32. Sentimientos. LEIFTAN
Al abrir mis ojos sentí un profundo mareo que me hizo cerrarlos de nuevo. Me siento bastante mal.
Trato de sobrellevar mi dolor y me siento en la camilla donde estaba recostada. Observó a mi alrededor y reconozco perfectamente, estoy en la enfermería del cuartel.
Trato de llevar las manos a mi cabeza para que deje de dar vueltas pero solo una llega a mi cabeza, la otra no puedo subirla ya que algo la sostiene.
Al bajar la vista me encuentro con mi mano sujeta por un dormido LEIFTAN. Ahogo un grito de sorpresa en mi garganta.
Leiftan ....de verdad es el quien esta aquí a mi lado sosteniendo mi mano con fuerza, sin ninguna intención de dejarme escapar lejos.
Con mi mano suelta acarició su cabello y contorneo su rostro con mis dedos temblorosos. Unas cuantas lágrimas se me escapan y ruedan hasta caer en su rostro. Estoy tan feliz de verlo de nuevo, de poder estar cerca de él y ver que se encuentra bien. Mientras una parte de mi está llena de incertidumbre.
Si soy sincera, el era uno de los principales motivos por los cuales quería regresar a advertirles sobre el ataque, aunque tengo la sospecha de que el ya lo sabe. No quería que nada malo le pasara y ver que se encuentra bien me da una gran tranquilidad y alegría.
-No llores, por favor. No me gusta verte así. . - Escucho su voz. Busco su cara y nuestras miradas se encuentran.
Una descarga eléctrica recorre mi cuerpo cuando alza su mano y acaricia mi rostro limpiando algunas lágrimas.
-Tú... . - Le digo tratando de hacer una sonrisa, pero lo único que logro es una horrible mueca.
El sonríe con ternura. Al ver detalladamente su rostro, por mi mente pasa la imagen de él con aspecto demoníaco. Le doy un golpe a su mano para que deje de tocarme y retiro la otra de su agarre, llevando ambas manos a mi pecho en forma protectora.
Leiftan pone una sonrisa triste. No me agrada verlo así. De repente suelta una risa irónica y se acerca a mi y me obliga a recostarme en la camilla.
Estoy asustada y no logro reaccionar a tiempo y ahora, Leiftan esta sobre mis caderas y tiene mis muñecas agarradas por sus manos, cada una al lado de mi cabeza.
-¿Me tienes miedo? ¿Que tanto te han contado? - Pregunta seriamente. Sus hermosos ojos verdes me penetran interrogantes. Nunca los había visto tan vivaces.
-N.. Nada. En realidad, no me dijeron nada. - Respondo. Al principio con timidez y después con seguridad. - ¿Tu me responderas? ¿Me contaras toda la verdad?
Parece sorprendido y solo estoy esperando una respuesta negativa. Pero en su lugar, suelta mis muñecas y me envuelve entre sus brazos de forma protectora y acaricia mi cabello.
-Me alegro de que estés bien, Gardinne. Y que quieras escucharme me alivia. Pensé que no me ibas a dar la oportunidad de explicarte las cosas.
Lo escucho. Entre sus brazos sonrió llena de un poco te tranquilidad. Me aferro a su ropa sin intención de dejarlo ir y el no pone objeción. Este es el Leiftan en el cual puedo confiar. Me sujeta firmemente y besa mi cabellos.
- Por favor, promete que me escucharas y no me darás un juicio injusto. - Susurra suavemente en mi oído con voz triste.
Sin poder evitarlo sollozo abrazada a él. Es lo que más deseo. Anhelo que Du verdad sea lo suficientemente buena para no condenarlo.
-No es como si yo fuera tu verdugo. - Bromeó para aligerar la situación.
Leiftan sonríe y me responde seriamente.
-Lo eres. Tu eres la única capaz de juzgarme y sentenciarme - Acaricia suavemente mis costillas las que ya están envueltas con una firme venda. Veo en sus ojos un destello de preocupación combinado con un sentimiento más oscuro. Tal vez, odio o resentimiento, no logro explicarlo. No me gusta verlo así.
Me separo un poco para mirarlo a la cara pero quedamos demasiado cerca, tan cerca que puedo sentir su respiración y su nariz chocar con la mía.
Con su mirada fija en mis labios, cumple mi deseo. ¿Cómo es que puedo querer a este ser inesperadamente maligno? ¿Como puedo dejar de quererlo?
Besa mis labios.
Al principio el contacto es suave casi sin movimiento. Ya después, ambos correspondemos de manera lenta casi tortuosa para ir volviendonos cada vez más íntimos. Su lengua roza mis labios pidiéndome permiso para adentrarse a mi boca. De inmediato se lo concedo y comenzamos con una deliciosa danza con nuestras lenguas.
Sujeto suavemente su cabello entre mis dedos mientras el me estrecha suavemente entre sus brazos sin querer lastimarme.
-Leiftan ..- Clamó su nombre con devoción. No se cuando llegue a tener todos estos sentimientos por el. Sentimientos que me atormentan sin piedad.
Sin embargo, quiero estar por siempre a su lado.
Sus manos se aventuran debajo de mi camisa con delicadeza. Aterciopelando mis heridas con su piel.
-¿Como te has herido así? - Deja mis labios para descender hasta mis costillas y besar aquel lugar. Luego besa mis brazos donde tengo algunos raspones. Se escucha bastante enojado.
-Me caí. - Respondo sonrojada por el gesto.
-¿Haciendo que? - Busco mi mirada y me confrontó. Me miraba con intencidad exigiendo la verdad.
-Huyendo. - Decido decir la verdad. El de inmediato pone una mirada de angustia. - Tengo que advertirle algo a Miiko.
Me levanto y le dejo a tras sin decirle nada. No es como si pudiera co fiar en el. Salgo de la enfermería y cuando llego a las escaleras intento bajarlas pero un fuerte dolor en mi abdomen me lo impide. Aun así busco bajar un escalón más.
Ahogo un jadeo, duele moverme. Intento dar otro pero de repente mis pies ya no tocan el suelo.
-Te llevare. - Leiftan me toma en sus brazos con cuidado y me lleva a la sala del cristal. Me sorprende que me esté ayudando, yo pensé que se iba a oponer ya que yo me estaría interponiendo en sus planes.
Al entrar me encuentro con una escena muy peculiar: Armin debajo de un montón de papeles mientras Alex trata de sacarlo jalandole de un brazo.
-Diles a todos que fue bueno mientras duró. - Armin deja caer su mano de forma dramática.
Alexy rueda los ojos y le deja ahí.
-Alex... - Le llamo.
El gira sobre sus tobillos y en automático se acerca a mi.
-Gardinne, ¿Como estas? Hay muchas cosas que hablar pero si no te sientes bien podemos hacerlo después. Me alegro que hayas vuelto. - Me da un beso en la mejilla contento de verme. Yo le sonrió algo nerviosa al sentir como Leiftan se tensaba ante el gesto de Alex, al que, con una simple mirada atemoriza logrando alejarlo de mi.
Me hacía ilusión pensar que se puso celoso. Si tan solo supiera las preferencias de mi amigo.
-Estoy bien. Te contare todo, pero ahora necesito hablar con Miiko. - Le pido a Leiftan que me baje y sin muchas ganas lo hace.
-Creo que ahora deberás hablar con ellos. - Dice Leiftan con apatía.
-¿Eh? - Confundida miro a Alex, el de inmediato me dedica una sonrisa inocente. - ¿Sucedió algo mientras no estaba? - Le preguntó y el me toma de las manos nervioso. Espero no hayan hecho nada malo.
-Algo así, por un breve tiempo ahora somos jefes del cuartel general. ¿No es increíble? - Aprieta mis manos al verme sorprendida. No entiendo nada pero supongo que eso ahora es lo menos importante.
-Esta bien. - Asiento. Correspondo su apretón de mano y escucho como Leiftan bufa tras de nosotros.
-Sueltala ahora o perderás tus manos - Sigue con su tono de apatía dirigida a mi amigo pero ahora combinado con recelo. Estoy sorprendida por sus palabras pero no les doy mucha imortacia y continuo hablando con Alex. Ahorita no había mucho tiempo.
-En ese caso traigo una advertencia. El cuartel general será atacado. - Digo con firmeza para que nadie dude de mis palabras. Entonces un gran silencio inunda el lugar. Leiftan y Alexy me miran con asombro.
-¡¿Que?! - Grita Armin reviviendo de entre su tumba de hojas. - ¡Eso era lo único que nos faltaba!
..
Hola. Lo prometido es deuda.
Ahora solo falta el capitulo 33. ¿Quien será el primer chico esta vez?
Pronto subiré una novela original mia de mi. Si gustan la subiré dentro de poco y podrán leerla en mi lista de creación.
Sin más, me retiro. Hasta pronto.
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