Capítulo V


La luz que ingresaba a la habitación era tenue, en una esquina el pelinegro metía parte de la camisa dentro de sus pantalones negros y ajustaba la correa alrededor de su cintura mientras veía su reflejo en el espejo, un día más empezaba pero para Jungkook no era cualquier día, era el principio del fin de uno de los casos más grandes que había seguido, ahora sería más fácil para SeokJin y él terminar con esto.

Colocó su arnés preferido alrededor de sus hombros y lo unió a la correa en su pantalón, guardó a su "bebé" dentro de esta; una pistola Beretta que lo acompañaba desde hace años, finalmente se puso el saco negro, se dió una última vista en el espejo y sonrió al verse como los típicos hombres de seguridad, solo le faltaba los lentes oscuros y sería un hombre de negro más, la idea lo hizo reír.

La noche anterior había conversado con Jin hasta muy tarde detrás de la casa, en el jardín trasero sobre todas las indicaciones que dijo el señor Park tenía que saber y obviamente también sobre su otro trabajo, no había nadie que los escuchara, solo veían a uno de los hombres que hacían la vigilancia nocturna.

Jungkook pensaba que mucha gente trabajaba en la casa pero se dió con la sorpresa de que no era así, Jin lo puso al tanto de varias cosas entre estas, que las encargadas en los labores de la casa eran estrictamente mujeres y no era un ejército de muchachitas, sino una mujer mayor encargada de la cocina y dos jóvenes, todas ellas betas, Jungkook se dió cuenta de la expresión de su amigo al mencionar el nombre de una de ellas, supuso que algo pasaba ahí pero no preguntó.

Además de las tres mujeres en la casa, estaban los encargados de la vigilancia, de por sí la residencia se encontraba dentro de un complejo que contaba con seguridad pero para el señor Park no era suficiente, quizá porque la casa era una de las más alejadas y llamativas.

Eran siete hombres contando con él pero no eran simples personas, al verlos pensarías que todos eran alfas pero sólo dos de ellos lo eran, los otros eran betas pero eran tan altos y fuertes, además de que todos tenían expertas habilidades de combate cuerpo a cuerpo y manejaban armas.

Su amigo además de la seguridad también se encargaba de la organización y otras cosas; el señor Park no quería que los hombres y menos alfas pasarán mucho tiempo dentro de la casa, excepto por su padre que siempre era el que más estaba dentro de la casa o afuera por el joven Jimin, ahora él sería la nueva excepción, sabía que la confianza que el señor Park tenía en su padre era muy grande.

Para Jin era raro que Park Young Soo evite que alfas u omegas pasen a la casa, quizá era porque prefería evitar problemas y por eso contar con betas era lo mejor pero la gran duda que todos tenían recaía sobre el joven rubio, prácticamente dueño de la casa.

El gran misterio del joven Jimin el cual él también se preguntó cuando lo vió, a veces algunas personas pensaban que el rubio era alfa por sus cambios de humor, su orgullo y sobretodo el aura dominante que emitía, la mayoría de las personas aseguraban que era beta claramente por la falta de olor y otras pensaban que era omega porque solo tenías que ver su físico las pocas veces que usaba ropa ceñida, además de su bello rostro y el esbelto cuerpo que tenía hacía dudar una vez más a todos que lo conocían, pero la falta de aroma hacia aterrizar a todos de sus imaginaciones, así que era un beta en apariencia.

Con toda esa información en mente, Jungkook salió de su habitación hacia el salón principal sabiendo que tenía que llevar al joven Jimin a la Universidad, estuvo recordando nuevamente la imagen que tenía del rubio el día que llegó, el joven Park en las escaleras, sorprendido y sonrió al recordar su melena alborotada. 

Escuchó detrás de él un carraspeo y se giró, este momento le recordó esa noche, ya que veía al rubio bajar las escaleras pero esta vez era diferente, descendía con seguridad, estaba con ropa cómoda y su cabello se veía peinado; un pensamiento vino a su mente al verlo pero la alejó instantáneamente. 

Cuando menos se dio cuenta, el rubio estaba frente a él, era un poco más bajo por lo que agachó levemente la mirada, este estaba mirándolo con una ceja levantada y de forma expectante, así que se presentó rápidamente.

— Buenos días joven Park — dijo mientras hacía una pequeña reverencia,
— Me presento, soy Jeon Jungkook, su nuevo guardaespaldas — finalizó con un semblante serio, lo mejor sería hacer lo que le dijo al señor Park «estaré ahí pero a la vez no», así que respuestas cortas sería lo mejor.

Jimin respondió a su saludo asintiendo con la cabeza y habló,
— Ya lo sabía — respondió con suficiencia,— Mmm… iré a desayunar, también debería hacerlo — comentó mientras se volteaba y se dirigía a la cocina.

Jungkook se quedó por unos segundos procesando esa primera impresión con el rubio así que solo atinó a seguirlo, se quedó en el marco de la puerta y lo vió tomar rápidamente un jugo de la nevera, mientras la mujer mayor preparaba unos emparedados y se lo servía a Jimin.

— ¡Hey! — lo llamó la joven beta,  
— Esto es con autoservicio, deberías servirte lo que desees, el joven Jimin come rápido, más vale que te apures — finalizó mientras salía de la cocina.

El pelinegro ingresó a la cocina, saludando a la señora, esta le respondió el saludo muy amablemente y le indicó que se sentara en la otra mesa mientras le servía el desayuno a él también, eso no lo espero así que agradeció sinceramente.

Jimin se levantó y se despidió de forma cariñosa de la mujer para salir de la cocina, Jungkook metió apurado el último bocado a su boca y bebió rápidamente su jugo, agradeció por la comida y salió corriendo detrás del rubio que lo esperaba en la puerta principal.

— ¿No debería estar el auto aquí? — lo miró interrogante, — Entiendo que es su primer día así que no hay problema — dijo tranquilamente.

— Fue mi error, iré a traer el auto — finalizó para ir al garaje en la parte trasera de la casa.

                           🔹 🔹 🔹

Lo vió irse en dirección al garaje y sonrió al verlo correr por el auto, él había pensado que la primera impresión que tendría del alfa sería como la mayoría de los chicos guapos que conocía, pedantes, presumidos y egocéntricos pero quizá no mostraba su verdadera cara aún porque trabaja para su padre.

Trataría de llevarse bien con él, como le había dicho a Tae hablaría con este y llegaría a un acuerdo para que le dé más espacio y así poder hacer de las suyas junto a su amigo.

El auto se estacionó delante de él y maquinó rápidamente si sentarse en el asiento del copiloto como lo estuvo haciendo en los últimos años junto al señor Jeon o ir en la parte trasera como supuestamente debería ser.

Jungkook se adelantó y le abrió la puerta trasera del auto, por lo que solo ingresó y espero hasta que el auto arrancó.

— No te preocupes con las formalidades, yo solo puedo abrir la puerta del auto — dijo mientras veía por el espejo del retrovisor a su guardaespaldas que estaba concentrado en el camino.

— Está bien — fue lo único que dijo y luego de eso el incómodo silencio se hizo presente.

Jimin no sabía muy bien cómo empezar una conversación, normalmente él no era el que daba el primer paso para charlar, solo llegaban a él pero esta vez tenía que hacerlo para su beneficio.

— Joven Jeon, ¿Cuántos años tiene usted? — dudoso pensó que esa pregunta era buena para iniciar la conversación.

— Veintidós.

— Pensé que eras mayor que yo o de mi edad, pero te llevo dos años, está bien que te tuteé ¿no?

— Está bien.

Nuevamente el silencio incómodo, definitivamente este hombre sería difícil de corromper, «maldición, esto no será fácil Tae» pensó el rubio, mientras miraba el camino a través de la ventana, poco a poco ganaría su confianza y luego de eso los viernes no serían los únicos días de libertad.

Jungkook estacionó el auto en la entrada de la institución después de apagar el GPS y antes que el pelinegro salga del auto el rubio lo detuvo.

— ¡Espera! No es necesario hacer eso, ya te dije olvida estas formalidades, puedo abrir el auto solo — el pelinegro solo asintió con la cabeza, mientras que Jimin recogía su bolso del asiento y abría la puerta, antes de salir se volteó hablando.

— Joven Jeon… puedes regresar a la casa, yo te llamaré — salió rápidamente antes de escuchar cualquier respuesta negativa, pensaba pasar un rato libre después de sus clases.

Esta situación en el auto le había incomodado, normalmente él no buscaba la atención de alguien, siempre era al revés y este chico ni lo miró cuando le contestó, a las justas le respondió con un par de palabras.

— ¡Ji - min! — escuchó a lo lejos ser llamado, su revoltoso amigo vociferaba desde una distancia lejana a él, sentía que lo veía después de un eterno fin de semana.

El joven castaño se acercaba alegremente, se veía más radiante de lo normal y venía vestido un poco más provocativo que de costumbre, una camisa blanca con mangas largas y el pecho ligeramente descubierto, unos jeans oscuros medianamente ceñidos y el cabello lo tenía peinado eso sí fue extraño e hizo reír al rubio.

Taehyung llegó a su lado, abrazó a Jimin pero este lo alejó rápidamente y agarró la cara de su amigo con sus dos manos, pudo ver claramente el rostro típico de alguien después de una buena fiesta… «¿fiesta un domingo?» pensó.

— ¡Oye! ¡¿De dónde vienes?!— preguntó curioso pero sonó más fuerte de lo que pensó, los chicos que pasaban por su lado en el amplio pasadizo los miraban curiosos.

— ¡Aish!… No quiero dramas a esta hora, me duele la cabeza, cómprame agua, cuando regreses te cuento ¿Si? ¡Anda, ve!, hay mucho que contar — finalizó sonriendo mientras empujaba al rubio en dirección a la tienda más cercana al bloque de edificios donde estudiaban. 

Jimin sólo resopló y fue a comprar el agua, sabía que no podía negarse; el trato que ambos se tenían era mutuo, solo habían tres personas en el mundo del rubio con los que podía ser él mismo, su padre, su nana y Taehyung.

— Hola Jimin — escuchó ser llamado, volteó y vió al joven beta.

Era Yoongi, un estudiante de últimos años, este nunca se cansaba de buscar al rubio a pesar de todas las indirectas bien directas de rechazo que Jimin siempre le daba. 

El chico no era para nada feo, Jimin sabía reconocer la belleza pero no era suficiente, no cuando él era igual o más guapo, por ello la belleza física era un requisito pero no lo primordial en sus estándares.

— Ah… hola Yoongi — siguió su camino y se detuvo a pedir el agua en la tienda, justo antes de pagar el beta se adelantó y pagó por él, iba a decirle que no era necesario pero esto ya había ocurrido tantas veces que no quería desperdiciar tiempo tratando de pagarle.

— Gracias — le sonrió y se fue, el peligris se quedó estático viendo cómo el hermoso rubio se iba, obviamente no quería eso.

— Jimin… haré una fiesta el fin de mes, mmm quería saber si quisieras ir — dijo mientras seguía al rubio por uno de los pasadizos pero al no ver respuesta continuó,
— Puedes llevar a más amigos si deseas, y podemos pasar un buen rato entre todos.

Jimin analizaba todo en silencio mientras caminaba, «tengo que preguntar».

— ¿Qué día es?

— E-el día de mi cumpleaños, el último viernes del mes — respondió sorprendido por el repentino interés del rubio.

«Perfecto» pensó, faltaba mucho ya que el mes recién empezaba y según sus cálculos si tenía suerte para esa fecha ya tendría un acuerdo con Jeon en alargar su "freedom day".

— Iré — vio al peligris que estaba asombrado, Jimin solo le sonrió inocentemente, tenía que admitir que era vanidoso y disfrutaba la atención de otros.

Se giró y continuó su camino mientras que Yoongi solo quería que el fin de mes llegue ya.





🔹🔹🔹🔹🔹

Holi! Les dejo otro capítulo, ya estaba emocionada porque empiecen los momentos de interacción aunque nuestro Jungkook no es muy colaborador🤭

Así es nuestro Yoongi 💜

Espero tengan buen día, gracias a las que se dan el tiempo de leer!!!🐰🐥💜

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