Arwen cabalgaba con fuerza, la fuerza que siempre la había caracterizado como dama elfica que era. Perdón, como dama elfica que había sido.

Dedicó un vistazo fugaz al caballo a su izquierda, donde Legolas y Aragorn iban juntos. Aragorn se encontraba sosteniendo al elfo, apegandolo a su cuerpo, mientras que este cabeceaba.

Volvió la vista al frente.

Las cosas eran más complicadas de lo que parecían, y Arwen se sentía culpable.

Culpable porque supo incluso antes de casarse que los sentimientos de Aragorn habían cambiado, que su corazón ya no le pertenecía. Lo supo en el momento de la ceremonia de coronación del antiguo montaraz, pero fingió no saberlo.

Fingió que no se daba cuenta del significado de las últimas miradas de Legolas y Aragorn. Fingió porque no podía admitir la verdad, porque ya no podía echarse atrás.

"Me quedaré y seré humana, con Aragorn"

Sabía que eso no podría ser, pero ato el corazón de Aragorn al suyo de todas formas. Porque tenía miedo. Todos los elfos se irían y ella no iría con ellos. ¿Qué haría entonces?

Tuvo miedo. Se avergonzó de que su matrimonio con Aragorn acabara siendo por conveniencia. Por su comveniencia, y no la de él.

Y le estaba tan agradecida que lo menos que podía hacer ahora era dejarlo ir.

Mentiría si dijera que no dolería un poco, o más que un poco, pero la sonrisa de Aragorn era tan bonita que no podía permitirse ser quien la apagara.

Y también estaba Legolas. Tan noble. Tan valiente. Tan...Tan bueno.

Ella debería estar muriendo, pero el había tomado su lugar. Sería egoísta romper su corazón.

Arwen era una criatura de las que ya no habían. Ni elfo, ni humana al completo.

Una corriente en el viento agitó sus cabellos negros, risos preciosos que enmarcaban su rostro. Sintió un tenue dolor en el pecho, pero ya lo había asumido.

Sonrió. Una sonrisa que cargaba toda su tristeza.

<<Un elfo que pierde a quien ama está condenado a convertirse en un alma en pena>>

Pero estaba bien. Legolas y Aragorn habían hecho demasiado por ella. Lo menos que podía hacer era devolverles el favor.

—¡Legolas!— el grito de Aragorn la sacó de lo más profundo de sus pensamientos.

Volteó hacia él y detuvo el caballo al instante ante lo que vio.

Legolas había caído del caballo, pero Aragorn había saltado con él y había evitado que se diera cualquier golpe. Abrazandolo.

Los vio y solo confirmó aún mas lo que ya tenía claro.

Lo menos que podía hacer era devolverles el favor.

....

Nivel de inspiración, 1000%

Se los debía por no haber actualizado en tanto tiempo, pero no se acostumbren ¿eh?

Al fin sabemos lo que pasa por la mente de Arwen.

La verdadera pregunta es: ¿que será de Legolas?

Espero que les haya gustado este capítulo, es más cortito porque contiene justo lo que Arwen necesitaba decir.

Eso es todo. ¡Nos leemos pronto!👀💞