27

Alice estaba sola en aquella habitación, sentada en una silla de madera, amordazada, con las muñecas atadas tras su espalda y el respaldo de la silla, y con sus tobillos atados juntos.

La habitación estaba solitaria y no se oían ruidos en las habitaciones contiguas, así que comenzó a forcejear, tratando de liberar sus manos; tenía que buscar la manera de salir de ahí.

Se sentía humillada, no podía creer que se había dejado atrapar por esa tipa. Estaba molesta y quería zafarse para darle su merecido a esa maldita pelirroja.

Sentía que estaba a punto de zafarse, aunque sea un poquito, cuando el sonido de la puerta abriéndose la sacó de su concentración.

―¿Así que tú eres el dolor de cabeza de mi hermanita? ―Alice volteó hacia donde se escuchaba aquella voz cálida y un tanto risueña, sorprendida de ver a ese apuesto chico recargado en el marco de la puerta―. ¿Qué fue lo que le hiciste a Gretel para terminar aquí?

―... ―Alice solo lo veía con desconfianza y molestia. ¿Acaso era idiota? ¿No estaba viendo la mordaza que le impedía hablar?

―Oh, lo lamento ―el joven se acercó a ella y quitó la tela que le impedía hablar―. Listo. ¿Y bien? ¿Cómo te llamas?

―Eso no te importa.

―Vaya, parece que no me tienes miedo. ―La sorpresa en el rostro del chico fue notoria; la chica lo veía retadora, sin atisbo de miedo.

―No le tengo miedo a esa loca que me tiene aquí. ¿Por qué te tendría miedo...?

―Porque esa loca de la que hablas es mi hermana...

―¿Y qué me harás? ¿Me vas a golpear?

―Oh, no, linda... haré algo mejor ―el tipo pasó su dedo por el brazo de la chica con una sonrisa que desconcertó a Alice―, te trataré bien. ―El tipo salió de la habitación y, después de un rato, volvió con un vaso con agua―. Mira, te traje algo de beber; debes tener sed.

―¿Qué le echaste? ―La chica lo veía con desconfianza.

―Nada, es solo agua ―el sujeto le dio un trago para que viera que estaba limpia y después acercó el vaso a los labios de la chica―. Por cierto, soy Herman.

―¿Está bien que te presentes así como así? ―Alice tomó un poco de esa agua que el otro le estaba ofreciendo, aún intentando zafarse del amarre de sus manos.

―Bueno, no creo que llegues a salir de aquí. Por cierto, ¿por qué te odia tanto mi hermanita?

―Porque está loca. Ahora resulta que no puedo hablarle a ciertos hombres porque ella los reclamó como suyos.

―¿Ciertos hombres? ¿A caso esto tiene que ver con Jake? ―Herman la veía con una ceja alzada, con algo de curiosidad mientras colocaba el vaso en una repisa cercana.

―Sí, y con Alan... ¿los conoces? ―Alice trató de sacar conversación para mantenerlo distraído y seguir intentando zafarse, aunque al igual que el joven pelirrojo, ella también tenía algo de curiosidad.

―¿Cómo no hacerlo? Gretel no para de hablar de ellos... no entiendo qué les ve. ―El tono de molestia en Herman era bastante notorio; parecía hastiado de esa situación.

―Bueno, son un par de tipos muy lindos... ―Alice sabía que estaba en problemas, pero no podía evitar provocar al chico, que ya parecía bastante molesto.

―Basta, no quiero ver a otra chica linda hablando de esos tipos... ―Herman se cruzó de brazos y caminó un poco, alejándose de ella.

―¿Por qué te molesta? Además, estoy en mi derecho; uno de ellos es mi pareja y en este momento me debe de estar buscando, igual que mi padre.

―¿Quién es tu pareja? ―preguntó con expresión curiosa.

―Alan Bloomgate.

―¿Con Alan? Entonces, ¿por qué... ―la sorpresa y la duda en Herman fueron tales que desconcertaron a Alice...

―¿Por qué me odia? Ya te lo dije, porque está loca.

―Deberías dejar de decir esas cosas, vas a hacer enojar más a mi hermanita. ―El joven se acercó a Alice, agachándose hasta quedar a su altura y le acarició el rostro de una manera que Alice no pudo descifrar. ―No queremos que se ensañe más contigo.

―¿Por qué estás aquí hablando conmigo como si nada y siendo tan amable?

―No lo sé, tal vez me caíste bien, o solo trato de hacerte pasar un buen rato antes de que mi hermanita te haga sufrir.

―Pues disfruten mientras puedan, porque cuando mi padre dé con ustedes, los va a hacer pagar.

―¿Y tu padre quién es...?

―Un agente del FBI que anda tras los pasos de tu hermanita... imagina cómo les irá por secuestrar a una policía hija de un agente.

―¿Qué? ―Nuevamente las expresiones de Herman cambiaron, ahora se notaba bastante preocupado. Al parecer no estaba enterado de lo que ocurría, tal vez no sabía qué tan grave era el asunto en el que su hermanita estaba metida..

―Como lo escuchas. ―Alice lo vio mientras sonreía con arrogancia, tratando de provocarlo un poco.

―Mierda...

Aquel sujeto salió de la habitación con bastante prisa, como si el hecho de que el FBI estuviera relacionado con aquello lo hubiera puesto de mal humor. 
Alice respiró profundo, aliviada de al fin estar sola; después de todo, así podría intentar liberarse.

*******

El tiempo pasaba, pero Liam no veía movimiento en aquella finca abandonada, tanto que estaba a punto de irse de allí; sin embargo, esperó un poco más, sacando su celular y marcándole a Jake para informarle lo que estaba visualizando.

―Jake, ¿han encontrado algo?

―Nada, pero todo indica que están en esa finca que mencionó el agente Crawford.

―Llevo mucho rato aquí y no se ve movimiento; este lugar está vacío.

―La señal indica que...

―Jake, la señal puede ser un gancho para obligarnos a estar aquí ―dice un poco enfadado al notar que el otro dependía demasiado de la tecnología―. Espera, alguien llegó..

¿Qué? ¿Quién? Espera, te pondré en alta voz...

―Un tipo de cabellos cobrizos, un poco largos, de tez blanca, más o menos de mi edad... ―Liam describía lo más sobresaliente de la persona que acababa de llegar.

―Herman... ―el nombre salió muy despacio de los labios de Jake, algo que ni evitó que fuera escuchado.

―¿Quién es Herman?

―Oh, no... ―Alan mostró una expresión de exasperación al escuchar aquella descripción y ese nombre.

―Es el hermano mayor de Gretel.

―Bien, me voy a acercar. ―Liam comenzó a caminar un poco, parando en seco al escuchar la forma en que Jake le habló.

―¡No se le ocurra cometer esa imprudencia, agente Wilson!

―Tengo que asegurarme de que Alice está ahí.

―Puede haber cámaras, se vas a delatar solo.

―Entonces haz tu trabajo e identifica esas cámaras y hackéalas. ―Liam se estaba cansando de la situación; no estaban llegando a ningún lado y Jake estaba tan distraído que no había logrado hacer nada en todo ese tiempo.

―Yo lo haré. ―decía Alan, volviendo a teclear, buscando la ubicación del móvil de Liam y escaneando el entorno por si había algún dispositivo.

―Lo dices como si fuera tan sencillo. ―la voz de Jake parecía bastante irritada.

―Te lo digo porque sé que es fácil, al menos para ti; lo has hecho muchas veces.

―Wilson...

―Sé que estás preocupado, pero recuerda lo que te dije hace rato: no dejes que tus temores se vuelvan una debilidad. ―Liam notaba que Jake no estaba siendo objetivo, todo porque su sentimiento de culpa no lo dejaba en paz. Porque, aunque él no lo supiera, todo su descontrol era más por culpa que por amor.

―No es fácil.

―Mira a Alan... él también está muy preocupado, y lo escucho tratando de hacer todo por encontrar a su princesita.

―Está bien, Wilson, lo voy a intentar..

―Genial. Hay movimiento, ese tipo volvió a salir de la finca... tengo que colgar, veré si lo puedo seguir.

―¡Espera! Eso puede ser peligroso.

―Tranquilo, estoy bien entrenado, no llegué a donde estoy siendo solo un chico guapo... te hablo más tarde.

Liam colgó y siguió con cautela a aquel hombre que parecía solo caminar por el lugar. Aquel chico parecía muy normal, caminando como si conociera el lugar y estuviera dando un simple paseo. Después de caminar por un largo rato, se adentró en un camino que llevaba a las profundidades del bosque.

Mientras tanto, en la oficina, Alan, él y Jake estaban tecleando en sus respectivas computadoras, mientras Albert estaba detrás de Alan, intentando entender lo que hacía.

―Estoy harto, creo que iré a buscar a Wilson.

―Sé que se siente estresado, pero no puede...

―Jefe... ―un oficial se asomó por la puerta de la oficina, interrumpiendo a Alan― el señor Donfort sigue causando estragos, insiste en hablar con él..

―Cierto, casi los olvido. Voy para allá, Crawford, ¿me quiere acompañar?

―Sí, vamos.

Ellos salieron de esa oficina y se dirigieron a la recepción para encontrarse con ese hombre y los chicos que lo estaban acompañando, tratando de que dejaran de causar problemas justo ahora que tenían uno bastante grande.

―¿Por qué demonios no has soltado a mi hija? ―decía aquel hombre, tomando a Alan de las solapas de su camisa―. Mi hija no debe de estar ahí encerrada.

―Nathan, por favor, detente...

―Señor Donfort, suelte al oficial Bloomgate si no quiere que también me lo lleve a usted a una celda. ―Albert tomó a Nathan de un brazo, alejándolo de Alan, hablándole de manera golpeada.

―¿Sólo por defender a mi hija, que es inocente de lo que este idiota la culpa?

―Su hija insultó a la oficial Crawford, le levantó falsos y la puso en peligro al subir su información personal a las redes... su hija se merece estar donde está, y si algo le pasa a mi hija, me encargaré de refundir a la señorita Donfort y que nunca salga.

―¿De qué demonios está hablando? ―preguntaba Cleo, bastante molesta por sentir que aquel hombre quería manipularlos para evitar que siguieran protestando―. A Alice no le va a pasar nada...

―Alice fue secuestrada, ella está en peligro de muerte... ―Desde el inicio, el tono de Alan era bastante serio; trataba de mostrarse tranquilo, pero mencionar aquel hecho casi lo hace quebrarse frente a los presentes.

―¿Qué? ¿Cómo que secuestrada...?

―Así es, Cleo, Alice fue secuestrada, el agente Wilson está siguiendo una pista de dónde puede estar, pero la persona que la tiene...

―¿Jake ya lo sabe?

―¿Jake? ¿Qué sabes tú de ese tipo? ―preguntaba el agente Crawford, molesto de enterarse de que más personas conocían a ese tipo y nadie había dicho nada.

―Bueno, yo... ―Dan se mostró un poco nervioso al caer en cuenta de lo que había hecho.

―Sí, Dan, está tratando de rastrear una videollamada, pero todo se está complicando...

―Así que si algo le pasa a mi hija, no dudaré en refundir en la cárcel a la suya ―Albert volvía a poner su atención en Nathan y el hecho de que su hija había agredido a la suya―, después de todo, el único pecado que ella cometió fue relacionarse con su familia. Sus hijos no hicieron más que meter en problemas a Alice, todos sus hijos...

―Alan, ¿de qué habla el agente Crawford?

―Bueno, él ya sabe todo sobre Jake... incluso que es hijo de Nathan.

―Pero Nathan...

―Él también lo sabe, Wilson se lo dijo en el hospital.

―Oh... ―Dan estaba sorprendido de todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo.

―Ustedes dos ―Albert señalaba a Dan y Thomas―, llévense a estos sujetos antes de que los arreste por causar alboroto aquí.

―Nathan, deberías preocuparte por Hannah e ir a cuidar de ella. ―Alan trataba de hacer entrar en razón a Nathan; no podía dejarlo hacer alboroto mientras su otra hija estaba mal―. Lily estará bien, pero no saldrá hasta que encontremos a Alice y se aclare todo este asunto.

―Pero es mi pequeña...

―Tienes que dejar que aprendan a ser responsables de sus acciones, incluso tú... debes responsabilizarte de tus actos, de tu hijo.

―Alan...

―Vete y piensa en eso, no puedes seguir maleducando a tus hijos... anda, ve al hospital. No sé si Vanessa ya te informó, pero Hannah se puso muy mal; necesita que estés ahí para ella.

―¿Cómo que se puso mal?

―Un medicamento casi la mata...

―¿Qué? ¿Por qué nadie me avisó?

―A lo mejor sí te avisaron o intentaron hacerlo, pero tú estás aquí empeñado en defender lo indefendible.

Cuando Nathan escuchó aquello, salió del lugar seguido de Thomas. Cleo pidió ver a Lily antes de retirarse y Dan...

―Alan, ¿hay algo que pueda hacer para ayudar con la búsqueda de Alice?

―Daniel, esto es complicado. Creo que deberías dejarnos esto a nosotros...

―Me involucré en la búsqueda de Hannah, aun cuando no era tan cercana a ella como los demás. ¿Por qué no lo haría con Alice, siendo que ella se volvió muy importante para mí?

―Tú me agradas, muchacho―le decía el mayor, poniendo una mano en el hombro de Dan―, puedes quedarte. Veamos si sale algo en lo que nos puedas ayudar.

―Gracias, señor.

―Crawford... ―Alan parecía algo dubitativo, no porque no quisiera a Dan ahí, sino por el raro hecho de que Albert aceptara.

―Tranquilo, está bien.

Se dirigieron a la oficina de Alan, donde Dan vio a un chico frente a una computadora, con un celular en mano. Dan lo miraba con desconcierto, ya que no le resultaba familiar, y no era policía, ya que no llevaba uniforme y su vestimenta era un tanto diferente a lo que deberían usar.

―¿Cómo que en el bosque? ¿Estás seguro?

―¿Qué ocurre, Jake? ―preguntó Alan al escuchar que Jake hablaba, seguramente con Wilson.

―Llegaron Alan y el agente Crawford, te pongo en altavoz.

―De acuerdo.

―¿Jake? ―Dan estaba sorprendido. ¿Ese era el mismo Jake que él creía? ¿Era Hackerboy?

―El tipo pelirrojo que llegó a la finca abandonada salió del lugar y se dirigió al bosque. Lo seguí para saber a dónde me llevaba y heme aquí... Entró a una cabaña extraña en medio del bosque..

―¿La cabaña del desafío? ―Dan soltó aquello tan de repente que sorprendió a Liam.

―¿Quién dijo eso?

―Un amigo de mi hija está aquí con nosotros ―le explicaba Albert al notar la confusión de su compañero.

En ese momento, Jake cayó en cuenta de que había alguien más en la oficina, así que volteó a verlo, sorprendiéndose de ver ahí a Dan.

―¿Daniel? ―La sorpresa en su rostro fue bastante; no esperaba y no deseaba encontrarse con nadie del grupo.

―¿Hackerboy? ¿Realmente eres tú?

―¿Hackerboy? Me gusta cómo suena eso; a partir de ahora te llamaré así.

―Déjese de tonterías y póngase a trabajar.

―Acabo de mandar una foto del lugar al que llegó ese sujeto ―dice después de tomar dicha fotografía y enviarla―. Al principio creí que se dirigía al hotel, pero tomó rumbo por el sendero que pasa por un lado... ―Jake abrió la imagen en su computadora y ahí todos la vieron.

―Efectivamente, esa es la cabaña del desafío. ―Alan veía la fotografía, extrañado de que alguien entrara a ese lugar.

―Pero, ¿acaso ese lugar está abandonado?

―Al parecer, sí. No tengo registros recientes de alguien que haya vivido ahí en los últimos años. Incluso los chicos la usan para ese tonto desafío...

―¿Será que ahí estará Gretel con Alice? ―se preguntaba Jake en voz alta, siendo escuchado por los presentes y por Liam.

―Me acercaré a investigar...

―No haga una tontería, voy para allá. No puede arriesgarse a que lo vean.

Jake se levantó, guardando sus cosas para ir a encontrarse con aquel agente. Quería cerciorarse por su propia cuenta de que Gretel estaba ahí y ayudar a liberar a Alice, aun cuando fuera peligroso.

―Jake, no vayas a hacer una estupidez...

―No eres mi jefe.

―Sí, sí lo soy, así que...

―No me importa, iré a buscarte, así que no hagas una tontería.

Jake colgó, tomó su mochila y salió de la oficina, con rumbo a donde estaba Wilson.

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