Capítulo 27

Mis ojos hacen un último esfuerzo, por lo que al fin despierto. Intuyo que son las diez de la mañana o algo así. Era prácticamente de madrugada cuando me quedé dormida aquí, donde jamás pensé que lo haría. Es decir, en la cama de un hospital. En realidad, eso no me importa lo más mínimo. Si eso quiere decir que he podido acompañar a Andrew esta noche, todo lo demás me da lo mismo. No me gustaría que pasara solo la noche, al menos no después de todo lo que le ha pasado. Yo le debía mucho.

Bostezo antes de dar media vuelta. Ahora ya sonrío, y eso quiere decir que ya he visto a Andrew. Supongo que cuando te alegra tanto que la primera persona que veas al despertar sea la última que viste antes de dormirte, lo que sientes es muy verdadero. Eso me pasa a mí. Aunque él ahora tenga pinta de todo menos de irradiar alegría. Lo cierto es que está muy serio.

-Buenos días.

La cara de Andrew se transforma completamente al escuchar mi voz. Mi corazón ya se llena con ese simple gesto, y se vuelve loco cuando él se inclina hacia mí para darme un beso.

-¿Qué te pasa? -Digo intentando recuperar la compostura, algo difícil teniendo a alguien como Andrew tan cerca.

-¿A mí? Nada -responde con una sonrisa que me convence-. Bueno, sí. Me da una pereza prepararme...

-¿Prepararte para qué?

Andrew me dirige una mirada más pícara de lo normal y espeta:

-Me acaban de decir que después de comer vuelvo al campamento.

Mi expresión lo dice todo. No puedo estar más contenta ahora mismo y me abalanzo sobre él para darle un fuerte abrazo. Le escucho reír débilmente, y eso hace que un escalofrío recorra mi espalda.

-¿No es un poco pronto?

-No. Yo no aguantaría un día más aquí encerrado -contesta firmemente.

Yo sigo pensando que lo es. Por mucho que a mí tampoco me guste verlo aquí, no sé si es una buena opción que recupere su vida cotidiana tan pronto. Lo ingresaron anoche mismo, ¡por el amor de Dios! Me temo que tendrá que bastar con nuestra ayuda y apoyo para que Andrew se recupere. Sé que lo conseguirá.

Andrew y yo nos dedicamos a no hacer nada durante un buen rato. Noto cómo sus ojos se clavan en mi cara cada dos por tres, como dos agujas. Me siento como una estúpida adolescente, de esas que con solo mirarles ya están en una nube. Y me estremezco irremediablemente cada vez que él acaricia mi pelo así, como lo hace ahora.

-Pensé que no me querías.

Mis ojos se abren de par en par. Parece que Andrew está dispuesto a sacar lo que llevar dentro, a desahogarse por fin conmigo y ayudarme a ayudarle.

-Por eso es todo. Por ti, Evelyn. En todo lo que hago, de una forma u otra, siempre estás tú involucrada -suspira-. Me siento como si me hubieran abducido, hechizado o algo de eso. Pero no, es amor, te juro que lo es... y no a todos nos sienta tan bien.

Me acerco a él aún más. Nunca me había sentido tan identificada con sus palabras. Y es que este amor es una locura. No sé si es la adolescencia, nuestras personalidades o simplemente el destino, pero no puedo negar que es de las cosas más difíciles que he vivido. Pero...

-Pero este amor es fuerte. ¿No lo ves, Andrew? Hemos podido con todo, también podemos con esto. Te lo prometo.

Sus ojos se han vuelto a humedecer ahora. Esta faceta suya se me hace tan tierna que puede conmigo. Sé que a él le cuesta mostrarla ya que enseguida desvía la mirada.

-¿Sabes qué? Tengo miedo.

-¿Miedo? -Con una mano en su barbilla, le obligo a mirarme a los ojos.

-Cuando mi padre se marchó de casa, yo era un niño y supongo que eso me marcó. He llegado a la conclusión de que mi relación con él es tan complicada porque siempre he tenido la sensación de que tarde o temprano se iba a marchar de mi vida.

»Contigo me pasa algo parecido. Desde que empecé a sentir esto por ti, tengo mucho miedo de que te vayas.

-Andrew...

De verdad hay una persona preciosa dentro de Andrew. Es alguien que día a día tengo más ganas de descubrir. Por eso nunca me iría, y aunque lo intentara, sería incapaz.

Con cada una de mis manos en sus mejillas, atraigo su cara hacia la mía una vez más. Tengo enfrente los ojos más increíbles que he visto nunca. Además de su belleza, esconden el miedo y dolor que yo quiero hacer desaparecer. ¿Cómo? Amor es la respuesta. El amor siempre gana.

Elimino la distancia entre nosotros. Atrapo sus labios con los míos y cierro los ojos mientras me dejo llevar. ¿Cómo siquiera he podido pensar que tenía que quedarme sin esto?

Parece que cuando estamos juntos, creamos una especie de burbuja que nos aleja del mundo real. Y lo digo porque si no se hubieran molestado en carraspear, no nos hubiéramos dado cuenta de que hay alguien más en la habitación.

-¡Mamá! ¡La amiga de Andrew! -Escucho decir a una vocecita.

Dios mío. Tierra trágame. La madre y los hermanos pequeños de Andrew están aquí, nos han pillado otra vez... En cierto modo es gracioso. La última vez que los vi, hace aproximadamente un año, la estampa era la misma. No puedo negar que es lo más incómodo del mundo, que da mucha vergüenza; pero tiene su gracia, desde luego.

Me recompongo inmediatamente e intento alisar mi camiseta con las manos. Ethan y Mia, los mellizos, han aprovechado este momento para correr hacia Andrew. Me conmueve, y la verdad es que siempre tendré esa curiosidad por saber qué se siente al tener un hermano.

Tenía la intención de levantarme, pero de pronto me veo rodeada por unos brazos cortos. Veo la melena castaña de la pequeña Mia frente a mi pecho y no sé ni cómo reaccionar.

-Gracias por cuidar de mi hermano.

No sé ni qué decir. No me esperaba para nada esto. Miro a Andrew y su única respuesta es encogerse de hombros y sonreír. Creo que este es el momento más familiar que he vivido nunca.

La madre de Andrew por fin se acerca a su hijo. La pobre está muy emocionada. Si yo estaba devastada cuando supe lo que le había pasado, no me imagino cómo recibió ella la notícia.

-Cariño... -La señora Cooper está a punto de romperse cuando abraza a Andrew. Supongo que se contiene por sus hijos más pequeños.

-Lo siento, mamá.

-No lo sientas, sólo deja que te cuide. No podré volver a Sacramento sin ti, hijo.

Andrew chasquea la lengua y entierra la cabeza en el hombro de su madre.

-Estaré bien. Evelyn está conmigo en esto... -Me señala-. Y la verdad es que papá también. Más de lo que creía.

-Andrew, esto es muy serio -susurra la mujer, con un brillo de dolor en sus ojos e intentando que Ethan y Mia no la escuchen.

-Lo sé, mamá.

La señora Cooper ya no puede evitar las lágrimas y se derrumba. Debe de ser algo muy difícil de controlar.

-Bueno yo... Creo que tengo que volver al campamento -me levanto de la cama inmediatamente. No creo que tenga que estar presente en este momento.

Andrew atrapa mi mano antes de que me dirija a la puerta y tira de ella. Luego, me da un beso en los labios, delante de su madre, y me susurra.

-Te veo luego, ¿vale? -Acaricia mi mejilla-. Te quiero.

Yo, aturdida como me he quedado, no soy capaz de hacer otra cosa que asentir. Abandono la habitación en silencio, pero con la seguridad de que Andrew no está solo. Al salir, me encuentro con Patrick Cooper otra vez. Está apoyado en la pared que tengo enfrente y su mirada está perdida.

-¡Evelyn! -Cambia radicalmente su expresión al verme-. ¿Qué tal ha ido?

-Bien. ¿Podrías llevarme al campamento?

-Claro.

Empezamos a caminar por el pasillo sin decir ni una palabra. Aunque sí hay algo a lo que le presto atención. Patrick tiene en sus manos un sobre, y lo cierto es que me pica la curiosidad, pero no voy a decir nada. Qué más da, si parece que él ya se ha dado cuenta de que lo estoy mirando.

-Por cierto, una enfermera me ha dado esto para tu padre. La verdad es que no recuerdo muy bien quién es, pero ella sí que sabía que trabajo con él -inesperadamente, me ofrece el sobre y yo lo cojo dudosa-. Hace mucho que no veo a Charlie, así que quizás deberías dárselo tú.

Frunzo el ceño. No he conocido a muchas enfermeras de este hospital. De hecho, solamente conozco a una y es la madre de Candice. Sí, la madre de Candice conoce a mi padre... ¿Pero por qué querría darle una carta, nota, o lo que sea que hay aquí dentro? Todo esto cada vez es más extraño y misterioso.

~~

Bien. Me he encerrado de nuevo en mi cabaña, y tengo una buena razón. Llevo cerca de media hora debatiendo en mi cabeza qué es lo correcto. Delante mío he dejado el famoso sobre, y he leído ya cientos de veces el nombre de mi padre escrito en él. ¿Debería hacerlo?

Sí, sé que abrir un sobre que pertenece a otra persona es entrometerse en su vida y todo eso. Tal vez es una tontería... aunque, sinceramente, no lo creo. No entendí muy bien lo que la madre de Candice me quiso decir ayer con que necesitaba mi ayuda, y tal vez esto tiene algo que ver. Puede que me dé la respuesta que necesito.

Releo una última y definitiva vez "Charlie West" en el sobre y ya no puedo más. No debe ser bueno lo que voy a hacer, pero, maldita sea, nadie se va a enterar. Abro el sobre con delicadeza aunque lo más rápido posible. Dentro descubro una nota y, efectivamente, está firmada por la madre de Candice. Dice lo siguiente:

No tengo ningún interés en retomar el contacto contigo, esto es solo un aviso. Mi hija y su amiga se han empeñado en contarlo, y supongo que ya sabes a qué me refiero. Nunca le conté nada a mi hija, pero lo sabe TODO.

Tenemos que hacer algo. Hay que pararlas.

Jessica Heron

n/a
Holii :3 Gracias, gracias y gracias. A los nuevos lectores y a los de siempre, a todos. Hoy puedo decir que Campamento de Verano, el primer libro de esta saga, va a llegar a las 80000 lecturas. Parece poco pero para mí es un número grande y significa mucho. Os animo a hacer también de esta historia algo grande ❤

Por cierto, para todos aquellos que preguntáis cuándo subo capítulo, en principio actualizo cada sábado. Pero si tengo más tiempo de lo normal, suelo subir otro capítulo los miércoles; y si tengo menos, puede que suba el capítulo semanal el domingo. De todas formas, intento que cada semana haya una actualización.

Dicho esto, gracias por leer y espero vuestros votos. Nos vemos en la próxima 💕

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top