37. Todo Vuelve A La Normalidad
—¡Gardinne! - La voz preocupada de Viktor resuena por el recinto.
Mi espalda choca contra la dura corteza de un árbol provocandome un gran dolor en todo mi cuerpo.
Si alguien me hubiera dicho que esto sería tan difícil lo hubiera pensado dos veces. Nunca creí que entrenar conllevará a salir lastimada.
Tome todo esto como un juego y subestime los entrenamientos.
Díganme ¿Quien fue la idiota que le dijo a Viktor que se lo tomará enserio? ¡Pues si, fui yo!
No era mi primer día entrenando pero me habían resultado aburridos los días anteriores ya que Viktor nisiquiera me quería tocar ni mucho menos ensayar cuerpo a cuerpo. Así que hoy me decidí a pedirle que fuera enserio conmigo, vaya error.
—¿Estas bien? Lo dejaremos por hoy. - Me ayuda a levantarme. No quería darle la razón pero de verdad hasta mantenerme de pie me estaba constando trabajo.
—Escuche un grito ¿Todo esta bien? - Kentin aparece en escena. Al ver que estoy bastante magullada, se acerca corriendo a nosotros.
—¿Que sucedió? - Toma mi brazo y lo enreda en su cuello. Viktor hace lo mismo.
—Estábamos entrenando, parece que me excedi. - Dice con obvia culpa en su tono de voz.
—No. Me distraje, eso es todo. - Doy por terminado el asunto. No quería que me trataran con fragilidad. Si continuaban instruyendo me como hasta ahora, nunca conseguiré ser fuerte.
Los chicos intercambia una mirada cómplice.
—Si quieres yo te entrenare en cuanto te recuperes. - Sugiere.
Acepto de inmediato y le agradezco. Un poco de entrenamiento no estaría mal.
—Bien, te instruire como me enseñaron allá en la escuela. No tendré piedad contigo. - Bromea.
—¡No la tengas! Si tu pudiste lograr sobrevivir a ese lugar, yo también. - Dije con los ánimos más arriba que nunca.
Ese día estaba más que ilusionada de pasar el tiempo con mi amigo. Pensé que sería divertido. Sorprendente chasco me lleve al día siguiente.
¡Kentin es un maldito entrenador tirano!
Me puso a hacer quinientas sentadillas, abdominales y lagartijas. Tenía que acabar para poder ir a mi cuarto. Cuando termine me puse muy contenta de poder ir al fin a mi habitación pero hasta caminar me dolía después del entrenamiento.
Espero que esto de verdad funcione.
Entro a mi cuarto y en modo automático llego a la bañera. El calor del agua hace que mis músculos se relajen. Esto me mato hoy y lo que me espera mañana.
Los chicos habían creado un horario para darme clases de diferentes áreas de defensa para mi. Mañana me tocaba clases con el sensei Castiel. Desde ahorita me puedo dar por muerta.
Me sumergo toda en la bañera y observó mis cabellos flotando. ¿Cómo estarán todos? Karen, Kero, Karuto, Mery, Alajea y Ykahr.... La última vez se había comportado raro. Su actitud me lastimo. No entiendo a que se deba y me desconcierta.
"No vuelvas a tocarme ni hablarme”
¿Qué hice mal? Ella no fue la única, también los demás miembros de guardia no parecían muy contentos con que yo estuviera de vuelta.
Al final estuvo bien que huyera de un lugar donde no es grata mi presencia.
Sin embargo, quiero verlo de nuevo ¿Cómo estará?
🏫🏫🏫🏫🏫🏫🏫🏫🏫🏫
En el cuartel general.
Un fastidiado Armin va escapando de su hermano, quien quiere impedir que su hermano vaya a cometer una mala decision
—¡Armin Dustin Hoffman, para de una vez!
—¡No me llamo así!¡Joder, estoy harto! ¡Abreme! - Toca con desesperación la puerta de la habitación de cierta kitsune. ¿La razón? Ya no aguantaba más seguir en la cabeza del cuartel general.
Ni el ni Alexy tenían la experiencia para dirigir a tanta gente y, mucho menos después del ataque enemigo.
Miiko abrió la puerta claramente furiosa. ¿Qué le pasaba a ese tipo para irrumpir así en su habitación?
—¿Qué quieres?
—Toma. - Le pasa su bastón, que había dejado en la sala del cristal después de dejar de ser la líder. —También esto y por último esto. Te devolvemos el control. La gente te necesita más que nunca. - Le da unas hojas y hace una reverencia.
Miiko los mira sorprendida. Tras de Armin, Alexy se rasca la cabeza. Suponía que su hermano había tomado la mejor decisión. La gente necesitaba un buen líder y esa chica lo era.
Se despidieron dejándola sin palabras. Observó con nostalgia su bastón. Ellos tenían razón, su gente la necesitaba.
Puso manos a la obra y con ayuda de unos deprimidos jefes de guardia logró poner todo en orden en pocos días. La cuidad de Eel estába volviendo a la normalidad.
Afortunadamente nadie había resultado herido, no hubo mayor pérdida que lo material, así que estaba tranquila.
. Miiko dejó estar al tanto de todas las situaciones a los gemelos. Había notado su enorme capacidad de dar su punto de vista neutro sobre la situación, así que les dejo como sus consejeros.
No había nada fuera de lo común para todos, excepto por los jefes de guardia. Quienes cumplian sus labores como seres sin alma.
Ahora ya todo estaba en su lugar para todos menos para él y para ella. ¿Lograrían algún día estar juntos?
🔎 😊 🎁 "👗😣🧐😣
Hola
Quiero dejarles esto por aquí. Tal vez mañana publique.
Los aprecio mucho.
Hasta pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top