🎄ESPECIAL NAVIDAD🎄


[⚠️ACLARO: este especial es antes del castigo]

[⚠️ACLARO⚠️ si bien no es taaan subido de tono, tiene un poco de eso (aunque repito para no decepcionarlxs, no tanto), así que queda en ustedes seguir leyendo]

Narrador omnisciente:

Era un 24 de diciembre por la noche en la madriguera. Afuera, la nieve caía y formaba un manto en el piso. El frío atravesaba cualquier capa de ropa y hacía sentir que las manos se caerían en cualquier momento.

Molly, con un gran espíritu navideño y agradecida de pasar las fiestas en familia, preparaba la comida. Iba de aquí a allá preparando todo y tratando de preparar una cena perfecta. De vez en cuando, iba a la sala para ver a su esposo, Arthur, charlar con Hermione sobre cosas muggles. Veía con la fascinación que su esposo escuchaba a la niña hablar sobre un patito de hule, pero también veía cómo la joven se encontraba algo incomoda pues quería ir con sus amigos.

-Arthur, ¿por qué no vienes y me ayudas con la cena?- le preguntó a su esposo y él, sabiendo el esfuerzo que hacía su esposa por las fiestas, aceptó.

Hermione le agradeció con un asentimiento de cabeza a la señora Weasley y se dirigió al cuarto de los gemelos, donde estaban todos reunidos esperando la llegada de la chica.

-Era hora de que llegaras Mione- dijo la mejor amiga de la castaña.

-Lo siento, pero el Señor Weasley me retuvo para hablar de cosas muggles-

-Si, me paso- bromeó Harry sobre sus experiencias similares con el padre de sus amigos.

Los chicos y las chicas pasaron la siguiente hora hablando sobre sus anécdotas en Hogwarts, las increíbles bromas de los gemelos y de todo lo que se les ocurrió. Entre las charlas sin sentido y las risas, nadie podía ver las miradas que Ginny y Harry intercambiaban.

Un rato más tarde, Molly gritó desde la cocina que la comida ya estaba lista. Fue una cena agradable, en donde varias conversaciones se mezclaban, cada cual hablaba con alguien sobre temas de su agrado. Casi todos estaban ansiosos por abrir sus regalos, estaban dispuestos a acostarse temprano para así más rápido llegaba el 25 a la mañana. Sin embargo, un par de enamorados, esperaban ansiosos a que todos se fueran a dormir y así poder tener su tiempo en pareja.

Molly le preguntaba a Herms sobre si había algún pretendiente, pues había escuchado el rumor de que había ido a una cita con un chico de Ravenclaw pero la chica simplemente negó aquel rumor.

Fred y George trataban de convencer al señor Weasley de crear su propia tienda, y mientras le punteaban unas 50 razones por las cuales esa idea era "increíblemente fantástica, más fantástica que el mundo fantástico de fantasilandia" (palabras exactas de los muchachos), Ron reía de todo lo que salía de la boca de sus hermanos, incluyendo cuando escupían comida a causa del entusiasmo de hablar.

Harry intentaba de prestar atención a la conversación de Charlie y Bill sobre las aventuras que vivían de jóvenes, pero sólo podía ver a la pelirroja sentada frente a él charlando animadamente con Percy.

Una vez terminada la cena, Herms ayudo a Molly y Arthur a ordenar la cocina y la mesa. El resto de los hombres/muchachos Weasley fueron a sus respectivos cuartos.

-Harry, ¿subes o qué?- le preguntó Ron a su amigo.

-Ya, en un segundo, tengo que hacer algo antes-

Su amigo simplemente asintió. Él sabía que era algo raro así que no sospecho de sus verdaderas intenciones.

Ambos jóvenes agarraron sus abrigos rápido y salieron sin ser vistos. A unos cuantos árboles, cerca de la madriguera, Harry y Ginny tenían un escondite. Realmente ese lugar era donde iba la chica para escapar de sus hermanos, pero luego de comenzar una relación secreta con Harry, propuso que ese sea su lugar.

Ambos fueron inteligentes al traer faroles para así alumbrar el lugar. En cuanto llegaron, se podían escuchar a los grillos cantar, las estrellas en el cielo parecían luciérnagas y la luna brillaba. Había alguna que otra nube pero por suerte la nieve había dejado de caer.

Ginny se detuvo a observar el lugar, pero no duró mucho pues Harry rápidamente la acorraló contra un árbol y comenzó a besarla.

El beso poco a poco se tornaba más intenso y feroz. Ginny no se quedó atrás y le siguió el beso con la misma pasión. Ella abrió un poco la boca para así dejar pasar la lengua de su novio.

Las hormonas y el entusiasmo de estar en una relación "clandestina" hacía que ambos sintieran el ambiente más caliente, a pesar de estar en pleno invierno.

-No tienes idea de cuanto esperé para besarte- le dijo Harry antes de volver a besar a su chica.

Las manos de Harry iban desde la cintura baja de Ginny hasta sus mejillas. Ella acariciaba el pelo del chico y de vez en cuando le tiraba un poco para provocarlo.

-Harry- suspiró en medio del beso.

Ginny, dejándose llevar por la sensación del momento, tomó las manos de Harry y las posicionó en su trasero, en una indicación de que tenía permitido tocar aquel lugar. Él muy a gusto, pero nervioso, conservó sus manos en aquel lugar, apretándolo cada vez que ella jalaba de su cabello.

Sabían que la cosa no iría a mayores, no debería ser muy cómodo tener relaciones en el medio del campo, con nieve y de noche, pero eso no les negaba la posibilidad a coquetear y jugar con sus cuerpos.

Ginny seguía contra el árbol, y esa posición no le incomodaba, pero era una chica muy independiente y que la mayor parte del tiempo le gustaba mostrar su poder. Entre besos, dio un giro, dejando a Harry contra el árbol.

Harry, queriendo sentir más cerca a Ginny, se sentó contra el árbol dejando a la chica a horcajadas sobre él.

Ginny, sabiendo la reacción que tendría su novio, comenzó a moverse seductoramente hacia delante y atrás, sintiendo como el amigo de su novio comenzaba a despertarse aún más de lo que ya estaba. Se sentía con tanto poder al ver lo que podía provocar con tan poco, y su mente divagó a pensar en lo que podría llegar a lograr con menos ropa. De todas formas, rápidamente pensó que aquel no era el lugar.

-Te juro que si no estuviéramos rodeados de nieve en el medio de la nada, no tienes ideas de las cosas que te haría...- le dijo Harry contra el odio para luego darle una hilera de besos que iba desde su oreja hasta su clavícula.

La muchacha no pudo evitar soltar un gemido, provocando una sensación en el chico inexplicable.

Ella seguía con sus pequeños movimientos, él movía sus manos desde los muslos de la chica, hasta su trasero y luego su cintura baja.

Ginny, con deseo de provocar al chico, le susurro un par de cosas y dirigió su boca al cuello de Harry, siempre intentando no dejar marcas, por más ganas que ella tuviera.

Harry comenzó a subir más sus manos, teniendo dos objetivos en la mira, pero lamentablemente, o no, se sobresaltaron al escuchar los fuegos artificiales.

Las 00:00 habían llegado, y seguro todos los estarían buscando para brindar. Rápidamente se levantaron y esperaron a que sus respiraciones se calmaran.

-¿Estas listo para volver?- le preguntó Ginny.

-Mi amigo aún no se calma, aguarda un segundo-

-Oh-

-Si, oh-

-¿Qué excusa daremos?- preguntó la pelirroja.

-¿Te parece decir que vimos las escobas fuera y las fuimos a guardar?-

-Esa la usamos hace tres días-

-¿ Y si decimos que simplemente queríamos ver la nieve?-

-Hagamos esto: entremos, y si nos preguntan digamos eso, pero cabe aclarar que es una pésima excusa-

-Esta bien-

Ginny hizo un ademán en avanzar hacia la casa pero Harry la agarró de la muñeca y le dijo:

-Cuando todos se vayan a acostar, sabes donde buscarme-

Fue así, como luego de un largo brindis y mirar a los fuegos artificiales, la familia Weasley y Hermione se fueron a dormir.

Por el contrario y para suerte de Harry y Ginny, Charlie se dirigió a su casa en Rusia por medio de los polvos flu, dejando a los enamorados un cuarto libre para hacer lo que quisiesen y así seguir con lo que habían dejado en pausa hace un rato.

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