16
―Buenos días, agentes. Soy el oficial Alan Bloomgate, y veo que ya se encontraron con mi linda compañera, la oficial Crawford.
―¿Oficial? Hija, ¿de qué está hablando este hombre? ―El tono en que papá hablaba me decía que estaba molesto, y con razón, ya que no se me había dado el tiempo para darle la noticia.
―Papá, les presento al jefe de policía de Duskwood, Alan Bloomgate. Tú ya habías visto algunas fotos de él. Alan ―me acerco a Alan y presiono fuerte su brazo, mostrando que estoy molesta por su comentario―. Él es mi padre, el agente especial Albert Crawford, y él... es un compañero de papá, el agente Liam Wilson. ¿Cierto?― le pregunto mientras veo cómo me sonríe de una manera extraña.
―Es correcto, señorita.
―¿Qué quiso decir el oficial Bloomgate con eso de "oficial Crawford"? ―Para papá, no importaba nada más que una explicación sobre la forma en que Alan me había presentado.
―Yo le puedo explicar, señor...
―No, estoy hablando con mi hija, usted no se meta. ―Mierda, papá estaba molesto, demasiado molesto; hacía mucho que no lo veía así y tenía que tranquilizarlo antes de que se le ocurriera hacer una tontería.
―¡Basta, papá! No puedes hablarle así. Recuerda que tienes que trabajar con él en este caso, cualquiera que este sea.
―Alice, estoy esperando...
―Ya, está bien... te explico ―le digo rindiéndome al fin, ya que no se quedaría tranquilo hasta obtener una explicación―. El oficial Bloomgate piensa que mi trabajo en un caso en el que recibió mi ayuda fue bastante bueno; después descubrió que fui policía y me ofreció una plaza que yo acepté.
―¿Por qué no me lo dijiste, cariño? ―su tono bajó un poco, lo que indicaba que no estaba molesto porque hubiera entrado a la policía, sino porque no le avisé.
―Estaba dudando en aceptar; apenas ayer le dije que sí. Hoy apenas iba a la estación para hacer las cosas oficialmente. El jefe no debió decir nada aún.
―Ya veo... cariño, ¿a caso...? ―Papá a veces me asustaba; sus cambios de humor eran tan radicales, justo como ahora, que su enojo parecía haberse esfumado y ahora sonreía de una manera un tanto insinuante, tal vez recordando lo que hablamos la última vez.
―No, y después hablamos de eso.
―¿En qué caso trabajó junto al oficial Bloomgate, señorita Crawford? ―Por un momento me había olvidado de Liam, y al escuchar su voz sentí un estremecimiento que me heló la sangre― ¿Acaso fue el de la chica desaparecida? ¿Esa que encontraron en una mina? ―¿Quién demonios era este tipo?
―¿Cómo sabe usted sobre eso?
―El FBI ya había estado aquí y yo, bueno, sé hacer mi trabajo; no iba a venir sin conocer lo ocurrido aquí.
―Ya lo veo...
Mierda, las cosas se estaban poniendo extrañas; el comportamiento de ese agente me ponía bastante nerviosa, era como si leyera mi mente. Aún cuando en un principio lo pensé, después de cruzar unas cuantas palabras, supe que ese hombre no era un idiota como aparentaba; era bastante astuto y justo ahora parecía que me estudiaba. Dios, hace tanto que no necesitaba un cigarro como ahora; ni cuando estuvimos buscando a Hannah me sentí tan estresada.
―Bien, agentes, ¿desean ir a la estación o prefieren hacer algo antes de iniciar con el trabajo?
―Lo mejor sería ir a la estación, pero creo que mi compañero y yo necesitamos algo de café en nuestro organismo. ¿Hay algún buen lugar donde podamos beber un poco?
―Claro, la cafetería Arcoíris es el mejor lugar que pueden encontrar ―Alan se acerca a mí y pone su mano en mi hombro, sacándome de mi trance―. ¿Por qué no los llevas, Alice? Mientras arreglo todo el papeleo de tu ingreso.
―De acuerdo, Alan. ¿O debo llamarte jefe? ―le digo con un tono un poco juguetón para evitar que se preocupe por mí; después de todo, noté su expresión contrariada por mi comportamiento.
―Tranquila, eso no importa ahora. Ya hablaremos de todo eso después. Ve a disfrutar de este tiempo con tu padre.
―Gracias, eres un encanto. Bien, papá, pueden seguirme; los llevaré por ese delicioso café y algo para que desayunen. Me imagino que tienen hambre.
―Sí, bastante, señorita. Pero, ¿en serio irá en la motocicleta? ¿No prefiere venir con nosotros?
―Oh, no, no le sugieras eso. Esta niña no es capaz de separarse de su vehículo ni porque su madre se lo pida, menos porque lo hagas tú.
―Oh, vamos, jefe, le aseguro que yo soy capaz de hacer que su hija haga cosas que usted ni se imagina.
Monté mi motocicleta y tomé mi casco, acomodándolo antes de ponérmelo mientras escuchaba la plática de esos dos.
―¿Pueden dejar de hablar de mí? Les recuerdo que aún estoy aquí.
―Lo siento, cariño, anda, te seguimos.
Como quedamos, fuimos a la cafetería y tomamos algo de café y un desayuno rápido mientras pasábamos un buen rato, o al menos lo que se podía con ese hombre presente. No podía negar que el tipo era bastante guapo y parecía carismático, pero había algo en él que no me gustaba nada. La forma en la que me hablaba y me miraba era bastante incómoda; me sentía escaneada con ojo crítico, como si fuera sospechosa de algo. Mierda, ¿acaso él era parte de la BAU?
También me sentía bastante incómoda por otro motivo, aunque causado por la misma persona, y es que Wilson llamaba mucho la atención en un lugar como este. Hay que recordar que normalmente en Duskwood nunca pasaba nada, así que cuando un tipo en sus 30, de más de metro ochenta y con porte de modelo, estaba sentado en la cafetería como si estuviera posando para una sesión de fotos, todas las miradas estaban sobre nosotros. No los culpaba; después de todo, si no supiera quién era, yo también estaría así. A la larga, era bastante molesto, aunque parecía que papá ya estaba acostumbrado.
Cuando estábamos por terminar, me puse de pie y fui a hacer un pedido más, este para Alan. No sabía si había desayunado y creo que a partir de ahora el trabajo sería bastante pesado. Volví a la mesa para terminar mi café y no pude hacer que Wilson dejara de verme con una sonrisa bastante insinuante.
―Mi bella señorita, ¿para quién es ese desayuno que acaba de pedir? No me diga que es para usted...
―No, no es para mí, pero si lo fuera, no creo que sea algo de su incumbencia.
―Parece que tiene muchas consideraciones con el oficial Bloomgate... ¿Acaso hay algo entre ustedes?
―Eso es otra cosa que no le incumbe...
―Claro que me incumbe, señorita. Quiero iniciar una amistad con usted, y no me gustaría causar algún tipo de conflicto entre ustedes.
―Basta, Wilson, deja de molestar a mi hija y mejor termina porque tenemos que ir a la estación y comenzar con esto.
―Sí, sí, ya no sea aguafiestas, jefe.
~PoV Alan~
Estaba terminando de preparar los documentos necesarios para que Alice estuviera oficialmente dentro, pero mi cabeza no dejaba de dar vueltas en el asunto de los agentes que acababan de llegar.
El día anterior me llamaron y avisaron que no tardaría en llegar una persona que venía del FBI, pero nunca se me informó que realmente serían dos personas, y peor aún, jamás se me pasó por la mente que esa otra persona tendría algún tipo de interés en Alice.
Por alguna razón, me sentía bastante ansioso con la situación, y no era para menos; claramente podía ver que el sujeto era bastante apuesto, era joven y tenía una chispa especial en él. Era bastante lógico que Alice pudiera llegar a fijarse en él.
Maldición, la chica me gustaba en serio, pero no dejaban de aparecer obstáculos: el primero y más grande, Jake, de quien parecía aún estar enamorada; después, Gretel, quien llegó a importunar nuestras vidas porque ella misma no es feliz, y ahora esto...
Mi mano presionaba fuertemente el bolígrafo cuando escuché a uno de mis hombres anunciando que una chica y dos agentes acababan de llegar, para después escuchar la voz de Alice hablándome.
―¡Alan, llegamos! ―Alice entra con un paquete que pone sobre mi escritorio― Me imagino que no has desayunado, así que te traje algo.
―La señorita Crawford estaba muy preocupada por usted, oficial.
―Oh, linda, no era necesario que te preocuparas, pero muchas gracias. ―Al abrir el paquete, noté un vaso de café y un desayuno salado como aquel que pedí la primera vez que salimos a desayunar juntos, algo que me hizo sonreír.
―¿Y bien? ¿Qué tengo que hacer?
―Bien, para empezar, necesitas leer estos documentos y, si estás de acuerdo con las cláusulas, deberás firmarlas. En ellos vienen especificados horarios, salarios, obligaciones y derechos, todo lo relacionado al trabajo.
―Claro, dame unos minutos. ―Tiendo una carpeta amarilla con varias hojas con dicha información, carpeta que Alice toma para irse a sentar en un asiento alejado de mi escritorio, dejando que los dos hombres quedaran sentados en los asientos más próximos, justo frente a mí.
―Lamento el inconveniente, esperaba tener todo lo relacionado con el ingreso de Alice listo antes de que ustedes llegaran, aunque no se me dio demasiada información. De hecho, siempre se me manejó como que venía un agente del FBI, pero nunca se me explicó el porqué, ni que eran dos. ¿Puedo saber a qué se debe su presencia aquí?
―Sí, bueno, originalmente sólo vendría yo, pero de último momento se me informó que Wilson vendría también conmigo. Después de todo, un miembro de la BAU sería de gran ayuda para el caso.
―¿BAU? ¿Qué caso están investigando para que a mi parte de usted también venga alguien de la unidad de análisis de comportamiento? ―no pude evitar notar cómo Alice presionó con un poco más de fuerza las hojas que tenía en sus manos, algo que los otros dos no habían notado.
―Hace unas semanas, varios agentes vinieron hasta aquí porque llegó información de que en el lugar había un sujeto buscado por nosotros ―el mayor comienza a explicar con bastante calma, como si hablara de cualquier tema, al parecer acostumbrado a estas situaciones―, pero, por desgracia, el muy maldito se escabulló.
―Días después, nuestros radares volvieron a detectar actividad sospechosa, así que suponemos que el sujeto que buscamos sigue aquí y tal vez conoce a alguien local que lo está ayudando.
―Ya veo, pues díganme qué necesitan y con gusto les ayudaré.
―Necesitamos un lugar donde podamos instalarnos y la información sobre el caso de esa chica desaparecida.
―Claro, aunque no entiendo por qué necesitan la información de ese caso...
―Alan, terminé.
―Oh, bien, veamos... sí, parece que todo está en orden. Ahora necesito que tomes estos documentos y se los muestres al hombre que los trajo aquí; él sabrá a dónde te debe llevar. Ahí te harán unas preguntas y una prueba de tiro.
―¿Qué? ¿Tan pronto?
―Ya conoces el manejo de un arma; después de todo, ya fuiste policía. No tiene caso que pases por el molesto curso y todo el papeleo que esto implica. Anda, ve.
―¡Vaya! ¿En verdad fuiste policía en el pasado?
―Sí, e incluso entré a la academia del FBI, pero por un asunto personal lo tuve que dejar.
―Genial, ¿puedo acompañarte en tu prueba de tiro?
―¿Eh? Yo, bueno, no lo sé. ¿Alan?
―Oh, claro, mientras no intervenga en tu examen, todo está bien.
―De acuerdo, entonces nos vemos al rato.
Veo salir a Alice junto al agente Wilson, y después noto que el agente Crawford me mira de una manera un tanto extraña; parecía sonreír, pero a la vez parecía buscar algo en mi expresión. El hombre parecía alguien bastante extraño y parecía que esperaba algo.
―Al fin estamos solos. ―Lo sabía.
―Sí, eso parece.
―Bien, vamos a hablar claro. ¿Qué intenciones tienes con mi hija?
~PoV Alice~
Fuimos a buscar al hombre que nos había guiado a la oficina de Alan y le entregué los documentos que traía, explicándole la situación. Al revisar todo, nos llevó con la persona encargada de este trámite. Una vez ahí, la persona volvió a revisar todo y nos llevó al área de tiro donde me evaluaría. Ahí me entregó un arma, un cargador, lentes y orejeras para amortiguar el sonido mientras me hacía varias preguntas.
Pasados cerca de treinta minutos, el examinador me dijo que todo estaba bien y que había pasado la prueba. Me entregó más documentos y me dijo que los entregara a Alan, que él sería quien me entregaría mi arma cuando me diera mi placa.
Mientras caminábamos para llegar a la oficina de Alan, Wilson insistía en entablar conversación, algo a lo que yo estaba bastante renuente.
―Señorita Crawford, usted es increíble. Tiene una puntería increíble.
―Gracias, agente Wilson.
―Sólo Liam.
―Bien, Liam, basta... ¿Acaso me quiere decir algo?
―Ya se lo dije, quiero que seamos amigos. Su padre ha hablado tanto de usted que siento que ya la conozco.
―Pues si siente que me conoce, ya debería haberse dado cuenta de que me siento bastante hostigada con usted prácticamente respirándome en la nuca y llamándome "señorita Crawford" todo el tiempo.
―Bueno, creo que se sentirá peor cuando vea lo que tengo aquí.― Saca su celular y busca algo que me quiere mostrar, y lo encuentra justo al llegar a la puerta de la oficina. ―Aquí, mire, lo encontré mientras la stalkeaba un poco y fue algo que llamó mucho mi atención.
―... ―Cuando vi lo que tenía que mostrarme, me quedé sin palabras por un momento; no esperaba que fueran precisamente esas publicaciones.
―Me encantaron, no lo voy a negar, pero no entiendo el porqué de esas publicaciones, ¿me lo puede explicar?
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