El Juego

-Entiendo... -dijo con tono descreído Jacob Stewart, hombre de unos 50 años, canoso, delgado, y de mirada penetrante. Fumaba unos cigarrillos negros que daban un olor muy característico a su oficina, una de las más grandes del edificio. Era el diseñador en jefe, creativo y dueño de una de las empresas de informática más importantes del mundo: FireSoft, dedicada exclusivamente a la creación y venta de juegos para computadoras, arcades y la nueva consola virtual "Beast4D" -. Usted me habla de una conspiración mundial tan grande que hasta los periódicos, televisión, radios y sitios de información de Internet están complotados con las Naciones Unidas, la OMS y una civilización extraterrestre invasora. Lo sabe porque trabajó para ellos por varios años, hasta que de casualidad descubrió información sensible, a partir de la cual destapó toda la verdad. Y espera que le crea...

-Es más que eso, mucho más... -respondió Iran Fleming, la única persona en la luminosa habitación, además de Jacob. Tenía la tez pálida, y ojeras que denotaban varios días de carencia de sueño. El hombrecillo miró en todas las direcciones, asegurándose de que no hubiera ningún elemento de espionaje en el lugar-. Son varios gobiernos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, la mafia, y algunas corporaciones poderosas, ya sea relacionadas con la informática, el software, la medicina, la robótica y la biotecnología... No puedo confiar en nadie...

-Pero si es algo tan extendido que ha carcomido los cimientos de nuestra sociedad, ¿Por qué yo no estaría con ellos? ¿Qué le hace creer que no me he unido a semejante fuente de poder? -preguntó el hombre, acercándose a su interlocutor desde su lugar del escritorio, apoyado sobre la mesa, esperando oír un secreto.

-He seguido su carrera por mucho tiempo. Usted solo creó este imperio económico que genera billones de dólares al año, cuando inventó a ese personaje tan popular, "Chunky". El juego fue un éxito, merecido, y luego vinieron las secuelas, la expansión, la versión multijugador online, el adquirir otras compañías pequeñas y grupos de programación, el crear las aventuras más complejas existentes sobre el planeta, basadas en el hardware de la nueva Bestia. Todo eso ocurrió demasiado rápido, cuatro a cinco años, muy poco para la velocidad de movimiento de la conspiración. Todavía no se han percatado de usted, y además, su compañía no tiene nada importante que darles, ni representa un peligro para ellos.

-¿Por qué? -arguyó el empresario-. Toda conspiración se basa en engañar a la masa y usarla para cumplir algún fin oculto. Y mi consola brinda un potencial inimaginable para insertar información subliminal o realizar tareas de dominación mental. Nosotros poseemos el software y el hardware capaz de lograr eso.

-De todos modos -sonrió Iran-, eso no es lo que ellos necesitan. La dominación la lograrán de otra manera, y usted no sabe nada por lo que deba ser comprado, o manipulado, no todavía.

-Por lo que me está diciendo, una gran parte de la humanidad sabe de esto, entre gobiernos, corporaciones multinacionales y todo tipo de organizaciones. No entiendo cómo usted puede sugerir que se esté guardando algún secreto.

-Es mucha gente, dependiendo de la óptica ¿Pero qué pasaría si le dijera que no superan las ciento veinte mil almas? ¿Creería que eso es mucho, contra diez mil millones de personas?

-No, no realmente -dudó el genio del software.

-¿Y si le dijera que cuando lleguen a los ciento cuarenta y cuatro mil desatarán el Armagedón, de una manera tan devastadora, vil y ruin, que sólo ellos quedarían vivos sobre la tierra?

-Como en el Apocalipsis.

-Más o menos -explicó el personaje-. Ellos no entienden las escrituras sagradas, pero les gustaría dar un toque divino a su golpe maestro. Luego reconstruirían el mundo, si es que sus implantes cibernéticos llegaran a funcionar correctamente, y si los Sharkog se lo permitieran.

-Los extraterrestres, que según usted, son sus aliados.

-Temporalmente, ya que ahora no pueden ser huéspedes de nuestro planeta por falta de espacio. Cada uno nace como una espora, y en un año llega a tener kilómetros de radio sobre la tierra, y ni qué decir por debajo de ella. No hay espacio para ellos, y no tienen otro lugar adonde ir. Ellos no pueden hacerse cargo de nosotros, por lo que necesitan aliados. Pero cuando seamos pocos, lo destruirán todo, estoy seguro.

-Es demasiado paranoico. No se puede creer en semejante historia, discúlpeme que se lo diga -afirmó el hombre, moviendo la cabeza de un lado al otro, bastante disconforme.

-¿Paranoico? Todo esto que le dije es apenas la punta del iceberg. La historia es mucho más compleja, tiene espionaje, contraespionaje, grandes mentiras, verdades encubiertas, gente que oculta cosas, empresas importantísimas que no hacen lo que se cree, gobernantes que no tienen respeto por sus pueblos, líderes religiosos falsos, enfermedades creadas genéticamente por nuestra propia gente, implantes robóticos para aumentar la potencialidad de los elegidos, otras civilizaciones extraterrestres ocultas tras los Sharkog, que nadie se imagina existan, puesto que al fin y al cabo los Sharkog no son más que alimento de las "Fieras del Más Allá". Y nuestro mundo está por convertirse en una mera granja para ellos...

-He visto muchas películas con argumentos semejantes, tal vez no tan complejos, pero semejantes -bufó Jacob-. Lo que me dice no es nuevo ni deja de ser una mera historia de ciencia ficción.

-¿Y acaso nunca se puso a pensar en que tal vez algunas de esas historias pudieran llegar a ser reales, puesto que tienen una lógica y coherencia indiscutible? No es más que una cuestión de fe.

-Le pido perdón, pero creo que su delirio ya supera los límites de cualquiera de mis diseñadores de juegos cuando están drogados. No se ofenda, pero preferiría que se retire, antes de que llame a los guardias.

-¡Espere! ¡Tengo pruebas! ¡Mire! -exclamó desesperado Jacob, sacando de su maletín una serie de fotos, cintas de vídeo, documentos clasificados, grabaciones en cassettes y algunos discos digitales. Jacob se asustó, y estuvo a punto de gritar, pero tuvo un momento de duda.

-Poseo suficiente información como para crear la historia más cercana a la realidad que usted haya imaginado -afirmó Iran-. El problema, como le expliqué, es que todo esto es tan complejo que no se puede explicar con palabras, ni en una novela, ni en una película. Usted mismo no me cree, siendo una persona de mente abierta. Hay que vivirlo para entenderlo. Visitar los laboratorios donde se crean los implantes, estar en una de esas naves extraterrestres, ver la voracidad de las Fieras, enredarse en las trampas de la burocracia y en las mentiras en que nos atrapan. Y tal vez... Hasta vivir el Apocalipsis en carne propia, para entender por donde va todo esto. Si esta información se entregara de esta manera al mundo, de a poco, como un secreto que ellos mismos irán develando, no tendrán duda de cual es la realidad, y entenderán verdaderamente lo que ocurre, a diferencia de la reacción que usted mismo acaba de tener.

-Entiendo... Ahora entiendo... -suspiró Jacob-. Usted desea que yo cree un juego virtual en el que la persona sea una especie de agente especial, reportero, espía, o lo que fuera, que se inmiscuya en ese mundo y lo descubra paulatinamente. Y al vivirlo, al ver todo como en realidad es, conozca la verdad y no tenga dudas ni sorpresas, como yo tuve al escucharlo.

-Así es. Iremos directo a su mente, y, el día que terminen el juego, sabrán la verdad. Tenemos un público enorme asegurado. Sé perfectamente que su último videojuego vendió más de diez millones de copias por adelantado, y en las primeras tres semanas cerca de treinta millones más. Además, con la nueva consola, la gente estará ávida de emociones virtuales.

-¿Y qué ocurrirá cuando los "miembros" del complot descubran lo que estamos haciendo?

-Será tarde. La gente estará de nuestro lado, y tendrá identificados a los responsables, a sus mentiras, y sus trucos. Sabrá donde buscar las pruebas, en quien confiar y en quien no, tendrá un entrenamiento paramilitar y de espionaje asombroso, y dominará el uso de toda arma y tecnología disponible en el mercado, y mejor aún, tendrá idea de cómo contactar con miembros de organizaciones terroristas que conocen esta verdad también. Podemos poner contactos de la vida real en mapas también reales de diferentes lugares del mundo, con quienes ellos podrán contar cuando lo necesiten... Los confabuladores ya no podrán hacer nada contra nosotros para ese entonces. Y usted habrá sido el héroe de la revolución...

-¿Podría dejarme estos documentos para revisarlos? -preguntó el hombre, aparentemente interesado.

-¡No! ¿Está usted loco? Mi vida depende de ellos. Me quedaré encerrado en este edificio hasta que el proyecto termine. Estoy en grave peligro.

-Crear un juego tan complejo tardará como poco un año, con todo nuestro esfuerzo y mucho dinero, y reutilizando el motor de nuestro último producto, no puede encerrarse aquí durante todo ese tiempo -Jacob miró algunas de las fotografías y documentos secretos, confundido.

-Yo soy el único que entiende esto, no piense que sin mí logrará hacer algo -aseguró, tembloroso, Iran, retirando algunas fotografías de la mesa-. Y no tengo problema en quedarme encerrado en este lugar uno, dos o cinco años.

-Su locura alcanza límites asombrosos -comentó el dueño de la compañía, apartándose del escritorio-. No tengo motivos para deshacerme de usted y quedarme con su idea. Aquí la única motivación es económica, y usted tendrá su parte; además, si todo sale bien, podríamos trabajar juntos en otros proyectos semejantes.

-Si todo sale bien no estaré interesado en otros proyectos. Habrá una guerra que librar -sonrió Jacob.

-Señor, me asusta. ¿Y si todo esto es una mentira, y usted es un loco que desea dominar al mundo revelándose contra toda autoridad constituida?

-¡No es así! Además... En ese caso usted, el "creador" y dueño del producto, seguiría siendo el héroe, no yo. Haga lo que haga, usted gana.

-Hagamos lo siguiente -reflexionó Jacob, conocido en el mundo empresarial como un gran negociante-. Vaya a la torre número tres, donde le tendremos una habitación preparada. Descanse. Mañana por la mañana nos reuniremos con mis diseñadores e ingenieros en jefe, para evaluar estos datos, y ver si se puede crear algo interesante para el público a través de ellos.

-Eso es seguro. Aquí -dijo, golpeando con la mano derecha las carpetas desparramadas sobre la mesa-, hay suficiente información para realizar miles de historias, novelas o películas ¡Y todo junto puede ser el mayor entretenimiento del mundo!

-Bueno, recoja sus cosas y vaya. Mi secretaria le dará las instrucciones. Mañana hablaremos.

Jacob guardó todos sus bártulos en el maletín y, agradecido, se despidió del importante hombre de negocios, para luego retirarse. Éste, guardando la compostura, esperó un minuto, y solicitó a su secretaria el número telefónico del instituto psiquiátrico municipal. Luego se detuvo a pensar por un buen rato... Y realizó un llamado telefónico.

-¿Marcos, sos vos?... Disculpá que te moleste, pero decime lo siguiente: ¿Es posible, mediante una interfaz virtual, entrenar a un amateur en el uso de armamento y tecnologías de espionaje reales? -por unos momentos se mantuvo en silencio-. Yo puedo agregar esa tecnología a la Bestia, definitivamente -silencio nuevamente-. Reunámonos mañana por la mañana, por favor, con tus muchachos mejor entrenados. Tomá el primer vuelo para aquí, que esto es mucho más importante que cualquiera de tus actividades mercenarias, además puedo pagarte más que ellos. Yo traeré a todos mis ingenieros y a alguien muy especial que debes conocer... -hubo una pequeña pausa-. ¿Que en qué ando metido?... Te lo explico de manera sencilla. Tengo dos opciones: Una es crear el juego más increíble de todos los tiempos, lo cual me dará una fortuna varias veces mayor a la que nadie en este mundo ha amasado jamás; y la otra es destruir toda estructura social y política actual, para coronarme en el amo de este planeta, secundado por un grupo inmenso de fanáticos extremistas entrenados por ti, derrocando una confabulación mundial sin precedentes... Yo sólo debo tomar una decisión, y una de estas dos cosas ocurrirá, una de las dos... O aún mejor, ambas...


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