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"— Deja de llorar, no importa lo que digas o cuanto grites ellos jamás van a volver ni te van a sacar de aquí
Sonó una voz a su costado. Haciendo que su incontrolable llanto cesara y esta vez un profundo miedo se apoderara de ella, miedo que incrementó cuando volteó su vista y logró divisar de quien provenía esa voz.
Aun cuando la vista era casi que nula debido a la gran oscuridad del lugar, aun así logró divisar su rostro y su largo cabello azul, su rostro se tensó, ese era el mismo rostro del hombre que se reía desquiciado al lado de donde yacía el cuerpo del patriarca.
— ¡No! ¡Aléjate! - gritó asustada retrocediendo, ese hombre le daba miedo - ¡¡ayuda!!
— Cálmate mocosa, por mas que grites nadie va a venir. - le dijo el hombre exasperado
— ¡No te me acerques! Tu... ¡Tu mataste al patriarca!
— ¿El patriarca? Bueno. Una vez si quise intentarlo pero nunca lo hice, pero... - una sonrisa se plasmó en el rostro del mayor - así que al final si lo hizo, jeh, - murmuró mirando hacia la salida, pero una vez mas volteó a ver a la niña y le habló con firmeza- mírame bien mocosa, mírame bien, no soy quien crees
En ese instante fue cuando sus ojos se enfocaron en él, a pesar de su temor pudo notarlo, su rostro era idéntico, de eso no tenía duda pero su cabello hacía la diferencia, el de este era de un azul marino a diferencia del azul ceruleo del otro.
— No es igual... - respondió asombrada
— Así es... ¿y sabes que es lo mejor? - respondió - Que yo puedo sacarte de aquí
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Había vuelto a sus labores diarias como de costumbre, Saori había dicho que ya no era necesario que las siguiera haciendo pero ella le había pedido continuar. La verdad es que necesitaba distraer su mente, ya habían pasado 3 días desde su charla con Saori y desde ese día no había podido volver a dormir con tranquilidad, despertaba a media noche o en la madrugada por las fuertes pesadillas que habían vuelto a aparecer, o más bien por los recuerdos que volvían en forma de pesadillas. Restregó sus ojos, tratando de espantar las evidentes ganas de dormir, pero sabía que no podía ser descuidada, el haber revelado un poco de su pasado le había aligerado un poco, ya no tenía porque esconder su fuerza ni andarse con cuidado pero ahora tenía a un quinteto de chicos detrás de ella creyendo que hacían un buen trabajo escondiéndose para poder espiarla, bueno al menos uno no disimulaba que la estaba espiando.
Sabía que las noticias no iban a tardar en esparcirse pero no pensó que fuera a ser tan rápido. Más tardó ella en tranquilizarse que los chicos de bronce en llamar a los dos faltantes e informarles de todo, eso había conllevado a los sucesos que estaban ocurriendo. Aunque no ganaba nada en frustrarse o decirles que la dejaran en paz, tenían todo el derecho a desconfiar de ella, porque si se lo preguntan, incluso ella desconfiaba de sí misma.
Terminó sus labores de forma precisa, para rápidamente cambiarse su atuendo por algo más cómodo, más relajado, y flexible. Una vez lo hizo se dirigió a las afueras de la mansión, quedaba a la perfección que esta tuviera un gran bosque en la parte trasera. Recogió su cabello en una coleta alta y procedió a vendarse los brazos y las manos bajo la atenta mirada de los chicos que la habían seguido.
No sería un entrenamiento cómodo, pensó, pero en esos momentos lo que más le ayudaba a despejar la mente era el ejercicio, "dejar que la mente se calme mientras se libera con cada gota de sudor del cuerpo ejercitado" como diría su maestro. Después de hacer calentamiento previo decidió ir más allá, al ya no tener que esconder su poder decidió que no sería problema si decidía entrenar por primera vez en serio.
Amarró unas sogas a sus extremidades a la vez que amarraba en el extremo de estas pesadas rocas, una vez terminada se empezó a mover, primero con dificultad, luego con algo más de soltura al irse acostumbrando a la rutina, corrió por el pequeño bosque mientras cargaba sus pesas, y luego dió patadas en el aire manteniendo constancia. cerró sus ojos concentrándose en imaginar a su adversario que quería, necesitaba derrotar, dejándose llevar por sus instintos sus golpes y patadas se volvieron mas feroces pero tan pronto como dio un ultimo giro en su entrenamiento sintió una ráfaga pasar por su lado lo que la hizo detenerse, al hacerlo pudo notar como un chico de cabellos azules se paraba frente de ella con claros signos de molestia.
— joven Ikki, no debió de colocarse frente a mí de esa forma - habló tratando de sonar calmada, obviamente si el chico recibía una de sus patadas no le iba a hacer algún daño.
— he estado observándote y a pesar de que tú entrenamiento es muy fuerte puedo notar que eres más que eso
— puede ser eso cierto, pero por favor no se interponga mientras entreno, no quiero causarle heridas
— dejame averiguar por mi mismo si eres capaz de eso - inmediatamente cambió su postura a una de peleas - te propongo algo, ¿Qué tal si me demuestras esa fuerza que escondes peleando conmigo?
— la verdad es que no estoy acostumbrada a entrenamientos compartidos
— Entonces, tómalo como si fuera un ataque de un enemigo
Sin darle tiempo de responder se lanzó hacia ella lanzando una serie de patadas rápidas que Dara esquivó con bastante agilidad, siguió atacando con rapidez, no se iba a detener hasta conseguir que ella demostrara su verdadera Fuerza por lo que le lanzó un puñetazo directo a su abdomen, Pero la chica siguió esquivando cada uno de sus ataques
— al parecer lo único que sabes es esquivar - dijo Ikki tratando de provocarla
— le dije que no quería este combate, y al parecer usted Joven Ikki no se va a detener hasta que yo le muestre lo que quiere
— supones bastante bien.
— entonces, tal como usted pide, usaré todo lo que tengo,
Dara retrocede, tomando impulso para un golpe bajo, que Ikki bloquea con su rodilla. Ambos intercambian golpes y patadas, sus movimientos rápidos y fuertes resonando cada vez que chocaban. Dara, aprovechando su experiencia, utiliza su cuerpo para ejecutar una serie de llaves y contraataques probando la resistencia del Fénix. Él, por su parte, usa su velocidad y reflejos para mantenerse fuera del alcance de sus golpes más devastadores, Una vez fuera de su alcance, ejecutó una vuelta rápida, su pierna cortando el aire en un arco perfecto que Dara apenas tuvo oportunidad de esquivar. Aprovechando esto, Ikki se lanzó con una embestida, Pero Dara utilizando su fuerza en su contra lo envía al suelo con un golpe sordo.
— con eso es suficiente, no crees ? - respondió colocandose frente donde yacía el Fénix en el suelo
— si, por el momento - suspiró con Desgana - pero...
— Tienes alguna queja aún? - preguntó algo molesta
— no usastes toda tu fuerza - la miró con enojo
Dara se quedó en silencio un rato, observando como el chico se levantaba del suelo, luego soltó una estruendosa carcajada que solo hizo enojar más al fénix.
— y ahora que? Que te causa tanta gracia?
— disculpe Joven Ikki, - dijo ella luego de tranquilizar su risa - Pero esa era lo más obvio
— que?
— Esto es un entrenamiento, no una batalla a muerte, - explicó - obviamente no tengo motivos para atacarlo a muerte usando toda mi fuerza.
- Tsk,.. - con un chasquido se alejó del lugar
<<Que conste que aún no te he aceptado, pero te daré el beneficio de la duda>>
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Tercer capítulo publicado! Me gustaría saber, que les ha parecido?
Me ha costado un poco porque no soy buena escribiendo enfrentamientos.
Quisiera pedirles que me tengan paciencia, trabajo y estudio por eso me cuesta sacar los capítulos con regularidad
Espero que el capítulo haya sido de su agrado
Muchas gracias por leer, comentar y/o votar.
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