Capítulo 1



Narra Gun:



💀☠️ Violencia y Muerte☠️💀

Hace 17 años, los policías dijeron que yo era demasiado pequeño para recordar todo lo que pasó aquella noche, pero no estoy loco, ni inventando nada, yo sé lo que vi y como ellos decidieron no hacer nada, yo pasé todo el resto de mi infancia, practicando, entrenando con el odio dándome energía, recordando aquella noche, de la cual debo vengarme.


Flashback:


Aquel día, cumplí mis 10 años, mi padre tiró la casa por la ventana para hacerme una gran fiesta, en la que tuve hasta una montaña rusa en mi jardín, todo fue increíblemente hermoso. Pero, la noche se convirtió en una pesadilla; no podía dormir, tenía calor, frío y al mismo tiempo, sed, por lo que, ansioso, me levanté de la cama y pasé por el estudio de mi padre.

Mi padre, era mi ídolo, apesar de mi corta edad, él jamás me ocultó nada sobre sus negocios, él fue un narcotraficante de armas, la palabra mafiosos estaba escrita en la puerta de nuestra casa. Las entregas de mi padre jamás fallaron, hasta el día en que su mejor amigo se quedó en la calle, porque su negocio fracasó.

Mi papá siendo un buen hombre, le tendió la mano, le brindó un lugar en nuestra casa, aunque solo por un periodo, hasta que él pudo comprar su propia mansión. Ese hombre venía con un hijo, un niño, yo jamás le tuve confianza, por eso no jugaba con su hijo; la mirada de aquel hombre, era fría y calculadora.

- ¡Arruinaste mis negocios! Te lo di todo, una casa, comida, educación para tus hijos. ¿Por qué?

- ¡Porque yo quiero todo lo que tú tienes! Tu vida es perfecta y mira la mía.

- ¿Y crees que apuñalado por la espalda a la única persona que te ayudó, tendrás todo de mí?

- Solo mírame...

Me percaté de que unos hombres venían bajando las escaleras y corrí a esconderme en un armario del cual se miraba todo el estudio de mi padre, lo que no vi, es que aquellos gorilas, traían a mi mamá. Ella estaba llorando, mi padre empezó a pedir que no le hicieran nada y yo a pesar de ser un niño, comprendí perfectamente que esto es una traición.

- ¡Mira como tu esposa perfecta ahora será mía!

Aquel hombre parecía poseído por el diablo con esa mirada perdida y su sonrisa diabólica; para mí, fue la peor imagen que pude tener, desearía haberme quedado en la maldita cama. Solo podía llorar en silencio al ver cómo ese horrible hombre se adueñó del cuerpo de mi madre, con ella gritando que se detuviera y mi padre suplicando piedad.

-¡NO QUIERO! ¡SUÉLTAME! ¡YA BASTA! - Gritaba mi mamá, una y otra vez.

- ¡LA LASTIMAS! ¡DÉJALA, TE LO SUPLICO! - Mi padre lloraba de impotencia al ser sujetado por tres matones.

Después de todo ese horrible acto, mi madre fue arrojada fuera de la casa, por la parte de atrás, en uno de los basureros como si fuera un desperdicio y a mi padre empezaron a golpearlo. Eran cinco hombres jóvenes contra mi padre, que ya era una persona mayor de cuarenta; me tuvieron ya adultos así que fue como si me educaran mis abuelos.

- ¡Pónganlo de rodillas! - Ordenó con desdén, antes de pararse detrás de él. - ¡Tus hijos, serán la comida para mis perros!

Incluso yo terminé con sangre de mi padre en mi cuerpo, aquel maldito le había disparado en su cabeza, arrancándole la vida, quitándome a mi papá, pero tuve que ser fuerte y correr. Según las palabras de ese sujeto, mi hermana y yo corríamos peligro, por lo que corrí hasta su habitación y cubrí su boca para que no gritara.

- Gun, ¿qué pasa?

- Escucha, padre ya no está. Juré que te cuidaría si algo le pasaba; tú y madre son mi prioridad y razón para seguir viviendo, pero debemos irnos ahora.

Ni siquiera sé de dónde salió toda la fuerza y voluntad para decirle todas aquellas palabras, pero ella se levantó y me siguió, en caso de emergencia, ambas habitaciones tenían salidas de escape. Usamos el de mi hermana que llevaba directamente a la parte de atrás y allí habían unos túneles, si lograba llevarlas a ambas allá, saldríamos con vida.

- ¡Gun, no! ¡Vete, déjame! Cuida a tu hermana... - Mi madre trató de alejarme, pero no me iría sin ambas.

- No, mamá. No te dejaré, sé que te hicieron daño, pero necesito que intentes levantarte.

Con mucha fuerza de voluntad, ayuda de mi hermana y mía, levantamos a mi mamá y llegamos hasta la entrada del túnel, tratamos de ir lo más rápido que pudimos, porque nos estaban buscando. Supe que no lo lograríamos sin una distracción, así que usé un encendedor que mi padre me regaló y con ayuda de una botella de licor, le prendí fuego a la casa entera.

Todos esos hombres salieron de la casa por el lado de enfrente lo que me dio el tiempo suficiente para que mi madre y hermana llegaran a la puerta de los túneles, luego yo solo puse mi huella. La contraseña, mi padre me la enseñó también, se necesitan ambas cosas para abrir la puerta, pero mi papá no quiso poner su huella, solo la mía.

- ¡Jamás nos creerán, Gun! ¡Es hora de desaparecer!

- ¿Papá no tendrá justicia? - La pregunta de mi hermana hizo eco en mi cabeza.

- No, por ahora. Pero sí la tendrá.

Nos fuimos de la jefatura distrital, terminando en un Ferry que nos llevó hasta Italia, donde se encontraba el hermano de mi padre, y al enterarse de todo, nos acogió en su casa. La mafia italiana es conocida por ser fría y calculadora, en ese país jamás se perdona; el pasado es algo que se lleva en los hombros hasta que finalmente, asesinas a quien te lastimó.

En un principio, mi tío no quería que yo participara en nada que tuviera que ver con la mafia italiana, él mismo quería hacer su propia justicia, pero yo no lo permití, porque fue a mí a quien lastimaron. En cuanto cumplí 12 años, él me llevó a un campo de entrenamiento, donde dejé el corazón en cada pelea, cada golpe, me recordaba la violación de mi madre y el disparo a mi padre.

- ¡Golpea duro! ¡Recuerda todo lo que le hicieron a tus padres! - Gritaba mi tío para motivarme.

- ¡Qué el odio y dolor no sean tus enemigos, si no tu motor! - Ordenaba mi entrenador.

A los 15 años, aunque fueran seis chicos más grandes que yo con los que me peleara en la escuela, me dejaban sangre en el rostro y dolor en el cuerpo, pero jamás ganaban ante mí. Mi madre, se recuperó de la violencia con la que la trató el infeliz de Jumpol, además, mi tío la llevó con un psicólogo y después de algunos años se enamoró y volvió a sentar cabeza.

Mi tío jamás se casó, porque a él solo le interesaba el sexo express, solo se acostaba con las mujeres que le llamaban la atención, pero al siguiente día desaparecía como por arte de magia. Hasta que conoció a la mujer más fuerte del mundo, la que se recuperó física y mentalmente de una violación y la pérdida de su esposo.

- ¡Gun, siéntate quiero que hablemos!

Mi madre tardó más de una hora tratando de explicarle a su hijo de 17 años, que se había enamorado del hermano biológico de su padre y se sentía mal, porque creía que le faltaba el respeto. Pero, yo comprendo que el corazón se manda solo, y mi mamá, ya le guardó siete años de luto a mi papá, además, no quiero que pase el resto de su vida sola.

Entregué a mi madre el día de su boda, mi hermana de 15 años, fue la encargada de llevar los anillos y finalmente, me sentí muy feliz con que mi mamá volviera a sonreír como cuando estaba con él. Mi tío se convirtió en mi padrastro, y yo no podía negarme a eso, él ya es mi segundo padre desde que aceptó recibirnos en su casa como su familia.

- Gun, ven aquí. - Una mañana después de cumplir los 27 años, él me llamó a su estudio.

- ¿Qué pasa tío? - Pregunté mientras me sentaba.

- Lo conseguí... Sabes de lo que hablo, ¿verdad?

- ... - Me quedé en shock, porque sí sé de lo que habla.

- Te lo dije, la venganza, es un plato que se come frío. Hemos esperado 17 años para esto. Jumpol aceptó el negocio y serás tú quien vaya para cerrar el trato, tendrás el tiempo suficiente para destrozar a Jumpol. Recuerda tu entrenamiento.

- Conocer su debilidad y darle allí que es donde más le dolerá.

- Exactamente.

Mi tío sonrió orgulloso de su creación, ¿y cómo no podría estarlo? Me entrenó con tanta dedicación y esfuerzo, él me trató como a su hijo, me guió para ser el mejor, y me envió a estudiar para ser más inteligente. Todo lo que soy ahora, se lo debo en cuerpo y corazón, así que lo mínimo que puedo hacer, es ir con ese maldito, arruinar su punto débil y matarlo en vida.

Jumpol pagará por todos y cada uno de sus pecados, seré su fiscal, juez y verdugo, sufrirá el doble o triple de lo que me hizo sufrir, llorará lágrimas de sangre suplicando misericordia. No importa cual sea su punto débil, Jumpol verá como lo destrozo lentamente y no habrá nada que nadie pueda hacer al respecto para poder impedirlo.

- Gun, sé que no puedo detenerte. Pero por favor cuídate, ya perdí a tu padre, no quiero perder a mi hijo mayor también. - Toda mi actual familia fue a despedirme al aeropuerto.

- Madre, soy el único que puede hacer justicia; volveré a ti, juro que me tendrás de nuevo entre tus brazos, mientras, cuida a mis hermanos. - La abracé con fuerza, porque espero poder cumplir con esto.

- Hermanito, tienes volver para el nacimiento de tu sobrino. - Mi hermana se casó con uno de los guardias de mi tío y ahora está embarazada.

- Te enseñaré a ser un buen mafioso y tu padre te enseñará a defenderte. - Me incliné para hablarle a su barriga.

- ¡Yo tambien quiero aprender! - Se quejó mi pequeño hermano de cinco años, a quien le di un beso en la frente.

Mi entrenador y mi tío también fueron, ambos se veían orgullosos de mí, me encantó la sensación de su mirada, ellos solo asintieron hacia mí y yo les di la espalda para subirme al jet privado que habían preparado para mí y mis 30 guardaespaldas, ya que mi tío me quiere protegido todo el tiempo, quiere evitar a toda costa que algo me pase.

- Nos volveremos a ver Jumpol y esta vez, tu vida estará en mis manos...


N/A: En esta historia, no se pagan terapias 👀😎

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