Capítulo 2
– ¿Quieres decir que puedo ir contigo en este fabuloso viaje?
Me golpeé la cara cuando mis niveles de irritación aumentaron y miré al idiota frente a mí.
– Sí, Park hijo de puta Jimin. Puedes venir conmigo, Kim y su amigo que traerá en este viaje a donde diablos vayamos –me quedé con el rostro inexpresivo mientras él sonreía.
– ¿Quieres decir que tengo que...-
– Si vuelves a preguntar eso, te prenderé tanto fuego que los pozos del infierno parecerán un paseo por el parque. ¡Cállate la boca! –mi ceja se crispó con molestia cuando él se encogió hacia atrás.
– No hay necesidad de ser malvado, Yoon. Solo quería asegurarme de que esto no era una mentira –Jimin sonrió.
– ¡Estoy tan feliz de poder estar con mi mejor amigo y asegurarme de que esté a salvo! –levantó las manos en el aire, pero luego me sonrió por encima del hombro– También quiero estar allí para ver a Tae Hyung dominar el infierno de ti.
» ¿Cómo crees que irá? Te tirará por encima del hombro y te golpeará el trasero tan fuerte que tu pene comenzará a levantarse. Te lanzará sobre la cama y te pedirá que te desnudes para él. Te acariciará la polla lentamente como si te estuviera torturando, queriendo que supliques.
Él sonrió con malicia mientras yo lo miraba pensativo.
– ¿Qué estás pensando gatito? –preguntó, con un brillo travieso en sus ojos.
– Estoy pensando en lo mucho que quiero apuñalarte en este momento. ¿Por qué diablos estás pensando en eso? Sigo diciéndote que soy heterosexual –suspiré mientras levantaba una ceja– Incluso si fuera gay, seguro que no saldría con él y no sería el pasivo.
– ¿Es así Min Yoongi?
Odiaba cuando la gente decía mi nombre completo.
Ya era bastante malo que mi familia estuviera llena de Y porque mis padres, Yung y Yiang Ming, tenían una obsesión con las Y.
Somos de asia por lo que nuestros nombres son diferentes.
La gente también tuvo dificultades para pronunciar mi nombre, que se suponía que sonaba como si estuvieras diciendo Iunki pero con un toque de Y en él.
Tal como pronunciar un trabalenguas, según ellos.
Es muy difícil, lo sé, sarcasmo.
– Park Jimin, si no te das prisa y empiezas a empacar, tendremos un problema muy serio –me quejé y él corrió a su habitación.
– ¡SI MAMÁ!
[⚠︎]
– Realmente no quiero estar aquí. ¿Puedo volver a Italia donde nadie sabía cómo encontrarme? –murmuré mientras salía junto a Jimin, que estaba ocupado mirando el jet privado en el que íbamos a volar.
– No. ¡ESTO ES TAN JODIDAMENTE GENIAL! –golpeó el puño en el aire.
Teníamos la misma altura y la misma constitución, pero él siempre tenía una sonrisa en su rostro.
Yo nunca lo hacía porque odiaba sonreír.
Implicaba el uso de los músculos de la cara y me daba pereza ponerlos a trabajar.
– ¿Están aquí? Por favor, dime que no –me rogué a mí mismo y al Dios de arriba.
Luego escuché un auto detenerse al lado de nuestra limusina y morí adentro cuando vi a alguien salir del auto.
Tuve la tentación de volver a nuestra limusina y regresar a casa, fingiendo que este mundo no existía.
Lo más probable era que Jimin sintió eso porque tenía un control mortal sobre mí.
– Déjame ir, maldito –le siseé y él sonrió.
– No. Vamos a ver al chico amante.
Nos condujo hasta donde Kim y supongo que su amigo estaban parados junto con los asistentes del avión.
– Todo lo que quería hacer era quedarme en Italia, donde nadie sabía que existía –murmuré, en voz baja y Jimin se rió entre dientes.
– No. Habría llegado a ti de alguna manera.
Estaba teniendo un día de campo con mi disgusto y no quería nada más que lanzar.
– ¡Señor Kim! Es un placer conocerlo. Soy el mejor amigo de este tipo –me señaló mi acompañante– Soy Park Jimin. ¡He oído hablar mucho de ti! –le sonrió a Kim Tae Hyung.
Sí, pensé, genial.
Mientras que Jimin y yo medíamos cerca del metro con setenta, Kim medía alrededor de 1.80 metros, así que tenías que estirar el cuello para mirarlo.
Por favor, Jimin, por todas las cosas santas, mantén la puta boca cerrada, pensé.
– Oh, ¿enserio? –los ojos de Kim se dirigieron hacia mí y sonrió– Buenas cosas, espero –se volvió hacia Jimin.
Él sabía quién era Jimin porque todos éramos amigos cuando éramos más jóvenes.
Él solo estaba jugando el estúpido juego de mi mejor amigo.
– Los quemaré a todos ustedes en el infierno –dije por lo bajo cuando Jimin se preparó para agregar más llamas al fuego.
– Por supuesto. Gigi sólo habla y habla sobre ti y ahora que finalmente te vi bien, estoy de acuerdo con él. Eres realmente un pedazo de carne sexy –él prosiguió con una sonrisa y no quería nada más que el avión lo golpeara.
¿Por qué diría tales mentiras?
¿Por qué le diría a ese idiota intrigante mi apodo?
En todo caso, nadie más que Jimin y mi familia lo sabían.
– ¿Quién es Gigi? –la ceja de Kim se elevó y luché contra el impulso de caer al suelo.
– Ugh –le susurré a mi mejor amigo que parecía empeñado en contarle a este tipo todo sobre mí y no podía decirle que se detuviera porque le diría a Kim las cosas que teníamos guardadas para nosotros.
Me estremecí ante el mero pensamiento.
– Gigi es Yoongi. Ese es su apodo favorito –Jimin me sonrió y yo rodé los ojos.
Cuanto antes terminase esta conversación y me suba al avión, antes podría llegar a casa.
– ¿Podemos subir al maldito avión ahora? –rodé los ojos con molestia cuando su amigo nos miró antes de dejar escapar una respuesta monótona.
– Sí –comenzó a llevarnos al jet pero Kim se quedó detrás de nosotros, con pensamientos dudosos.
[⚠︎]
– Oh, maldito infierno.
– Sabes, Yoon, tenemos que lavarte la boca con jabón. Usas demasiadas palabras vulgares –Jimin dijo mientras se sentaba al lado del amigo de Tae Hyung, de quien descubrimos que se llamaba Kim NamJoon.
– ...Mierda.
Me quedé inexpresivo ante la vista frente a mí.
Teníamos asientos asignados en este jet y la parte mala era el hecho de que yo estaba al lado del maldito Satanás.
– Solo siéntate, Gigi –Tae Hyung me hizo una seña y yo le entre cerré los ojos.
No llegaría a ser amistoso conmigo cuando rompió el corazón de mi hermana.
– Cállate, tonto de mierda –le gruñí mientras me sentaba, alejándome poco a poco para que hubiera espacio más que suficiente entre nosotros.
Me miró, el dolor brillando a través de sus ojos, pero no pude encontrar en mí que me importara una mierda.
– Yoongi –susurró alguien y me giré para ver a Jimin con su dedo en mi cara como si me estuviera regañando– Compórtate –fruncí el ceño con disgusto mientras lo miraba.
¿Comportarme con él?
Preferiría joderme por el culo con un cactus.
Yo no era gay, pero lo haría para evitar todo contacto con Kim Tae Hyung.
No se merecía mi amabilidad.
[⚠︎]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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