Capítulo 6.

Día 2.

—¿Quiénes son ustedes?— pregunta Aragorn después de soltar sus armas.

Es extraño. Se supone que deberían ser secuaces del mismo que les pide ir hasta el antiguo palacio de Sauron. Entonces, ¿porqué les detienen el paso?

Uno de los soldados oscuros-que parece ser el líder- se adelanta a responder.

—Sus escoltas, humano— hace una seña con la cabeza a uno de sus compañeros y este se agacha a recoger las armas de todos—. Si colaboran, no tendremos que ponernos rudos.

—¿Escoltas?— habla esta vez Gandalf.

—Nuestro líder quiere que sus instrucciones se cumplan al pie de la letra, Gandalf el blanco— aclara el soldado oscuro.

—¿Por qué hacen esto? Ya todo acabo— pregunta Arwen, mordiéndose el labio inferior en un intento de que deje de temblarle.

—Llamemoslo nuestra última venganza, dama.

Estos soldados oscuros nunca los había visto Aragorn antes. Son inteligentes, demasiado para un soldado construido.

Sin embargo, lo mas preocupante era que su "factor sorpresa" (alias Legolas estaba herido en vez de Arwen) se iba a ver bastante arruinado. ¿Y si al ver que era Legolas el herido se deshacían de él? No, no lo permitiría, lo protegería con su vida de ser necesario.

—Ahora, ¿dónde esta el elfo?

Un momento, ¿él elfo?

—¿No les informo su líder quién era?— se aventuró a preguntar Gandalf.

—Se nos informó que se trata de un elfo, es suficiente, ¿no?— el soldado oscuro hizo un escáner del alrededor, y su vista se detuvo en Legolas, porque al verlo agregó—. Vaya, si que funciona ese veneno, nunca vi un elfo en esas condiciones.

Aragorn se apresuró a posicionarse delante de Legolas cuando vio que se acercaban al elfo. Los enfrentó con su mirada fiera y el soldado oscuro lo miró con desdén, pero retrocedió.

—Cómo quieras— masculló, y luego se dirigió a todos los
demás—. Monten sus caballos, haremos una formación donde los rodearemos todo el camino. Si alguno se sale del sendero o intenta conspirar contra nosotros, lo matamos, ¿entendieron?

El alivio que había sentido Aragorn al ver que no harían nada a Legolas se disipó ante esas palabras.

Adiós a la idea de trazar un plan.

Podrían revelarse, pero perderían tiempo valioso. Tiempo que Legolas no tenía. Así que se limitaron a acotar lo dicho y subir a los caballos.

Aragorn ayudó a subir a Legolas y luego subió él mismo, acomodando las riendas e intentando que, ante contacto de sus cuerpos, no terminara por distraerse demasiado.

—¿Estás listo, Legolas?— le preguntó, y por un instante solo fueron ellos dos.

Por un instante, para Aragorn solo fue Legolas. Le dio un ligero apretón en el brazo, porque ante los demás no podía decir o hacer todo lo que hubiera querido. Legolas le rozó el dorso de la mano con la palma de la suya en respuesta.

Y eso fue todo, pero era más que suficiente para que ambos se dijeran lo que necesitaban.

Aragorn apretó su cuerpo al de Legolas y con un movimiento de riendas el caballo comenzó a galopar.

....

Legolas estaba agotado, le estaba costando respirar y ahora mismo un fuerte mareo le revolvía el estómago.

<<No puedes desistir>> se dijo, en un intento de darse fuerza a él mismo.

Se sintió culpable por estar en ese caballo con Aragorn, teniendo a Arwen tan cerca, pero no podía evitar desear estar siempre así, junto al humano que le había enseñado demasiadas emociones como para etiquetarlas.

Los soldados oscuros llevaban a la práctica la formación antes dicha. Los rodeaban con los arcos preparados para disparar, como si fueran prisioneros de guerra. Y quizás así era. Legolas no notó puntos muertos en su formación, estaban bien entrenados.

El elfo intentó apartarse el cabello ahora empapado en sudor de la frente, pero su vista se comenzó a volver borrosa e hizo el ademán de irse hacia un lado del caballo. Aragorn lo sostuvo, por suerte.

—Resiste un poco más, Legolas, ya casi llegamos.

Legolas tosió un poco, pero luego asintió.

—S-Si.

—Si quieres, puedes dormir un poco.

—No podría, solo sería peso extra para ti, Aragorn.

—No digas esas cosas, duerme. Además, necesitas toda la energía posible para cuando lleguemos.

Legolas cerró los ojos, pero ambos sabían que no dormía. No podría, sus instintos lo obligaban a mantenerse alerta.

Suspiró, y apoyado en el pecho de Aragorn, se dejó llevar por el canto del viento.

....

Atardecía cuando avistaron apenas el antiguo palacio de Sauron en la distancia. Estaba en ruinas, pero se sostenía el primer piso al menos, o eso parecía a la distancia.

Legolas estaba llegando a su límite, sentía que el cuerpo le ardía, jadeaba, aunque sus quejidos se perdían en el viento.

Estaban cerca, pero el palacio seguía estando lo suficientemente lejos y no habían parado a descansar.

—Suficiente, les exigire que paremos a descansar— la voz de Aragorn sonó como un eco en la lejanía.

Estaba perdiendo el conocimiento.

—Aragorn...

Pero no llegó a decir nada. Legolas cerro los ojos, perdiendo el aliento, y comenzó a caer del caballo.

—¡Legolas!

....

Hoy estoy inspirada c:

El próximo capítulo va a ser un especial, porque la historia no "avanzará", pero conoceremos el punto de vista de Arwen respecto a toda la situación, y creo que es necesario.

Es importante que sepan que el próximo capítulo estará ambientado un poco antes del final de este. Recuerdenlo para no confundirse a la hora de leer.

Eso es todo, ¡nos leemos pronto!👀💞

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