Ómicron
El café se había acabado y llevé las tazas a la cocina para lavarlas. En el trayecto, me crucé con los alfas de seguridad, uno se arreglaba la manga de su camisa y pude notar un poco de sangre en sus nudillos.
–¿Qué estás mirando? –me preguntó uno de ellos haciéndome agachar la cabeza.
–Nada –respondí de inmediato y apresuré el paso para alejarme de ellos lo más rápido posible.
Al llegar a la cocina dejo la bandeja en el lavado y me dispongo a regresar. Pero, al pasar enfrente de una habitación del pasillo, puedo escuchar unos quejidos y sollozos bajos. Abro un poco la puerta impulsada por la curiosidad y encuentro a Victor allí. Está arrodillado sobre la alfombra con su espalda descubierta. La misma se encuentra llena de cortes muy dolorosos y lo peor es que también tiene viejas cicatrices, lo que me hace pensar que esta no es la primera vez que lo golpean.
–¿Por qué no puedo ser como los demás? –murmura dando un golpe al suelo completamente frustrado. Yo entro al cuarto y coloco una camisa sobre su espalda para cubrirlo un poco–. ¿Evelyn? –intenta alejarse al verme a su lado.
–Tranquilo. Yo también pasé por esto –susurro levantando un poco el collar rojo. Le enseño una marca marrón que está ubicada sobre mis clavículas, donde inicia mi cuello.
–¿Q-Qué te pasó ahí?
–Un collar de toques –respondo poniéndome de pie–. Pero gracias a eso pude ser una mejor beta.
–¿Mejor beta? –Victor hace una mueca–. No creo que unos latigazos hagan que mejore. Siempre obedezco sus órdenes y por un error de la señora me castigan. Es injusto –susurra abrazándose a sí mismo.
No podemos hacer nada al respecto.
–Yo... d-debo irme. –Salgo de allí con un gran sentimiento de vacío. Es verdad... Así son las cosas, así son las cosas. No se pueden cambiar.
De repente choco contra alguien y de inmediato noto que de trata de la señora de la casa. Por usar ese vestido extremadamente ajustado, al caer al suelo, el mismo se rompe dejándola en ropa interior y todo por mi culpa. Fue un accidente.
–¡Ah! –grita desesperada e intenta cubrirse con las cortinas. Su alfa, alertado por los gritos, corre hacia aquí y la abraza.
–¿Qué ocurrió? –le pregunta tratando de tranquilizarla.
–¡Ésta beta me hizo algo horrible! –Me apunta con su dedo índice.
Fue un accidente, yo jamás haría algo... Mi corazón late demasiado rápido al ver el rostro fúrico de su alfa.
–E-Estaba caminando y choqué contra ella, lo juro. Yo no quería... –Miro hacia la sala y veo a Cameron, él no tiene intenciones de intervenir en este momento. Sólo se dedica a presenciar la escena en silencio.
–¡Largo de aquí! –grita el alfa con su voz. Rápidamente salgo de la casa y entro al auto.
Cinco minutos después, mi dueño entra a la limusina como si nada hubiera pasado, le indica al chófer que nos lleve a la mansión y en todo el camino no se dijo ni una palabra.
A pesar de los accidentes en mi primer día, aún conservo le trabajo. Sólo me dedico a atender a mi dueño mientras él hace su vida, va a fiestas, visita a sus amigos y todos los días práctica yoga con el señor Lars. Pero hay algo que no comprendo todavía, la destrucción de su habitación. No volvió a pasar. Aunque no consigo sacar ese hecho de mi cabeza.
Un intenso olor a alfa interrumpe mis pensamientos haciendo que dirija la mirada hacia el interior del cuarto. Las intensas feromonas alertan a mi beta e inevitablemente recuerdo.
–N-No. Es diferente... Debo soportar su carácter y limpiar los desastres que dejará cuando esté con las omegas.
–Terminaremos la clase aquí. Recuerda tu juramento –dice Lars con suma tranquilidad. Él despide al alfa más joven y una gran cantidad de feromonas llegan a mí cuando se acerca.
–Beta.
–¿Qué necesita señor? –pregunto teniendo las manos juntas y la cabeza agachada.
–A ti, en mi habitación, ahora. No necesitas más detalles.
Pero... Las omegas.
–S-Si –respondo soltando un suspiro.
El alfa se agita y comienza a negar. Está sudando, no precisamente por le ejercicio que acaba de realizar y un profundo gruñido hace que me aleje unos pasos.
–¡Basta, estoy harto!
–¿Hice algo que le molestó? –Su olor es arrollador y jamás lo había visto así de molesto.
–No, tú nunca haces algo malo. ¡Deja de disculparte!
–¿Y esos gritos? –Lars se acerca a nosotros y se queda un momento quieto. Observando el comportamiento del joven.
–Te ordené ir a mi habitación... No quise hacerlo. Todo este tiempo intenté tratarte como se trata a un beta. Pero ahora-
–Cameron. No te desesperes, puedes controlarlo –le dice Lars, él se coloca frente a mí y me ordena retroceder.
–No soy como tú. M-Mi pecho se desgarra cuando intento... Es una maldición.
La respiración del alfa se hace más errática y cae al suelo mientras su cuerpo tiene ligeros espasmos. Es una oleada muy agresiva, su cuerpo no resistirá.
–Debo hacer algo. –Trato de acercarme. Pero el señor Lars insiste en que me mantenga fuera de esto. Hasta trata de sacarme de la habitación–. Está sufriendo, debo ayudarlo, es mi trabajo.
–Solo vete, es peligro.
–¡No! Ya basta. No quiero hacer esto, pero él me necesita.
El forcejeo termina cuando escucho mi nombre salir de los labios del alfa. Cameron mira a Lars, quien sujeta mis brazos, entonces, con un movimiento de cabeza le ordena liberarme.
–Había extrañado ese espíritu –susurra mientras extiende su mano hacia mí.
–Al menos su celo ya se normalizó. Ten mucho cuidado –me dice Lars al ver como coloco mi mano sobre la de Cameron.
–Cuando el tiempo acabe podré volver a mi trabajo de siempre.
–¿Disculpa? –Cameron me abraza y puedo sentir cómo su corazón late muy rápido–. Yo te quiero... Para ahora y siempre –murmura apoyando su mentón sobre mi cabeza suavemente.
¿Qué? No puedo, yo... Me aparto de él y salgo corriendo como una cobarde. Llego a mi habitación, la cual se encuentra en planta baja, y cierro la puerta antes de que Cameron pueda alcanzarme.
–Eve, abre la puerta –pide estado del otro lado, mientras mueve el picaporte frenéticamente–. No me obligues a usar mi voz –Me advierte dando unos golpes a la puerta.
–No, no...
–Lo siento. No lo haré pero abre por favor –susurra bajando la voz. No quiero que un alfa esté interesado en mí. No quiero que me suceda lo mismo que a Scarlett.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top