29

Era muy entrada la noche y todos se encontraban en la sala de espera del hospital: Alan, Alice y su padre estaban ahí, preocupados por el joven que llevaba varias horas en el quirófano debatiéndose entre la vida y la muerte. Los demás estaban ahí apoyando y preocupados por Alice, ya que se había enterado de lo ocurrido. Pero había un joven que se mantenía alejado de todos, en el rincón más apartado de la sala, con cara de gran preocupación y con un aura que invitaba a los demás a mantenerse lejos. Todos lo veían con preocupación y curiosidad, pero no querían molestarlo.

―¿De verdad ese chico es Jake, Dan? ―Richy estaba bastante escéptico de la noticia que acababa de recibir. Entendía que Jake llegara a Duskwood tras enterarse del secuestro de Alice, pero, si ese chico realmente era Jake, entonces, ¿por qué parecía más preocupado por uno de sus perseguidores?

―Sí, yo estuve con él en la oficina de Alan mientras buscaban a Alice.

―Pero eso no puede ser posible; nuestro Jake es buscado por el FBI, y yo lo vi llegar al hospital cuando Wilson estaba enfrentando a Nathan, y se fue con él como si se conocieran de siempre.

―A mí también me pareció extraño, Jessy, pero parece que el papá de Alice no estaba muy feliz con su presencia; eso es aún más extraño...

Dan, Richy y Jessy platicaban sobre el joven extraño bajo la atenta mirada de Alice, que deseaba explicarles lo ocurrido, pero no sabía cómo iniciar esa plática.

―Cariño, deberías ir a hablar con ellos; tienen muchas dudas ―Alan se acercó a ella y le tendió un vaso de café mientras la abrazaba por los hombros―. Tu tienes las respuestas que están buscando.

―Lo sé, pero yo también tengo dudas. Wilson no me dio explicaciones y yo estoy muy confundida con todo esto. ―Alice llevó el vaso de café a sus labios para dar un pequeño sorbo―, empezando por el hecho de que Liam y Jake se conocen y terminando con... ―Alice señalaba a un Jake sentado en una silla, con sus brazos cruzados y un pie tamborileando en el piso.

―Bueno, deberías ir con él y mostrarle tu apoyo; igual se abre contigo y te da las respuestas que estás buscando.

―Pero... ¿tú estás bien?

―Tranquila, amor, estoy bien. Ve con él. ―Besó su frente y le sonrió.

―De acuerdo. ―Alice caminó a donde estaba Jake y se sentó a su lado, tomando una de sus manos―, ¿cómo estás, Jake?

―Bueno, yo... ―la sorpresa en el chico fue notoria; no se esperaba la cercanía de Alice.

―No creí que esto te afectaría tanto...

―Él está así por mi culpa; yo era quien tenía que terminar herido, no él.― Jake volvió a bajar la mirada, bastante afligido, bastante asustado de lo que pudiera pasar. ―Es un idiota, no debió salvarme...

―Jake, ¿conocías a Liam de antes?― El tono de Alice era sereno y bajo, esperando no ser muy brusca al sacar ese tema.

―Trabajé con él en varios casos; nos comunicábamos como lo hacía contigo.

―¿Conocía tu...?― Esa duda rondaba la mente de Alice: ¿Liam sabía que Jake era el hacker buscado?

―¿Que era un tipo buscado? Sí, pero al parecer me estuvo perfilando mientras trabajábamos juntos para saber si era alguien peligroso, porque después de un tiempo, me ofreció protección y una plaza en el Buró.

―Ya entiendo...― Claro, Jake era un peligro a los ojos del Buró; por eso lo quería en sus filas. Mejor usarlo como un arma propia que pelear contra él.

―Yo me rehusé mucho tiempo y él estuvo bien con eso, pero después de lo ocurrido en la mina, se volvió aún más insistente... Cuando descubrió que estaba aquí, investigó lo que había pasado, dio contigo, te investigó y supo lo de mis hermanas.

―¿Cómo olvidar cuando "sutilmente" me dijo que sabía que estaba relacionada contigo? ―reía un poco al recordar cómo le mostró aquellas publicaciones del #IAmJake.

―Me imagino ―sintiéndose un poco contagiado por el humor de la chica, él también sonrió―. Es un idiota, pero es alguien confiable, y me prometió que ustedes no serían afectados por relacionarse conmigo.

―Jake... te noto extraño, ¿te pasa algo?

―Bueno, yo... no lo sé, estoy confundido. ―Jake se puso de pie, soltándose del agarre que Alice aún tenía sobre su mano, caminando un poco en círculo frente a ella.

―¿Sobre qué?

―Algo que Wilson dijo antes de que Gretel lo hiriera... ―hablaba en voz baja, dudando si era buena idea contarle todo aquello justo a ella.

―¿Puedo preguntar qué fue?

―Pues... Wilson le dijo a Gretel que yo le interesaba, no como su compañero de trabajo, sino...

―¿Liam es gay? ―La sorpresa en Alice hizo reír un poco a Jake; él había pasado por lo mismo cuando había hablado con Wilson, pero había logrado disimularlo―. Pero estuvo coqueteando conmigo.

―Sí, sobre eso, me dijo que se sentía atraído por ti, pero que tú estabas con Alan. También me dijo que era bisexual...

―Ya veo... ¿y qué piensas hacer?

―No lo sé, estoy confundido... Se supone que estoy enamorado de ti, pero él viene de la nada, dice todo eso y se sacrifica de esta manera...

―¿Se supone? ―Alice pregunta con una ceja alzada, algo risueña―. Liam es un buen sujeto; a veces actúa como idiota, pero es parte de su encanto... Si crees que puedes con una relación de este tipo, deberías darle una oportunidad...

―Pero ni siquiera sé si lo que dijo fue verdad... ―Al parecer, aquello era lo que lo tenía bastante mal: el hecho de estar considerando aquellas palabras sin siquiera saber si eran reales.

―Entonces deja de pensar en eso; ya habrá tiempo de aclarar todo el asunto cuando él salga de esta...

―Si sale...

Alice jaló a Jake para abrazarlo y darle consuelo, bajo la atenta mirada de su padre, el cual seguía incrédulo ante la relación de esos dos. Albert no sabía cómo su hija, habiendo sido una servidora de la ley y estudiante de la academia del FBI, había tomado la decisión de cubrir a un delincuente. También pensaba en el hecho de que Wilson se había sacrificado para protegerlo. ¿En qué demonios estaba pensando?

―Buenas noches, chicos... ―Se escuchaba una voz conocida llegar a donde el grupo de amigos se encontraba.

―Nathan... ―Jessy lo vio llegar y no supo si sentirse preocupada por el hecho de que Jake estaba ahí.

―¿Saben algo del agente herido?

―Aún está en cirugía... ―Dan fue el que respondió, un poco cansado de lidiar con ese hombre que solo pensaba en que su querida hija fuera librada, sin importar lo que había hecho.

―¿Y Alice? ―Eso extrañó a los chicos; ¿por qué de pronto el interés por el agente y la chica?

―Por allá. ¿Qué vas a hacer? ―señaló Dan, preocupado de haberse equivocado.

―Yo, solo... quiero asegurarme de que está bien. ―El mayor caminó hacia donde estaba la chica. ―Alice... ¿podemos hablar?

―Señor Donfort, claro... ―Alice dirigió su mirada hacia un Jake que caminó unos cuantos pasos para alejarse de ellos.

―Dios, mira tu cara... ¿estás bien? ―su mano se movió en dirección al rostro de Alice, sujetando su barbilla, prestando atención a su labio roto y un ojo cada vez más morado, así como otras marcas que se distribuían por su cuerpo, muchas cubiertas por sus ropas.

―¿Esto? ―decía tocándose las áreas donde tenía marcas de golpes― no fue nada, esos tontos golpeaban como niñas. ―Alice se ríe por su propio comentario―. ¿Qué ocurre, señor Donfort?

―Yo solo quería disculparme... ―se separó de ella un par de pasos, pero no dejó que el contacto visual se rompiera.

―¿Qué? No entiendo, ¿por qué?

―Por todo lo que te pasó, por los problemas que te ocasionó mi hija, por...

―Basta, señor ―Alice puso sus manos frente a él, en señal de que se detuviera― a mí no tiene por qué pedirme disculpas, a mí no es a quien me hizo daño...

―¿Cómo puedes decir eso? ¡Mira cómo estás! ¡Te secuestraron y golpearon! Todo por culpa de...

―Le voy a decir una cosa, señor Donfort ―Alice se acercó los dos pasos que Nathan tomó de distancia y puso las manos en sus hombros―, a mí no me debe pedir disculpas, sino a sus hijos...

―Mis hij...

―Sí ―le interrumpió―, por no ser un padre responsable y darle un buen ejemplo, sus hijos están pagando las consecuencias...

―¿De qué estás hablando? ―No entendía en qué momento se había perdido en aquella conversación, pero sí notó cómo la atención de los demás estaba sobre ellos.

―Hannah mató a una chica hace 10 años y usted la cubrió, evitando que se hiciera responsable de sus actos, ocasionándole un trauma que ahora la tiene en esa cama ―Alice señalaba hacia la dirección donde estaba la habitación de su amiga―. Lily está en la cárcel por difamación hacia mi persona, algo que usted quiere que pasemos por alto dejándola libre, enseñándole que puede esconderse tras una pantalla para decir cosas malas de alguien, aunque lo ponga en peligro ―Alice cada vez alzaba la voz, mostrando un tono de dolor y angustia por lo que ocurría con sus amigas―, y...

―... ―Nathan veía a Alice con expresión de asombro; se sentía regañado, pero no se sentía capaz de defenderse porque sabía que lo que le decía era verdad.

―Lo más importante, ¿sabe qué fue de su hijo mayor? ¿O al menos sabe que tiene un hijo mayor?

―¡Alice... espera! ―Jake, al escuchar aquello, se acercó a tratar de que dejara de hablar.

―¡Conteste, señor Donfort!

―Sí, tengo un hijo, pero hace años no sé nada de él... ―Nathan bajó la mirada, y Jake solo pudo apretar los puños, viéndolo con resentimiento.

―Jake Meyer, genio especialista en sistemas computacionales, un joven inteligente que se metió en graves problemas por no tener la guía de un padre.

―¿Problemas graves? ¿Qué tipos de problemas? ―Sus ojos mostraron impresión tras esa noticia. ¿Realmente le había afectado que le dijeran aquello?

―Oh, bueno, solo es un tipo buscado por uno de los gobiernos más poderosos del mundo ―Alice se cruzó de brazos, viéndolo con ojos acusadores―, el FBI lo estaba cazando...

―¡Basta, Alice! No te corresponde hablar de eso. ―Jake tomó a Alice del brazo y la jaló con fuerza, alejándola un poco de Nathan.

―Entonces hazlo tú ―gritó, soltándose de su agarre―, deja de ser un cobarde y muéstrate. Tal vez es doloroso enfrentarse a alguien que te causó dolor con su ausencia, pero si quieres seguir manteniendo una relación cercana con tus hermanas, tendrás que enfrentarte a este hombre en algún momento... ―señalaba a Nathan, haciendo énfasis en todo momento con sus manos.

―No deberías hablar de cosas que ya no importan. Nada de esto debió salir a la luz.

―La verdad puede ser difícil de aceptar, pero no por eso la vamos a ocultar... ―Alice se acercó a él y puso las manos en su rostro, acariciándolo un poco y bajando el tono de voz―. Eso fue lo que ocasionó todos estos problemas; si yo hubiera sido sincera desde el inicio, habría dicho que era una expolicía y nos hubiéramos evitado muchos de estos problemas. Si todas estas verdades dolorosas ya salieron a la luz...

―Cariño, basta, dejemos a estos dos solos por un momento. ―Albert se acercó a Alice, poniendo su mano en su hombro y guiándola lentamente a donde estaba Alan.

―De acuerdo, papá...

Alice y Albert llegaron a donde estaba Alan, y ahí la chica se abrazó a él mientras esperaban noticias de Wilson. Pasados unos minutos, todos vieron cómo Nathan abrazaba fuertemente a un Jake un tanto contrariado, acto que indicaba que tal vez habían arreglado un poco de lo ocurrido.

Richy, al haber visto y escuchado todo aquello, tomó una decisión que sabía que cambiaría su vida. Richy no quería vivir en una eterna mentira y sabía que, si no se hacía responsable de sus actos, podría terminar como Hannah, siendo atormentado por sus demonios.

Armándose de valor, se puso de pie y caminó hacia donde estaba Alan.

―Alan, necesito hablar contigo... ―parecía nervioso, pero eso no le impidió plantarse frente al mayor.

―Richy... ¿Qué ocurre?

―Bueno, después de escuchar lo que dijo Alice hace rato, decidí que quiero hacer las cosas bien. ―La mirada que Alice le dirigió decía que sabía lo que planeaba y que estaba preocupada, así que Richy solo le sonrió y asintió en señal de que estaba bien.

―¿Que quieres decir? ―El comportamiento de esos dos le hizo saber lo que pasaba, pero tenía que escucharlo del propio Richy, después de todo, nadie sabía que él estaba enterado de la verdad.

―Quiero confesar que yo fuí quien secuestró a Hannah....

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El tiempo pasó rápido, tan rápido que un año se había ido en un parpadeo, y en ese transcurso de tiempo pasaron tantas cosas con los involucrados en aquella extraña historia...

Gretel y Herman fueron arrestados, pero a ella le impusieron una condena más severa debido a los crímenes cibernéticos que perpetró al intentar incriminar a un hacker que ahora colaboraba con el Buró, así como por el delito de secuestro en contra de una oficial de policía.

La familia Donfort tuvo que acostumbrarse a una vida muy diferente a la que estaban acostumbrados. Nathan tuvo que aprender que tenía un hijo con el que debía convivir para comenzar a tener un acercamiento con él y recuperar el tiempo perdido.

Hannah estaba internada en el área psiquiátrica del hospital, todo por una orden judicial que la condenaba por la muerte de Jennifer Hanson, orden que no la mandó a la cárcel por su salud mental.

Lily duró unos días detenida hasta que Alice habló con ella para aclarar todo lo ocurrido y otorgarle el perdón, algo que no significaba que pudieran seguir siendo amigas como antes, ya que la confianza había sido destruida por la forma de actuar de la rubia.

Jake, después de que Liam se recuperó, se fue con él y con Albert a América para hacer oficial su entrada en el FBI y comenzar su trabajo formalmente.

Fuera de la familia Donfort, Richy estaba cumpliendo su condena por el secuestro de Hannah, la cual estaba por terminar, ya que él se había entregado, estaba teniendo buena conducta y Hannah le había otorgado el perdón.

Jessy había decidido quedarse a trabajar en el taller de los Rogers, y todos los días iba a visitar a Richy, ya que a ella no le importaba lo que había pasado; su amor por él era más grande que aquello.

Thomas, el eterno enamorado de Hannah, seguía cuidando de esta aún en el hospital. Cleo seguía ayudando a su madre religiosa y Dan... Dan al fin trabajaba en el Aurora con Phil y, al fin, estaba en una relación seria con una bella chica de nombre April, la cual trabajaba con él.

Por otro lado, Alice y Alan seguían con su relación, la cual se fortalecía cada vez más, tanto que ya incluso vivían juntos y tenían un bello gato negro y un hermoso perro samoyedo que les alegraban los días.

―Amor, es hora de despertar. ―Alice estaba sentada al lado de Alan, frotándose los ojos un poco, con la manga de su camisón caída por su hombro―, se nos hará tarde.

―Oh, vamos, son vacaciones, duerme un poco más. ―Alan toma la sábana y se cubre el rostro, negándose a querer salir de esa cama.

―Quedamos en vernos con los chicos; no podemos quedarles mal. ―Alice se giró un poco, bajando los pies de la cama con la intención de levantarse antes de que Alan la convenciera de volver a dormir, cuando de pronto sintió un jalón que la hizo caer en la cama nuevamente.

―Bien, cariño, si me quieres despierto, haremos algo divertido antes de salir de esta cama. ―Alan se posicionó sobre el cuerpo de la chica para después darle un beso profundo que ella correspondió gustosa.

―Diablos, amor, de cualquier forma vamos a llegar tarde. ―contestó mientras rodeaba al mayor con sus brazos, mientras sentía sus cálidos labios recorrer su cuello.

―Bueno, para mí es más importante complacerte que preocuparme por dos personitas que de seguro están en la misma situación que nosotros. ―Las manos de Alan se movían por el cuerpo de Alice, acariciando sus puntos sensibles, levantando con calma su camisón mientras repartía besos por su cuello, bajando lentamente, paseando por su clavícula, subiendo nuevamente a sus labios y repitiendo el proceso hasta dejarla por completo desnuda.

―Jajaja, ¿de verdad crees eso? ―Alice se dejaba hacer, disfrutando de las atenciones de su amado policía, pasando los dedos por aquellos tatuajes que tenía y que ella amaba, riendo por las palabras del mayor.

―Bueno, se niegan a aceptarlo, pero es bastante obvio lo suyo; no tardan en darnos la sorpresa.

Después de decir aquello, besó los labios de la chica y decidió dejar la plática para dedicarse a amarla como era debido, buscando hacerla disfrutar de la experiencia.

Suaves y dulces caricias, besos apasionados, fuertes y certeras embestidas, y un intenso orgasmo después, la pareja salía de darse un baño, alistándose para la cita que tenían y a la cual iban tarde.

―Los chicos se van a molestar por hacerlos esperar, amor. ―Alice se cepillaba el cabello mientras Alan se estaba terminando de vestir.

―Ya te lo dije, cariño, me importa más darte un poco de placer por la mañana que... ―se acercó a ella y la abrazó de la cintura, apoyando el mentón en su hombro.

―Sí, sí, ya lo sé, pero después de hoy pasará mucho tiempo hasta que los volvamos a ver ―Alice se giró entre los brazos de Alan para quedar de frente a él y le dio un pequeño beso en los labios―, y nosotros tenemos muchas mañanas, tardes y noches para seguir disfrutando de un buen sexo.

―En eso tienes razón. ― Lentamente se alejó de ella para dejarla terminar de arreglarse, viéndola con una sonrisa por varios minutos.

―Bien, ya estoy lista. Podemos irnos en cuanto lo digas.

La pareja salió de aquel lugar y se dirigió a la dirección donde los habían citado, aquella cafetería donde podían pedir algo ligero para desayunar mientras disfrutaban su café. Al llegar, vieron que en una de las mesas ya se encontraba uno de los chicos con los que se iban a encontrar.

―Llegan tarde. ¿Qué estaban haciendo ustedes dos? ―decía aquel apuesto chico de ojos azules y cabello azabache que los veía con una mirada acusadora.

―Oh, vamos, Jake, solo nos atoramos un poco en el tráfico. ―Alice se paró detrás de él y lo abrazó un poco por el cuello.

―Sí, como no... ―Le correspondió el abrazo, poniendo una mano en las de ella mientras sonreía un poco de lado.

―¿Y dónde está Wilson? ―Alan se sentó en la silla que estaba frente a Jake, volteando a todos lados, extrañado de que el otro no estuviera.

―Aquí estoy, tenía que atender una llamada. Dios, tenía miedo de hacerlos esperar mucho. Nosotros ―Liam tomó la mano de Jake, mientras le sonreía con cariño―, nos quedamos atrapados en el tráfico.

―¿Vinieron juntos? ¿O sea que pasaron la noche juntos?

―¡Alice! ―un marcado sonrojo cubrió por completo las pálidas mejillas de Jake.

―Bueno, no lo quise decir tan directamente, pero sí. ―El tono orgulloso y la sonrisa en su rostro hablaban de lo feliz que se sentía Liam por aquello.

―Te lo dije... ―Alan estiró la mano en dirección a Alice, que lo veía con sorpresa mientras se sentaba al lado de él.

―Mierda. ¿Cómo lo supiste, amor? ―Alice sacó de su bolso unos billetes y se los entregó a su pareja.

―Tengo más tiempo de conocer a Jake; por lo tanto, lo conozco mejor.

―¿Estuvieron apostando sobre nosotros?

―Sí. ―Dijeron al unísono, haciendo molestar más a Jake..

―Bien, pues como ya lo intuían, les informó que Jake y yo tenemos una relación formal y él está viviendo conmigo. ―Jake lo veía con cara de sorpresa y espanto, algo que Liam aprovechó para acercarse a él y besarlo.

Después de aquello, la pareja recibió felicitaciones por parte de sus amigos y pasaron un rato ameno antes de despedirse de ellos y de la capital estadounidense, ya que sus vacaciones estaban por terminar y ellos tenían que volver a su aburrido, monótono y querido Duskwood, donde posiblemente les esperaba una nueva y enloquecedora experiencia, como aquella que los había hecho conocerse, enfrentar verdades dolorosas y unirse de tal manera que no deseaban separarse jamás.

Fin

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