5. Fiesta.
Después de probarme quince vestidos, ocho conjuntos y miles de zapatos, me veo en el espejo y me siento diferente. No parezco la Gardinne de siempre, me atrevería a decir que me cambiaron ¿Cuando? No se. ¿Cómo? Tampoco. Pero no era yo. La chica frente a mi era otra. Una mujer hermosa y con apariencia segura.
-¿Ya podemos voltear?
Las chicas me esperan impacientes volteando a la pared. Yo trago duro y les digo que si. Todas se giraron al mismo tiempo y me miraron sorprendidas. (Sí, lo se, yo tampoco lo puedo creer) se quedan con la boca abierta provocando que me sonroje. Pasan algunos minutos y ninguna dice nada.
-¿De verdad me veo tan mal? - Les pregunto. Niegan de inmediato pero no dicen nada, ni siquiera se mueven o dejan de mirarme.
La primera en reaccionar es Ykhar quien se acerca a mi como si fuera irreal. Chilla de emocion exaltandonos a todas.
-¡No lo puedo creer, pareces una diosa! - Exclama señalandome.
-Sí, me atrevería a decir que pareces una. - Apoyo Ewelein.
-Sí, yo también, lastima que se extinguieron antes de venir a Eldarya. - Dijo Kareen de forma alegre marcando lo último con tono indiferente.
-Esperen... ¿Dicen que las diosas existieron de verdad? - Pregunte. La verdad no me sorprendería mucho, porque todo lo que en mi mundo podría considerarse una fantasía, aquí es realidad.
-Sí, pero según los registros ellas no huyeron de tu mundo. Antes se estudiaban mucho pero se han ido olvidando y guardamos todos los libros sobre ellas en la bodega. - Ykhar comento como solo ella sabe. De esa manera que te incita a querer saber más.
-Bueno, no hemos venido aquí a escuchar clases de historia ¿o si? - Hablo por fin Alajea en torno a la conversación. - Aún falta arreglarnos y tenemos que aprovechar el tiempo.
Todas estuvieron de acuerdo menos yo. Yo quería saber más sobre ese tema y trate de sacarles más información mientras las ayudaba a maquillarse y a peinarse pero ninguna me seguía la conversación.
Me di por rendida por ese día, ya después buscaría más datos en la biblioteca así que me concéntrare por ahora en mis amigas.
La primera que maquillamos fue a Ykhar, quien se puso un vestido rosa palo que se sujetaba de un solo hombro y que tenia decorado en piedras por todo el pecho. Tratamos de darle una apariencia natural y alegre como era normalmente la brownie. El pelo se lo dejamos liso y lo acomodamos de lado cayendo por su hombro descubierto.
La siguiente fue Ewelein quien no quiso nada de maquillaje y su hermoso pelo lo sujetamos en un moño alto. Su vestido era sencillo pero hermoso, de una combinación de verdes azulados con blancos que combinaban perfectamente con ella.
Después siguió Alajea quien llevaba prisa porque tenia que hacer algunos mandados. Eso nos sorprendió, normalmente nadie le pide ayuda a esta chica pero no indagamos mucho. Pinto sus labios de ese perlado azulado que siempre usaba y se puso un juego de joyería de conchas que combinaban con su entallado vestido azul. No sería difícil adivinar que provenía de la raza de las sirenas, ya que era una hermosa representación de esta.
Yo decidí esperarme hasta el último por lo que preparamos a Kareen. Y como era de esperarse de una chica tan hermosa y atrevida. Escogio un vestido negro que marcaba a la perfección su figura. Tenía tirantes delgados y un escote en v muy elegante, poseía un corte en los lados y en cadera había dos aventuras en forma de triángulo. Su pelo lo dejo suelto y se puso un hermoso maquillaje en tonos rosas.
Observe maravillada a mis amigas y no me sorprendió lo hermosas que se veían. No podía esperar menos de ellas quienes resaltaban a simple vista y poseían una belleza inmensa.
Alajea se retiró a toda prisa y solo quedábamos nosotras cuatro. Pero sabía que eran suficientes para hacer un milagro conmigo.
-Estoy en sus manos. - Estire mis brazos y se los entrege. Ellas rieron divertidas.
-Contigo no hay mucho que hacer. Tu sola has hecho todo el trabajo. - Ewelein me sentó en frente del tocador.
Tomó mi pelo y lo sujeto en una coleta alta. Yo cerre los ojos incapaz de verme. Prefiero esperar al resultado final.
-Es cierto, solo te pondré algo que te convertirá en una bomba. - Kareen se me acerco y pintó mis labios. Yo sonreí ante su comentario. Estar con ellas me hacían olvidarme de todos mis problemas.
-¡Listo! Ya puedes abrir los ojos. - Celebró Ykhar.
Obedeci y esta vez me quedé en shock.
Me habían puesto solamente labial rojo y mi apariencia era más madura, sensual y mágica. Realmente parecía una de ellas. Cualquier rastro humano dentro mía desapareció. Era un ser faeryco.
Me puso de pie y me observe. Era increíble como el vestido negro de cuello redondo y con una abertura en la pierna derecha pudiera hacer tal milagro en mi.
-¡Por el oráculo, ya se nos hizo tarde! - Exclama Ykhar y corre hacia su ropero y saca algo. Se nos acerca entregandonos una máscara a cada una. - Se me había olvidado comentarles que seria una fiesta de máscaras por lo que les compre una negra a cada quien para que les combinará con lo que escogieran. Póngasela y vamonos. - Decía mientras se ponía la suya. Nosotras nos quedamos sin palabras. Vaya chica.
Negamos divertidas y le hicimos caso. Salimos de su habitación con nuestra identidad oculta.
-Sí no fuera porque la adoro ya la hubiera ahorcado. - Pensé en voz alta. Karenn que venia a mi lado me dio la razón. Ewelein asintió enfrente nuestra. Al parecer los elfos tenían buen oído. Me quedé observándola. No la había tratado mucho pero me era agradable. Esperaba que fuera como él jefe de la guardia Absenta pero nada que ver. Al contrario, tenia una esencia elegante y aura de amabilidad. Y si agregamos su agradable voz no nasal, era perfecta. (Maldito Ezarel, mi voz no es nasal) me acorde de él y de todas sus bromas. De alguna manera las extrañaba.
-Idiota... - Susurro. Ojalá estuviera aquí enfrente para decírselo.
-No tienes que recalcar lo obvio, todos sabemos que careces de cualidades ezarelicas.
(Hablando del rey de las bromas) Gire sobre mis tobillos y me enfrente a él. Quede boquiabierta al verlo con un traje negro y su pelo suelto. No me había dado cuenta de lo apuesto que era y la máscara negra que llevaba puesta lo único que hacía era resaltar sus delicadas facciones masculinas. Pero de cierto modo, lo hacían ver más travieso y atrevido de lo normal.
-Te molestaría dejar de babear, acaban de encerar el piso hace algunos minutos. - Puso su mano en su cintura.
Me quedo sin palabras para contestarle. Realmente me quedé impregnada viéndolo. Vuelvo a girar buscando a las chicas pero no están. - Ellas se adelantaron desde hace rato mientras me acosabas con la mirada pecaminosa que tienes.
Mi boca forma una "o" sorprendida. Cierro y abro la boca como pez.
- Ni quien viera algo bueno en ti, estúpido elfo. - Fue lo único que se me ocurrió. Acepto que no fue mi más brillante argumento pero fue lo mejor que pude decir con los nervios a flote y un sonrojo total cubriendo mi rostro.
-Tu eres la única rara que no ve todas mis exuberantes cualidades. Soy perfecto humana inútil. - Contraataca. Cruzó mis brazos y lo fulminó con la mirada, él me responde con una sonrisa de oreja a oreja. Y pensar que lo estaba extrañando. - ¿Cómo te encuentras? - Me pregunta. De inmediato mi mirada pierde brillo y mi semblante recae mientras recuerdo a mi familia, mi mundo. No se como quiere que me encuentre.
-Bien. - Encogo los hombros y sonrió. No llegue hasta aquí para deprimir me. Aunque en realidad vine por Ykhar. - Gracias por preguntar. - Me mira. Se que no me cree pero realmente no tengo ganas de hablar de ello con nadie. Aún no. - Sí me disculpas iré a buscar a mis amigas, no deberían estar lejos - Me despido sin darle oportunidad de agregar algo más y doy la vuelta dispuesta a hacer lo que dije pero apenas dando unos cuantos pasos un chico me intercepta.
Trae puesto un traje blanco que contrasta con su pelo café oscuro y ojos azules. Logró reconocerlo aun con la máscara puesta. Es miembro de la guardia de Nevra, es bueno en lo que hace pero tiene un ego del doble de su tamaño. Nunca había sido de mi agrado y me mantenia alejada de él. Se me había acercado unas cuantas veces para conocer a la famosa humana que había llegado a su mundo, no siempre con las mejores intenciones. De manera directa me había propuesto cosas nada indecentes y a pesar de haberlo rechazado todas el seguía insistiendo. Sólo espero que no me haga reconocido y empiece a molestar otra vez.
-Hola hermosa ¿Te gustaría bailar conmigo?
-No, gracias.
Conteste sin pensarlo. No quería estar cerca de él. Trate de rodearlo pero me sostuvo del brazo.
-Creo que no sabes quien soy yo, permiteme presentarme. - Me acerco a él de un jalón y me tomo de la cintura pegandome a él. Yo le doy una cachetada en automático pero no me suelta. Va a hablar pero me preparo dispuesta a callarle con otra cachetada aunque un puño se me adelanta.
Me suelta al fin y alguien más me sujeta de la cintura y me apega a él.
-Yo te presento, eres un gusano sin interés alguno. - Carlos, creo que así se llama el chico que me molestaba, mira enojado a Ezarel mi salvador por decirlo de alguna manera. Se enfrentan en una feroz batalla de miradas del cual el elfo sale victorioso. Él otro sujeto se levanta y se va con la poca dignidad que le queda.
Mi cuerpo se queda estático sin saber que hacer. Ezarel me sujeta firmemente sin intención de dejarme ir. Siento su calor y percibo su perfume dulce. Claro que si, a él le gustas las cosas así. Empieza a caminar sin soltarme y yo le sigo. Mis caderas se mueven al compás de cada paso y siento chocar mi cuerpo contra el suyo. Esto me es agradable y empero que no acabe pronto.
Estoy nerviosa y no me atrevo a decir nada. Pasamos frente varios compañeros y compañeras quienes se preguntaban quien era la misteriosa chica que acompañaba al Jefe de la guardia Absenta. Realmente no creo que no me reconozcan, no he cambiado en nada. Sigo siendo yo, Gardinne.
-¿Viste? Pensé que no le gustaba que le tocarán. Ella debe ser especial. - Dijo una chica. Su comentario me saco de la ensoñación, es cierto, no debería estar tan cerca de él.
Intente alejarme pero solo logre que me pegara más contra si.
-Estate quieta. El que te está tocando soy yo. No pienses en triviedades. - Susurro a mi odio. Me estremeci por completo. (No hagas eso, por favor, que no resistire) deje de pelear en automático atolondrada. Su tono me había sonado sensual que resbaló por mis oídos dejándome una sensación placentera. Me estoy volviendo loca.
Llegamos a un salón grande dentro de
C.G. que nunca había visto antes. Claramente era un salón de fiestas. Parecía salido de un cuento de hadas.
Estaba lleno en su totalidad de gente como nosotros que ya disfrutaban del baile. Cuando se detuvo a saludar a personas que no reconocí aproveche para escapar. Pero no llegue muy lejos. Alguien de nueva cuenta me jalo hasta llevarme consigo y me obligó a bailar.
-Ezarel ¿Qué sucede? Quiero buscar a Ykhar.
-Yo creo que Ezarel te contestaría que te quedarás quieta. - Me contesto otra voz masculina que para bien o para mal ya reconocía.
Sin dejar de bailar, observe al tipo con el que danzaba. Como la mayoría traía un traje negro y una máscara que ocultaba a la perfección todas sus facciones pero a diferencia poseía unos preciosos ojos azules en los que me perdí de inmediato. Su cabello era de un tono rojo profundo. No conocía mucha personas con esas características en mi mundo.
Me dejo sorprendida ¿Cómo había sido capaz de entrar hasta aquí?
-Ashkore...
Al decir su nombre una sonrisa maliciosa apareció en su rostro.
-Hola, Gardinne.
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Hola.
Lo prometido es deuda. Traigo hoy el siguiente capítulo. Especial de 2000 palabras solo para ustedes.
Gracias por ayudarme con el vestido, escogí el que tenia más votos, por así decirlo.
Tratare de actualizar otra vez esta semana.
He estado pensando en escoger un día fijo para ir publicando ¿Qué les parece? Y si, si ¿Qué día les gustaría? Yo estaba pensando en los lunes.
Espero les haga gustado el capitulo.
¿Qué pasará en el siguiente capítulo?
¿De que trata la fiesta?
¿Para que anda ahí este Ashkore?
¿El me amara algún día? Ok, eso olviden lo.
Nos leemos pronto, cuidense.
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