Capítulo 32
Esa mañana, Baekhyun abrió los ojos en medio de un fortísimo dolor de cabeza que sonaba como taladrar una pared o martillear sin descanso, y su cuerpo estaba fatigado por ello. Sus ojos letárgicos se posaron en el reloj digital sobre el velador. Eran las diez y media de la mañana de un domingo oscuro. Contuvo un jadeo y se dispuso a salir de la cama a prisas, mas al hacerlo descubrió su inaudita desnudez. Se quedó helado y con la mirada recorrió su cuerpo. Tenía marcas color rojo en el pecho e incluso sobre sus piernas. Entonces lo sintió y la vergüenza se apoderó de él. Un líquido extraño bajaba por sus piernas y él podía jurar a qué se debía.
Tuvo sexo.
Y no podía pensar en otro que fuera Chanyeol porque es la única persona con quien estuvo toda la noche. En la fiesta bebieron mucho, seguramente el desliz se debió a eso, y después..., había una marea algo confusa. Sus recuerdos parecían volver por momentos, aunque no recordaba haber bebido tanto como para tener hondas lagunas sobre lo que sucedió.
Tomó una profunda respiración. Buscó con la mirada a su marido, mas no lo encontró, y en su lugar obtuvo una profunda opresión en el pecho que era el signo de un mal augurio. Agitó la cabeza para liberarse de esos pensamientos y se decidió a bañarse. El agua tibia se llevó su cansancio y limpió el sudor que no sabía tenía pegado a la piel. Pero no se llevó todo. Aún estaba ahí la confirmación de haber tenido algo, de haber intimado con Chanyeol. ¿Y qué pasaría, entonces? ¿Qué estaría pensando Chanyeol de él? Seguramente debía odiarlo y... ¿Sería por eso que él no estaba ahí esa mañana? Baekhyun quiso creer que podía deberse a la hora, usualmente a las diez, Chanyeol estaba con sus caballos, no durmiendo cual oso como él hacía.
Al salir de la ducha, se vistió con algo abrigado y salió a buscar a Chanyeol. Quería hablar con él, quizás preguntarle por la noche pasada y saber lo que pensaba. En la sala no estaba, tampoco en su despacho y mucho menos en las caballerizas. Preguntó a las sirvientas, pero nadie lo había visto. Como un fantasma se disipó de la casa justo cuando Baekhyun más lo necesitaba. La ansiedad por verlo era dañina para su pobre cerebro que parecía pisoteado por los caballos. Soltando un largo suspiro, se dejó caer en el sofá de la sala; ahí, nuevamente los recuerdos lo atormentaron.
Bebidas y bailes.
Correteos al salir de la propiedad Reginald.
Besos intensos en la sala de la casa, muy cerca de donde él descansaba.
Caricias lascivas que lo desnudaron frente a un hombre cuya masculinidad era embriagante más que el vino que bebieron esa noche.
Los gruñidos de Chanyeol contra su oído cuando..., cuando su lengua recorría aquellos puntos erógenos que ningún otro hombre logró encontrar jamás.
Los embistes duros que empujaron a Baekhyun al acantilado del placer.
La duda aterradora le caló fuerte también, subiéndolo sobre una montaña rusa de preguntas sobre esa noche y sobre su marido, dándole tantas vueltas al asunto, pero creyó que lo mejor sería conversar con él sobre ello en la noche, cuando ambos regresaran a la recámara.
—Hasta que despiertas al fin. —La voz de Sophie en el umbral de la entrada lo sorprendió.
Baekhyun se irguió automáticamente y carraspeó, alejando de su mente todo rastro de sus morbosos recuerdos que colorearon sus mejillas.
—Tuve una noche cansada —se excusó.
—Yo también —concordó ella, tomando asiento frente a Baekhyun —. Aunque lo mejor de mi noche fue pasar tiempo con Chanyeol.
Baekhyun quiso preguntarle si hablaban de noches totalmente disímiles porque, con franqueza, Chanyeol pasó toda la fiesta evitando bailar o interactuar con Sophie luego de aquella misteriosa charla afuera del salón. Si esa mujer pretendía amedrentarlo con algo como eso, iba a salir perdiendo ya que, a fin de cuentas, ellos pasaron la noche en la cama compartiendo el calor del momento. Fue Baekhyun quien disfrutó de la pasión de Chanyeol y quien despertó enredado en sus sábanas.
—El pobre Chanyeol se desahogó mucho hablando conmigo —mencionó—. Al parecer ha estado muy estresado últimamente. De hecho, me habló de ti.
El anzuelo fue lanzado para un pez gordo y captó la atención de Baekhyun inmediatamente. Sophie festejó su triunfo por adelantado. Baekhyun podía ser demasiado predecible y solo eran necesarios mover unos cuantos hilos para desquiciarlo, y ella ahora tenía todas las cuerdas para jugar con los resquicios del raciocinio del muchacho.
Baekhyun no le preguntaría qué dijo Chanyeol de él, aunque se estuviese muriendo de la curiosidad.
—Está estresado por algo que no entendí bien, pero dijo que ya pronto todo acabaría. Fue muy misterioso.
¿Era así?
El joven esposo Park se angustió. La deuda, de eso debía tratarse obviamente. Por ello se casaron y por ello se divorciarían en poco tiempo, pero no quería quitarse la sortija de su dedo. Abandonar esa casa, que era su hogar, lo llevaría a estar solo otra vez, llorando la pérdida de su esposo como si su matrimonio se hubiese tratado de algo verdadero. Deseó rogarle al cielo por más tiempo, suplicarle a Dios que aplazara la deuda unos meses más, y que luego más y más meses para que su divorcio se retrasara; sin embargo, ello simplemente le daría una tortura más larga.
Tomó un respiro y esperó a que la mujer continuara.
Sophie se dedicó a mirarlo, analizando cada mínimo detalle del muchacho. Buscaba algo, aunque ni ella sabía qué. Sus ojos se toparon, entonces, con el cuello del chico, estaba vagamente cubierto con un suéter de cuello bajo y así reparó en la marca rojiza sobre su piel. Un círculo rojizo profundamente marcado. Sus ojos se oscurecieron y sus labios se fruncieron.
«¿Acaso ustedes han intimado?, ¿Chanyeol se atrevió a tocarte?», deseó preguntarle, pero la respuesta saltaba a la vista y tendría mucho sentido por cómo los vio besarse en la fiesta, con tanta pasión y calor desbordándose como la miel. En ese momento ella se preguntó si sus suposiciones sobre un matrimonio falso no eran más que simples falacias, mas algo en todo ese misterio no dejaba de ser incongruente. Chanyeol, aunque forrado de frialdad, trataba con cariño a Baekhyun y le dirigía miradas atestadas de sentimientos diferentes; y a pesar de ello, siempre parecía querer mantener la distancia, tal cual temiese de sus deseos más profundos. Sin embargo, ¿por qué habría él de repeler a su esposo si lo ama así?
—Sé que extraña mucho a Emily —dijo ella con cierto disgusto—, y que este tiempo contigo le ha hecho extrañarla todavía más.
—Ese debió ser un golpe bajo para ti —largó Baekhyun , torciendo el gesto.
—¿Para mí?
—Te darás cuenta que Chanyeol no podrá nunca poner sus ojos en ti porque..., todavía ama a Emily.
—¿Y para ti? —atacó ella, disimulando una sonrisa torcida—. Debe dolerte saber que en todo este tiempo no lograste enamorar a ese hombre que llamas tu platónico, aún si lograron casarse.
Los ojos del joven se abrieron ampliamente ante la revelación de su secreto más importante y el que, lamentablemente, era menos secreto que nunca. Tantos años cuidando celosamente esa verdad y ahora más de uno la sabía. Se preguntó cómo ella lo supo. Se preguntó si Chanyeol lo sabría y si era así..., ¿fue por eso que tuvo relaciones con él?
—Es aquí cuando vuelvo a preguntarme porqué se casaron si no se amaban. ¿Acaso lo engatusaste de alguna forma?
Baekhyun tragó el nudo que se formó en su garganta y habló:
—Deberías ya saberlo, si aparentemente tienes todas las respuestas.
—Chanyeol no me quiso contar eso, dijo que era delicado para ti, mas asumo que solo ha debido tratarse de la lástima que le generas.
Lástima.
Él mismo se compadecía por seguir enamorado de un hombre que lo miraba con dureza y que no era más que su amigo. Su amistad fue todo lo que Chanyeol logró ofrecerle bajo el contrato de matrimonio y lo único que lograría Baekhyun tener de él. Quizás sí podía considerar ese tiempo como perdido cuando no logró que Chanyeol le dirigiese una mirada amorosa, pero él nunca se lo propuso desde un inicio, solo quería sobrevivir a ese matrimonio y eso sí lo consiguió bastante bien.
Desde aquel día de su graduación cuando supo que su padre lo estaba forzando desde el más allá a conservar su patrimonio de la forma más dolorosa, conservarlo todo a cambio de unos meses bajo el apellido Park. Supo desde ese día que su corazón sufriría y que a Chanyeol le causaría más de una incomodidad, mas no esperó la florida amistad que surgió entre ellos. Día a día, aún en silencio, disfrutaron de la compañía del otro, enterrando su soledad bajo el sepulcro a donde un día volverían para reunirse con la oscuridad. Empero, los días de brillantes arcoíris, aunque se acabaran, siempre serían más fuertes que los días de tormenta. Eso fue lo que Chanyeol le regaló a Baekhyun.
—La lástima que, según tú, él siente hacia a mí no lo llevó al matrimonio, pero si lo hizo el cariño que me tiene.
—¿Cuánto tiempo más has de seguir repitiendo eso? No te engañes, Baekhyun , para él eres solo una tormenta pasajera.
La mujer se marchó glorificándose el haber clavado el puñal en el corazón de Baekhyun que seguramente él mismo se encargaría de enterrar más profundo. La tortura del joven se la ocasionaría él mismo con la incertidumbre, la inseguridad y el miedo que eran los peores guerreros en la batalla del amor porque destrozaban todo a su paso sin piedad, clavando sus espadas afiladas en sus arterias, cortando el conducto hacia su supervivencia hasta que el cuerpo herido del enemigo en pleno desahucio para que los buitres escarbasen entre sus entrañas.
Ella caminó fuera de la casa y se encaminó a la caballeriza, corriendo entre el viento helado que le golpeaba el rostro. Ahí encontró a Chanyeol en una de las cuadrillas lejanas atendiendo a un caballo que parecía enfermo igual que él. Seguramente el animal podría recuperarse pronto, no así Chanyeol.
—Me abandonaste anoche —acusó.
—No eras mi responsabilidad, ¿o sí?
—¿Y por qué ha de ser tu responsabilidad ese chiquillo? —bramó.
—Baekhyun es mi esposo —repitió bajo un tosco gruñido, cansado de la necedad de la mujer.
—No es verdad. Sabes que tu matrimonio es solo una tontería. Él no es tu esposo.
Un suspiro hondo salió de labios de Park. Su mente atormentada por la noche pasada no descansaba y ahora debía lidiar con una mujer tan intensa como exasperante. Su conciencia que lo fustigaba no tenía en ese momento la paciencia necesaria para soportar una nueva, pero repetida, cantaleta.
—Ya basta. Estoy harto de tu persistencia oscura sobre mi matrimonio. ¿Qué esperas conseguir con esto?
—Quiero que entiendas tu error —farfulló ella—. Sé que ayer te embriagaste y obligaste a ese muchacho a acostarse contigo. Él mismo me lo ha contado todo.
—... Baekhyun ..., él te dijo... —balbuceó, aprensionado.
—Está aterrado, Chanyeol, lo lastimaste. Tu maravilloso esposo es solo un niño que nunca podrá corresponderte como esperas, ¡entiéndelo!
«Este demonio nunca quiso lastimarte, pero se dejó consumir por un calor inmundo que terminó quemándote a ti, ángel», pensó Chanyeol, atorándose con el grueso bulto atascado en su garganta. «Mi castigo será verte llorar por haberte lastimado y recibir tu desprecio. Me lo merezco..., pero..., cuánto no diera por dejar atrás el miedo que me tengo a mí mismo y decirte cuánto te amo».
—No quise obligarlo —murmuró cabizbajo, sintiendo el látigo de la culpa flagelar su espalda hasta volverla un río rojo.
—Pero lo hiciste. Él ni siquiera desea verte y está sufriendo por todo lo que le has hecho.
«Una noche donde en mi ebriedad disfruté de tu cuerpo, me costará toda la vida para llevar a cuestas mi cruz», se maldijo.
—Debes dejar que se vaya —le dijo—. Este matrimonio fraudulento los está dañando a ambos.
—Pero lo amo —dijo en voz alta por primera vez.
***
Evitó ver a su esposo todo el día, hundido en la vergüenza que en su rostro luciría, pero llegada la noche no pudo soportar su cobardía más. Llegó al porche de la casa sintiéndose ajeno a su propia casa, temiendo tocar la puerta y ser recibido por Baekhyun .
«Te juro que no volveré a acercarme a ti y te dejaré ir. Prometo no aferrarme más a ti», le aseguró Chanyeol entre pensamientos lamentables.
Guardó sus miedos bajo la misma coraza que se calzó un día para afrontar la vida. Su rostro serio e impermutable dejó atrás todo rastro de emotividad y entró en la casa. El salón tenía la luz encendida todavía a pesar de ser las diez de la noche. No divisó a ningún sirviente, pero en el sofá cerca de la chimenea encendida estaba Baekhyun , pensativo y ensimismado que ni lo escuchó llegar. Su mala suerte parecía estar funcionando de maravilla. Sin embargo, quizás era el momento de empezar a distanciarse de su esposo y sabía que para ello unas pocas palabras bastarían.
—Vete a dormir —demandó, aunque el temblor en su voz denotó el nerviosismo que abrazaba su cuerpo.
—¡Chanyeol! —chilló el joven, asustado. Al calmarse, tomó aire y dijo—: Yo quería que habláramos.
—... ¿Tenemos algo de lo que hablar?
La frialdad a preguntar desconcertó a Baekhyun cuya valentía para hablar sobre la noche pasada se volvió una espesa nube de humo que abandonaba su cuerpo.
—Ayer —comenzó el muchacho—, tú y yo...
—Olvídalo —interrumpió hoscamente—. Ayer no sucedió nada.
¿Nada?
Un nuevo desconcierto abrazó a Baekhyun y recorrió su espina dorsal como el más funesto viento helado. ¿Una noche de pasión no significaba nada para él?, era la pregunta que atormentaba al joven en ese momento, angustiado de que sus floridos sentimientos por el hombre revelados en el calor de las sábanas no hayan sido sino en vano.
—... ¿De verdad? —increpó, con el dolor en el corazón impidiéndole decirle todo lo que sentía.
—El alcohol nos nubló el juicio a ambos, pero fue imprudencia mía, te pido disculpas por ello y juro que no volveré a acercarme a ti.
«No, Chanyeol, no digas eso», suplicó Baekhyun en silencio.
—Y... —continuó Chanyeol—, deberías volver a dormir en la recámara que te recibió en tu llegada a mi casa. Así ambos nos sentiremos más cómodos. Le diré a Henry que lleve tus cosas a la habitación mañana temprano, por esta noche duerme en mi cuarto, yo ocuparé otra habitación —indicó y con sequedad se despidió.
«No te vayas, cariño, no me alejes», le pidió viéndolo partir al segundo piso de la casa.
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Hola!!
La historia tiene muy pocos caps esperando, so, that's it.
Quería decir algo. No estoy molesta por ningún comentario en particular sobre el desarrollo de la obra. Nunca me ha molestado la opinión de nadie sobre mi trabajo.
Sin embargo, vale que les diga:
- Si no te gusta la historia, no deberías leerla. Considero que podrías invertir mejor tu tiempo en algo que sí te guste, quizás otra historia, y eso está bien porque es sano para tu estado emocional. Creo que es un tanto tóxico si una persona lee algo que no le gusta. ¿Cuál es el objetivo? Yo misma no puedo leer algo que no me engancha.
- No se lo tomen personal. He leído a muchas personas perder los estribos porque les exaspera la actitud de Chanyeol, y eso no es correcto porque es una historia que no debería afectarte en tal medida.
- He dicho esto con anterioridad y lo recalco. La historia se basa mucho en los miedos de las personas (concretamente de Chanyeol) y de cómo las palabras de las personas, sus comentarios y acciones repercuten en la mente ajena hasta crear miedos que, quizás, no deberían estar ahí. No obstante, deshacerse de esos miedo no es sencillo como decir: 'Solo dile lo que sientes y ya'. No, hay un trabajo arduo dentro del autoestima y de la confianza para lograr romper las barreras de los miedos. No es sencillo, y me parece erróneo que crean que para todo el mundo es así de fácil. Los miedos pueden con las personas, con sus mentes y corazones.
Sin más, me despido,
Un abrazo,
Alex.
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