-No puedo

-Mira -Las llamas de las velas anunciaban el inicio de un viento desconocido-, ya no hay vuelta atrás

-Ya comenzó

El fuego empezó a atenuarse hasta casi dejarlos a oscuras, cinco simples sombras se distinguían entre las penumbras, cinco sombras temerosas, cinco sombras sin conocimiento alguno sobre la mala decisión que acaban de tomar

Todos ellos sintieron como su piel se llenó de estática tal como aquella vez que fueron llamados, cada uno de ellos se sabía el ritual de memoria y sabían lo que se avecinaba.

-A Deo rex, a rege lex -las voces unidas recitaban entre el silencio del lugar, suave y apenas audible, tal como una canción de cuna; lo diferente: en vez de dormir ellos querían despertar.

A Deo rex, a rege lex; A Deo rex, a rege lex; A Deo rex, a rege lex

Al poco tiempo los canticos ya no eran de solo cinco voces, sino que el mismo viento recitaba la melodía de sus deseos, y de ser cinco sombras entre la penumbra, pasaron a ser seis.

Ya no estaban solos.

-¿Saben en lo que se meten?

Los jóvenes callaron ante la imponente y maligna voz que ansiaban esperar, es lo que buscaban hacer; pero en la búsqueda de esa voz, perdieron la suya.

"-Ya no hay vuelta atrás" -Se repetían una y otra vez.

Todos asintieron

La voz emitió una carcajada que erizó el cabello de todos.

-Aún pueden retroceder, váyanse quienes aprecien su alma

Pero esa noche no estaban dispuestos a huir, y nadie se movió.