Especial 0.0
–Primer día en la universidad, será difícil al comienzo pero yo puedo. –me digo en mis pensamientos para alentarme. Hay muchas personas en los alrededores, muchos parecen conocerse desde hace tiempo y después estoy yo. Quién no conoce a nadie y es muy tímida para hablar con alguien.
–Primer día, yo puedo. –escucho a alguien decir eso. Miro a la derecha y me encuentro con un muchacho, debe tener mi edad, es nuevo y supongo que tampoco tiene amigos como yo. Es perfecto.
Me acerco sin que él lo note, entonces aclaro mi garganta. Estoy muy nerviosa –Ammm, soy-
–¡Eros! –un grupo de chicos lo llaman. Él rápidamente los saluda con la mano y corre hacia ellos.
Yo suspiro derrotada, me equivoqué –Bueno, parece que si tiene amigos. –murmuro mientras camino hacia el gran edificio. Debo ir por mis horarios y luego a los salones. Pero el campus es muy grande.
15 minutos después~~~~~~~~~~~~~~~~
No, no, no y no. Llevo unos minutos perdida, cada vez que intento regresar a la entrada termino en otra facultad. Esto parece un laberinto.
–A ver... –miro el mapa que está en la padre frente a mí. El punto dice "usted está aquí", rápidamente encuentro la dirección donde entregan los horarios y resulta estar en la otra punta del edificio. Que suerte la mía, llegaré tarde a mi primer día por no tener mis horarios.
En ese momento veo a alguien caminar por el pasillo, lo hace con cuidado ya que lleva una enorme cantidad de cajas en sus brazos. Eso también le dificulta la visión. En pocos segundos ya lo tengo sobre mí y todo cae al suelo, el contenido de las mismas son paquetes de gasas estériles y botellas de alcohol.
–¡Ahh! –escucho un grito masculino. Al levantar la mirada me encuentro con el mismo chico de la entrada, él tiene un no tan pequeño corte en su mano por culpa de unas tijeras.
–Voy a levantar todo. –me pongo de pie en un parpadeo para comenzar a meter todas las cosas dentro de las cajas –No p-pasó nada, sólo fue un tropiezo. –digo nerviosa al ver que él me mira con una ceja levantada.
–¿Qué haces aquí? –pregunta. No sé si lo dice curioso o confundido, creo que es la segunda opción.
¿Cómo decirle que me perdí por un momento?
No tengo tiempo de contestar ya que él mira la hora y se apresura par tomar de nuevo todas las cajas –Es tarde. –murmura ignorando por completo el corte de su mano.
–¡Espera! –si no limpia esa herida de inmediato se infectará.
–La dirección es hacia el otro lado. –responde sin voltear pero eso ya no importa. Él corre rápidamente manteniendo las cajas en sus manos como una equilibrista experto, yo voy a unos metros detrás y llevo en mi mano un pequeño paquete de vendas que se le olvidó.
Es rápido, pero yo fui la campeona de carrera en la escuela. Así que aumento la velocidad, ya estoy mucho más cerca, le estoy pisando los talones mientras subimos por unas escaleras –Espera. –repito casi sin aliento. Hace mucho que no corría de esta manera.
–¿Eh? –ese chico se detiene –¿Me estás siguiendo? –pregunta levantando una ceja.
–Tu mano. Sigue sangrando y deben vendarla. –le indico. Pero parece no importarle y entra a la puerta que se encuentra a su derecha –Hey. –odio que me ignoren.
Al entrar por eso puerta veo que estamos en la enfermería –Deberías estar en clases. –habla estando de espaldas. Él busca algo entre los estantes pero sin cuidado y termina manchando todo con sangre.
–Tú también. –digo cruzándome de brazos –A ver. –ese chico parece ser muy torpe y se da por vencido al buscar algodón en los estantes. Noto que sus manos tiemblan cuando las tomo para lavarlas con agua tibia.
–Ya sé, es mi primer día y no voy a llegar. Mi mamá me pidió traer todas estas cosas a la enfermería y no podía decirle que no. –me explica, su voz también tiembla. Ya entiendo, está así de nervioso y preocupado por las clases –Ella es enfermera. –agrega haciendo una mueca cuando seco la herida con una gasa.
–Entiendo. Yo ni siquiera tengo mis horarios porque me perdí. –le confieso manteniendo la cabeza agachada.
–Si, el campus es muy grande. –comenta para luego sonreír cuando termino de vendar su herida –Gracias. –mira su mano y la extiende hacia mí.
Entiendo lo que quiere hacer pero yo tomo su otra mano para presentarnos –Soy Evelyn.
–Eros. –asiente sonriendo –Si quieres puedo enseñarte todo el lugar porque ya no llegamos a tiempo a clases. –sugiere. Pienso por un momento y me parece bien, así ya no me perderé la próxima vez.
Ambos caminamos por los pasillos del primer piso del edificio mientras Eros me indica cada lugar, tengo mucho que ver teniendo en cuenta que este es sólo el primer piso. Él me explicó que su madre trabaja en la enfermería y siempre la ayuda, incluso antes de inscribirse en la universidad, es por eso que conoce todo el lugar.
–Antes de seguir con el tour tengo una pregunta. –habla cuando nos detenemos frente de lo que parece ser una gran biblioteca, el lugar es enorme y da una atmósfera de calma y paz. Luego vendré a leer aquí.
–¿Qué pregunta?
Eros me sonríe para luego apoyar una rodilla en el suelo y tomar mis manos entre las suyas –Sanas mis heridas y te preocupas por mí. ¿Quieres ser mi novia?
¡¿Qué?! Está loco, apenas nos acabamos de conocer y ya me dice algo tan extraño como eso. Yo le sonrío mientras tomo sus hombros para ponerlo de pie –Eres muy... tierno, pero sería mejor que sólo fuéramos amigos. ¿Si?
–¡Genial! –responde dándome un corto abrazo. No parece estar triste al ser rechazado –Eso es lo que quería desde el principio, además muchos alfas se burlaran de ti y conviene que los beta nos apoyemos.
La verdad es que sólo algunos betas pueden terminar sus estudios. Es por eso que es muy raro verlos en las universidades –No lo harán si saben lo que les conviene. –digo cruzándome de brazos. No vine aquí para ser menospreciada por alfas egocéntricos.
–¿Qué? Estás loca, nadie que conozco habla así de los alfas. –me dice Eros riendo. Él es muy agradable y creo que seremos los mejores amigos.
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