Capítulo 7
—¿Has visto a la santa de tu amiga?
—Menos mal que podías confiar en ella...
Es increíble. Llevo días relacionándome poco y menos con Jade y Chloe, y para una vez que se acercan a entablar una conversación conmigo, me tienen que hablar precisamente de Lauren. Es obvio que están hablando de ella por eso que ha sucedido mientras jugábamos a ese extraño juego llamado "nariz con nariz".
No es culpa de Lauren, tampoco de Andrew. Seguro que mis amigas creen que lo han hecho a propósito y para hacerme daño, pero yo no lo veo de esa forma. ¿Cómo van a hacerlo expresamente si ni siquiera sabían a quién estaban besando?
No quiero ni recordarlo. Lo he sentido como una auténtica traición, aunque ya he dicho que no los considero culpables de nada. Si hay alguna culpable aquí siempre soy yo porque cada cosa que toco la rompo hasta que termina por romperme a mí también. Tengo una especie de don para alejar de mí todo aquello que me hace bien.
Sin decir nada más, me marcho de donde están Jade y Chloe. Siento que nuestra amistad está rota y no quiero comprobarlo. En realidad han sido las mejores amigas que he tenido jamás y perderlas del todo podría terminar de destrozarme.
Decido marcharme al baño y hacer eso que siempre hago cuando quiero desaparecer: encerrarme. Estoy a punto de echar el pestillo cuando alguien llama a la puerta del compartimento. No contesto, pero al parecer a esta persona no le hace falta escuchar mi voz para saber que soy yo la que estoy dentro.
—Evelyn, soy yo.
Vamos... ¿De verdad? Esto ya no es normal. ¿Qué se ha tomado esta mujer para convertirse en mi nueva heroína? No voy a confiar en ella, no después de las broncas que me echaba el año pasado hasta por respirar. Además, eso de ser la hermana de uno de los chicos que me ha partido el corazón no es que juegue mucho a su favor.
—A ver —su voz no es tan firme y su tono no suena tan prepotente como lo hacía en un pasado. Incluso da la impresión de que está nerviosa—, sé perfectamente que no soy la persona con la que más te gustaría hablar ahora mismo. Ni ahora mismo, ni probablemente nunca. Y la verdad es que no sé cómo convencerte de que no tengo ninguna mala intención, pero...
Su discursito de bienqueda es interrumpido cuando yo abro la puerta. Me la encuentro como nunca antes la había visto, o tal vez solamente durante este verano. Esa cara de no haber roto un plato en su vida me pone de los nervios.
—Mira, Evelyn, solo quiero ayudarte.
—¿Por alguna razón en especial?
—Creeme.
—Lo siento, pero no estoy acostumbrada a tu amabilidad.
—Vaya...
—Perdona, suelo ser demasiado sincera.
—Ya veo. Eh... Si me dejas, puedo decirte todo lo que quieres saber.
Está bien, oficialmente, Emily está nerviosa... Y yo quiero saber qué es lo que se trae entre manos.
—¿A qué te refieres?
—Verás, sé que estás dudosa con respecto a tus sentimientos, y lo cierto es que yo sé cosas que podrían aclararte...
—Espera, ¿qué? ¿Tú cómo sabes...?
—Eso ahora no importa —me interrumpe.
Oh, claro que importa. En eso sí que no ha cambiado mi querida monitora, y es que sigue metiéndose en mi vida como si le incumbiera. No obstante... me interesa esto que me está diciendo. Lo que sigo sin comprender es por qué de pronto tiene tantas ganas de ayudarme.
—¿Y qué ganas tú... contándome esas "cosas"?
—Yo... nada. No lo necesito. Aunque no lo creas, a veces me apetece ser solidaria.
Ya... Pues no. No me lo creo. Es más: sé que ella gana mucho, lo que no sé es el que. Aún así, sinceramente, eso me da lo mismo ahora porque quiero saber qué es lo que tiene para decirme. Supongo que necesito saberlo.
—Está bien, ¿qué quieres decirme? —Me miro las uñas descaradamente, fingiendo desinterés.
—Olvídate de Andrew —se apresura a decir. Joder, parece que estaba muy ansiosa por soltarlo.
—Eso intento —me sincero—. No es tan fácil, ¿sabes?
—Lo sé, lo sé. Pero yo sé algo que te hará perder enseguida el interés por él.
—¿Qué?
—Lo que oyes.
—¿Qué es lo que sabes?
—Bueno... Puede que el beso que se ha dado antes con tu amiga no haya sido el primero....
Inmediatamente aparto la mirada. No voy a dejar que Emily vea cuánto me afecta esto. ¿De qué mierda está hablando? Lauren nunca me haría eso, y no puedo haber significado tan poco para Andrew como para que pase página tan rápido... ¿no?
—Me estás mintiendo —afirmo, intentando mantenerme fuerte ante esta situación—. Y si quieres convertirte en una mujer nueva y buena, empiezas mal.
—Mira, Evelyn, ya te he dicho que no gano nada contándote esto, así que no tiene sentido que te mienta. Pero si quieres alguna especie de prueba, pregúntate por qué habías quedado con Lauren esta mañana a las diez y ella ha aparecido a las once.
Emily sonríe al ver cómo me quedo boquiabierta. No puede ser, no me voy a creer sus pantomimas sin escuchar la versión de los protagonistas. No es verdad, estoy convencida de que no lo es. O al menos, intento estarlo.
La hermana de Caleb me guiña un ojo y se dirige a la salida del baño de chicas. De camino, deja caer:
—Pero mi hermano seguro que sigue loquito por ti...
¿Cómo? Ahora sí que ha perdido toda la credibilidad. Más que nada porque ella misma era quien me quería separar de Caleb, ¿qué hace diciéndome esto ahora? ¿Qué demonios pretende?
Si hay algo que sé, es que no entiendo nada de nada.
~~
¿Puede mi mente dejar de darle vueltas, por favor? No puedo más. Me he pasado el día entero encerrada en mi cabaña, que es como me gusta estar cuando me encuentro en estas tesituras. Incluso he ido a comer más tarde para no encontrarme con ninguna cara conocida.
O sea, por lo que he entendido, ahora Emily quiere que esté con su hermano y me aleje de Andrew porque está con Lauren, mi amiga. Creí que me olvidaría al instante de lo que me ha dicho en el baño, pero se me hace imposible. Es como si en esa locura existiera alguna pizca de sentido.
Primero, lo de Caleb. Si él de verdad fue honesto conmigo la noche de la fiesta, su hermana tiene razón en eso de que sigue queriéndome. Pero lo de Andrew y Lauren es lo que más descolocada me ha dejado... Claramente sé que se llevan fenomenal y que han congeniado muy bien en el poco tiempo que llevamos aquí. Lo que yo nunca me imaginaría es que tuvieran algo y, honestamente, me dolería por ambas partes. Claro que me joderia, si un maldito pico que se han dado por un juego ya me ha dejado hecha polvo.
Por eso es que, después de tanto pensar, he decidido no creerme que están juntos o que ha surgido algo entre ellos. En parte creo que es por no sufrir más, pero mayoritariamente es porque confío en los dos después de todo. Y por el momento, lo seguiré haciendo.
Lo único que me queda por averiguar es con qué objetivo Emily me ha aconsejado sobre mi vida amorosa. No soy precisamente su favorita dentro del campamento, ni siquiera nos hemos llevado bien nunca. Entonces, ¿qué es lo que quiere?
No lo sé, pero lo sabré pronto o eso espero.
El reloj de mi móvil dice que son las diez de la noche. Con un poco de suerte, si salgo ahora llegaré a punto para cenar sola en el comedor. Aquí la mayoría de los adolescentes suelen cenar lo antes posible debido a que les gusta disfrutar de la noche y la libertad que conlleva. Y con esto quiero decir que probablemente no me cruce con nadie, eso es lo que quiero.
Respiro hondo. ¿En qué momento mi estancia en el campamento se ha convertido en esto? No hago más que evitar a quienes eran mis amigos y no hablo con casi nadie. Antes sabía que no caía bien a todo el mundo, pero por lo menos habían ciertas personas con las que disfrutaba. Cuando le dije a mis padres que quería volver a Texas este verano no me refería a esto.
Llego a la casita después de unos minutos andando. El cocinero estaba a punto de marcharse con mi plato cuando me ha visto entrar en el comedor.
—Tienes que comer si no quieres acabar otra vez en enfermería —me aconseja. No recuerdo haber hablado nunca con el cocinero, pero parece un buen tipo.
—Lo sé. Me he quedado... dormida.
Él vuelve a dejar mi plato sobre la mesa. Hoy voy a cenar sola y, al parecer, ante la atenta mirada del cocinero del campamento. Un gran plan, oye.
—Mira, sé que no hay la suficiente confianza para que te diga esto pero creo que es necesario: tienes un cuerpo adecuado y perfecto para tu edad, no te preocupes por eso.
Abro los ojos de par en par. ¿Qué está insinuando?
—Oye, no tengo ningún problema conmigo misma ni con la comida, ¿vale? Si no como cuando todos lo hacen es por razones muy distintas a las que tú piensas. No he dejado de comer ni mucho menos —suelto de una. Si hay algo que no soy ni seré nunca es una chica insegura con respecto a mi físico.
—Está bien —sonríe, inspirándome de alguna forma complicidad. No me equivocaba: debe de ser un buen hombre—. Sólo quería advertirte. Hay gente que se preocupa mucho por ti en este campamento y por un momento me he puesto en su lugar.
—¿De qué estás hablando?
—De nada. Solamente recuerda cuidarte a ti misma porque hay personas que sufren mucho por ti.
—Al grano —le suelto, casi como si nos conociéramos de toda la vida—. ¿Qué me quieres decir con esto?
El cocinero me vuelve a sonreír, como si con esa sonrisa pretendiera contestar a mi pregunta.
—Sigue lo que te he dicho y quizás algún día sepas de qué te hablo.
Y se va. Así, como si nada. Esto es tan misterioso como extraño, pero hay algo que me gusta dentro de esta especie de juego: siempre es agradable que se preocupen por mí, y es una de las cosas que más me encanta del mundo. A todos nos gusta sentir que a alguien le importamos de verdad, ¿no es así?
n/a
Sábado, y con él, nuevo capítulo de VOV❤ Nada, hoy sólo usaré este pequeño apartado para agradeceros a todos aquellos que seguís leyendo mi novela, y a los que se están uniendo a leer la saga, ¡bienvenidos! Me alegra mucho ver como cada día más gente se suma, y eso es lo que me da fuerzas para seguir escribiendo y compartiendo esta historia con todos vosotros.
Espero que hayáis disfrutado del capítulo, nos vemos el próximo miércoles. Ah, y aprovechad estos últimos días de Semana Santa :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top