Vll " Aquello que habita en la oscuridad"
Victoria
— ¿Y bien?— me preguntó Anthon luego de varios minutos de silencio—¿Qué es lo que quieres saber?
—Espera un momento—, le corté las palabras—¿Cuál es la condición?— Anthon solo me miró en silencio. Esos ojos fijos en los míos, como si estuviera adentrándose en mi interior para descubrir los secretos que guardaba.
— Ya te lo dije—, me respondió— yo también tengo dudas, así que tendrás que responder mis preguntas. Míralo como un juego: una respuesta a cambio de una pregunta—. Suspiré y asentí. Al parecer el chico estaba dispuesto a cooperar—¿Entonces? ¿Inicias tú o yo?
—¿Qué pasó el día de la fiesta?— pregunté y él miró hacia el frente antes de recostarse en el espaldar del banco.
—Supongo que iniciarás tú—. Dijo y después de unos segundos en silencio respondió— El día de la fiesta, a la que tú no fuiste, aún desconozco el motivo y la verdad es que no me agrada ya que nadie antes me había rechazado de esa manera...
—Enfócate—. Le corté las palabras.
— Ese día—, dijo con un tono más fuerte, claramente molesto por mi interrupción— hicimos una fogata y estuvimos alrededor de ella pasándola bien—. Rodé los ojos.
— No me refería a eso—. Le contesté.
—¿Y qué esperabas?— preguntó —¿Qué tuviéramos algo que ver con la muerte de Kyla? Lamento decepcionarte, pero nosotros no seríamos capaz de cometer tal crimen.
—¿Cómo puedo creerte?— volví a preguntar.
— Porque no tienes prueba de que haya cometido algún delito—. Explicó— Además, ¿Por qué crees que lo haría? ¿Qué te hace pensar que soy un criminal?
— No solo tú. Todos en esta escuela—. Respondí y me quedé unos minutos en silencio.
— Bien, me toca—. Dijo—¿Por qué no fuiste a la fiesta de inicio?— me preguntó con curiosidad y pude sentir su mirada sobre mí.
— Yo... No tenía tiempo—. Le respondí y sentí otra vez la duda saliendo de sus poros.
— No te creo—.dijo.
— Es la verdad—. Añadí.
— Siento que no estás siendo del todo sincera conmigo—. Respondió.
— Pues yo también—. Respondí y luego tomé un largo suspiro.
Anthon hizo lo mismo y luego nos quedamos un rato en silencio. La noche había sido invadida por los sonidos de los búhos y algunos insectos. La luna brillaba en el cielo siendo acompañada por varias estrellas que apenas se veían debido a la luz de las farolas. El viento movía mi cabello, obligándome a recogerlo con una liga para que no me molestara. En ningún momento miré a Anthon, pero sabía que él si me estaba mirando.
— No entiendo que pasa en esta escuela y eso me hace sentir insegura—. Confesé— Nica se niega a contestar mis preguntas y por eso pensé que tú podrías hacerlo.
—¿Por qué crees eso?— me preguntó.
— Porque...— me quedé unos segundos en silencio— La verdad es que no lo sé. Podría haberle preguntado a Hayden, pero es que él siempre ha sido tan distante y raro. Aún cuando intentaba entablar una conversación con él sobre algo que le gustara. No sabes lo mucho que me costaba investigar sobre los órganos de los animales—. Solté con frustración— Hayden tenía unos gustos extraños.
— Y aún los tiene—. Dijo Anthon con humor.
Y de nuevo el silencio.
— Si Nica no te dice nada es porque quiere mantenerte a salvo—. La voz de Anthon llenó mis oídos sin previo aviso, provocando que algunas partes de mi cuerpo se erizaran.
—¿Por qué querría hacerlo?
— Porque si sabes de más, algo malo podría pasarte—. Respondió—¿No lo sientes?
—¿Sentir qué?
— Esa aura oscura que ronda por todas las esquinas de la institución—. Respondió— En los pasillos, en las aulas e incluso en los dormitorios.
Recordé lo que me había en el pasillo la noche anterior, ¿A eso se refería?
— ¿Qué quieres decir?
— Se han dado casos en esta escuela—, explicó— casos que no pueden salir a la luz o acabarían arruinando su reputación.
—¿Qué...?
—¡Ayuda!— un grito desgarrador llegó a mis oídos y me hizo detenerme de inmediato —¡Ayuda!— volvió a gritar, por lo que me puse de pie e intenté ir hacia ella.
El grito venía del bosque dentro de la escuela. Se oía como una voz femenina, una que yo conocía y parecía aterrada por alguna razón.
—¡Ayuda!— volvió a gritar y yo me levanté del asiento dispuesta a ir por ella, pero una mano me lo impidió.
— Tenemos que ir a ayudarla—. Exigí a Anthon luego de recordar lo que había pasado en el Gimnasio.
— No vayas—. Me pidió Anthon— Debemos regresar a los dormitorios.
Miré desesperada a mi alrededor y no noté a nadie. Al parecer las personas que antes conversaban y se paseaban tranquilamente ya se habían marchado.
— ¡Necesita ayuda!
— Victoria, no vayas—. Repitió, pero yo me solté y salí corriendo en la dirección de aquella voz—¡Victoria!
Me adentré al oscuro bosque cubierto por frondosos árboles. Apenas podía ver, pero la voz seguía gritando y yo me guiaba por ella.
—¡Por favor!— gritó—¡No! ¡Socorro!— gritó y luego se quedó en silencio.
Me detuve en seco al dejar de escucharla.
¿Y si le había hecho algo? ¿Quién? ¿Quién era?
—Victoria Cojocaru—. Una voz rasposa llenó el silencio del lugar— ¿Qué hace una oveja tan lejos de su rebaño?
—¡¿Quién eres?!— pregunté demandante.
— Vaya, vaya—. Habló a lo lejos, pero a la vez cerca— La presa tiene agallas.
Alguien olfateó la parte trasera de mi cuello, provocando que me girara rápidamente para ver de quién se trataba, pero nadie estaba.
—¿Qué eres?— volví a preguntar.
— Tengo muchos nombres—. Respondió— Algunos me llaman “Depredador”, otros “Fantasma”, pero la mayoría utiliza el término “Aquello que habita en la oscuridad”.
—¿Qué quieres de mí?— pregunté y él rio.
—¿De ti?— preguntó y sentí como alguien se pegó a mi espalda. Sus manos me abrazaron por el cuello y cintura. Sus labios rozaron mi cuello, luego mi mandíbula y se detuvo en mi oído antes de susurrar— De ti lo quiero todo—. Seguido sentí como clavó sus dientes en mi hombro y un grito se escapó de mis labios.
Dolía. Dolía como el diablo. Sentía la caliente sangre rodar por mis hombros y hacia mis pechos. Intenté moverme y alejarme de él, pero no me lo permitió haciendo más presión que antes.
Por un momento pensé que se trataba de un vampiro, mis padres me habían hablado de ellos y de lo peligros que eran, pero descarté esa idea al girar un poco mi rostro y ver que sus ojos eran amarillos en vez de rojo.
El terror se plantó en mi rostro al entender de que se trataba. No, no podía ser eso. Su clan se había extinguido hace varias décadas. Ya no quedaba nadie, ¿O si?
—¡Suéltame!— grité—¡Suéltame!— repetí, pero él no lo hacía y las fuerzas por mi parte iban desvaneciéndose.
Estaba absorbiendo mi alma. Maldito demonio. No podía dejar que me asesinara.
Mi cuerpo comenzó a debilitarse y comencé a caer lentamente hasta el piso. Me sentía mareada y adolorida. Sentía ganas de vomitar y todo a mi alrededor daba vueltas. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué tan rápido?¿De qué clase era este demonio?
—¡Suéltala!— una voz demandante sonó desde atrás y sentí como alejaban a la bestia de mí.
Caí al suelo débil, pero con la suficiente fuerza como para elevar la vista y ver contra quien me estaba enfrentando.
Su cabello era oscuro y vestía como si viniera de la Edad Media. Traía un porte firme y como estaba de costado pude notar el cierto parecido que tenía con Anthon, quien se encontraba frene a él. Con una única diferencia. Ese ser tenía alas, como todos los de su especie.
—¡Vete!— dijo Anthon con demanda y pronto vi la figura medieval desaparecer en el aire como humo.
Luego de eso, se acercó a mí y me tomó de los hombros para recostarme en su pecho. Sentí su calidez mientras iba cerrando los ojos. Su brazo se aferraba a los míos y el otro me pasaba por debajo de las rodillas antes de levantarme.
— Lo siento—. Fue lo último que escuché antes de caer inconsciente.
Nicaveth
— Nica, tenemos que hablar—. La voz de Ezra sonaba detrás de mí mientras yo lo ignoraba.
Casi me dio un infarto al verlo entrar por la ventana mientras yo me preparaba para dormir. Ahora estaba sentado frente a mí, pero yo no le hacía caso mientras fingía revisar la tarea de mañana. Tarea que no había hecho.
— Nica... Se que tienes curiosidad.
— No es cierto—. Aclaré— No me interesa lo que ocurrió y no quiero hablar de ello. ¿Puedes dejar tu intensidad?
—¿Entonces lo vas a ignorar?— preguntó—¿Vas a fingir que nada ocurrió como lo haces desde hace un año?
— No me importaría—. Respondí.
— ¿Por qué?
—¡Porque la última vez que tuve curiosidad...!— mis palabras se quedaron en el aire.
Lo recordaba todo como si hubiera ocurrido ayer. La curiosidad me había llevado a perder a alguien importante para mí y después de eso no me había recuperado por completo. Mi mejor amiga había sido asesinada por Aquello que habita en la oscuridad y yo no había podido hacer nada al respecto porque “ En la oscuridad no pueden encontrarse culpables”.
— No fue tu culpa—. Habló el chico sacándome de mis pensamientos.
— Tal vez no del todo —. Respondí mirándolo fijamente por primera vez desde que entró en la habitación— Tal vez ustedes también tienen la culpa. Después de todo, si yo no me hubiera unido, ahora sería una de las muchas chicas normales que ignoran la verdad de este lugar.
— No hay una verdad concreta—. Respondió Ezra, sonaba algo molesto.
—¿No?— pregunté— Entonces, ¿Por qué insistes tanto en ocultar la verdad? ¿Por qué no dejar que todos sepan lo que ocurre en este lugar y así permitir que se quede el que realmente quiera?
— Sabes que no lo harían.
— Por supuesto que lo sé—. Respondí— ¿Y sabes que más sé? Que dependes de las personas internas en este lugar para poder vivir—. El rostro de Ezra se contrajo por la sorpresa—. Y se que esos vampiros también tienen algo que ver.
—No es lo que tú piensas—. Dijo.
—¿No?— pregunté molesta, acercándome a él—¿No tienen algún trato? Se que los vampiros y los de tu especie suelen estar muy comunicados entre sí. O es que, ¿A caso solo eres un lacayo más?
La mano de Ezra se movió con fuerza y rapidez, tomándome de la mandíbula y lanzándome de lleno sobre la cama. Su rostro quedó a escasos centímetros del mío y su respiración comenzó a invadir la mía.
— Esto te lo digo para tu propia protección—, comentó— no debes estar cuestionando a otros sin conocerlos de verdad—. Su nariz rozó la mía , aunque no a propósito —Sí, soy algo más que un simple humano, eso ya lo sabes de sobra, pero no soy un simple lacayo. Tengo mis posesiones y mis propios súbitos—. Añadió—. Los vampiros y nosotros no tenemos ningún trato que nos beneficie, más bien es como un acuerdo de paz, pero nada más. Y de no haber sido por mí, te habrían llevado a un lugar muy lejos. Más lejos incluso de este universo y más nunca ibas a poder regresar—. Soltó mi mandíbula y puso su mano a un lado de mi rostro— Así que deberías estar agradecida en vez de estarme juzgando, Nica—. Su voz salió en un tono severo. Ezra estaba muy molesto. Nunca lo había visto en ese estado y eso me estaba asustando.
— Ezra...— intenté separarlo de mí con cuidado, pero él me lo impidió.
—¿Ahora estás asustada?— preguntó con un ápice de burla— No me temas Nica, sabes que nunca podría hacerte daño. Ya te lo dije.
— Aléjate—. Demandé y este lo hizo, con una sonrisa en su rostro.
Me alejé de él como pude e intenté mantenerme firme, pero sus palabras me habían dejado un poco perturbada y con más dudas que antes. ¿Qué era él realmente? Nunca lo había descubierto. Aquello que habita en la oscuridad no me lo había permitido.
Si no hubiera salido de la cabaña aquella noche...
Cuatro años atrás...
Desperté en el enorme sofá de la cabaña donde horas atrás habíamos estado todos mirando una película. Para mi sorpresa, no había nadie más que yo en el lugar, por lo que decidí explotarlo y con suerte encontrarlos.
Llevaba más de un años juntándome con ellos, pero no estaba preparada para lo que me encontraría en la cochera de la cabaña.
Un cuerpo.
Sangre a su alrededor.
Armas cubiertas de ese líquido rojo y espeso.
Cada uno de ellos sujetaba una diferente, pero de todas la de Ezra era la que más sangre tenía.
Un quejido involuntario salió de mis labios y los tres chicos que están dentro se giraron hacia mí. Aparte de Ezra noté que también estaban Hayden y Xavier.
— Mierda—. Solté sin pensarlo, pero no quería hacerme una idea equivocada de que era eso— Chicos, ¿Eso…es?
— Nica—, una voz detrás de mí me hizo girarme sin saber de quién se trataba— ¿Qué haces aquí?— la voz de Anthon sonaba seca.
—Yo...yo solo estaba...— el aire comenzó a faltarme, ¿Qué es eso? ¿Esa chica es real?
— Lo siento—, respondió. Se veía muy apendo— no deberías haber visto eso—. Y seguido comenzó a acercarse a mí mientras yo me alejaba a paso rápido.
Me giré para comenzar a correr, pero sus fuertes brazos me tomaron desprevenida y tapó con un paño mis labios. Yo forcejeé e intenté soltarme, hasta que mi cuerpo sucumbió por la falta de aire y acabé desmayada.
En el presente...
La puerta de la habitación se abrió y dejó a la vista la figura de Anthon. El mismo cargaba en sus brazos a Victoria, quien yacía inconsciente.
“Sangre por todas partes”.
“Su cuerpo inmóvil”.
“Está muerta ”.
Eran recuerdos de mi oscuro pasado.
—¿Qué le pasó?— pregunté entre preocupada y molesta, pero Anthon no me respondió. En su lugar miró a Ezra y este pareció entender lo que había ocurrido.
—¿ Cómo pudo pasar?— preguntó— Pensé que estaba débil.
— Lo estaba—. Respondió el peli castaño dirigiéndose a la cama y dejando el cuerpo de Victoria en el mismo antes de taparla con su frazada.
— ¿Qué le dio la fuerza necesaria entonces?— preguntó Ezra y luego guardó silencio antes de auto responderse— Kyla.
¿Kyla?¿Qué tiene ella que ver con esto?
Mi rostro debió ser un poema, pues los chicos me miraron fijamente antes de que Anthon hablara.
— Nica, algo raro está pasando en estos momentos—. Alcé una ceja— Algo más raro de lo normal—. Aclaró — Necesito que mantengas a Victoria alejada del bosque y que se mantengan rodeadas de personas siempre que puedan—. Pidió— Hablaré con la directora para que las pasen a otra habitación con más chicas. Si es necesario, intentaré que las transfieran a las habitaciones élite. Me sentiré más cómodo si las tengo cerca.
— No, gracias...
— Nica, esto no es un juego—. Me interrumpió serio— Lo mismo que mató a Emma ahora va detrás de Victoria—. Sus palabras me dejaron muda—. Así que si no quieres que ella termine igual, debes hacer lo que te digo.¿Te quedó claro?— mi silencio fue su respuesta— Ahora nos iremos, pero mañana regresaré a vigilar que todos esté como lo planeado. Hayden y Xavier se quedarán a hacer guardia por esta noche.
Dicho eso, salió de la habitación y me dejó solo junto a una Victoria inconsciente.
Caminé hacia la ventana y miré hacia abajo, para notar a los chicos recostados a uno de los árboles y con la vista puesta en dirección a mi dormitorio. Hayden tenía un semblante serio, pero Xavier se veía muy entretenido e incluso se atrevió a saludarme con una mano.
Los ignoré y me dirigí hacia mi cama, acostándome y apagando la luz. Antes de dormir me tomé una pastilla para relajar los músculos que tenía tensos. Aunque igual senos que esta iba a ser una noche larga.
Oscura y larga.
Hola!
¿Cómo están?
¿Todos bien?
Aquí les traigo un nuevo capítulo lleno de drama, misterio y cero amos 😍
¿Qué sabrás Nica?
¿Quién será Aquello que habita en la oscuridad?
¿Qué será Ezra?
¿Qué les pareció el capítulo?
Espero que lo hayan disfrutado.
Nos leemos pronto;)
Pasen una bonito día y tomen mucha agua.
Bye 😉
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