Capítulo 28
Nada más son las tres de la tarde y hace poco que hemos comido. En el comedor no he podido dejar de mirar y mirar a Candice. También a Lauren de vez en cuando. Ya son unas cuantas las pistas que me hacen dudar de ellas, o de la verdad en sus palabras. La última ha sido esa misteriosa notita escrita por Jessica Heron. Dios mío, estoy impaciente. Necesito a Andrew ya, aquí, a mi lado. Quiero a esa persona que siempre hace que deje todo a un lado para adentrarme en una maravillosa nube.
Y tengo que admitir que he sentido las ganas de acabar con todo y enfrentarme a la versión de Candice y Lauren, la misma que no quise escuchar por esa costumbre a sentirme engañada por ellas. No puedo negarlo: he estado a nada de preguntarles qué… ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que todos parecen saber menos yo? Juro que no me imagino nada, pero por alguna razón, tengo miedo de descubrirlo. Ni yo misma entiendo esta situación.
En el instante en el que llaman a mi puerta, mi mente da un vuelco y automáticamente cambia radicalmente su estado. Tenía unas ganas tremendas de este momento. Un cosquilleo recorre mi estómago y me obliga a dejar pasar a quién me está esperando desde hace tanto tiempo, como yo a él.
—¿Qué pasa? ¿Ya no quieres verme? —Leo en su boca, que al terminar de hablar forma una sonrisa burlona que tan bien conozco.
La mueca de tonta no la puedo evitar, incluso esa risita que me suena a estúpida. A Andrew ni siquiera parecen importarle estos pequeños detalles, ya que en cuanto ve la ocasión, me toma entre sus brazos. A veces me siento algo masoquista, porque después de cada distanciamiento entre nosotros, siento que disfruto mucho más estos momentos. Le abrazo sin borrar esa sonrisa inconsciente. Ojalá nunca me soltara. A medida que voy acariciando su cuerpo, me voy dando cuenta del cambio que ha experimentado. Antes no estaba tan delgado, eso lo puedo asegurar, y es que esa mierda le estaba transformando.
—¿Estás bien?
No sabía que Andrew me estaba mirando ya que había cerrado los ojos casi sin darme cuenta. Asiento y sonrío antes de que pueda deducir por dónde viajaba mi mente. Joder, no puedo dejar que vuelva a pasar por esto.
Su sonrisa se contagia de la mía y ya me estoy imaginando qué es lo que va a pasar a continuación. Nada se siente tan bien como sus labios apoderándose de los míos. Se ha convertido en algo mágico para mí. Poco a poco voy sintiendo cómo su lengua se adentra en mi boca para hacer de las suyas, y me voy volviendo cada vez más loca mientras sus dedos acarician mis caderas.
No me puedo creer que estuviera a punto de perder esto… de quedarme sin él. Esto no se va a quedar así. Hay alguien que puede poner de nuevo en peligro la salud de Andrew y tengo que acabar con él. Se acabaron las meteduras de pata de Ben.
~~
No me hace mucha gracia estar aquí, no después de lo que viví el año pasado con la persona que duerme en esta cabaña. Aunque lo cierto es que mucho ha cambiado en un año; sin ir más lejos, esta mujer que tengo delante ya no es tan demonio como solía serlo. Al menos eso quiere aparentar. Para ser sincera, ahora mismo no tengo tiempo para desconfiar.
—Perdona, Evelyn. ¿Qué querías? —Dice mientras pulsa el botón rojo de la pantalla táctil de su móvil.
Cuando he llegado, Emily estaba hablando por teléfono con un entusiasmo que no pega con su personalidad. Aún así, no me ha dejado escapar y me ha invitado a entrar. Me ha parecido escucharla hablar sobre un vestido, pero lo cierto es que estaba muy ocupada con lo que voy a decirle para prestarle más atención.
—Tengo algo importante que pedirte —digo como puedo. Sigo con la rabia y el dolor acumulados en mi interior pero me tengo que contener.
—No me digas que por fin te has dado cuenta de que mi hermano y tú estáis hechos el uno para el otro —se entusiasma de la nada, como si fuéramos amigas de toda la vida.
¿Perdona? Ella misma era la que deseaba que entre Caleb y yo hubiera por lo menos un metro de distancia cada vez que coincidiamos. Emily es definitivamente muy rara y difícil de entender.
Obviando esto último, suspiro y sacudo la cabeza.
—Emily, quiero saber si puedes ayudarme.
—Cuéntame —se pone muy seria de golpe.
Respiro hondo por enésima vez, más que convencida de lo que voy a decirle.
—Necesito que encierren a Ben en la cárcel, o que lo manden muy lejos de aquí. Me da igual, lo único que quiero es no volver a verlo nunca.
Cuando termino de hablar, me doy cuenta de que estoy temblando. Yo sé que se debe a la impotencia. Debí haber pedido ayuda para hacer esto el año pasado, justo cuando lo vi en mi cama aquella mañana. No entiendo cómo he podido esperar tanto tiempo.
—Voy a ayudarte.
Asiento. Por dentro estoy alucinando un poco, a decir verdad.
—¿Qué podemos hacer?
—Denunciarlo —dice enseguida—. No solo os ha hecho daño a ti y a Andrew.
Y mira fijamente al vacío. ¿Qué mierda pasa ahora? Constantemente estoy sintiendo que no sé por dónde van los tiros a mi alrededor.
Emily se levanta de la cama de enfrente con la expresión más rara que he visto nunca en su cara. Su ceño fruncido no me inspira nada bueno. Y ahora que la estoy viendo rebuscar en la cómoda de su cabaña, no sé qué temer.
Parece que ha encontrado eso que buscaba. Al sacarlo veo que se trata de una fotografía.
Emily se dirige hacia mí y casi puedo sentir su miedo en mi cuerpo. No sabía que alguien como ella también era capaz de experimentar un sentimiento así.
Cuando se sienta a mi lado, la miro directamente y consigo distinguir algo así como lágrimas en esa mirada tan dura. Con las manos más temblorosas que nunca, deja la foto sobre mis manos. Ahogo un grito en el aire, muerta de horror.
Me ha costado muchísimo reconocerla. En esta foto estoy viendo la peor versión de Emily en un autorretrato. Veo sus ojos hinchados como dos globos y rojos, muy rojos. Además, tiene algún que otro moratón por la cara y los labios ensangrentados. La nariz tampoco tiene muy buena pinta.
Joder. No tengo palabras para describir el odio que siento hacia Ben ahora mismo.
—¿Te lo hizo él? —La estúpida en mí pregunta eso que ya sabe.
Emily asiente y dice en un hilo de voz:
—Estaba borracho… o drogado. ¿Quién sabe?
Sí, puede que detestara a Emily hace un tiempo. Quizás en algún momento se me pasó por la cabeza que agarrarla de los pelos era la mejor opción en ese momento. Nunca lo hice y nunca lo haré, por supuesto. Tampoco creo que a ella le hubiera afectado tanto como lo de Ben.
Ella misma nos contó que estuvo un tiempo saliendo con Ben, aunque nunca dio detalles y ahora entiendo por qué. Que alguien a quien amas te haga algo así es seguramente una tortura terrible. De las peores.
—Entiendo que te cueste confiar en mí. Yo misma admito que fui una bruja contigo en particular, pero tengo algo que decirte —se arma de valor mientras coge el aire que le dará fuerzas a continuación—. Vi en ti algo que a mi siempre me faltó. Coraje, valor, valentía, no me importa cómo quieras llamarlo. Tú derrochabas de eso y yo no podía evitar envidiarte, porque nunca fui capaz de responder a esto. —Dice señalando la foto.
»Aún así, también me has inspirado. Me has ayudado a cambiar. De hecho,eres la primera persona que descubre todo esto. Estoy lista para cerrar esto de una vez por todas —toma la fotografía de mis manos y se levanta—. ¿Vamos?
Me levanto también y salimos la una detrás de la otra. No tenemos mucho que decir después de todo esto. Solamente salimos del campamento, nos metemos en el coche y empezamos nuestro camino. Todo en silencio.
Una vez más, la vida me enseña cuánto puede esconder una persona en su interior.
~~
Hemos estado un buen rato allí dentro. Me parece que nunca antes había estado en una comisaría, al menos desde que tengo uso de razón. No ha sido nada agradable, obviamente, pero hay algo muy positivo en todo esto. Y me refiero a lo que está haciendo Emily.
A parte de hacerme el enorme favor de sacarnos de encima a Ben usando su prueba más personal para denunciarlo, está haciéndole frente a su peor fantasma del pasado. Nunca creí que diría esto, pero estoy muy contenta por ella.
La comisaría no se encontraba demasiado lejos. En poco tiempo llegamos al campamento y Emily aparca su coche cerca de la entrada. Es un poco tarde así que estoy ansiosa por meterme en la cama, satisfecha con el día de hoy.
Mierda. Algo tenía que pasar, siempre funciona así. Cuando todo va bien, algo se cruza. Mi vida parece ser así.
Justo enfrente de la puerta del campamento vemos a un chico encapuchado, con las manos en el bolsillo y nada contento. Ambas sabemos quién es y por eso intercambiamos esta mirada de terror. Además, Ben lleva un cuchillo con el que sé que tendré pesadillas los próximos dos años… por lo menos.
—¿Creías que sería tan fácil? ¡Te dije que te dejaba libre si no le contabas nada a nadie! ¡Lo has jodido todo! ¡Puta!
La agresividad verbal en sus palabras lo hace todo increíblemente tenso, a pesar de que aún estemos a una distancia considerable. Ben está muy, pero que muy enfadado. De eso no me cabe duda.
—Acabaré contigo… Y con la rubia también. —Susurra ahora, y después, empieza a reírse como un psicópata. Aunque probablemente lo es. Está como una cabra.
¿Soy yo o se está acercando a cámara lenta?
Emily y yo nos tomamos de la mano instintivamente, sobretodo por esta situación límite que estamos viviendo. Jamás había pasado tantísimo miedo. Nunca en la vida.
Maldita sea, cada vez está más cerca.
—¿Tienes miedo? Haberlo pensado antes de abrir esa bocaza.
Nosotras damos pasos atrás a medida que él se nos va acercando, hasta que llega el momento en el que la calle termina y nuestras espaldas topan con la pared. Es el fin, siento que todo se acaba aquí y ahora.
Sin embargo, la luz de lo que parece ser un coche viniendo desde la derecha nos salva la vida. Literalmente. Ben guarda rápidamente el cuchillo en el bolsillo de su pantalón.
Sorprendentemente, el coche frena delante nuestro y me doy cuenta de que se me hace más familiar de lo que debería. La puerta del vehículo se abre y ese estilo lo conozco. El hombre tiene mucha clase, la verdad. Así he salido yo.
—¡¿Papá?! —Me reafirmo cuando le veo la cara gracias a la luz de su coche.
No tengo ni la más remota idea de qué hace aquí, pero salgo corriendo hacia él, huyendo de esta espeluznante escena.
Recibo a mi padre con un abrazo, e incluso él se sorprende. Hacía años que no tenía un contacto así con él; sin embargo, nos ha salvado de una buena.
Bueno, quizás a mí sí. En cuanto a Emily...
Escucho un grito de dolor tan intenso que debe de haberse oído también en el campamento. Doy media vuelta y mi corazón se para por unos instantes. Ben huyendo a lo lejos, el cuchillo en el suelo, el abdomen de Emily sangrando sin parar y ella retorciéndose del dolor… y yo, tan ilusa, pensaba que todo había terminado.
Pues no, “todo” no ha hecho más que comenzar.
n/a
No sabéis cuánto siento haberos hecho esperar tanto, la verdad no he tenido nada de inspiración hasta hace unos días.
Dicho esto, espero que os encante este nuevo capítulo. Lo terminé hace unos días pero tenía que subirlo justamente hoy, un día tan especial para mí como el día en que cumplo años. 17 son ya, y los últimos compartiéndolos con vosotros. Eso me hace muy feliz 💕 GRACIAS.
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