11. Después de una ducha.
-¡Sabe horrible! - Me quejo ante el mal sabor del brebaje que me dio a beber Ezarel -¿¡No pudiste darle un mejor sabor!?
-Conformate con que te ayude con tu problema. Fue muy difícil encontrar los ingredientes para prepararlo. - Agitó la mano quitando le interés al asunto y se giro dándome la espalda.
Abro los ojos sorprendida al escucharlo. ¿Mi problema? ¿Sólo mío? No creo que un embarazo sea sólo de uno y si actuamos para evitarlo fue decisión de ambos.
-Sí no mal recuerdo, yo no te obligue a nada, así que seria problema de ambos.
Me defiendo. Aunque el elfo solamente me ignora. Bufo furiosa. Me lo merecía, eso me resultaba por dejarme llevar por mis impulsos. Todo por confiar en Ashkore. En cuanto lo viera le pediré que me vuelva a la normalidad y si se negaba buscaría la forma de hacerlo por mi cuenta.
-Ezarel, necesito que prepares estos medicamentos. - Entró Ewelein con una lista en mano. Casi al entrar se dio cuenta de mi presencia y me sonrió, yo devolví el gesto. Ezarel se acercó y después de saludarle cortésmente leyó la lista que le entregaba.
- Hola, Gardinne.
-¿Qué tal, Ewelein? ¿Necesitas ayuda en la enfermería? - Me ofrezco al verla tan atareada. Pocas veces la veía desaliñada y con apariencia cansada.
-No me vendría mal una mano en la preparación de la medicina. La necesito cuanto antes. ¿Podrías ayudarle a Ezarel? Por favor. Vendré en una hora por ella.
Dicho esto salió sin darme la oportunidad de negarme. Ahorita lo que menos quería era estar junto al elfo irresponsable.
Dudo si acercarme o no. Tal vez mi presencia en lugar de ayudarle sólo retrase más su trabajo. Decido que lo mas seguro es que pase lo ultimo, mi presencia ahí sería innecesaria ya que soy una humana inútil. Doy media vuelta para retirarme pero su melodiosa voz me detiene.
-¿A donde vas? No huyas del trabajo.
Giro y por fin de ha dignado a verme.
No me escapo del trabajo sino de ti. Pienso.
-Yo no estoy huyendo. Solo pensé que no necesitarías mi ayuda.
-La primera vez que piensas y es en vano. Ven acá, debemos apurarnos.
Giro los ojos. Como quería a este chico y a la vez no lo soportaba.
Al final, termino obedeciendole. Con una vez que me explico como preparar la medicina me bastó para serle útil. Realmente fue muy fácil y no hubo necesidad de buscar los ingredientes ya que los tenia en su laboratorio. Lo observó concentrándose en su labor y al ver su rostro serio, recuerdo lo que sucedió después de esa acalorada ducha.
Flashback.
Siento como su cabeza sube y baja al ritmo de mi respiración. Me tiene completamente abrazada, con su cabeza en mi pecho y aun dentro de mi.
Lo que acaba de suceder entre ambos fue maravilloso, algo único.
-Mmm...
Me quejo al sentir como salía de mi, perdiendo esa sensación de estar llena que me empezaba a gustar tanto. Después de su ausencia siento de inmediato como todo su esperma sale de dentro mía. Grito contra la tela. Hemos cometido un grave error. Me agito tratando de soltarme pero es en vano. Oigo la risa del elfo, enojandome porque no comprendía la gravedad de lo sucedido. Al paso de unos minutos se apiada de mi, soltando mis muñecas de la regadera y retirando la tela de mi boca.
Sobo mis manos adolorida. Si que dolieron después de soportar un buen rato mi peso. Superando un poco el dolor, me quito la venda de los ojos encontrándome a un Ezarel desnudo, con una sonrisa burlona adornando su perfecta cara. Los colores suben a mi rostro, sobre todo después de ver lo que entro enterito en mi.
¿Te gusta lo que ves? - Bofa. Empezando a acercarse de manera peligrosa hacia mi. Retrocedo hasta quedar pegada contra el frío azulejo del lugar.
-No es momento de bromas. Te has venido dentro de mi, elfo estúpido. ¿Qué vamos hacer ahora? - Lo miro angustiada.
El solo ríe y termina de cortar el espacio entre nosotros.
-Ezarel.... - Murmuró pero soy interrumpida por sus labios que se han posado contra los míos empezando una deliciosa y tortuosa danza entre nuestras bocas.
Le sigo hasta que mis pulmones reclaman aire. Nos separamos y el empieza a desviar su atención hacia cierta zona que empieza a humedecerse solamente por su mirada.
-Yo te limpiare. - Dice, comenzando a pasear sus dedos entre mis muslos.
Suspiro cuando se concentra en mi centro. Juega un rato mas por afuera de mi intimidad hasta que decide introducir uno de sus dedos. Gimo su nombre sorprendida. Por un breve momento me olvide del problema que teníamos pendiente. Tomó su cabello entre mis dedos tratando de sentir un poco de control sobre la situación pero hace mucho que no lo tenia.
Veo como estira su mano hasta alcanzar la regadera portátil. Me pregunto que hará con ella pero no tardó en recibir respuesta. Siento como el agua da totalmente en mi centro y el con su dedo esparse el agua dentro mía. Esta lavandome. Mueve sus dedos recorriendo hasta el fondo de mi interior, el agua estimula aquellos lugares donde el toca. Resisto los espasmo que quieren atropellarme con el orgasmo. Pero no soy capaz de resistir lo que mi cuerpo anhela. Con una ultima estocada de sus dedos contra el fondo de mi, mis piernas comienzan a temblar, la vista comienza a serme borrosa y siento que el corazón se me sale del pecho al ritmo de mi agitada respiración.
-Primer paso: completado. Ahora quedan pocas posibilidades de un embarazo pero aun es posible. Terminate de bañar y ven a mi laboratorio. - Me mira seriamente pero soy capaz de percibir un leve sonrojo en sus mejillas y por mas que lo observó soy incapaz de adivinar qué piensa. - No se que harías sin mi, tonta.
Dicho esto, sale cautelosamente del cubículo brinsandome una larga y placentera vista de su culo. No se en que líos me estoy metiendo pero no es tan malo después de todo.
Fin Flashback.
Término de sellar el último frasco sonrojada y con un cosquilleo entre mis muslos. Me recargo un poco en la mesa prestando particularmente atención a esta para tratar de alejar esas locas ideas. Aunque esta sólo logra hacer que mi imaginación vuele, visualizando los frascos esparcidos por todos lados en el suelo y yo sobre la mesa con Ezarel entre mis piernas en un delicioso vaivén.
Niego, no podía estar mas tiempo cerca de este elfo o haríamos una locura.
-¡Listo! Acabamos antes así que le llevare esta caja a Ewelein. - Tomó una ceja llena de medicina con gran esfuerzo. Esta realmente pesada pero no me rendiré, tratare de llevarle esto a Ewelein. Puede que lo necesite mucho de verdad.
Apenas doy el primer paso cuando Ezarel me quita la caja de las manos dejándome atónita.
-¿Qué hacés? - Le pregunto.
-Salvando nuestro trabajo. No nos esforzamos para que una débilucha como tu venga a tirarlo todo. Si quieres ayudar trae las restantes. - Señala los frascos en la mesa. Eran menos de una docena así que no sería tan pesado. Corro a echarlos en una caja y lo alcanzó. Al menos seré capaz de ayudarle así que estoy contenta.
De pronto, para frente la puerta antes de salir.
-Lo siento, era problema de ambos.
Siento como el corazón se alborota ante sus palabras. No espere nunca una disculpa. Voy a decirle que este tranquilo, que eso ya había pasado pero tuvo que salir con algo Ezarelico arruinando el momento.
-Pero lo que más me preocupo fue un hijo nuestro¿Te lo imaginas? Durante nueve meses tendría la preocupación de que el niño se pareciera a ti y que no saliera tan guapo y carismático como su papá. Eso seria una espera horrible, rogándole al oráculo que fuera un genial elfo y no una humana torpe....
Me niego a seguir escuchando su monólogo. Pensé que estaba siendo serio. Me hago camino entre el y la entrada logrando salir.
-¿A donde crees que vas? Aún no termino.
-Lo siento, pero no puedo perder mi tiempo en tu Ezarelico discurso. Tengo mejores cosas que hacer.
Dicho esto, salgo corriendo prácticamente hacia la enfermería, ignorando al jefe de guardia. Ewelein no está pero no estoy dispuesta a esperarla y encontrarme con Ezarel. Además, aún tengo una misión que cumplir.
Salgo rápido de la enfermería y bajo hasta la sala. Bien, ahora¿Donde podría estar Armin? Debería preguntarle a Ykhar o a Miiko, ellas de seguro deberían de saber. Pero como siempre Miiko es un amor, nótese el sarcasmo, prefiero preguntarle primero a mi amiga quien siempre se encuentra en la biblioteca. Al entrar a esta, la encuentro entre miles de libros que al parecer tiene que acomodar.
-Hola, Ykhar ¿Necesitas ayuda?
Me ofrezco para ayudarla. No lo pude evitar, no iba a dejar morir a mi amiga entre tantos libros ella sola.
-Claro que si, eres mi salvación. Gracias Gardinne. - Me abraza en forma de agradecimiento.
-No hay de que, pues bien, manos a la obra...
Tres horas mas tarde...
Apenas voy saliendo de la biblioteca totalmente acabada. No puedo creer que la brownie estuviera a punto de acomodar todos esos libros ella sola.
Termine cansada pero al menos conseguí la información que buscaba, Armin se encuentra en su habitación. Que casualmente estaba a unas cuantas puertas de la mía. Decido ir de inmediato después de arreglarme un poco, más que nada para ir presentable a mi misión.
Suspiro para quitar el nerviosismo, es solo Armin ¿Qué podría pasar? Tocó.
-¡¿Quien?! - Oigo su voz, noto de inmediato que esta enojado. Me pregunto porque.
-Soy Gardinne ¿Puedo pasar?
No tarda en abrir la puerta y jalarme adentro de su habitación.
-¡¿Cómo has podido vivir tanto tiempo así?! - Exclama tomándose desesperado de los pelos.
Arqueo una ceja sin entender. Busco su cama con la mirada, pensando que tal vez a él tampoco le han dado un colchón, pero me encuentro con una gigantesca cama de cobijas elegantisimas y que a la vista era bastante delicioso echar una siesta ahí.
-¿Qué sucede? - Pregunto al fin. No entendía su desesperación.
-¡No hay Internet, ni señal y mucho menos luz eléctrica! ¡Esto no es vida!
Pongo los ojos en blanco. Esto no podía estar sucediendome. Me acerco a él y tomó su mano para levantarlo de la cama donde estaba tratando de sobrellevar su tragedia pero el no coopera y me es casi imposible levantarle por su peso.
-Gardinne, mi gran amor. - Toma mis manos entre las suyas. Mi corazón da in brinco al escucharlo, anhelando escuchar lo que deseaba antes de caer en Eldarya. - Acaba con mi sufrimiento y matame. No podre vivir sin mi consola...
¡Pum! Me caigo del sueño. ¡Vaya, chico! Ha vuelto a jugar con mi corazón y eso si que no se lo perdonaré. Ya verá.
Enojada, sacó las fuerzas necesarias para arrastrarlo hasta fuera de su habitación. Verlo hacer berrinche así, de esa manera exagerada, me hace recordar una escena de mi película favorita:el castillo vagabundo. Donde el el mago Howl hace un dramático desliz porque Sophie movió sin querer sus tintes provocando que arruinará su tinte, por así decirlo. Así que Howl sintió que su mundo se acababa, justo como mi querido amigo gamer. Ambos patéticos, pero su hermosura los salvaba.
-No me gusta andar a fuera. - Se queja.
-Lo se, pero mi misión es llevarte a conocer lo que yo conozco así que te aguantas.
De hecho, pensaba enseñarle primero el cuartel, junto a sus miembros pero el cielo amenazaba con llover por lo que sería más conveniente salir antes para que la lluvia no nos gane.
-Bien, no entiendo eso de "es mi misión" - Trata de arremedarme pero, siendo sincera, le sale pésimo. - Así que será una cita, la primera después de reencontrarnos.
Toma mi mano con una gran sonrisa, como aquella vez cuando iban a dar los papeles para la obra de teatro. Soy incapaz de negarme ante ello. Verlo como una cita de amigos sería más divertido que verlo como mi obligación.
-Este es el mercado, encontrarás gran variedad de cosas, como....
Le explico con detalle lo que se. Extrañamente parece muy concentrado en lo que digo. Al final, nos fuimos del mercado decepcionados. Sobre todo Armin, porque no encontró ninguna consola o videojuego y yo porque este chico nunca cambiaría. Pero tome todo con buen humor, estar junto con el se sentía bien y era divertido, tenia grandes ocurrencias.
-Este es el árbol del cerezo. Mi lugar favorito.
-Sí, lo recuerdo muy bien. Cuando me enteré que te gustaban mucho fue porque Kentin te regalo uno, me enoje mucho ese día. - Asiento. Esa fue nuestra última discusión. - No podía soportar que yo siendo tu novio no lo supiera y él si, quien solo es tu amigo. Lo siento, fui un estúpido, irracional.
Cierra sus manos en puños, como tomando valor para lo que va decir. Yo lo miro esperanzada. ¿Pero realmente quiero que las cosas se arreglen entre nosotros? ¿Aún lo amo?
-Siempre eres así pero te quiero, tontito. - Le hago un cerillito en su cabeza. - Ven, aún falta lugares que enseñarte.
Le digo sonrojada por lo que dije, a él, también se le subieron los colores al rostro.
Termine de enseñarle afuera y solo faltaba el cuartel y los miembros. Tenía curiosidad de ver como de llevaban todos con Armin.
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