Especial 2

Gael tuvo serios problemas con Nizar, pero nada se le compara al berrinche que Lu hizo al enterarse que él y Milenka ya eran pareja por la decisión de ambos –¡No, no, no! Yo debería ser tu pareja, tu pequeño. No esa de cabello feo, debe tener pulgas. –chilla el castaño mientras arroja las almohadas que Gael había colocado en la cama. Está arruinando su trabajo.

–Debes entender... No tenemos nada en común y eres hombre también.

–¡Eso no importa! U-Un omega varón es igual a una mujer. –su tono de voz baja un poco, se encuentra desesperado y su cuerpo sufre por ello. Su cabeza retumba por los incesantes palpitares de su corazón que opaca cualquier sonido a su alrededor. En ese momento siente su cuerpo más ligero y su visión se torna borrosa.

Se deja caer al no tener las suficientes fuerzas para mantenerse de pie, pero siente como unos firmes brazos lo sostienen. Luego es llevado como un costal sobre el hombro de esa persona. Su cuerpo aún no se a recuperado, sin embargo ese calor y toques gentiles hace que se sienta muy a gusto. Más cuando es colocado en el regazo, cosa que aprovecha para acurrucarse y esconder su rostro en el pecho de su acompañante –Que cómodo. –murmura frotando su cabeza para dejar su olor y marcar territorio.

–Los omegas sí que son adorables. –una voz femenina hace que la burbuja de comodidad, en la cual estaba Lu sumergido, se rompa y regrese a la realidad. Realidad en la cuál él se encuentra en el regazo de la persona que le robó a su amado.

–¡Suéltame! –intenta sonar firme, rabioso. Pero, para los ojos de Milenka, él es un pequeño cachorro haciendo un berrinche. Cómo tomarlo en serio cuando su ceño fruncido parece un puchero y sus mejillas están sonrosadas –¿Qué quieres? D-Deja a Gael en paz. –le ordena mirando a los ojos a la muchacha. Luego desvía la mirada por acto de reflejo.

–No buscaba a Gael, quería hablar contigo. –responde ella –¿Quieres sentarte? –palmea el lugar a su lado, invitando al omega. Entonces, de mala gana, Lu acepta sólo por ser amable. El silencio se instala entre ambos y eso lo pone un poco nervioso, entonces nota que Milenka está olfateando su ropa –Daría cualquier cosa por tener este aroma. Estoy celosa.

–¿De mí? –pregunta él sorprendido –P-Pero eres fuerte y linda, n...no quise insultar tu cabello a propósito.

–¿Qué dijiste de mi cabello?

–¡Lo siento! De verdad, y-yo... –Lu entra en pánico y se protege con los brazos al ver que ella levanta una mano hacia él. En lugar de un golpe, siente una suave caricia de su parte.

–Sólo bromeaba. –la gamma suelta una ruidosa carcajada mientras lo despeina –Soy preciosa, lo sé. Y cualquier insulto es pura envidia. –agrega en un noto sobre actuado. Lu no puede evitar reír por eso.

El omega, al darse cuenta de esto, cubre su boca con las manos y se ordena estar molesto –¿De qué querías hablar? –pregunta luego de aclarar su garganta.

Milenka sonríe y abraza sus piernas –No quiero que estés molesto conmigo, aunque te ves muy lindo enojado. Es que... ¿Ves esta marca? –ella le enseña su muñeca y Lu comenta que un bonito tatuaje –No, es una marca de exilio. Lo que significa que fui expulsada de mi tribu, mi familia. Los demás gamma no quieren a los exiliados y yo tuve mucha suerte que Gael se fije en mí.

–Pero él me eligió primero. –contesta el castaño a la defensiva.

–S-Si, ya sé. Pero... podrías tener a cualquier alfa. Los alfas son parejas ideales para los omegas, ¿no? –se apresura a responde ella –No me quites a Gael, por favor.

Lu cambia su expresión y actitud al escucharla tan frágil, hasta ve la humedad de sus ojos. Pero él quiere al rizado, no a alguien más, sino no formaría pareja con nadie –Dime... el nombre de u-un omega que es feliz sin un alfa. –murmura manteniendo su vista en sus manos unidas.

–Es muy fácil. –sonríe Milenka –Damia Lobos, él es como el jefe de una tribu. Se preocupa por cada integrante y los protege, todos lo hacen y es muy feliz con eso. Nunca lo vi triste y de estarlo se notaría en su olor.

Lu queda sin palabras con esa respuesta, deja caer sus manos a los lados y camina hacia la gamma para darle un abrazo –Cuida mucho de Gael, ¿si? –le pide mientras unas lágrimas bajas de sus ojos. Pero una sonrisa opaca toda esa tristeza.

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