Capítulo 21
El ambiente de fiesta ya es totalmente inexistente a estas horas. Lo cierto es que esto se ha despejado bastante e incluso los más fiesteros ya se han ido a descansar. En la sala solamente quedamos mis amigas y yo, junto a las botellas de alcohol que han quedado casi vacías. Me temo que esta no es una muy buena combinación; salvo por Jade, que dice no haber probado ni querer probar ni una gota de alcohol en toda su vida.
—Ni siquiera sé qué hacemos despiertas…
—Debes saber que este es el mejor momento de la fiesta —me contesta Chloe, con una botella en mano y arrastrando un poco las palabras—. Te lo aseguro.
—Pero si de repente aparecieran Patrick o Emily, no sé cómo reaccionarían.
—Yo te lo digo: Patrick se uniría a la fiesta y Emily nos mandaría a la cama pero no pasaría nada más. Este verano la noto mucho menos dura, debe de ser el verdadero amor…
Chloe y yo miramos a Jade como si se hubiera transformado aquí mismo. Es muy fuerte, y a la vez extraño, que tengamos que escucharla decir esto.
—En el fondo tienes razón. Esa mujer era una amargada hasta que el padre de Andrew le dio lo que necesitaba —y ríe descontroladamente.
—¡Chloe! —Exclama Jade, también carcajeándose, cuando se da cuenta del doble sentido en las palabras de la otra.
—¿Qué? —Le da un trago a la botella—. ¿No te ha dado Jason a ti “lo que necesitas”?
—Por Dios —agacho la mirada. La conversación ha tomado un rumbo inesperado pero no puedo evitar reírme.
—No sé qué te hace pensar que necesito eso para ser feliz.
Jade parece muy seria e incluso enfadada diciendo eso, pero enseguida su carcajada nos alivia. Chloe y yo reímos junto a ella. Esta madrugada con mis amigas promete, parece que lo vamos a pasar bien hasta que unos treinta minutos más tarde, miramos en dirección a la puerta.
—¿Vosotras sabíais que las brujas son rubias? ¿O estas son de bote? —Suelta Jade, como si se tratara de un comentario totalmente normal y no de uno de sus sutiles insultos.
¿Es que me persiguen? Candice y Lauren me ponen de los nervios. Me gustaría por un día no saber nada de ellas, como si no existieran. No estoy siendo mala, pero después de todo, mi vida es mucho más complicada por culpa de estas dos chicas. Supongo que cualquier persona en mi lugar desearía algo así.
—Friki, cierra el pico, ¿quieres? No estamos aquí por ti, desde luego —e inmediatamente, la cara de Candice adapta una mueca de asco que odio.
—No le hables así —le advierte Chloe. Esa sonrisa tan particular que esboza a veces me informa de que se ha puesto nerviosa con esta situación.
Candice no articula palabra y clava su mirada en la de Chloe. Por alguna razón, sigue sin enfrentarse a ella con la misma dureza que lo haría conmigo o con Jade.
—Perdona, Chloe —murmura en un tono que milagrosamente he podido escuchar—. Es que me afecta un poco que hayáis pasado de tener una amiga como yo, a alguien como ella a vuestro lado. Es algo ofensivo, la verdad.
Esta tía es idiota. Sabía que Candice seguía siendo la estúpida de siempre, pero tal vez pensé en algún momento que al fin empezaba a madurar. Acabo de corroborar que eso nunca será así, ella siempre será una niñata.
—Si estás aquí para burlarte de mí, no te molestes. Me he encontrado con personas peores que tú y aquí sigo. Tú nunca me harías daño.
—Ya he dicho que no hemos venido por ti, no te creas importante, Jade —deja escapar una risita irritante. Por lo menos la ha llamado por su nombre—. Lauren y yo queríamos hablar con Chloe.
—¿En serio? —Río con incredulidad—. ¿A Chloe también la vais a intentar enredar?
—¿De qué hablas, Evelyn? —Me pregunta mi mejor amiga.
—Estas dos intentaron tenderme una trampa. Le contaron a Andrew una historia sobre mí que no tenía ningún sentido, y pretendían que yo me lo creyera todo.
—¿Eso te ha dicho? —Interviene Lauren por primera vez. Qué bien se le da la actuación. Si no fuera porque ya conozco su falsedad, me podría haber creído su sorpresa perfectamente.
Asiento.
—Mira, Andrew puede haber estado un poco confuso, sobre todo para fijarse en ti... —Alzo las cejas exageradamente—. Sin embargo, de tonto no tiene nada. Es mucho más difícil mentirle a él que a mí.
Las dos brujas se miran bastante extrañadas. Lo digo muy en serio, son las mejores actrices que me he encontrado jamás. Pero ¿por qué siguen fingiendo? Podrían buscarse otro pasatiempo.
—Vámonos, chicas.
Mis amigas y yo nos dirigimos a la salida de la casita. Jade y Chloe salen tranquilamente, pero cuando llega mi turno, las arpías más pesadas del mundo me bloquean el paso.
Pongo los ojos en blanco y suspiro. Se me agota la paciencia.
—Por el amor de Dios, sois incansables.
—Evelyn, ¿qué te ha contado Andrew? ¿Sabes lo que queríamos decirte?
Miro a Candice a los ojos. Veo en ellos cierto brillo que por unas milésimas de segundo consigue confundirme, lo admito. Sacudo la cabeza y vuelvo al mundo real. Si se trata de Candice y de Lauren, NUNCA debería fiarme visto todo lo que me han hecho hasta ahora.
—Claro que lo sé —miento—. Y es una auténtica estupidez. Adiós.
Separo a cada una de ellas con una mano, abriéndome paso entre las dos rubias. Enseguida me reencuentro con Jade y Chloe y me uno a su conversación. Lo que acaba de suceder con Candice ha sido tan extraño que prefiero olvidarlo cuanto antes.
Las tres nos encaminamos a la cabaña de Chloe, ya que pretendemos terminar de pasar la noche de hoy juntas. No obstante, las luces de la cabaña de al lado están encendidas y eso hace que se me remueva algo por dentro, es inevitable. ¿Andrew aún está despierto?
—Chicas, ahora vuelvo, ¿vale? —Digo alejándome rápidamente.
—Si se va en esa dirección, no creo que vuelva.
Doy media vuelta y exclamo:
—¡Te he oído, Jade!
La aludida se encoge de hombros con cierta picardía en su sonrisa. Nunca cambiará.
Llamo a su puerta con delicadeza. Puede que simplemente se haya dormido con las luces encendidas… Aunque no. Ahí está él, recibiéndome con los ojos muy rojos. No tenía este aspecto la última vez que lo vi, y fue hace tan sólo unas horas.
—¿Va todo bien? —Pregunto con el ceño fruncido. No me está gustando nada verlo así.
—¡Sí! —Hace el amago de sonreír—. De hecho, te estaba esperando.
—No te he dicho en ningún momento que iba a venir.
—Ya, pero… me imaginaba que vendrías a darme las buenas noches.
Esto último me hace sonreír. Andrew me da un beso en la mejilla, me deja un espacio para entrar y cierra la puerta tras él.
—Andrew…
Ambos nos sentamos al borde de su cama. Bueno, en realidad, yo estoy sentada encima de sus piernas.
—Quiero preguntarte algo. No es que dude de ti, solo necesito sacarme esto de la cabeza —admito. Me parece que debido a los nervios he hablado bastante más rápido de lo que debía.
—Eh, tranquila. Dime.
Respiro hondo. No espero descubrir nada nuevo, solo asegurarme un poco más de las cosas y zanjar este asunto para siempre.
—¿Qué es lo que te contaron Candice y Lauren sobre mí?
Ahora mismo no le estoy mirando directamente. No quiero obsesionarme ni deducir por su mirada si dice la verdad. Mierda, ¡es Andrew! Él no me mentiría, y menos si se tratara de algo grave.
—Evelyn, ¿confías en mí?
—¿Qué? ¡Claro!
—Entonces, créeme. No hay nada de lo que debas preocuparte.
Asiento.
—Además, si te contara la tontería que dijeron, la rabia podría contigo. Ya te echaron una vez del campamento, no quiero volver a pasar por eso.
Mi estado de ánimo se viene arriba en cuestión de instantes. Las comisuras de mis labios toman el control y forman una sonrisa de oreja a oreja.
—Así que me echaste de menos…
Andrew se contagia y sonríe también, a la par que niega con la cabeza. Sin embargo, algo sigue preocupándome. No lo puedo remediar. Todo lo que me dicen me sabe a poco y, en el fondo, siento que me falta algo por saber. Ojalá me equivoque pero ese presentimiento… creo que forma parte de mí. A estas alturas, me parece que tendré que aprender a vivir con ello.
—Entonces, ¿te quedas hoy?
—Lo siento —me levanto precipitadamente—. Esta noche voy a quedarme con las chicas.
Andrew se levanta también y coloca sus manos en mis caderas. Se acerca lentamente, como si quisiera hacerme sufrir con la espera, pero finalmente recibo su beso. El último beso de la madrugada de hoy.
Vale, ahora sí que puede que me esté volviendo loca. Han pasado muchas cosas entre Andrew y yo, demasiadas. Todo lo hemos superado y aquí seguimos, pero sé que esto no termina aquí. Los obstáculos no han desaparecido y es que, a pesar de las discusiones, nunca había sucedido algo así. Ningún beso entre nosotros había sido como este: tan… distinto. No lo puedo explicar, solo sé que algo está pasando con Andrew. Sí o sí.
—Hasta mañana.
Al fin voy a marcharme de aquí cuando un pequeño detalle hace que mi mente se alarme como loca.
—Esa chaqueta no es tuya… —Musito escrutando la prenda que hay encima de la cómoda. Creo haberla vista antes, pero no precisamente en Andrew.
—Eh, sí lo es, Evelyn. Creo que tienes mucho sueño y…
—No —interrumpo—. No es tuya, nunca la has llevado, ¿no es así?
—Me la ha regalado mi padre, ¿vale? ¿Algo más que aclarar esta noche?
—No —suspiro—. No, lo siento.
“Soy una idiota”, añado mentalmente. Pero lo cierto es que no digo nada más, me limito a desaparecer de su cabaña avergonzada como nunca.
Andrew debe de pensar ahora que soy una psicópata a la que le gusta complicarse la vida. Y al final es lo que parece. Siempre termino haciéndome preguntas, como si la vida fuera nada más que planteárselo todo. ¿Cuándo me voy a librar de esta sensación?
~~
No fue una buena idea hacer una pijamada en esas circunstancias. Tres chicas, una cama de dos plazas y un calor terrible por la noche. No hemos dormido exageradamente bien que se diga.
—Evelyn, Chloe se ha vuelto a dormir —me dice Jade, mirándome a través del espejo.
Dirijo mi mirada a la izquierda y, efectivamente, mi mejor amiga se ha quedado profundamente dormida apoyada en la pared del baño. Nunca creí que la vería en esta escena, cosa que en el fondo me hace gracia.
Poso un dedo sobre el hombro de Chloe y ésta despierta al instante, desconcertada.
—¿Cómo siquiera eres capaz de dormir de pie? —Inquiero con curiosidad.
—Pues no parezco ser la única…
—¡Jade! —Exclamo ahora. Y sí, soy consciente de que parezco su madre—. Chicas, si queréis seguir durmiendo...
—¡No!
—Evelyn, tenemos una misión.
—Pero no me gusta nada lo que pretendéis hacer —confieso.
A ver, recapitulo. Anoche, después de ver a Andrew, necesitaba sacar esto de dentro de mí. Mis amigas estaban ahí conmigo así que decidí explicarles cómo me siento con respecto al comportamiento de Andrew, incluidos todos los momentos en los que él me ha hecho dudar. La única respuesta que obtuve por parte de Jade y Chloe fue: investigar. Es lo que, según ellas, hay que hacer en estos casos… aunque yo lo llamaría más bien un espionaje.
—Ni siquiera estará despierto, y estamos haciendo el imbécil. Andrew no…
—Escucha, Evelyn, eres tú la que duda. ¿Quieres averiguar qué es lo que le pasa a tu chico o no?
Asiento. Lo cierto es que escuchar a Chloe referirse a él como “mi chico” me reconforta y me da esperanzas. Puede que me esté ocultando algo; aún así, sigo sin querer perderlo y solo deseo que todo esto sea un malentendido.
—En ese caso, vamos.
Salimos en fila india del baño de chicas y ponemos rumbo a la habitación de Andrew. No tiene las luces encendidas pero sí se escuchan voces desde fuera. Mis amigas y yo nos escondemos en un lateral de su cabaña, por fuera, claramente. Miro a mis amigas con cierta seguridad, y es que es posible que hable en sueños.
Parece haber alguien más ahí. En un momento se escuchan dos voces a la vez, cosa que lo afirma. Hay otra persona en su cabaña, junto a él. Está claro... Sin embargo, no se entiende nada de lo que dicen. Es como si solamente supieran balbucear.
—Siento decirte esto, Evelyn, pero creo que hay una chica ahí dentro —susurra.
Yo me encojo de hombros. No estoy segura de nada ahora mismo.
Finalmente, escuchamos la puerta de la cabaña abriéndose. Chloe, Jade y yo damos un paso hacia atrás por instinto, aunque no nos vamos. ¿Cómo me voy a ir ahora? Ya que estoy, lo descubro todo.
—Gracias, muchas gracias. De verdad.
Ese es Andrew. Pero… ¿de verdad? No me lo puedo creer, soy incapaz de imaginarlo siendo tan agradecido.
—Me tienes para lo que necesites, ya sabes dónde encontrarme.
Ahogo un gran y sonoro grito. Jade me tapa la boca con su mano. Ahora sí que estoy ALUCINANDO. No puedo estar más harta de escuchar esa voz, porque esa voz… Esto tiene que ser una pesadilla. Creía que entre ellos se había terminado todo.
La cabellera rubia que nos pasa por delante termina de dejarme fuera de lugar. Lauren. Estaba. Allí. Dentro.
Por eso Andrew no quería hablar de Lauren, ¡porque sigue con ella, joder! Y por eso desaparece de la nada de vez en cuando, ¿porque la sigue viendo a solas? ¡¿Por qué me mintió?!
—Esto no se va a quedar así —digo respirando entrecortadamente. Acto seguido, salgo disparada y me coloco frente a la puerta de Andrew.
—¿Qué vas a hacer, Evelyn? Vámonos antes de que todo empeore, puede haber sido una equivocación y… ¡Chloe, ayúdame!
—¡Lo intento! Pero yo tampoco entiendo qué hacía la mojigata ahí.
Estoy escuchando a mis amigas, aunque es como si solamente las oyera. Sé lo que voy a hacer y sé que esto le hará daño a Andrew, y quizás a alguien más… No obstante, eso no me va a frenar. No voy a lloriquear, no me voy a quedar mirando cómo mi corazón se rompe por enésima vez… porque esta va a ser la última vez que se quiebra, lo prometo.
Se acabó todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top