21

*Private Number*

Private Number: NymOs, ¿por qué mierda no me dijiste que Hannah y Liliana Donfort eran tus hermanas?

Jake: No sé de qué estás hablando.

Private Number: No mientas, lo sé todo, Jake Donfort. 
Private Number: Incluso el oscuro secreto de tu hermana.

Jake: ¿Secreto? No entiendo nada... ¿podrías explicarme todo esto?

Private Number: ¿De verdad no sabes de qué hablo?

Jake: Claro que no.

Private Number: ¿Y qué hay sobre la relación que tienes con esas chicas?

Jake se quedó sin contestar por un rato, pensando en si debía sincerarse con esa persona sobre aquello que lo unía a la familia Donfort. Tras unos momentos más, se decidió a hablar; total, ya se había enterado. Además, no le convenía tener a esa persona en su contra.

Private Number: ¿Jake?

Jake: Sí, esas chicas son mis medias hermanas. Mi padre fue... bueno, tú sabes.

Private Number: Entiendo... 
Private Number: Jake, revisando las redes sociales, encontré que tu hermanita volvió a hacer de las suyas y atacó a tu amada MC. 
Private Number: Si ella sigue haciendo todas esas estupideces, los va a meter en problemas. 

Jake: He tratado de hablar con ella para detenerla, pero me está ignorando por completo. 

Private Number: Chiquilla tonta. 

Jake: Hablaste de un secreto... 

Private Number: Lo hice, pero no hablaré, no hasta que aceptes lo que llevo proponiéndote desde hace tiempo. 

Jake: Pero... 

Private Number: Solo así podrás proteger a esas chicas que tanto te importan.

*****

Alan se guardó ese mensaje para él mismo y, cuando los dos estuvieron listos, salieron con rumbo a casa de Hannah, donde estaba parqueada su motocicleta. De ahí, cada quien tomó rumbos separados: Alice al hospital para ver qué estaba ocurriendo y Alan a la estación donde revisaría la información que Gretel le había mandado.

Cuando Alice llegó al hospital, se encontró con su padre, bastante molesto, y a Wilson tratando de calmarlo para que no hiciera un escándalo.

―¿Qué demonios es todo esto, Alice?

―¿Qué es qué? ―Alice estaba confundida, no entendía el comportamiento de su padre.

―¡Deja de hacerte la tonta! ¡Hablo de todo este escándalo!

―Espera, jefe, no alce la voz... Alice, tu padre vio publicaciones de tus "amigas" que dicen que tú eres culpable de lo que le pasa a la familia Donfor... ―Alice solo bajó la mirada; al fin entendía su molestia y se sentía bastante apenada de que su padre lo descubriera.

―¿Por qué esa mujer está diciendo eso, Alice? ¿Qué demonios le hiciste a su hermana?

―No le hice nada, papá. Platicamos, me dijo que alguien nos vigilaba y se asustó cuando Liam llegó. ―Alice explicaba lo ocurrido, temiendo que su padre siguiera enfadado. El hombre era un encanto con ella, pero bien sabía que molesto daba bastante miedo. ―Logré hacer que se quedara dormida y cuando Thomas llegó, ella seguía igual. No sé qué pasó después de que me fui.

―Bien... arregla esta mierda, no puedes permitir que todos aquí anden hablando estupideces sobre ti. ¡Eres policía, eres hija de un agente del FBI! ¡No puedes permitirlo! ―Albert estaba furioso; se notaba que el problema en el que estaba su hija lo tenía más molesto que preocupado. Al parecer, había algo más que lo tenía así, no solo los rumores que Lily le estaba levantando.

―Sí, padre, eso haré...

―Eso espero... por cierto, al terminar tu turno en la noche, tengo que hablar contigo.

―Claro.

Albert se alejó de la chica, tomando rumbo a la salida del hospital, dejando a Alice bastante perturbada. No era normal que el mayor se enfadara con ella; que este le hablara de esa manera realmente le había dolido, y aunque ella no había hecho nada para provocar esa situación, las cosas ya estaban hechas.

Alice volteaba a todos lados buscando a alguno de sus amigos, alguien que pudiera decirle lo que estaba ocurriendo, todo bajo la confundida mirada de Wilson, quien había decidido quedarse con ella.

Alice estaba a punto de preguntar a alguna enfermera por la chica cuando una mujer se acercó a ella. Se notaba que estaba preocupada, pero al verla, se relajó un poco.

―Disculpe, ¿usted es la señorita Crawford?

―Sí, ¿usted es...?

―Oh, ¡qué alegría! ―La mujer se acercó a ella y la abrazó con fuerza―. Hannah estaba muy preocupada por ti.

―Usted es su madre, ¿no?

―¡Alice! ―Thomas se acercaba a ellos, rápidamente.

―Thomas, ¿qué fue lo que pasó?

―Bueno... Hannah durmió como la dejaste por un largo rato, pero cuando se despertó, fue cuando todo se complicó. Insistía en que alguien las vigilaba a ti y a ella, y que posiblemente algo te había pasado cuando te fuiste.

―Me hubieras marcado para hablar con ella, que me escuchara... ―no podía creer que Thomas fuera tan distraído y no hubiera pensado en algo como eso.

―Lo siento, no lo pensé.

―Linda... lamento todo lo que está haciendo Lily. ―la mujer parecía sincera, no parecía estar de acuerdo con las acciones de su hija.

―Oh, bueno, ya estoy acostumbrada, ya lo había hecho una vez ―Alice recordó el mal momento que Lily le había hecho pasar en aquella ocasión, todos esos mensajes amenazantes recibidos, todo el tiempo que tuvo que estar sin comunicarse con Jake―, lo que no entiendo es por qué lo hizo ahora.

―No lo sé, intenté hacerla entender, pero su padre se puso de su lado.

―¿Cómo está Hannah ahora?

―Dormida, le aplicaron un sedante.

―Gracias por creer en ella, señora, eso le ayudará mucho a Hannah.

―Ya una vez nos advirtió de algo así, y por no creerle la perdí; no cometeré el mismo error.

―¿Puedo entrar a verla? ―Alice quería asegurarse de que ella estuviera bien, quería verla para dejar de sentir esa preocupación.

―Sé que a ella le haría muy bien verte, pero es mejor que te vayas; Lily y mi esposo están con ella y no quisiera que te dijeran algo...

―Entiendo...

―Vamos, Alice, seguro no has desayunado; vayamos a por algo. ―Liam le tomó la mano para darle apoyo, necesitaba distraerla un poco para lo que venía.

―Sí, gracias ―Alice le sonrió antes de dirigirse a su amigo―. Thomas, cualquier cosa me avisas.

―Así lo haré.

Alice y Liam salieron del hospital, y Wilson, al haber llegado con Albert y siendo que este ya se había ido, no estaba seguro de cómo irse.

―Ten, tú conduces. ―Alice tomó las llaves de su motocicleta y se las lanzó al otro.

―¿De verdad? ―Tanta fue su sorpresa que por poco dejaba caer el objeto.

―A menos que quieras irte caminando, o que no sepas conducirla.

Liam sonrió y subió a la moto, seguido de Alice para tomar rumbo al café Arcoíris. Una vez que llegaron, entraron e hicieron su pedido. Mientras esperaban, Liam veía atentamente cómo Alice parecía bastante afectada, y no era para menos: la afección de Hannah, las publicaciones que la menor de los Donfort había difundido, el enfado de su padre y lo que faltaba.

―Alice, ¿puedo preguntarte algo?

―Por supuesto. ―Sonrió, tratando de mostrarse serena; quería mostrarse fuerte, aunque por dentro sentía que pronto todo se desmoronaría.

―¿Bloomgate sabe que estás ocultando información?

―¿De qué estás hablando? ―con una ceja alzada, cuestionaba a su acompañante. No sabía de qué podía estar hablando, pero sabía a lo que se dedicaba; si no tenía cuidado, él se daría cuenta de que sí estaba ocultando algo.

―Esta no es la primera vez que la señorita Donfort te acusa de hacerle daño a su hermana, ¿verdad?

―Liam... ―Al carajo, todo se estaba yendo a la mierda; él lo sabía todo, o al menos parte de la historia.

―Tú eres esa chica que se vio involucrada en su secuestro.

―Siempre lo supiste, ¿verdad? ―bajó la mirada; no podía hacer más, y eso le generaba una gran frustración. ¿Qué pasaría ahora?

―Sí. ―En ese momento, la chica que los estaba atendiendo llegó con sus pedidos y, deseándoles buen provecho, los dejó nuevamente a solas.

―¿Por qué no me dijiste nada?

―Quería ganarme tu confianza, que te sintieras cómoda hablando conmigo...

―Tu manera de ganar confianza solo hizo lo contrario.

―¡Oye! Las chicas aman que las trate de esa manera.

―Ja, ja, ja, pues o yo soy hombre, o tú te relacionas con chicas bastante básicas y tontas que se dejan llevar por ese molesto comportamiento.

―Vaya, una chica difícil.

―Eres de la BAU y, ¿apenas lo notaste? ―Alice siguió riendo, un poco más relajada, tomando un bocado de su platillo.

―Al fin te hice reír, así está mejor, ¿no lo crees? ―Alice no pudo evitar sonreír por sus palabras―. ¿Y bien? ¿me contarás?

―Es un tema delicado...

―¿Por lo del hacker?

―... ―El cubierto que llevaba a la boca se detuvo a medio camino, quedándose ahí por unos segundos para después devolverlo al plato. Alice sabía que este momento llegaría, aunque deseaba que no fuera así.

―Si hablas conmigo, te ayudaré a tener inmunidad.

―¿Hablar sobre qué?

―Sobre el hacker. La señorita Lily te acusó a ti y a un hacker llamado Jake de ser quienes habían secuestrado a su hermana. Unos días después, hiciste esas publicaciones que te mostré cuando nos conocimos.

―¿Qué quieres que te diga sobre él?

―Dónde lo conociste, de dónde viene, cómo es él.

―No lo sé.

―En ese video, la chica dijo que ustedes estaban en contacto; algo deberías saber de él.

―Pues no, no lo sé. El sujeto es bastante hermético. Las veces que hablamos fueron por mensaje y solo lo estrictamente relacionado a la búsqueda de Hannah. Solo en dos ocasiones escuché su voz, si se le puede llamar así, ya que usaba un sintetizador. Nunca quiso hablar de algo personal; solo sé que es un chico de cabellos negros de nombre Jake...

―¿Sabes por qué se involucró en ese caso? Digo, no creo que alguien como él se arriesgaría por alguien al azar...

―Lo poco que supe fue que ellos se conocieron en la red hace tiempo, antes de que Jake fuera lo que es y cuando Hannah comenzó con su delirio... le escribió para pedirle ayuda; después de todo, nadie le creía.

―¿Y puedo saber por qué lo protegiste en esa ocasión, con esas publicaciones? ¿No pensaste que se te podía relacionar con él por eso?

―¡Claro que lo sabía! Soy policía, ¿recuerdas? Es solo que lo necesitábamos para encontrar a Hannah, y... tengo que aceptar que me encariñé con él.

―Dios, ni cómo ayudarte, me siento fatal por Bloomgate, no merece que lo engañes.

―¿Eh?

―¿Andar con él cuando realmente al que quieres es al hacker? Eso es horrible...

―No sé de qué demonios estás hablando, yo quiero a Alan...

―Sí, pero, ¿lo amas?

―... ―Alice se quedó en silencio por un momento, pensando, tratando de identificar qué era realmente lo que sentía por el mayor―. Sí, lo amo.

―Espero que sea verdad. Terminemos de comer, tenemos que ir a la estación.

Cuando terminaron de comer, tal como Liam había dicho, tomaron rumbo a la terminal de policía, donde un Alan Bloomgate estaba con una expresión bastante seria; molestia, esa sería una descripción más correcta de lo que el hombre estaba sintiendo. Al verlos llegar, Alan dirigió su mirada hacia Alice, quien parecía confundida con su comportamiento.

―Ya estamos aquí, jefe.

―¿Cómo está la señorita Donfort?

―Está dopada, tuvieron que aplicarle un sedante para detener su psicosis.

―¿La pudiste ver?

―No, su madre no me dejó; Lily y el señor Donfort estaban ahí y ella no quiso que hiciéramos un show en el hospital.

―Entiendo... ¿y bien?

―¿Qué?

―¿Cuándo lo harás?

―¿Hacer qué cosa?

―Detener a Liliana Donfort.

―¿Qué? Pero...

―¡Eres policía, es tu deber!

―Es mi amiga...

―¿Amiga? ―la forma en que Alan se rió les hizo comprobar que Alan realmente estaba furioso―. ¡No digas tonterías! ¡No veo a Jessica o a Daniel haciendo estupideces como esa! ¡Liliana Donfort no es tu amiga!

―Alan...

―Bien, si no lo haces tú, lo haré yo. ―Era verdad que lo que Lily estaba haciendo era muy malo, pero al parecer eso no era lo único que estaba molestando a Alan. En su mirada no se veía preocupación, sino decepción. La pregunta era: ¿por qué? ¿Qué demonios estaba pasando?

―Pero...

―No voy a permitir que una mocosa insolente esté diciendo lo que le venga en gana de un oficial de mi estación.

―Está bien, Alan... yo lo haré.

―Genial, saldremos para allá en una hora. ―Alan se dirigió a la salida de su propia oficina, pasando por un lado de Alice, acercándose un poco a su oído para decirle algo que le caló en lo más profundo―. Estoy muy decepcionado de ti.

Alice se quedó congelada en su lugar, bajo la preocupada mirada de Liam. La chica no entendía de qué hablaba el mayor, pero no se quedaría con la incertidumbre. Cuando reaccionó un poco, salió a prisa de la oficina y corrió para darle alcance a Alan, tomándolo del brazo para que este se detuviera y volteara a verla.

―¿De qué estás hablando?

―Te lo aseguré, te dije que podías confiar en mí. Pasé por alto un delito para poder ganarme tu confianza, y aún así, me seguías ocultando cosas...

―No entiendo qué quieres decir con todo esto...

―¿Me vas a seguir ocultando que Hannah fue la responsable de la muerte de Jennifer Hanson?

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