendo al lobo. Este se encuentra mordiendo su brazo –Ahh. –Max ahoga un grito y luego gira la cabeza del animal de un movimiento rápido, dándole muerte. El resto de la manada huye al oír los gruñidos feroces del gamma.

Cuando sus corazones se calmaron luego de lo sucedido, él le pide a los niños seguirlo mientras comienza con el camino al campamento. Envuelve su herida para detener la hemorragia y luego habla con los niños –¿Qué hacen solos en el bosque?

Ellos guardan silencio por un momento, no está seguros de si deberían seguir a ese hombre. Pero él los acaba de salvar, eso le hace ganar un poco de su confianza –Nuestra mamá nos trajo aquí, dijo que jugaríamos a las escondidas. –murmura la niña, su voz débil.

–Nos escondimos pero... ella no nos buscó. –agrega el niño. Max guarda silencio y se pregunta cómo alguien puede abandonar a sus hijos así.

–Yo la vi. Me dijo que ya no podría estar con ustedes, entonces me pidió que los cuidara. –él no sabe lo que está diciendo, sólo lo dijo. Entonces ambos se cuelgan de su ropa, haciendo que se detenga en seco.

–¿E-En serio?

–¿Por qué no puede estar con nosotros?

Él mira a ambos y ve las lágrimas en sus ojos –No lo sé. –luego se inclina para estar a la altura de ambos y agrega –Sólo me dijo que los ama mucho.

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*se quita los mocos* Hola, de paso vengo a publicitar mi nueva historia. Está en mi perfil.

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