✉ UN CIGARRILLO EN EL LABORATORIO
Narrador omnisciente :
Lunes por la mañana los salones comenzaban a llenarse, las últimas tres horas estarían libres para dar paso al partido de fútbol americano, muchos le deseaban suerte a Rafa y los que susurraban que no iban a ganar solo se ganaban una mirada asesina por parte del ojiverde para después ignorarlos.
Rafa tenia una reputación mala y buena a la vez, pues muy pocos se metían con el y siempre defendía a los de primer año.
Cada uno de ellos destacaba por entre los demás.
— Rafa me pidió que te diera esto. — dijo la castaña a la chica de cabello rubio — es la escarcha
— Gracias ________. — dijo Ana amablemente — el debe estar sumamente ocupado, así que yo se lo daré al profesor.
— esta bien.
Narra _________ :
Me seguí a mi lugar, teníamos que esperar al profesor y mientras lo hacia Rafa y otros mas compañeros entraron al salón, así que yo seguí concentrándome en mis cosas, hasta que sentí una mano recargarse en mi hombro, con mucha confianza
— imagino que iras. — dijo Rafa con su expresión sería
— ¿quieres que valla?. — pregunte — es una invitación.
— Leo dijo que quería que fueras, el ahora esta en un examen pero quería que lo supieras. — y después de eso se retiro a su lugar
Y así se paso el día con las clases, y a la salida la mayoría se había ido a las campos, así que Fany y yo no nos quedamos atrás, solo pasamos por unas botellas de agua y nos encaminamos hasta este, por suerte nos tocaron buenas gradas.
Y justo al lado de nosotras estaba el salón de Leonardo, muchos animaban a un chico, el capitán del equipo adversario "Ian", gritaban su nombre a todo pulmón.
Ahí estaban todos en sus posiciones, Rafa se veía nervioso mientras que el capitán del otro equipo se mantenía tranquilo. El silbato sonó y el partido comenzó, por lo que pude apreciar, la posición de jugador que Rafa tenía es el Running Back, por lo que una vez que el Quaterback le dio el balón este corrió hasta la zona de gol antes de que lo alcanzara la línea de defensa del otro equipo para poder anotar un Touchdown, que equivale a seis puntos a favor para el equipo de nuestro salón.
Admito que el equipo de Rafa es mas fuerte, pero no todos son tan ágiles como el y fue entonces cuando todo lo que me habían dicho de Rafa tuvo mayor sentido, pues nadie le detenía cuando quería abrirse paso con el balón al otro lado del campo y no solo eso, los empujaba de manera tan violenta que incluso unos no podían ni levantarse y después de un buen partido el equipo de Rafa había ganado por 8 puntos de diferencia.
Bajamos a verle y felicitarlo, ahora ya teníamos un trofeo en el salón.
— ¡jugaste bien!. — decían unos
— ¡aunque también el equipo!. — dijeron otros
Al volverme sus hermanos veían hacia mi y mi amiga.
— ¡eh Rafa, ¿seguro que eres humano?, podrías derrumbar a un toro con esos brazos!.
Mientras seguían las felicitaciones el capitán del otro equipo se acercó a todos nosotros, claro junto con todos los demás de su equipo.
— Rafael. — le llamó el chico — felicidades, seguiremos esforzándonos.
— también nosotros y gracias. — respondió Rafa mientras ambos chocaban palmas
Este era un poco mas bajo que Rafa, de cabello y ojos castaños y tez clara, antes de irse se volvió hacia nosotros y me dedicó una pequeña sonrisa, algo que yo le devolví al instante.
— el es buen tipo. — dijo Leonardo mientras se posaba a mi lado — siempre se esfuerza, pero nunca ha podido derrotar a Rafa.
— ¿y eso por qué es?. — pregunte
— le falta entrenar, eso es todo. — dijo — esforzarse mas.
Tras ese gran triunfo, Rafa quiso celebrar y nos llevo a todos a su casa para hacer una pequeña reunión.
Había bastante gente por aquí y por allá, incluso Fany pudo acercarse hablarle a Rafa, pero lo mas extraño para mi fue no ver a Donni, así que me encamine hasta donde estaba su laboratorio y por suerte no me perdí.
Su laboratorio era casi tan grande como el de la escuela, había tres mesas de metal, telescopios, muchos tubos de vidrio, su bata colgada en el perchero, un gran estan y armario donde guardaba cosas, muñecos de cerámica que representaban el sistema óseo, el muscular y el nervioso, además de muchos papeles por doquier y ahí lo encontré, con libreta en mano y asiendo unos cálculos en un pizarrón de gis
— Donni. — le llame a lo que este dejo la libreta, se deslizo los lentes y me miro atento — ¿no iras?, el ambiente es muy bueno.
— iría pero en unos meses presentare mi examen para la universidad. — dijo este — y si te soy sincero las fiestas casi no son de mi agrado.
— estudias mucho. — dije mirando sus cosas — aunque si tu quieres podrías entrar sin hacer ningún examen.
— desde muy niño mi padre me dijo que era especial, resolver problemas, ecuaciones, variables, cálculos físicos y químicos era muy fácil para un niño de diez años de edad. — explicó acercándose a mi
— entonces eres un genio.
— así es. — respondió pasándome su libreta a lo que yo la mire y sinceramente no entendida nada
Paso a lado de mi y miro su microscopio muy atento, examinaba algo extraño porque no parecía sangre.
— una cura nunca es fácil de encontrar, para cambiar algo se tienen que dar muchas cosas,¿ _________ que piensas de nosotros?. — cuestionó ahora mirándome de nuevo
— me agradan. — dije de inmediato
— y que me dices de un chico genio, un raro que entrena con postes, otro que golpea como un gorila y otro que es muy reservado. — decía mirando la foto de su escritorio — una bola de raros y extraños, ¿te agradan?.
— si. — dije al instante mirando sus ojos color miel — es en cerio.
— te lo agradezco.
Sonrió invitandome a sentarme al lado de el, justo en un banco tan largo para poder alcanzar el gran escritorio y después de unos segundos ya me encontraba ahí con el.
— debo juntar varios resultados de tipos de sangre. — mencionó — prácticas, solo eso, ya les he echó este pequeño examen a los demás, también a una amiga muy cercana pero faltas tu.
— si esta bien. — dije, aunque admito que no me gustan las agujas
— esta es una lanceta. — explicó enseñándome un pequeño plástico blanco casi del tamaño de mi dedo meñique — tiene un pequeño alfiler en la punta, así que solo será un piquete en tu dedo, no te dolerá.
Y efectivamente no me dolió casi nada, mientras el examinaba mi sangre observe sus cosas en su escritorio, entre ellas la foto, parecía que aquella foto también la habían tomado por estas fechas, en navidad
— ¿Donni, tu fumas?. — pregunte
— lamentablemente si. — afirmo colocándose de nuevo los lentes para mirar mejor mi sangre — aunque no siempre, es raro cuando lo hago, pese a la edad que tenemos no es normal y tampoco me siento orgulloso, ¿qué hay de ti?.
— no, nunca he probado el cigarro antes. — dije — mi madre fuma mucho y pese a eso yo no lo hago.
— eso esta muy bien, el tabaco es dañino y aun así seguimos apegados a el, solo yo y Rafa lo hacemos, Leo y Mikey para nada.
— de echo de todos ustedes te creí menos capaz a ti, no es malo, si no es en exceso.
Este sonrió ladeando la cabeza hacia su libreta, escribiría muy rápido y en tinta azul marino con una caligrafía muy bonita.
— eres alguien interesante. — soltó con una sonrisa — quien no te lo halla dicho, no sabe en que mundo vive.
— ¿tu crees?, nunca lo he pensado.
— no necesitas pensarlo demasiado eso dejaselo a los demás, vamos, aceptare tu oferta e iré a ver como va Rafa. — dijo quitándose los lentes y la pluma de su oreja
Camino a la entrada y camine junto a el mientras lo miraba sacar un cigarro del bolsillo delantero de su pantalón.
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