⭓ 008. ▎ capítulo ocho.

Mr. Wang.

Kitty había comido tanto sushi por la noche que cuando despertó seguía sin poder llevarse nada a la boca.

JK no estaba en la cama, se escuchaba el agua correr desde la puerta junto a la salida, así que pensó que estaría duchándose. Pero no podía aguantarse, necesitaba ir al baño.

Bostezó y se estiró en la cama, totalmente adormilado y se dirigió con pasos cortos allí, abriendo sin siquiera tocar a la puerta o avisar.

─ ¡Hey! ¡Estoy aquí! ─. Se quejó el otro sicario, apagando el agua.

Kitty, que apenas abría los ojos, balbuceó algo ininteligible y se dispuso a hacer pis.

─ Eres un incordio ─. Se quejó JK.

El pelirosa terminó tras unos segundos. Se lavó las manos y, antes de salir, se acercó a la ducha para mirar a través del espacio entre la cortina y la pared.

─ ¡Oye! ─. Gritó el otro, sobresaltado de verlo allí y cubriéndose con las manos, pero Kitty ya había visto suficiente ─. ¡Vuelve a la cama!

─ Ajá ─. Bostezó ─. Date prisa, tenemos trabajo...

Y volvió sobre sus pasos, estirando los brazos con pereza. Aparentemente estaba agotado, pero no se quitaba de la mente esa imagen de JK desnudo y empapado.

Sonrió para sí, ya tenía algo en lo que ocuparse esa noche.

Eran entradas las siete de la tarde y Kitty aún no estaba listo, cuando había sido él quien especifícame había exigido salir por la puerta a esa hora. JK no dejaba de mirar el reloj de la pared de la recepción de ese sucio motel, esperando a que el ascensor se abriera.

Desde que se habían "encontrado" esa mañana en el baño, habían trazado un plan y luego habían decidido repartirse la mitad del dinero robado para pasar el día arreglando asuntos personales. A las seis se habían vuelto a encontrar en la habitación, y en ese instante JK maldecía al de cabellos rosados por no ser puntual.

Cuando miró el reloj por enésima vez, dando este las siete y cuarto, escuchó unos pasos en la escalera tras él. Cuando se dio la vuelta, Kitty bajaba prácticamente corriendo.

─ ¡Perdón! Sé que estás insultando a toda mi genética en este momento pero no encontraba lo que necesitaba ─. Se disculpó mientras bajaba los escalones de dos en dos.

Pero no recibió respuesta, al menos no de forma inmediata. JK pensó que se habría arreglado igual que él: con traje y corbata. Sin embargo, la imagen de Kitty con un top, una minifalda y tacones, le hizo tragar saliva de forma sonora, sintiendo el calor agolpándose en su entrepierna. Por si su vestimenta no fuese suficiente, también logró percibir los toques de maquillaje que se había aplicado, resaltando sus facciones al máximo. Estaba hermoso.

─ ¿Qué llevas puesto? ─. Preguntó en cuanto estuvo a su lado.

El pelirosa se miró como si no hubiese comprobado su imagen cien veces antes de bajar y se encogió de hombros.

─ Lo necesario ─. Respondió sin más ─. Compré unas cositas para pasar inadvertido hoy ─. Sonrió.

JK indicó con un ademán que debían salir, así que se encaminó a la puerta.

─ Pensé que iríamos a algún lugar elegante y lujoso, ¿Por qué llevo traje? ─. Cuestionó de mal humor, alterado por la reacción de su cuerpo.

Kitty le seguía el paso sin problemas, no era la primera vez que llevaba esos zapatos altos.

─ Vamos a un club, al Nightmare para ser exactos, y serás mi daddy esta noche ─. Explicó, orgulloso de sí mismo por haber planeado todo.

JK se detuvo a medio camino del coche, haciendo que él frenase también.

─ ¿Al Nightmare? ¿Estás loco? ─. Farfulló ─. Lie frecuenta allí, hasta yo sé eso.

Kitty rodó los ojos y siguió el camino, contoneando sus caderas a propósito.

─ No te preocupes, cielito, hoy es martes antes de las diez, Lie estará reuniéndose con algún cliente ─. Explicó totalmente calmado ─. Lo tengo todo bajo control.

JK no estaba seguro, pero subió al coche tras él, en el lado del conductor. Mientras lo encendía y arrancaba, miraba las piernas desnudas de Kitty en el asiento del copiloto, demasiado tentadoras como para no querer acariciarlas. Odiaba que el chico provocase en él esos pensamientos.

─ ¿Te gusta? ─. Preguntó el pelirosa, sacudiendo su falda, con segundas intenciones.

JK tosió, atragantándose con su propia saliva.

─ Es... Bonita ─. Murmuró, esforzándose por mantener la vista en la carretera ─. Oye, ¿Sueles vestir así...?

Kitty alzó una ceja, mirándolo.

─ Es complicado supongo ─. Replicó, sin saber por dónde quería ir ─. Sigo siendo un hombre y no soy Drag Queen si es a lo que te refieres.

JK tuvo que reír, negando, mientras encendía la radio a un volumen bajo.

─ Para nada, solo que... Te favorece, digamos. No me importa tu identidad, no es como si quisiera casarme contigo ─. Rodó sus ojos.

─ No, pero te gusto ─. Canturreó el pelirosa, bajando la ventanilla.

El coche se quedó en silencio a excepción de la música, una canción lenta de Bon Jovi. Kitty se recostó en el asiento mientras disfrutaba de la canción y el aire en su cara, sin importarle que la brisa levantase parte de la falda.

Se conocía ese club como la palma de su mano, pero no por ello le era fácil volver, sino todo lo contrario. Cerró los ojos y se preparó mentalmente para la misión, que no era para nada difícil. Al menos tendría a JK si algo salía mal, pero su mano tembló inconscientemente al pensar en lo que ello implicaba.

─ Eh, ¿Estás bien? ─. Preguntó el rubio, lanzándole miradas preocupadas de vez en cuando.

Él asintió, pero hasta que no sintió el coche detenerse no abrió sus ojos. Habría pasado una media hora y ni siquiera se había dado cuenta. ¿Se había quedado dormido?

─ Llegamos ─. Anunció JK, dándole un toque en el brazo.

Kitty sintió náuseas de sólo ver la entrada del local. Esas luces rosadas y lilas y la música que se escuchaba a metros en el exterior le traían recuerdos que prefería apartar de su mente. La vida era cruel y sarcástica, pensó.

─ Quiero que me sigas a una distancia prudente, no hables conmigo en ningún momento, tu trabajo será vigilar en las sombras, ¿Sí? ─. Murmuró, subiéndose la falda y dejando un hombro al descubierto, enseñando un tatuaje que era un código de barras.

JK le observó, tardando unos segundos en asentir.

─ ¿Si la cosa se pone fea...? ─. Preguntó.

─ Intervienes de inmediato ─. Replicó él, sin dudarlo un segundo.

No estaba dispuesto a correr riesgos de ningún tipo, no dejaría que la historia se repitiera.

Con pasos firmes salió del coche en dirección a la puerta del club, llevándose más de una mirada indecente por el camino de personas de todo género. En cuanto entró, se dirigió a la barra, sabiendo que JK iba tras él a una distancia prudencial.

Tomó asiento en un taburete y esperó a que alguien le atendiera.

─ ¿Qué te pongo? ─. Preguntó una chica algo más joven que él, vestida casi del mismo modo.

─ Busco a J-filter, dile que su gatita le espera ─. Le indicó con una sonrisa.

Ella no dijo nada, sólo asintió y desapareció tras una cortina de perlas para aparecer unos segundos después con el hombre que Kitty buscaba.

─ ¡Cielo! ─. Exclamó él al verle.

─ ¡Te echaba de menos! ─. Kitty corrió a sus brazos cuando lo vio salir de detrás de la barra.

Ambos se abrazaron con fuerza y J-filter plantó un beso en sus labios, pero parecía algo habitual en ellos.

─ ¿Qué puedo hacer por mi estrella? ─. Le preguntó.

─ Tengo trabajo, me temo ─. Explicó él, fingiendo un puchero ─. Déjame una sala libre, ¿Sí?

Ante aquella expresión el contrario no podía decir que no, era su local y por Kitty haría lo que fuese. Al fin y al cabo era su mejor amigo.

─ Espera, le preguntaré a mi chico cuáles tiene desocupadas hoy, ¿Sí?

Kitty asintió, dejándole marchar tras aquella cortina de nuevo. Al rato apareció con un joven más pequeño que ellos dos, pero de apariencia similar.

─ ¡Kitty! ─. Exclamó alegre, saludándole con un beso pequeño en sus carmines ─. ¿Cómo has estado?

Él sonrió y miró a ambos, sabiendo que no podía demorarse mucho más. Ya les daría explicaciones otro día.

─ Todo bien, hoy también tengo un cliente, ¿Tienes algo para mí, Agust?—. Preguntó al tatuado, que asintió.

─ La sala 13, como siempre ─. Dijo, dándole unas llaves.

Kitty le agradeció con otro beso y le lanzó uno a J-filter, a su lado.

─ Nos vemos en un rato, ¡Los quiero!

La pareja se despidió con un ademán y él no tardó en mezclarse con la gente, dándole una mirada a JK a lo lejos para que se acercase.

Rodeó la pista de baile y dejó atrás el gentío, localizando unas escaleras que lo llevarían a la parte VIP del club. Allí, mostró la llave a los guardias de seguridad y ellos le dieron paso.

─ El de la corbata gris viene conmigo ─. Les susurró, antes de subir las escaleras.

De reojo pudo ver a JK entrar sin problema gracias a sus indicaciones.

Las escaleras conducían a un pequeño balcón dentro del local, donde habían dos barras de striptease con dos bailarines exhibiéndose. Kitty sólo necesitó un vistazo para localizar a su objetivo: El señor Wang, uno de los rivales más detestados de Lie.

Con un rápido movimiento se giró hacia Agust unos segundos.

─ Siéntate ─. Susurró.

Sabía que no lo habría escuchado, pero sí habría leído sus labios, porque en seguida tomó asiento en los sofás donde el señor Wang estaba, junto a sus hombres.

Kitty esperó unos segundos de cortesía y por fin se acercó, meneando sus caderas. Al estar tras el sofá, se acercó al objetivo y fingió inocencia.

─ ¿Señor Wang? ─. Preguntó a JK, sabiendo que de ese modo ambos prestarían atención a sus palabras.

─ Soy yo ─. Contestó el hombre de máximo treinta años a su lado, dejando de mirar al bailarín.

─ Oh, señor ─. Sonrió ─. Un usuario anónimo le ha regalado una sesión privada conmigo en la sala 13.

El joven se giró un poco más para poder mirarlo de arriba abajo, dándole el visto bueno con una sonrisa torcida.

─ Que generoso ─. Susurró para sí ─. En seguida vuelvo, caballeros ─. Se despidió de los demás.

JK cabeceó, quedándose con aquella información por si debía intervenir en la sala.

Kitty agarró la mano de Wang y lo guió sin prisa a la habitación asignada, usando la llave para abrir y después cerrar tras ambos. Una vez dentro, sintió que le faltaba el aire pero luchó por mantener la compostura y seguir con la farsa.

Como tantas veces había hecho, guió al cliente al sofá y lo sentó allí para después dirigirse al tubo de metal frente a él.

─ ¿Listo, señor?

Historia original de nyx_fanfic

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