⭓ 006. ▎ capítulo seis.

Freedom.

Cuando Kitty se sintió con fuerzas suficientes, ambos abandonaron aquel edificio y se subieron al coche robado, conduciendo a algún lugar, sin saber exactamente dónde.

─ No tengo teléfono y mi cuenta bancaria estará probablemente bloqueada a estas alturas, así que... ─. Murmuró el pelirosa, bajando la ventanilla para recibir el aire fresco en la cara.

─ Dudo que sea buena idea usar mi teléfono, y mi cuenta la controlaba Shadow así que estamos igual. ─ Bufó JK, al volante, bajando también su ventanilla para lanza el teléfono al bosque.

Habían dejado la ciudad muy atrás y disfrutaban del aroma a pino y tierra. El sol calentaba, así que ninguno lamentó tener que ir en manga corta. Kitty llevaba una camiseta de JK tras dejar la suya ensangrentada atrás. Le doblaba el tamaño, no por peso, sino porque el rubio prefería la ropa holgada.

Incapaz de mantener el silencio en la carretera, Kitty encendió la radio, que sonaba un poco distorsionada. Aquel viejo coche debía ser un modelo de principios del 2000 a juzgar por su estética.

Sweet dreams are made of this... Who am I to desagree? ─ El pelirosa cantó con la voz de fondo, acariciando el aire con una de sus manos fuera de la ventanilla.

─ Tienes la voz muy dulce. ─ Comentó JK. ─ Quiero decir, para tener ese carácter.

Kitty rió, mirando la solitaria carretera frente a ellos.

─ ¿Gracias? Supongo que me ayuda a seducir a mis presas. ─ Musitó, acto seguido tarareando la canción.

JK le observó con una sonrisa curiosa.

Everybody's looking for something...

─ Kitty, ¿Por qué llamaron a la policía en vez de matarnos? ─ Preguntó de pronto, cortando inmersión en la canción.

─ Oh, sencillo, Shadow controla a la policía de Busan, les ha provisto de armas ilegales, pero eso ya lo sabes. ─ Agust asintió. ─ Así que no querría perder el favor de su mafia, es decir, si nos mataran en la cárcel podría decir que fueron otros presos. Así sus súbditos lamentarían perder a su mano derecha, pero no sospecharían de Shadow. Y a su vez Lie habría perdido a su mano derecha, ambos estarían al mismo nivel y serían vulnerables a partes iguales.

─ Pero con nosotros seguían igualados de nivel. ─ Observó el rubio.

─ Pero te olvidas que ninguno confía en nosotros. Se habrían quitado dos pájaros de un tiro, incluso no me sorprendería si tramaron esto conjuntamente. ─ Meditó Kitty, mirando el exterior. ─ Saben que no hemos sido capturados, seguramente estarán fingiendo buscarnos para llevarnos de vuelta, pero realmente nuestra cabeza tiene un precio inimaginable.

JK retuvo una risa, pisando el acelerador.

─ Somos buscados por las dos mafias más importantes y peligrosas de Seúl, ¿Cómo te sientes, gatita? ─. Bromeó.

─ De puta madre. ─ Replicó él, sonriendo.

El motel estaba a las afueras, alejado de todo y todos, era casi perfecto pero ambos sabían que no podían confiar en ningún lugar. Debían estar en constante movimiento, por eso solamente pasarían allí esa noche, al menos hasta que Kitty diese con un, supuestamente, un contacto seguro.

Pero necesitaban dinero, no podían seguir deambulando por allí sin un centavo, así que hicieron una rápida parada en un bar de mala muerte, cerca del motel.

─ Finge que me amas y ya, no es tan difícil. ─ Bufó el pelirosa.

JK rodeó su cintura a regañadientes, pero en cuanto atravesaron la puerta del local, ambos sonrieron como dos enamorados escapándose de casa. Sin embargo, la sonrisa de Kitty no llegó a sus ojos.

Apenas habían dos señores mayores allí, más una mujer que atendía la barra y un hombre de mediana edad fumando un puro en su traje azul.

Cuando llegaron a la barra JK pidió algo que Kitty no llegó a escuchar, estando demasiado atento a ese último sujeto. Entonces, algo más serio, miró a la mujer.

─ Tomaré lo mismo que él. ─ Murmuró, fingiendo una sonrisa tensa.

Ella no atendió aquello, solamente preparó los pedidos.

Kitty miró de reojo al hombre del puro, notando el agarre de su cintura apretarse.

─ ¿Todo bien? ─ Preguntó JK en su oído.

Él asintió, luciendo incómodo y besó su mejilla.

─ Claro cielo. ─ Mintió.

Suspiró mientras observaba al hombre, que no había apartado la vista de él. Con el corazón en la boca, Kitty se giró hacia su acompañante y susurró algo en su oído. Después de eso contoneó sus caderas por delante del hombre hacia el baño.

Tras encerrarse allí, esperó unos segundos. Cuando escuchó pasos lentos y torpes, rápidamente fingió lavarse las manos, y cuando el sujeto irrumpió allí fingió sorpresa.

─ ¿Ese novio tuyo te molesta, pequeño? ─ Murmuró, acercándose a él.

Kitty lo observó mientras secaba sus manos, ya que iba por ese camino, puso una mueca inocente.

─ No... Bueno... Es complicado. ─ Suspiró.

El contrario acercó la mano a su espalda, acariciándole como consuelo, pero descendió rápidamente, de forma sutil.

─ Eres hermoso, te mereces a alguien que te haga sentir así. ─ Susurró, acercándose a su oído.

Kitty miró su reflejo, parpadeando varias veces con ignorancia.

─ ¿D-de verdad...?

El hombre apretó el agarre en uno de sus glúteos, arrancándole un suave jadeo.

─ Podría hacerte sentir en las estrellas si me dejases, bonito. ─ Murmuró.

Kitty se giró lentamente, apoyando sus manos en los hombros contrarios, mirándole con timidez camuflada.

─ ¿Cómo...? ─ Preguntó inocente.

El hombre alzó una de sus manos para acunar su mejilla, entonces el pulgar repasó sus labios. Kitty aprovechó aquello para entreabrirlos y lamerlo tímidamente, después succionando como si fuese su propio miembro.

─ Buen chico, buen chico. ─ Susurró. ─ Qué desperdicio de labios.

Justo en aquel instante se escucharon más pasos, pero Kitty se negó a terminé aquello, así que tomó su mano y, con una risita traviesa, estiró de él hacia uno de los compartimentos del baño. Allí el hombre echó el cerrojo, sonriéndole con lascivia.

─ Bien bonito, voy a follarte bien, no como ese novio tuyo de pene corto. ─ Susurró en su oído.

Kitty se humedeció los labios y jadeó con dulzura, lentamente poniendo sus rodillas en el suelo. Sosteniéndole la mirada, llevó sus manos al pantalón, palpando este como si acariciase su piel.

Mientras, en el baño se escuchó un compartimento cerrarse, después a alguien haciendo pis.

Kitty no perdió tiempo: bajó su pantalón y lo dejó caer, al igual que su ropa interior, dejando que la cartera saliese de su bolsillo. Allí en el suelo, la lanzó disimuladamente unos compartimentos más allá. Un zapato la detuvo mientras él hacía lo que mejor se le daba: actuar.

JK tomó la cartera y la revisó, escuchando con asco la conversación ajena. Ahí había mucho dinero, bingo.

Salió del baño y pagó las copas de ambos a la mesera, diciéndole que esperaría a su novio en el coche, como si estuviese enojado.

Cuando volvió al vehículo, apenas tuvo que esperar unos segundos cuando Kitty salió del bar, corriendo con una risa de pura adrenalina en su rostro. Más atrás el hombre salía tras él mientras se subía los pantalones.

Al pelirosa entrar en el coche, JK le mostró el dinero con una sonrisa triunfal y pisó el acelerador para salir de allí lo más rápido posible, sabiendo que aquel hombre estaría enojado.

─ Bien hecho, gatita.

─ Rawr. ─ Bromeó Kitty, dejando caer todo su peso en el asiento, agotado. ─ No quiero correr más por hoy, aún me duele la herida. ─ Murmuró, jadeando.

JK volvió a encender la radio sin mirarle, pero asintiendo a sus palabras. Pronto llegarían al motel.

─ ¡Es Lana del Rey! ─ Chilló Kitty, olvidándose de su cansancio y dolor de pronto, subiendo el volumen.

Llevado por la satisfacción de una misión cumplida, sacó parte de su cuerpo por la ventanilla del coche, disfrutando el viento golpeando su cara, cantando a viva voz.

Kiss me hard before you go! Summertime sadness!...

Kitty sabía que el otro sicario lo estaba observando, y que apenas habían comenzado a trabajar juntos, pero dejó que viese su verdadero yo, ondeando su camiseta negra y holgada con el aire del crepúsculo.

El rubio siguió conduciendo mientras dejaba a su cómplice disfrutar de la libertad, preguntándose cuánto hacía que no había sentido ese tipo de alegría.

Cuando Kitty volvió a sentarse, con el pelo rosa alborotado del viento, JK no reprimió la carcajada.

─ Estás loco. ─ Rió.

Él no dijo nada, sólo tomó su mentón y plantó un beso en sus labios que dejó un sonido húmedo en el aire, después volvió a su lugar.

JK no reaccionó rápido, más bien volvió a mirar a la carretera y unos segundos después frunció el ceño, percatándose del sabor a fresa.

─ ¿Qué ha sido eso? ─ Preguntó por encima de la música.

Kitty, completamente perdido en el momento, le sonrió de una forma que no había visto antes. Sincera.

─ Un beso de recompensa, misión cumplida. ─ Bromeó.

JK negó, pero no pudo contener la sonrisa. Ese chico le llevaría de una locura a otra.

─ ¡Vamos gruñón! ¡Somos como Bonnie y Clyde! ─ Se quejó Kitty, riendo.

El rubio se contagió y, sólo para seguirle el juego, asintió.

─ Me pido a Clyde. ─ Aclaró, subiendo la voz.

Kitty observó su perfil hasta que le devolvió la mirada.

─ ¡Bien! ¡Yo quería ser Bonnie! ─ Rió.

Historia de nyx_fanfic

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