Ípsilon

La noche llegó, Henry y yo no volvimos a hablar sobre lo que pasó y tampoco vino a cenar con nosotros. Cuando papá regresó de su trabajo, nos dio una buena noticia, dijo que debíamos mudarnos a otra casa. El sector de la ciudad donde estamos ubicados hay muchos delincuentes y más de una vez nos han robado.

El cargo al que lo ascendieron debe ser realmente importante para tener el dinero suficiente y mudarnos. Debo preguntarle de qué trabaja ahora. Aunque necesito llevarle la cena a Cameron para que no muera de hambre. Ese alfa puro continúa encerrado en mi habitación, jugando videojuegos que trajo de su casa y también lo pillé leyendo mi diario íntimo. Me molesté mucho por eso y lo guardé en un lugar más seguro.

-Mmm... Huele muy bien -comenta cuando entro en mi cuarto con el plato en mis manos. Mamá hizo canelones con relleno de carne y queso. Exquisito.

-Lo sé, mamá cocina excelente -respondo sonriendo cuando doy unos pasos hacia él.

-Gracias, pero no me refería a la comida. -Cameron toma mis brazos y me siente sobre su regazo, el suyo se apodera de mi cintura para mantenerme cerca y su erección se está presionando contra mi muslo derecho.

-Cameron.

-Lo sé, debió acabar esta tarde. Pero... -Sus labios besan la marca de mi cuello un par de veces hasta que el collar se interpone en su camino de besos-. Me encanta como te queda ese collar, ¿a ti te gusta? -Toca la pieza de cuero y luego el lazo. Delineando los bordes con su dedo índice.

-No. -La sinceridad ante todo. Su expresión cambia por uno momento y me siento mal por eso. - No me gusta el color rojo.

-¿Por qué lo haz conservado entonces? -pregunta mirándome con esos iris cafés.

-Porque es lo único que representa que tenemos algo. N-No hay lazo -murmuro moviendo un poco el collar para que su atención regrese a la marca, la cuál está cicatrizándose.

-Ya veo... ¿Quieres tener algo con este alfa? -pregunta ladeando la cabeza.

-Oh, s-si. Claro. -Bajo la mirada mientras muerdo mi labio inferior.

-Uhm, no hagas eso por favor. Mejor dame de comer, antes de que te coma a ti.

-¿Q-Qué? ¿No crees que estás lo suficientemente crecido para que te den de comer? -pregunto arqueando una ceja. Tratando de ignorar su comentario y gran erección contra mi muslo, también evito moverme sobre su regazo.

-Por favor. -Cameron abre su boca para que deposite la comida dentro de la misma. Yo rodo los ojos, pero acepto hacerlo. No pude evitar notar que sus dientes caninos son un poco más grandes que del resto de los alfas.
-Tus dientes son-

-Ah... si, se ponen un poco más grandes cuando estoy en celo -murmura con la boca llena, teniendo los últimos trozos de canelones dentro de la misma. Luego traga para agregar-. ¡Para morderte mejor! -Él me arroja en la cama mientras deja el plato sobre la mesa de noche. Suelta un quejido de dolor luego de esos bruscos movimientos, haciéndome recordar que está lastimado por culpa de la pelea.

-No, basta. Apenas puedes moverte. -Acuno su rostro con mis manos, el alfa está más concentrado en mirar mi cuello.

-Okey. Al menos déjame... -Él lleva sus manos a la hebilla del collar para quitármelo, cuando sus dedos me tocan siento mi corazón acelerarse. S-Su olor está provocando esto en mí, debo abrir una ventana para que el aire circule.

Cameron se acerca para besar mi cuello lentamente, tomándose su tiempo para saborear mi piel. Mientras sus manos acarician mi cintura debajo de mi pijama. No suben y tampoco bajan, sólo permanecen en ése lugar haciendo círculos con sus pulgares. Su toque es abrasador por el hecho de que todo su cuerpo está ardiendo. Sus besos suben por mi barbilla y vuelven a bajar con destino a mis clavículas. Él observa la marca marrón, que el collar de toques había dejado en mi piel, y la besa dulcemente. Hasta que comienza a absorber mi piel con un poco de fuerza.

-Uhm... -Suspiro, más bien, no pude evitar gemir. Rápidamente me muerdo la lengua porque ahora sí su alfa me devorará.

-Buenas noches. -Cameron deja un pequeño beso en mi frente y se acuesta a mi lado. De un momento al otro cae dormido y yo aquí, lo admito, un poco excitada.

Pasan unas horas de sueño y tranquilidad, hasta que abro mis ojos lentamente al escuchar unos sonidos fuera del cuarto. Parece que alguien madrugó muy temprano.

-Estoy en el paraíso -susurra el alfa con una voz adormilada. Es cuando noto en la posición en la que estamos, yo abrazo su cabeza mientras que mi pierna derecha pasa sobre su torso. Por su parte él está tocando mi pierna con su mano al mismo tiempo que su rostro se encuentra escondido entre mis senos.

-Lo s-siento. -Trato de alejarme pero me detiene sosteniendo mi cintura con su brazo restante.

-Espera... Un poco más -murmura teniendo una sonrisa gran sonrisa, además frota un poco su rostro contra mí-. Que gran manera de empezar un día. -Él se aleja luego de asegurarse que su olor no se quitaría en mucho tiempo.

En ese momento, alguien abre la puerta, se trata de Henry. Instintivamente Cameron de aferra a mí y le gruñe en advertencia. Pero mi hermano hace caso omiso.

-Prepara tus cosas, nos iremos a la nueva casa en una hora. -Después de eso, sale de la habitación así como entró.

-¿Qué bicho le picó? Ayer quería pelear y ahora nada -dice Cameron, el collar rojo está en su mano y me lo pasa por el cuello para colocarlo en su lugar.

-Creo que al fin arreglamos nuestras diferencias.

-¿Ah si?

-Los betas solucionamos las cosas hablado -comento buscando ropa en mi armario para cambiarme, aún sigo en pijama.

-Los alfas hacemos la guerra o el amor, simple -habla él quitándose la camiseta vieja que usó para dormir y luego se coloca otra negra como puede. No soporto la curiosidad y miro disimuladamente su torso desnudo, aún siento culpa al ver los golpes y moretones que Henry le ocasionó. Aunque Cameron también lo dejó en el mismo estado.

-¿Te sientes mejor? -Ahora que lo pienso mejor, debí llevar a ambos alfa a un hospital para estar segura.

-Si, pero terminarás matándome -contesta soltando un suspiro necesitado.

-¿Yo? No es mi culpa que estés en celo. -Me cruzo de brazos.

-No te culpo, es que... C-Cuanto más tiempo paso contigo, me cuesta mucho más controlarme.

-Oh, bueno...

-Justo ahora quiero tomarte y hacerte mía de nuevo, escucharte gemir mientras mis pulmones de llenan de tu dulce aroma. Recorrer toda tu piel con mi boca y memorizar tu sabor al igual que cada centímetro de tu cuerpo. Para después anudarte, lo deseo tanto y no me importa que no haya lazo entre nosotros. Me encantaría morderte una y otra vez, volviendo a reabrir la marca las veces que sean necesarias.

-Okey... -no sé qué responder a eso, me dejó sin palabras-. Y-Ya debemos irnos. -Guardo toda mi ropa en una maleta y trato de no pensar en todas las palabras que Cameron dijo. No puedo culpalo, es un alfa en celo, debo entender su situación.

-Okey, no quiero estar de sanguijuela en tu casa. Buscaré un trabajo -habla colocándose sus zapatillas gastadas. Es increíble lo rápido que cambian las cosas, hace apenas veinticuatro horas él era el hijo del alfa más rico del país y ahora sólo es un muchacho normal.

Para mi suerte, el incómodo momento pasa rápidamente mientras guardo todas mis pertenencia dentro de mi maleta. Cameron también hizo lo mismo y se mantuvo lo suficientemente alejado de mi familia para no causar problemas en medio de la mudanza.

-¿Qué está pasando? -me pregunto una y otra vez al ver la gigantesca mansión a la cual nos terminamos de mudar, casi no teníamos nada en la otra casa y este lugar está completamente equipado.

-Evelyn, siempre he tratado de enseñarte los valores que debe tener un buen beta y con ellos llegamos hasta donde estamos. Éste es nuestro nuevo hogar ahora y el fruto de nuestro trabajo -me dice papá sonriendo. Él muchas veces me comentó que comenzó a trabajar desde muy pequeño, a los 6 años, lustrando pisos o cortando leña. De adolescente era chófer, cuando fue adulto pudo completar sus estudios y trabajar en una empresa y ahora... ¡Viviremos en una mansión!

-Increíble papá, el presidente de la empresa debe ser muy generoso. -Bajo la mirada, sintiéndome un poco apenada, no estoy acostumbrada a vivir en una mansión sin importar que haya tenido que trabajar en las casa de adinerados alfas.

-Lo es, y también... Lo están mirando. -comenta mamá dándole un beso en la mejilla

-¿Qué? -Henry queda con la boca abierta. Por su parte, Alba suelta un chillido y da unos saltitos mientras felicita a papá. Diciendo que es muy inteligente y que algún día quiere ser como él. Trabajador, exitoso y sobretodo humilde. Tal vez no tan humilde por el hecho de comprar una mansión para nosotros.

-Felicidades. -Me acerco a él para darle un abrazo, merece mucho esto y me gusta verlo feliz. No cansado o angustiado por tener que entregar pilas de papeles que su jefe siempre le exigía.

-Gracias, yo debo confesar que ya era el presidente hace un tiempo. No quería que lo supieran hasta que la empresa tenga un estatus alto y ganancias altas.

-¿Eh?

-No debí mentir. Pero ahora... ¿Quién quiere ver la casa? -pregunta haciendo que Alba alce la mano y arrastra a Henry hacia adentro mientras que nuestros padres los siguen.

El fuerte olor a café y chocolate amargo llega a mi nariz, haciéndome recordar que Cameron también se está allí, sólo se alejó un poco cuando yo estaba junto a mi familia.

-¿Qué tienes? -le pregunto llegando a su lado. Él se encuentra sentado en los últimos escalones de mármol de la entrada, se ve pensativo-. ¿Te duele mucho?

-No. Es sólo que...

-Dime.

-¿Puedo olerte? Sólo un momento -me pide levantando la mirada. La cual estaba fija en sus zapatillas hace un momento.

-No tienes que preguntar -contesto dándole una calidad sonrisa, es lo menos que puedo hacer. Noté que mi olor, aunque yo no pueda sentirlo, hace que él se tranquilice. Cuando termino la frase, el alfa se abalanza sobre mí para ocultar su rostro en mi cuello, sus manos se posan en mi espalda y me acaricia suavemente. Cuando el alfa al fin logra tranquilizarse, murmura en mi oído.

-Creo que... creo que tu padre dejó en bancarrota al mío.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top