21. Susurros
-Y... esta.... también esta... y la de allá.... ¿Estás bien? - Alexy voltea a verme con una gran sonrisa. Yo me las ingenio para verle a través de las telas y de la ropa.
-Si... pero hay que llevar todo esto a mi cuarto. Luego te traeré por mas ¿sí?
Hace uno mueca chistosa mientras lo piensa para al final aceptar ir a mi habitación. Estoy segura que hay muchas cosas por hacer con toda esa tela. Quita la mayoría de mis manos y empieza a caminar a mi lado.
-Con que Eldarya ¿No? - Reitera un poco de todo lo que le he contado. Asiento. - Llegaste aquí gracias a uno de esos extraños círculos de setas... es muy similar a como llegamos todos. -Comenta.
- ¿Llegaron todos? ¿De qué hablas? - Me detengo enfrente de el para que no escape y me cuente a que se refiere y cuando iba a contestarme, alguien nos interrumpe.
-Hola pequeña, mira que tengo para ti. - Purreru nos intercede mostrándome un vestido como el que traía al llegar aquí, aunque de color verde pasto, largo y con cortes laterales en las piernas.
-Ahorita no Purreru ¿Podrías dejarnos solos? - Pedí un poco enojada. Estoy segura que la conversación que voy a tener con Alex es importante, pero, aun así, parece que todo a mi alrededor conspira para que no hablemos. Purreru me mira sorprendida.
- Espera un momento Gardinne. - Alex toma el vestido de las patas de la gata. - Se parece mucho al vestido que te hice. - Lo gira para observarlo mejor. Purreru aprovecha para promocionarlo con él.
-Así es, lo hice pesando en la ropa tradicional de Gardinne para que se sienta más cómoda con Eldarya. - Dice Purreru.
--Sip... es perfecto, solo que, si le pones unos encajes aquí o unos moños se verá más perfecto. También unos olanes acá la harán ver más provocativa. Así nadie dudaría en comprarlo. Al menos yo no dudaría. - Termina con gran entusiasmo. Esta tan emocionado que Purreru no duda en invitarlo para que le enseñe más diseños y para compartir ideas a cambio de algunas prendas.
- ¡De acuerdo! Te alcanzare más al rato, Gardinne. Ya sé el camino de regreso, no te preocupes. - Me quita las telas de mis manos y me quedo boquiabierta al verlo alejarse junto a la felina.
¿Y ahora qué? - Me pregunto a mí misma sin saber que hacer ahora. Debería de presentarme ante Miiko a ver si tiene una misión para mí.
Al entrar al cuartel soy interceptada por mi amiga Ykhar.
- ¡Gardinne! - Me abraza fuertemente. - Adivina quién me invito a cenar. - Quiere comenzar a jugar a las adivinanzas. Pero se ve tan contenta que le sigo el juego y después de decirle todos los nombres de los miembros de guardia que conozco me estoy quedando son ideas.
- Me doy, no sé quién. Dime.
- Pues del chico que le trae loca. ¿Quién crees que sea? - Una tercera voz intercede.
- ¡Karen! - Ykhar se pone roja de pies a cabeza. - Si tú lo dices yo diré que a ti te gusta Chrome. - Tartamudea. Y ahora es el turno de Karen de ponerse totalmente roja.
- ¡Tonta, lo acabas de decir! - Avergonzada se gira hacia mí. - Pues bien, a ella, le gusta Valkyon y esta emocionada de que la invito a cenar para platicar. - Concluye orgullosa.
- ¿Es cierto Ykhar? - Le pregunto muy emocionada. Es la primera vez que me contaban algo tan íntimo. -
-Si.... - Susurra avergonzada.
- ¡Eso es genial! - Quiero ayudarla, pero no sé cómo. Todo debe ser perfecto para su cena. - ¡Vamos a comprar algo!
- ¡Por supues...! ¡Espera! - Interrumpe mi entusiasmo. - Miiko me pidió que fueras de inmediato a verla. - Termino con voz decaída.
-Bien iré, pero debes ir con Purreru y buscar a un chico llamado Alexy, decirle que vas de mi parte y contarle lo de tu cena. El sabrá qué hacer. - Ykhar asiente con una sonrisa. - Te la encargo Karen.
-Claro, tu amigo y yo nos encargaremos de hacer florecer su belleza.
-Ok, hasta luego.
Me despido de ellas y corro a la sala de cristal. Tenía tiempo que Miiko no me llamaba. Me pregunto que necesitara y espero que sea algo rápido. De verdad deseo ayudar a mi amiga para ese evento tan importante.
Cuando llego a la sala del cristal veo a los chicos y a Leiftan discutir algo con Miiko.
-Ese imbécil solo quiere aprovecharse de la ocasión y darse un festín con la estúpida humana. No creo que deba ir con él. - Escucha las amargas palabras de Ezarel hacia Nevra.
- Mira quien habla, él no la protegerá como un hombre. Un hombre no trae el cabello largo ni mucho menos tiene "amiguitas" con beneficios y para acabarla de su misma patética raza. - Concluye con un aire de superioridad hiriente.
-No creo que ninguno de vosotros deba ir con ella, tan solo miraros Miiko, son como críos. Iré yo. - Valkyon intercede para calmar las cosas, más su tono de voz despreciante hacia sus compañeros me hace pensar que lo dijo para humillarlos.
-Pues mira como este crio te parte la cara, imbécil. - Nevra se quita la bufanda y se acerca desafiante al albino quien en un abrir y cerrar de ojos, suelta una mueca y le golpea.
-Alto ahí casanova. Deja de ser tan narcisista. - Ahora Ezarel golpea a un Valkyon desprevenido. Nadie se esperó que fuera a golpearlo, no al menos, cuando sus palabras eran dirigidas hacia el vampiro.
- ¡Paren! - Ordena una Miiko furiosa, sin embargo, no le hacen caso. Por lo que decido intervenir con la esperanza de que a mi si me escuchen, pero no lo hacen, aunque me interpongo entre los tres y me pongo a forcejear entre ellos para que paren.
- ¡Chicos, basta ya! - A pesar de utilizar todas mis fuerzas son incapaz de separarlos completamente.
- ¡Por favor, paren! - Imploro ya a punto de llorar. Me siento tan patética de no poder hacer nada. Es como una de esas peleas tan comunes entre Castiel y Nathaniel, sin embargo, ellos si me escuchan. Pero, además, ellos siempre se han llevado muy bien, no sé qué les pasa. Ellos son muy buenos amigos, no pueden seguir así.
- ¡Basta! - Tomo fuerzas de quien sabe dónde y empujo uno a uno lejos de algún golpe que se den. Leiftan, quien va entrando, interviene tomando a Nevra, Miiko a Ezarel y yo opto por sujetar a Valkyon quien al verme para de luchar. Yo al final termine llorando, no puedo aceptar esa pelea sin razón, creo yo. Nada justifica que ellos se hayan agarrado a golpes.
- Gardinne yo... - Dicen los tres al mismo tiempo. Yo me alejo de Valkyon y les encaro, dejando ver en mis ojos mi descontento. No quiero oír escusas. Ambos me desvían la mirada y se comportan como niños al que han regañado. Oh, y claro que se van a llevar la reprimenda de su vida, de eso me encargo yo. Pero, cuando voy a comenzar a hablar, Miiko me interrumpe sacando toda su furia sobre ellos.
Observo sin saber qué hacer, así que Leiftan me toma de los hombros y me saca de la sala para dejar que los jefes reciban lo que se merecen.
-Tranquila, Miiko los hará entrar en razón. - Dice limpiándome las lágrimas tanto de furia como de tristeza.
- ¿Por qué se comportaron así? No los entiendo. - Niego confundida. De alguna manera me siento culpable de lo que acaba de suceder.
- Venga, no hay que pensar en eso. Deja que Miiko lo solucione. Veras como mañana vuelven a ser los mejores amigos de siempre. - Me encamina hacia mi cuarto. El escucharlo tan seguro hace que me tranquilice. Voy a confiar en él, pienso. Pero de pronto, recuerdo mis manos ensangrentadas y aquella voz advirtiéndome sobre él. ¿De verdad puedo confiar en él? Leiftan me observa con una gran sonrisa que me hacen dudar aún más. Quiero confiar en él.
-Por lo mientras, prepárate, partiremos a una misión. - Me dice con tono amable, pero es más que obvio por sus palabras que no me puedo negar. Asiento dudosa. ¿A dónde iremos? - Miiko planeaba que uno de los chicos te acompañara, pero como está la situación... - Suspira - No creo que salgan bien librados de esta, así que yo te acompañare ¿Estás de acuerdo?
-Si, pero, dime de que trata esta misión, por favor. - Pido al llegar a mi habitación. No quiero que me diga que me contara después.
-Si. - Asiente. - Creemos que otro humano rodea la Ciudad de Eel. Sospechamos que es uno de tus amigos - No lo dejo terminar. Lo tomo firmemente de la camisa sin poder evitarlo.
- ¿Dónde? -Estoy ansiosa y preocupada. - ¿Cómo es? - Me imagino a todos los chicos para recordar como son y así poder reconocernos. Pero Leiftan niega tristemente por no poder darme noticias alentadoras.
Aflojo el agarre a su camisa y recargo mi cabeza en su pecho. Por un momento creí que algo cambiaria. Que me dejaría de sentir sola en un lugar sin sentido, donde he tenido que aceptar sucesos que no me parecen del todo bien.
-No sabemos con exactitud si son tus amigos. Solo nos ha llegado el avistamiento de un humano pasivo por los alrededores y tus amigos no harían algún daño ¿o sí? - Me responde con una gran sonrisa que me hizo desear prenderme a ella. Como si ese gesto me rodeara de protección.
- ¡Así es! - Le doy la razón con un abrazo, sorprendiéndolo. - Gracias, Leiftan. ¡Ahora mismo iré a preparar mis cosas para partir cuanto antes! - Le dedico una sonrisa y me adentro a mi cuarto con la esperanza en alto. Solo unas simples palabras suyas me han hecho creer que los chicos estarán bien y el susodicho del que se han visto avistamiento es uno de ellos.
¿Pero quien será esta vez? Sea quien sea, espero y este bien. Me recargo en la puerta y sin querer oigo algo desconcertante.
-Perdón, es lo que debe hacerse. Eso es lo justo.
Escucho a Leiftan. ¿Qué quiere decir con eso? Abro la puerta lo más rápido que puedo sin encontrar al rubio. El pasillo esta completamente solo, es como si hubiera escuchado un susurro de mi imaginación. ¿Lo dijo para que lo escuchara? Niego divertida, encogiéndome de hombros, creo que ya estoy enloqueciendo.
Hago a un lado mis tontos pensamientos y me preparo para la misión, tomo un poco de ropa, víveres y unos pocos brebajes básicos y por último un botiquín de primeros auxilios. No me encontré con nadie de mis amigos y mucho menos a los chicos, en parte estoy agradecida por ello y por otro lado me hubiera gustado despedirme de ellos ya que no se cuanto tiempo nos tomaría encontrar a mi amigo. Trate de hablar con Alexy, pero estaba centradísimo haciendo y vendiendo sus diseños, nunca había vista tantos eldaryanos rodeando el puesto de Purreru, así que opte por no molestarlo, le dejaría un recado con Ykhar.
También busque a Armin, pero tampoco está disponible, ya que estaba en clase con Ramon. Lo observe entrenar un rato con mucha alegría. El parecía feliz al ser capaz de esquivar los golpes del ogro con una agilidad sorprendente. Algo me decía que esos músculos no se habían formado por jugar videojuegos, tal vez en sus tiempos libres se ponía a ejercitarse. Al final, no me atreví a interrumpirlo, así que serian dos notas para Ykhar.
Me apresure a ir a mi habitación y escribir las cartas. En cuanto las termine, busque a mi amiga brownie sin encontrarla. Fui a su habitación, estaba a punto de tocar cuando oí su risa nerviosa acompañada de las chicas, es cierto, ella tiene una cita esta noche. Decido no interrumpirla, echaré las cartas debajo de la puerta de cada chico.
Terminado mi objetivo me dirijo a mi habitación encontrándome con Leiftan recargado en mi puerta. En cuanto me ve, me dedica una sonrisa y yo la correspondo.
-Es hora de irnos. - Me indica. Yo con los nervios a flote y expectante de lo que pasara, corro por las cosas que había preparado y me reúno con él en un abrir y cerrar de ojos.
-Ya te acostumbraste a las misiones. - Comenta saliendo de la cuidad de Eel. Por un momento, una sensación de desolación acompañada de un miedo inexplicable me hace no querer dejar Eel.
-Si, creo que no había de otra. - Respondo tratando de enfocarme en la conversación. Finalmente logre distraerme y continuar nuestro camino sin que deseara regresar corriendo.
Preguntamos a varios transeúntes del camino si habían visto a un humano, sin obtener resultado alguno. Nadie había tenido algún encuentro con mi amigo. Ya estaba por anochecer, necesitábamos encontrar refugio y Eel ya nos quedaba a varias horas de distancia.
-Leiftan. - Lo llamo, el para para prestarme mayor atención. - Deberíamos descansar. - Sugiero, pero el niega.
-Ya casi llegamos. Sube. - Se pone en cuclillas ofreciéndome subir a su espalda. Desconcertada, subo. ¿A dónde casi llegamos? Me cuestiono, pero no soy capaz de preguntárselo.
-Espero no estar muy pesada, lo siento. - Recargo mi cabeza en su espalda, avergonzada. Su calor y los latidos de su corazón son reconfortantes.
-No te preocupes, me hace feliz tenerte cerca. Siempre es agradable consentir a un ser querido. - Sonrió por sus palabras, siempre me ha dejado en claro que me aprecia. Creo que seria justo darle a saber que el sentimiento es mutuo.
-Gracias, te quiero, Leiftan. - Me acorruco en su espalda. Se siente bien decirlo.
-No mas que yo. Mira, ya llegamos. - Se agacha y me baja de su espalda. Observo a mi alrededor. Leiftan se alejo del camino y se adentró al bosque, pensé que llegaríamos a una cabaña, pero la zona estaba desértica.
-Chicos, salgan. - Le escucho decir y mi corazón se paró por un momento. ¿Qué está sucediendo? Observo con desesperación como cuatro sombras salen de manera lentamente dolorosa de la maleza.
-Nath... Castiel... Lys.... Víctor.... Por dios, chicos, son ustedes.
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Hola. Ahora si chicas, arrepiéntanse de sus pecados. Ok, no.
¿Cómo les quedo el ojo? ¿Qué pasara ahora? Díganme sus teorías. Tal vez ya se acerque el final, no pienso hacer las cosas demasiado largas y ya hice un esquema de los próximos capítulos, es la primera vez que hago algo como esto, espero que funcione. XD
Tan, tan, tan. Muaja, ja, ja, soy mala, les dejare con la intriga.
Gracias por todo. Nos vemos pronto.
Por cierto, ¿saben de quien gusta Alajea?
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