⭓ 002. ▎ capítulo dos.
Small talk.
La noche era fría, pero aquello no impidió que el chico de pelo rosa vistiese unos shorts con medias de rejilla. JK pensó si tendría algo holgado en su armario mientras lo miraba entrar a aquel gran almacén, seguido de su jefe.
─ Bueno bueno, te has traído a tu gatito ─ Se burló el jefe de Busan, haciendo reír a varios de sus hombres.
─ Gatita, mejor dicho ─. Le corrigió Kitty, en burla, humedeciéndose los labios con una actitud coqueta mientras observaba a los subyugados de aquel hombre.
Todos los pares de ojos se fijaron en el portador de aquella dulce y atrayente voz, muchos de ellos con intenciones para nada puras.
─ Habló quien lleva de paseo a su tigre, ¿Tienes miedo de mi pequeño? ─ Replicó su hermano, conocido como Lie.
Aquel que se hacía llamar Shadow rió, agarrándose su gran tripa con falsedad.
─ Tu pequeño me causa muchas cosas, pero miedo no está en la lista. ─ Replicó.
Kitty le miró con una ceja alzada y celebró una pequeña victoria en su interior. Quizá le sería útil esa atracción en el futuro.
Lie sonrió con malicia, dejando ver sus amarillentos dientes y atrajo al pelirosa por la cintura, como si fuese su muñeco personal. Él no se quejó.
─ Una pena que sus servicios no estén disponibles para tí. ─ Se burló. ─ Pero no nos hagas perder más tiempo, ¿Y mi dinero?
Shadow chasqueó los dedos y JK acercó el maletín plateado que había estado en sus pies todo el tiempo hacia Lie, pero su gatito se interpuso en el medio.
─ Yo tomaré esto, gracias corazón. ─ Murmuró Kitty, guiñándole un ojo a ese rostro impasible.
Cuando el pelirosa tuvo el maletín en sus manos, ambos volvieron a sus posiciones y comenzó la inspección.
Kitty lo colocó en el suelo, poniéndose de rodillas y lo abrió, encontrándose con bloques de billetes perfectamente organizados. Tomó uno de ellos, al fondo, y sacó el último billete para mirarlo al trasluz. Tras unos segundos de observación por delante y por detrás, asintió.
─ Es auténtico. ─ Confirmó.
─ Cuéntalo. ─ Respondió Lie.
Él acató, contando los bloques de dos en dos, teniendo en cuenta las cantidades grabadas allí. Gruñó.
─ Falta dinero, falta mucho dinero. ─ Masculló entre dientes, poniéndose en pie rápidamente.
Automáticamente los hombres tras ellos y algunos que se habían colocado en la parte superior del almacén giraron sus armas hacia Shadow, pero a él no pareció importarle, ni tampoco a sus hombres, que con calma apuntaron sus armas a los rivales. JK torció un sonrisa y sacó una pistola, no muy grande, de su bolsillo. Apuntó a Kitty.
─ ¿Qué pretendes al venir aquí y entregarme sólo una parte?. ─ Gritó Lie.
─ Dejarte claro que no te daré el resto. ─ Masculló el contrario.
Kitty no se immutó, solamente se quedó mirando al otro sicario con una actitud impasible, de brazos cruzados mientras los jefes discutían como dos críos. JK esperó pacientemente, sin bajar la guardia.
─ Se acabó Lie, lo tomas o lo dejas.
─ Yo nunca pierdo, Shadow, nunca. ─ Musitó.
Kitty supo que era el momento. Lanzó de una patada el maletín, que desestabilizó a JK y así pudo correr hacia él sin peligro, justo antes de desarmarlo con un rápido juego de manos.
Acto seguido el almacén comenzó a llenarse de disparos, gritos y golpes. Pero los dos jefes no dudaron en dar media vuelta tan pronto la tormenta comenzó, siendo Shadow el más rápido en alcanzar el maletín del suelo.
─ ¡Kitty, el dinero!. ─ Gritó Lie, mientras era evacuado por uno de los suyos.
EL pelirosa asintió en su dirección, pero cuando volvió a girarse el puño de JK impactó contra su mandíbula, arrancándole un gruñido.
─ Te voy a destrozar esa cara tan bonita que tienes. ─ Masculló el rubio, sujetando su cuello con la zurda sólo para acertar otro golpe en su nariz.
Kitty notó la sangre acudir allí, pero eso no le impidió sonreír como un desquiciado loco por el dolor. Su juego favorito acababa de empezar.
─ Gracias por el cumplido, encanto. ─ Canturreó, alejándose para tener unos segundos de ventaja y alcanzar el cuchillo rosa guardado en su bota.
JK miró la pistola: demasiado lejos. Solamente podía usar los puños.
Kitty observó su análisis mental, pero no dejó que terminase cuando alzó su mano, dejándole un pequeño corte de advertencia en la mejilla.
─ Ya nos veremos por ahí, guapo. ─ Concluyó, empujando unas cajas a su derecha con apenas una patada, haciendo que le cayesen encima.
Después de impedirle el paso al otro sicario, corrió en dirección opuesta, en busca de Shadow. Por suerte la pistola de JK estaba en el camino, eso le fue útil para disparar las piernas de los hombres que lo escoltaban. Cuando ellos se despistaron, Kitty usó una cuerda de peso para envolver su brazo izquierdo. Al alcanzar el maletín, le dio un cabezazo en la nariz al capo de Busan y estiró de la cuerda; el peso al otro extremo cayó y salió impulsado hacia unas escaleras.
Arriba lo esperaba un compañero, y el sonido de un helicóptero confirmó su teoría de escape. Sin embargo, alguien más le esperaba allí. Apoyado de forma casual en la barandilla, JK le sonrió con malicia.
─ ¿Sabes que eres muy predecible?. ─ Murmuró, tranquilo a pesar de las pequeñas heridas de la pelea.
Kitty rió, jadeando por la carrera. Nunca antes había sido tan rápido.
─ Predíceme esta. ─ Se burló, lanzando su cuchillo rosa hacia la pierna del contrario, acertando en su muslo.
Aprovechando esa ventaja, lanzó el maletín a su compañero, más allá de JK, y este lo cogió. Al menos si no conseguía salir de allí había cumplido su última misión, y su jefe nunca perdía.
Una parte del dinero que le debían por la mercancía estaba ganada, pero Kitty quería más, y tenía al otro sicario para herir a Shadow donde más le dolía.
JK se recuperó un poco después, maldiciendo no haber alcanzado el maletín. Pero tenía otro tesoro de Lie; su gatito.
Una lucha por ver quién se quedaba al diamante rival comenzó.
El rubio se lanzó de lleno contra él después de sacarse el cuchillo, aterrizando sobre el pelirosa en el suelo.
─ Así que... Un top, ¿eh? ─ Bromeó Kitty, alzando sus piernas hasta su cuello, para rodearlo y sacárselo de encima.
JK no soltó el cuchillo, pero se quedó unos instantes en el suelo, gruñendo por aquel comentario. El otro se subió encima esa vez, aprisionándolo con sus piernas mientras forcejeaban por el arma.
─ ¿O quizá las apariencias engañan? ─ Siguió Kitty, burlándose.
Consiguió de vuelta su cuchillo, pero JK impactó su frente contra su rostro y aquello no sirvió para nada. De nuevo el rubio tomó ventaja, agarrándolo del cuello para ponerlo contra el suelo. Entonces, antes de que el pelirosa pudiese soltar otro de sus estúpidos comentarios, clavó el arma en su costado, arrancándole un grito de dolor.
Con una risa entre dientes, se acercó a su oído, disfrutando de ver su rostro contraído y sus manos apretando sus brazos en vano.
─ Podría haberte matado, pero mi jefe te necesita vivo. ─ Susurró.
Kitty ahogó en la sangre de su boca una risa sarcástica.
─ Admítelo, te gusto demasiado como para terminar conmigo tan rápido. ─ Musitó con voz débil, sabiendo que necesitaba atención médica pronto o se desangraría allí mismo. Ni siquiera sabía si el cuchillo había perforado órganos vitales, pero dolía como el diablo.
JK hizo presión en la herida, provocándole otro grito agudo con gran satisfacción.
─ Dulces sueños, gatita. ─ Susurró por última vez, viendo cómo el pelirosa luchaba por mantenerse despierto sin mucho éxito.
Kitty dejó una sonrisa en sus labios mientras perdía fuerzas y sus ojos se cerraban. Lo último que vio fue a más hombres vestidos de negro acercarse a ellos, rodeádolos, y a uno de ellos cargarlo en sus brazos para dirigirlo a la camioneta de Shadow.
Después todo fue oscuridad.
Historia original de nyx_fanfic
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