Capítulo 15

Ya iba siendo hora de que este momento tuviera lugar, aunque no está siendo precisamente como yo me lo imaginaba. Primero, ha sido el señor Cooper el que ha tenido que convencernos para que esto sucediera; y segundo, las ganas de solucionar las cosas no son recíprocas. Quiero apaciguar las aguas y que todo vuelva a la normalidad entre Andrew y yo, pero él se empeña en que esto no va a funcionar. Ya no estoy hablando de amor ni de estar juntos. Hemos llegado a un punto en que lo único que pretendo es evitar la tensión, los enfrentamientos, las miradas de ira. No voy a sentirme bien si la situación no cambia.

—Parece que te da igual —le digo.

Estamos los dos solos, solamente rodeados por las cuatro paredes de su cabaña. Es incómodo porque se nota que es forzado y que ninguno de los dos está preparado para esto. Aún no hemos aprendido a afrontar lo que nos pasa.

—Quizás es eso —me responde sin demasiado entusiasmo. Está cansado y tiene la voz ronca. Parece haber dormido poquísimo pero nunca dejará de ser tan atractivo, y tal vez jamás pueda dejar de sentir esto por él.

Respiro hondo. El poco interés que muestra para hablar conmigo no concuerda con el abrazo de esta mañana ni con lo que ha dicho hace unos minutos cuando soñaba. A lo mejor me he precipitado. Seguro que si anoche no hubiera bebido, ni me hubiera rozado esta mañana; y si no hubiera soñado con Lauren, esas palabras nunca hubieran salido de su boca. No lo sé, no sé nada. Por mucho que me esfuerce, no le entiendo, Andrew me resulta totalmente indescifrable.

—Quiero entenderte —me expreso por fin en voz alta—, pero es imposible. No sé qué sientes ni que dejas de sentir, un día me haces pensar una cosa y al siguiente, otra totalmente diferente.

Andrew resopla. El notar que le estoy cansando me hace sentir una punzada en el pecho, y eso no debe ser muy bueno.

—Si tú no te hubieras complicado desde un principio, nada de esto hubiera pasado. Todo hubiera sido sencillo y no tendrías que esforzarte para entenderme.

—No lo elegí, Andrew. Yo no escogí sentir lo mismo por dos chicos y lo sabes, y en ese momento me comprendiste. ¿Por qué ya no?

—¿Y por qué debería hacerlo? Te comprendí, ¿y de qué me sirvió? Si al final lo elegiste a él.

Esa sensación otra vez. La culpa cae sobre mis hombros y vuelvo a sentir que he jugado con ellos. ¿Estoy jugando aún? Eso no puede ser, yo tengo claro lo que siento por Andrew ahora… Sin embargo, y por mucho que lo evite, los recuerdos de hace dos noches me vuelven a atrapar. Besé a Caleb y, aunque nadie lo sepa, me siento mal conmigo misma al acordarme. Espero que, si lo recuerda, a Caleb no se le escape y nadie se entere. Nada arruinaría más mi relación con Andrew que enterarse de eso.

—No escogí a nadie, Andrew. Lo que sentía por ti era mucho más fuerte pero tenía miedo.

Estoy siendo tan sincera que me tiembla todo, y por muchas verdades que esté diciendo, sé que no sirven de nada. Ni convenceré a Andrew ni nada se solucionará. Sé que esto no me lleva a nada pero mi corazón y mi cabeza por fin se han puesto de acuerdo y quieren que hable claro de una vez.

—¿Miedo de qué? Mira, Evelyn…

—Habrías sido mi primera relación seria —le corto. Las palabras ya salen solas de mí, escondidas en mi garganta desde hace demasiados días—. No tengo ninguna experiencia en el amor, en absoluto. Quería estar segura de qué sería lo mejor para mí, ni siquiera tuve en cuenta mis sentimientos. Tú y yo hubiéramos sido un caos; aún así, me he dado cuenta de que ese caos podría haber sido perfecto.

La mirada de Andrew posee cierto brillo que me incita a la esperanza. Me desconcierta todo lo que hace pero esto necesitaba decírselo, no podría haber aguantado más.

—Márchate, por favor —me pide muy serio, pero no tiene pinta de estar enfadado.

—¿En serio, Andrew?

—Por favor.

Suena a súplica y no quiero humillarme más, así que decido hacerle caso. Tras una última mirada muy significativa, cruzo la puerta. Estoy satisfecha porque he sacado de dentro algo muy importante frente a alguien muy importante, lo necesitaba, aunque no sé si ha valido la pena.

Sin saber cómo sentirme respecto a lo que acaba de pasar, me dirijo al baño de chicas. Necesitar refrescarme un poco, despejarme. Aún no asimilo nada.

Una chica de cabello negro está en el baño cuando llego, y no conozco a muchas chicas pelinegras en este campamento. Probablemente sea ella, pero estoy tan distraída que prefiero ignorarla. Al parecer, no tiene las mismas intenciones que yo.

—Hola.

Sí, claro que es ella. Amy Lewis se está retocando el maquillaje a la par que me mira de reojo a través del espejo. ¿Es que no ve mi cara? ¿No se da cuenta de que no me apetece hablar, y mucho menos con ella?

—¿Te encuentras bien?

—Genial —me limito a contestar, con el tono indicado para que se dé por vencida.

Pero no.

—¿Podemos hablar sobre lo de anoche? —Escucho que dice mientras yo me estoy mojando la cara.

—Increíble.

—¿Qué?

Me está resultando tan insoportable que me veo capaz de estallar en cualquier momento.

—¿Podemos…? —Vuelve a las andadas.

—¿Crees que quiero hablar? ¿Contigo? ¿Ahora? ¿De verdad?

Amy niega con la cabeza, parece aturdida.

—Pues eso.

Me hago una coleta alta frente al espejo, a sabiendas que Amy no aparta la mirada de mí. No le digo nada básicamente porque no me apetece ni dirigirle la palabra. Acto seguido, me marcho.

Y la muy valiente me sigue.

—Oye, no pretendo molestarte, pero es importante para mí.

Doy media vuelta bruscamente y con cara de pocos amigos. Sólo alguien muy desesperado se atrevería a seguir incordiando así, sobre todo cuando se trata de mí. Debe de ser algo importante, desde luego.

—Te escucho y ya veremos cuán importante es eso.

—Bien —toma aire. Me preocupa que se esté preparando para el discurso de su vida, pero aguanto—. Lo único que quiero que sepas es que si hice lo que hice no fue por egoísmo, a pesar de lo que te dije anoche. Lo hice tanto por ti como por Caleb y yo.

—No me marees.

—No, Evelyn. Le dije a la prensa que la relación entre Caleb y yo era mentira porque no podíamos seguir fingiendo así. Las dos sabemos que Caleb te quiere y que tú le quieres a él.

—Eso no es exactamente así, pero ¡no es lo que me molesta! ¿Por qué te tuviste que hacer pasar por mí? ¿Qué mierda te he hecho yo, Amy?

—¿Y qué iba a hacer? Nada resultaría más creíble que eso, y te recuerdo que nunca dije que vosotros fuerais novios. Eso se lo inventaron.

Pongo los ojos en blanco. No quiero alterarme, me saca de mis casillas.

—Escucha, Amy, sinceramente me da lo mismo. Tienes suerte de que me importe poco lo que la gente piense de mí, pero tú… no quiero ser mala, pero tú serás la que cargarás con esa culpabilidad. Lo siento.

Estoy a punto de dejar a Amy atrás cuando, de repente, saca su móvil del bolsillo y le da clic a un enorme botón rojo. Suelta una bocanada de aire por la boca y sonríe.

—Ya está —anuncia satisfecha.

—¿De qué estás hablando?

—De que ya puedes estar tranquila, Evelyn. Lo he grabado todo y lo mandaré a la prensa, esta vez sin hacerme pasar por nadie, dando la cara.

Abro los ojos y la boca intensamente. Esto es muy fuerte y no me lo esperaba para nada. No doy crédito, de verdad.

—¡¿Qué dices?! ¿Por qué?

—Porque la gente tiene que saber la verdad. Mi público, las personas que me quieren, deben saber que no soy perfecta y que yo también cometo errores monumentales. Y también… —Agacha la mirada—. Porque no puedo pretender que alguien me quiera si le miento y juego tan sucio.

—No sé qué decir, Amy. No me puedo creer lo que acabas de hacer.

—Sigo siendo una persona de carne y hueso y a veces tengo que pagar por lo que hago, como tú y como cualquier otra persona.

—Pero vas a arruinar tu reputación, no hace falta que lo hagas —le pido. Hace unos minutos ni siquiera me habría imaginado que usaría un tono como este para hablar con ella, pero esto que ha hecho le honra—. No lo hagas. La gente seguirá pensando mal de mí por una razón u otra; tú tienes una carrera por delante que puede hundirse por una chorrada como esta.

—No te preocupes por mí, Evelyn. Lo pienso hacer, lo tengo muy claro y no voy a echarme atrás ahora. Prefiero ser honesta y asumir que hago cosas mal antes que esquivarlas como si nada hubiera pasado. En serio, no te preocupes.

—Es que…

—No, tranquila —sonríe y se empieza a alejar—. Hasta luego.

Ni siquiera puedo despedirme. Me quedo mirándola mientras se marcha, aún estoy boquiabierta. Me equivocaba, sí que hay gente que me pueda sorprender para bien.

~~

Por fin me he puesto el bikini. Este verano no parece verano cuando me veo en el espejo y mi tono moreno habitual brilla por su ausencia. Así que aquí estoy bajo el sol junto a mis amigas, que se nota que lo han tomado bastante más que yo.

—Y por eso discutimos —termina Jade de relatar lo que le ocurrió ayer con Jason.

—Menuda estupidez.

—Ni que lo digas, pero las relaciones son así.

—¿Y por qué estás con él entonces? —Frunzo el ceño.

—Porque le quiero —contesta como si fuera evidente, como si otra respuesta no fuera posible.

Eso me hace pensar en Andrew. Bueno, ¿qué no me hace pensar en Andrew…? La verdad es que todo me recuerda a él. El caso es que Jade, sin darse cuenta, está haciendo que me identifique con ella. Empezó una relación con Jason sabiendo que habían grandes diferencias entre ellos, y a pesar de eso, se arriesgó. Jade y Jason están juntos desde el verano pasado porque ambos arriesgaron. ¿Por qué no arriesgué yo con Andrew?

—¿Qué os parece si nos damos un chapuzón? Con tanto amor me están entrando ganas de potar —dice Chloe divertida. Quién la ha visto y quién la ve. Ella que fue la cursi de las dos en un pasado y ahora no soporta hablar de amor.

Mi mejor amiga me da la mano y me levanta sacando fuerza de no se sabe dónde. Jade prefiere quedarse tomando el sol así que nos vamos nosotras solas hacia la piscina. No nos fijamos en nada, solo la una en la otra, y nos tiramos al agua salpicando a propósito.

Un grito ensordecedor nos devuelve a la realidad. Será escandalosa… Me vuelvo hacia ella y me la encuentro abrazándose a sí misma al borde de la piscina. A su acompañante no parece importarle mucho, ya que se queda quieto al lado de su chica como si nada hubiera sucedido.

—¿Estás bien? —Pregunta. Se nota mucho que no lo dice de corazón.

—¡¿Cómo voy a estar bien, Ben?! ¡Me acaban de mojar entera!

Miro a Chloe de reojo y no me puedo creer que se esté aguantando la risa. Pensé que esto la pondría muy nerviosa, pero al parecer se siente bien y eso me alegra.

—¿Pero no querías bañarte, cielo? —Él lo dice en serio, sin bromear, pero Chloe y yo estallamos a carcajadas. Candice mira a Ben con cierto resquemor y luego a nosotras, justo de la misma forma. Seguidamente, se va dando pasos exageradamente firmes.

Ben nos observa desde fuera de la piscina y empieza a sonreír como si nada.

—¿Qué tal estáis, chicas?

Chloe gruñe y yo me preparo para consolarla. Aunque no hace falta, ella puede sola:

—Que nos hayas hecho reír no quiere decir que nos caigas bien. No vuelvas a dirigirnos la palabra, imbécil —Le suelta, haciendo ímpetu en ese último insulto.

Él se sorprende y no dice ni una palabra, solamente se marcha por el mismo camino que Candice.

—¡Vaya! Eso ha estado genial, Chloe.

—Lo sé —dice quitándose el polvo inexiste encima de sus hombros.

—¿De dónde has sacado ese genio?

Mi amiga sonríe. Con eso no quiero decir que Chloe no se haya enfadado nunca porque, como todo el mundo, tiene el mal carácter escondido en alguna parte de su ser, aunque le cueste sacarlo a relucir. Lo que me sorprende es que le haya plantado cara justamente a él.

—Ese tío se lo merece.

—No puedo estar más de acuerdo.

No hago más preguntas. Chloe y yo disfrutamos de la piscina y nos olvidamos por un rato de aquello que nos preocupa. Se está demasiado bien aquí como para pensar en otras cosas.

Cuando salimos del agua, nos encontramos a la despistada de Jade dormida en su toalla. No me sorprendería que se le escuchara roncar.

—¡Despierta, marmota! —Grita Chloe a pocos centímetros de su oreja.

Y sí, consigue que se despierte, pero también se lleva un buen bofetón por parte de Jade. Yo contemplo la escena partiéndome de risa hasta que ellas dejan de hacer el tonto y se quedan quietas como dos maniquís, mirándome con cara de haber visto un fantasma.

—¡¿Qué?!

Ellas me hacen un gesto que no entiendo muy bien, pero que me incita a dar media vuelta. Ahí están Caleb y Andrew, el uno al lado del otro, como nunca creí que los volvería a ver. Si no me equivoco, han venido a por mí, más que nada porque no van en bañador y los ojos de ambos están clavados sobre mí.

Se miran entre ellos una última vez y se deciden a avanzar hasta mí. Esto es tan extraño que me estoy poniendo irremediablemente nerviosa. Siento la necesidad de salir pitando de aquí y escapar de lo que voy a vivir a continuación, pero sería de cobarde. Y como he aprendido antes de Amy, las cosas hay que afrontarlas.

Al fin han llegado hasta aquí. Ni abro la boca, lo único que hago es pasear mi mirada de Andrew a Caleb y de Caleb a Andrew, esperando a que alguno diga cualquier cosa y rompamos con esta tensión.

Finalmente, es Andrew el que no puede más y, atravesándome con la mirada, dice:

—Acabemos con esto de una vez por todas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top