Beta

No, es imposible. No, no y no. Pero por más que me niegue a creerlo... Es ella.

-¿Q-Qué hacemos? -Scarlett está alterada, al igual que todos.

-Debo... D-Debo llevarla a casa -murmuro desorientada. También hay mujeres alfa que luchan con los demás y todo por mi pequeña hermana. No, ella es una niña.

-¿A dónde vas? -Diego toma mi mano rápidamente-.Te harán pedazos si-

-Alba me necesita -respondo liberándome de su agarre. No me lo perdonaría si dejara que algo le suceda. Cierro los ojos por un momento, suspiro y busco el nuevo olor de mi hermana. El rastro me guía hacia un salón y la encuentro debajo de la mesa del profesor. Huele a vainilla y frutos rojos, es bonito pero ahora es realmente problemático.

-¿Eve? -murmura levantando su rostro lentamente. Sus ojos están empapados al igual que sus pantalones, está terriblemente asustada.

-Debemos irnos. Todo estará bien -hablo sonriendo. Limpio sus lágrimas y ella da un salto para abrazarme cuando alguien levanta la mesa y la arroja lejos.

-Ahí estás ternura -dice un alfa mirando fijamente a Alba. Él intenta acercarse, pero otro lo toma del cuello y lo arrastra lejos.

-¡Es mía! -ambos comienzan a luchar como el resto y aprovecho esto para tomar a mi hermana y escabullirnos fuera. Pero, en ese momento, un alfa usa su voz para detener a los demás, es un muchacho del último año. El más fuerte de los alfas, no por nada los demás se apartaron cuando lo escucharon venir por los pasillos.

Yo quedo helada en una esquina, abrazando con fuerza a Alba. Mientras que los demás alfas nos rodean, aunque no se atreven a acercarse. Él camina a pasos decidido hacia nosotras hasta quedar demasiado cerca -La quiero -habla teniendo sus ojos verdes fijos en ella. Alba suelta un chillido y esconde su rostro por mí. Está llamado a algún alfa que la proteja sin saberlo.

-No tengas miedo. Yo estoy aquí. -La tranquilizo para que no vuelva a hacerlo.

-¡Dame la omega! -exclama dejando todo su autocontrol de lado. ¿Omega? Ni siquiera sabe su nombre.

-No -contesto negando con la cabeza, mi voz falla.

-La quiero. Suéltala, beta -me dice acercando su rostro al mío, me mira con rabia y asco. Yo apenas puedo mantener la mirada, estoy aterrada y mis brazos sueltan lentamente a Alba

-E-Es su hermana y no puedes...

-¡Cállate! -utiliza su voz de alfa de nuevo pero ahora con Jamal y Diego. Quienes intentaban ayudar-. Ven -llama a Alba y ella no puede evitar separarse de mí.

-¡No! ¡No lo escuches! -es lo que quiero gritar, pero debo obedecer. Odio la sensación que siento cuando usan la voz de alfa en mí, mi estómago se oprime y los vellos de mi nuca se erizan. Agacho la mirada inevitablemente y mi respiración comienza a agitarse, no quiero obedecer, no ahora.

El alfa toma del brazo a mi pequeña hermana con fuerza y la aleja de mí, cuando el contacto entre de ambas desaparece por completo, siento como me desmorono, mi cuerpo se agita y tengo pequeños espasmos.

-Aléjense, es mía. -Ese sujeto aparta a los demás del camino con su voz. Gracias a eso, siento mi cuerpo liberarse de un gran peso. Él fue descuidado al exceder el límite de sus órdenes.

Como sé que no tendré una nueva oportunidad, mis pies se mueven rápidamente hacia el alfa y termino golpeando su cabeza con una silla de metal que encontré. Él queda aturdido por un momento y es cuando tomo la mano de Alba para comenzar a correr hacia la enfermería. Lo hice en un arranque de ira por la impotencia, ya dije que no permitiría que la toquen. Pero también pude matar al alfa con semejante golpe.

-Vamos -le digo a Alba. Prácticamente la estoy arrastrando por los pasillos mientras una multitud nos persigue.

Al llegar a la enfermería, y ante la mirada atónita de la enfermera, yo cierro la puerta colocando los seguros y una mesa pesada contra esta -No llores. Nadie te hará daño conmigo aquí -susurro para luego besar le frente de Alba. Ella está sudando y se encuentra agitada.

-Rápido, sube aquí. -La enfermera es realmente amable y le habla con calma a mi hermanita. Mientras yo, intento controlar los fuertes latidos de mi corazón. Mi cabeza duele y creo que mi cuerpo colapsará en cualquier momento. La mujer le dice a Alba que todo estará bien mientras le inyecta algo en su muslo derecho, debió bajar un poco sus pantalones para hacerlo. Aunque, luego de unos minutos, Alba ya ha dejado de temblar y sudar.

-Oh Luna, estás muy pálida -comenta haciendo que yo suelte una risa.

-Yo estoy bien, solo me importa Alba.

-La pequeña mejora rápidamente. Ahora tengo que tratarte.

-Solo necesito... -La enfermera me ofrece un vaso con agua y unas pastillas.

-Te calmará, además debes recobrar fuerzas para seguir protegiendo a tu-

-Es mi hermana.

-Ya veo el gran parecido. Son preciosas. -Alba sonríe mientras cubre su rostro con las manos.

En ese momento, al enviarle un mensaje a mamá para que venga a recogernos, mi víctima entra por la puerta trasera de la enfermería. Tiene un reguero de sangre que baja por su nuca, ¿yo hice eso realmente?. Él levanta la cabeza y comienza a oler el aire, oh no.

Me coloco en frente de la camilla en donde se encuentra Alba y le doy una pequeña sonrisa, antes de voltear. Mi respiración vuelve a acelerarse de acuerdo a los frenéticos latidos de mi corazón -No t-te acerques -eso de oyó más una súplica que una advertencia.

El alfa sólo me ignora como si fuera un insecto insignificante y camina hacia adelante. Su mano impacta contra mi mejilla izquierda, obligándome a salir de su camino -Agradece que no devolví el mismo golpe que me diste -murmura con la voz ronca.

-¡Lo siento! Pero... p-por favor.

-¡Eve!

Él la sujeta de los brazos. Alba no para de llorar intentando, inútilmente, liberarse mientras el muy imbécil le dice que es suya y que no le dejará ir.

-Súeltala ahora -le exijo con mi voz firme, fuerte y claro. Pero mi cuerpo no reacciona.

-Huele exquisito, a-aunque quiera no... podría...

El alfa comienza a olfatearla y sus manos intentan quitarle la ropa. Ella me suplica con la mirada y utiliza el llamado involuntariamente, no sabe como controlarse. El llamado hace que él se aferre a ella para oler su dulce aroma, también lame y deja besos en su cuello. Pero eso no tranquiliza a Alba como debería hacerlo, es más, provoca que llore aún más fuerte.

Ya no quiero seguir viendo como toca a mi hermana, me siento inútil. Pero, logro ver a la enfermera acercarse por detrás al alfa con mi escasa visión. Mis ojos están llenos de lágrimas. Él maldice y la empuja con fuerza, la mujer termina junto a mí con un poco de sangre en su frente y una jeringa vacía en su mano derecha.

En segundos, el alfa se tambalea, cayendo finalmente inconsciente a unos pasos de nosotras. Alba logra recobrar el aliento y se baja de la camilla para abrazarme -Lo lamento. -Como si mis palabras pudieran servir de algo.

-Vámonos a casa. Por favor.

-Mamá vendrá pronto. -La consuelo acariciando su espalda mientras ella acomoda su ropa en silencio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top