⭓ 007. ▎ capítulo siete.
Trust me.
La habitación era más bien pequeña, pero a ninguno le sorprendió: era un motel perdido en la carretera, barato.
Kitty se tumbó en la cama nada más llegar, completamente exhausto.
─ Necesito dormir todo un día. ─ Murmuró, estirando sus extremidades a lo largo de la cama y cerrando los ojos.
JK hizo caso omiso de su actitud, más bien se dedicó a dejar la bolsa que llevaba en el sillón de la ventana y a quitarse prendas de encima. Cuando quedó en pantalones, comprobó que la pequeña televisión funcionaba.
Kitty suspiró y se alzó, quedándose sentado en el colchón. Observó al otro sicario con curiosidad, sobretodo al ver las cicatrices en su espalda, y se acercó para quedar junto a él a los pies de la cama, mirando la televisión. Total, ya había visto demasiados cuerpos desnudos.
─ ¿Qué es? ─ Preguntó, sin entender lo que veía.
─ ¿No has visto Lost? ─ Replicó JK, mirándole con sorpresa. ─ Es una buena serie, te la recomiendo.
Kitty lo sopesó, pero no parecía demasiado entretenido.
─ Prefiero las sitcoms. ─ Murmuró.
─ ¿Como cuál? ─ Inquirió JK.
─ ¿Friends?
El contrario asintió, no había visto muchos episodios, pero la conocía.
─ ¿Y cuál era tu papel? ─ Preguntó entonces, aún sin mirarle.
Kitty frunció el ceño.
─ ¿Papel?
─ Ajá, para Shadow yo era el perro rabioso, a quien ordenaba atacar si las cosas se ponían feas. ─ Explicó.
─ Oh. ─ El pelirosa sonrió para sí. ─ Era... Bueno, era la putita de Lie, en realidad.
JK se giró hacia él, confuso, pero Kitty no le miró.
─ Pensé que odiabas ese apodo.
─ Por supuesto. ─ Rió, mirándole de reojo. ─ Odio los apodos que sé que son ciertos.
Tras eso, dió por concluida la charla, así que volvió a gatear hasta la almohada, tumbándose allí con una exhalación. No era algo de lo que le gustase hablar, y menos con alguien a quien apenas conocía.
Tras eso, dió por concluida la charla, así que volvió a gatear hasta la almohada, tumbándose allí con una exhalación. No era algo de lo que le gustase hablar, y menos con alguien a quien apenas conocía.
─ Vamos a dormir, mañana será un día largo. ─ Murmuró, mirando el blanco techo.
JK apagó el televisor y se acercó perezoso al telefonillo.
─ Duerme, yo tengo hambre.
Ante la mención de comer, Kitty entonces pareció despertarse repentinamente, con un salto.
─ ¿Qué vas a pedir? ─ Quiso saber, sonriendo melosamente al acercarse a él.
El otro sicario rodó los ojos. No le sorprendía su actitud, pero a veces llegaba a cansarle.
─ No necesitas persuadirme para nada, Kitty Gang. Si quieres algo, dilo, si no te gusta algo, dilo. Trabajamos juntos, no soy tu daddy. ─ Bufó con hastío.
El pelirosa se quedó de pie cerca de la cama, procesando sus palabras. ¿Tanto le había molestado una simple pregunta?
Con cautela fue avanzando en su dirección, observando cómo tecleaba un número con más fuerza de la debida.
─ No... No intento persuadirte, es mi forma de ser. ─ Explicó con calma. ─ Me criaron para ser así, supongo.
JK le miró de arriba abajo, aparentemente indiferente, pero terminó haciendo una pequeña mueca. Kitty nunca se había sentido tan pequeño como en ese instante.
─ Perdón, estoy algo tenso. ─ Concluyó el mayor, esperando a ser atendido tras la línea.
Kitty esperó también, serio, pero tal y como había dicho; era él mismo. No todo el tiempo actuaba, sino que la actualización se había adherido a él.
Titubeando se acercó a su espalda, alzando sus pequeñas y hábiles manos hasta los hombros ajenos. Si estaba tenso podía relajarlo, era uno de sus trabajos con Lie.
Poco a poco masajeó la zona, sin recibir ninguna queja o comentario al respecto. Más bien, JK pidió bastante comida a un restaurante japonés, lo que supuso que sería para los dos.
Tras unos minutos, colgó la llamada y giró su cuello para poder ver a Kitty, pero no impidió que siguiera masajeando sus hombros y parte de su cuello, sus manos se sentían bien.
─ Tengo curiosidad. ¿Por qué planear todo esto contra Lie y contra Shadow? ─ Murmuró.
Kitty chasqueó la lengua y quiso apartar la mirada de él, pero no lo hizo.
─ Ya te dije, tengo motivos personales contra Lie y necesito ayuda para hacerlo, así que pensé que si tú quisieras acabar con Shadow por igual... Podrías ayudarme también. ─ Susurró, esa vez concentrado en su piel.
JK pareció dudar, tardó un poco más en responder.
─ ¿Y cómo sabías que querría acabar con Shadow? ¿Cómo sabías de mi deuda? ─ Preguntó entonces.
Kitty frunció los labios, pensando en cómo debería responder aquello, pero realmente sólo había un modo y contra antes lo dijese, más aliviado estaría.
─ Me acosté con él. ─ Soltó. ─ Me habló de tí, y bueno, de la mitad de su mafia. ─ Rió para sí.
Pero JK no rió. Se giró repentinamente y Kitty tuvo que cruzarse de brazos para no parecer indefenso. Aunque bajo esa mirada era difícil.
El rubio dio un paso más cerca de forma silenciosa, observándole para encontrar allí la mentira.
─ ¿Qué más te dijo de mí? ─ Masculló con la mandíbula apretada.
Kitty admiró la forma marcada de sus labios y la ruda expresión que le otorgaba, estaba favorecido.
Kitty admiró la forma marcada de sus labios y la ruda expresión que le otorgaba, estaba favorecido.
─ Muchas cosas, sé que...
Tragó saliva. No estaba seguro de seguir por ese camino.
Sin embargo, ante la negativa a seguir hablando, JK sujetó su cuello y lo hizo retroceder hasta acorralarlo en la esquina más cercana, cerca de la ventana. Kitty se sintió pequeño, pero no luchó por zafarse, sabía que el sicario tenía motivos para enfadarse.
─ Habla. ─ Masculló.
Desde tan cerca, el pelirosa pudo ver que sus ojos eran más felinos de lo esperado, le gustaban mucho.
─ No te tengo miedo. ─ Respondió calmado, sin siquiera cambiar su postura.
Y era cierto. Temía a quedarse solo en la vida, a no conseguir sus sueños, a muchas cosas. Pero a las personas no, y menos a la muerte. Si se sentía intimidado por él no era debido al temor.
─ No me importa, quiero que hables. ─ Murmuró.
Su mano libre se había cerrado en un puño y amenazaba con impactar en el hermoso rostro del menor, así que este actuó. Sabía encajar un golpe, pero si querían seguir con el plan necesitaba su belleza intacta.
─ Sé que tenías una familia. ─ Se apresuró en decir. JK detuvo el puño a escasos centímetros de su rostro. ─ Sé que tenías una mujer y una hija.
Lo miró con la rabia teñida en sus pupilas, tanto que parecía un animal rabioso.
─ ¿Te dijo qué les ocurrió? ─ Cuestionó, apretando un poco su cuello.
Kitty asintió a duras penas, administrando el aire que quedaba en sus pulmones por si acaso.
─ Murieron. ─ Susurró.
JK impactó el puño en la pared con un estruendo, a milímetros de su mejilla, antes de acercarse tanto a su rostro que lo hizo estremecer. Lo único que podía alcanzar a ver eran sus ojos y labios.
─ Error. Shadow las mató. ─ Gruñó.
Kitty tragó saliva como pudo, esperando en silencio su siguiente movimiento, pero él solamente le dejó ir. En seguida se llevó una mano a acariciarse el cuello enrojecido, tosiendo. JK realmente era un perro rabioso.
─ Sabes todo de mí y yo sólo sé que eres un psicópata con una cara bonita. ─ Se quejó el rubio, sentándose con desgana a los pies de la cama. ─ No lo veo justo.
Kitty se esforzó por soltar apenas una risa, pero el cuello le molestaba aún.
─ Te jodes. Yo te di un masaje y a cambio recibo esto. ─ Escupió, yendo al extremo opuesto de la cama. ─ Además el único psicópata aquí eres tú, yo sólo sobrevivo con lo que puedo. ─ Murmuró al tumbarse.
A su alcance sólo estaba el techo, pero pudo escuchar e interpretar que JK se había deslizado hasta su lado.
─ ¿Las mató porque no saldabas tu deuda? ─ Preguntó Kitty en un susurro, con cautela.
─ Sí. ─ Suspiró el contrario. ─ Después de aquello no me quedó otra que vivir a su merced, no tenía nada que ganar, pero mucho que perder.
─ ¿Más? ─ Se sorprendió, girando su rostro hacia él.
JK asintió.
─ Mis padres.
Kitty suspiró lentamente. Él no tenía a nadie y había estado igual de atrapado con Lie, no se imaginaba tener que pasar por aquello con la preocupación de un ser querido; los suyos apenas se acordaban de él.
─ Podrías perderlos si el plan no sale bien. ─ Le recordó.
Quizá aquello jugaba en su contra, pero si algo le quedaba al pelirosa era un poco de moral, y jamás había matado o implicado a nadie inocente en sus problemas.
─ Por eso me aseguro de que sepas lo que haces y no vayas de farol. ─ Confesó JK, cerrando sus ojos.
Kitty lo comprendió. No podía permitirse fallos o improvisaciones.
─ Te lo aseguro. ─ Susurró. ─ Puedes confiar en mí, JK.
El rubio abrió sus ojos y escudriñó su rostro con indiferencia.
─ Eso ya lo veremos, gatita.
Historia de nyx_fanfic
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