Capítulo 27



A la mañana siguiente llegó Victoria, tan apresurada como un torbellino y tan preocupada como una monja. Su rostro, aunque estoico por completo, se desfiguraba bajo las líneas de tensión que recorrían cada fibra de su cuerpo. Chanyeol la vio llegar cerca de las nueve de la mañana de ese domingo y supuso asertivamente que se debía a la presencia de Sophie en la casa.

—¿Qué hace ella aquí? —farfulló la pregunta sin poder contener su disgusto.

—Está de visita.

—Seguramente tu madre la envió —murmuró para ella misma—. ¿Y Baekhyun?

—Durmiendo. Ayer en la noche tuvo que ir de emergencia a la clínica y no regresó sino hasta la madrugada.

Un niño involucrado en un accidente de auto requirió del equipo de cirujanos, traumatólogos y pediatras de la clínica. Martha lo llamó ya que como Baekhyun pensaba en una especialización en cirugía, era preciso que estuviese en ese caso particular. Chanyeol pasó la noche en vela también a la espera de su esposo, ansioso por recibir su llamada.

Victoria se paseaba de aquí para allá, haciendo danzar su pantalón negro recto a cada movimiento, parecía estar maquinando algo oscuro dentro de esa retorcida cabeza y Park temió de esos planes. Chanyeol, mientras tomaba su taza de café mañanero, vio a su marido bajar por las escaleras vistiendo su pijama todavía y luciendo más dormido que despierto. Tierno, así lo creyó Chanyeol.

—Buenos días —balbuceó tomando asiento junto a su esposo.

—¡Buenos días! —lanzó un efusivo saludo Sophie, entrando en el comedor llevando una bandeja de panecillos rellenos de crema en las manos—. Oh, Baekhyun, luces terrible.

Victoria quiso gruñirle por tan despectivo comentario. ¿Y qué si el muchacho tenía unas ojeras bajo los ojos por el desvelo?, ¿y qué si el pobre médico lucía como un zombi por haber estado trabajando toda la noche? Al menos el muchacho tenía algo más que presumir además de su atractivo físico; Victoria no podía decir lo mismo de Sophie que, a sus casi treinta años, no hacía otra cosa sino disfrutar del dinero que sus padres ganaron con los años. Viajes y caprichos, eso era todo. Y si de negocios se hablaba, los trataba igual que vacaciones en el trópico.

—Es el aspecto más lamentable que en un esposo he visto jamás.

—Es porque Baekhyun trabaja, Sophie, no holgazanea —bramó Victoria, saliendo en defensa del muchacho.

—¡Oh, Señora Victoria! —jadeó la mujer, sorprendida de ver a la nana de Chanyeol ahí en el salón—. No sabía que estaba aquí, ni que siguiera con vida.

—Digo lo mismo.

Baekhyun, en medio de ese ambiente tenso, se sintió mareado y quiso volver a la cama, lejos de esas dos mujeres que parecían tener la guerra declarada y de manera indefinida. Su vista se posó, entonces, en Chanyeol que estaba más atento al periódico de la mañana que a la discusión en frente.

—Baekhyun, querido —llamó Victoria con malicia en la voz—, no seas maleducado y dale el beso de buenos días a tu esposo.

La sugerencia de la señora dejó pasmados a todos, aunque Baekhyun podía agradecerle eso luego pues era la forma idónea de demostrarle a Sophie Turner que Chanyeol tenía ya un esposo que lo atendía.

Una sonrisa triunfal estaba escondida bajo la fachada de sorpresa en el rostro de Baekhyun pues era la oportunidad perfecta para ser legalmente posesivo con su esposo y demostrarle así a su huésped que su matrimonio estaba rebosante de amor, aunque no fuese la más pura realidad. Sonrió avergonzado y le dirigió la mirada a su esposo que lo miraba como si aguardara por ese beso. Baekhyun quiso que así fuera. Puesto en pie, caminó torpemente hasta donde Chanyeol, acercó su rostro y le regaló un beso suave en los labios. Tan casto como no lo quiso, pero sus manos traicioneras le permitieron acercarse más a su esposo, apresándolo por los hombros y deleitándose con el sabor del café sobre los labios ajenos. Tal vez ahora bebería café con más frecuencia solo para recordar ese momento. Al separarse, murmuró un suave saludo antes de regresar a su lugar luciendo un sonrojo poderoso sobre sus mejillas.

Sophie, que miraba todo con disgusto, asentó la charola sobre la mesa y pasando al costado de Victoria le murmuró:

—Eso fue infantil e innecesario.

Victoria se regocijó en la molestia que le causó a la fémina y se dispuso a desayunar junto a los esposos. Sophie se les unió poco después cuando llegó al salón llevando otra tetera de leche caliente.

—¿Estarás fuera hoy? —le preguntó Baekhyun a Chanyeol, llevándose un pan relleno a la boca.

—Pienso pasar el día en casa, hace algo de frío como para estar en los campos.

—Deberían pasar el día juntos. Hace mucho tiempo que no tienen un momento para ustedes.

Chanyeol sonrió de medio lado y asintió vagamente con la cabeza. En su mente empezaba ya a imaginar todo lo que podían hacer, quizás mirar la lluvia con una tacita de té durante la tarde; quizás leer un libro en compañía del otro; quizás jugar con Hermes y Darko; o quizás retozar en la cama con sus piernas enredadas y sus pechos unidos. Sí, eso es lo que quería, aunque quizás las opciones anteriores fuesen más realistas, pero nada le costaba soñar.

—O podrías pasar el día conmigo, Chan —interrumpió Sophie y Victoria quiso golpearla en la cabeza por impertinente. Sophie sonrió dulcemente, una dulzura fingida producto de su maldad—. No siempre estamos juntos y deberías aprovechar de cada momento. Tu esposo, bueno, a él lo verás el resto de tu vida.

Baekhyun sintió el desprecio que tiñó las últimas palabras de la mujer, pero lejos de importarle, sonrió y le dijo:

—¿Y si pasamos el día usted y yo? Me interesa conocerla.

Conocer al enemigo era el mejor plan de batalla y Baekhyun lo apoyaba pues si quería encontrar una debilidad en Sophie que la hiciese desertar de la propiedad, lo encontraría y usaría a su favor. Además, tenía profunda curiosidad sobre el Park Chanyeol que vivía en Birmingham porque bien sabía que el hombre que él conocía y aquel de su juventud no eran los mismos.

—Pero..., bueno yo...

—Insisto —pidió batiendo las pestañas como la misma mujer solía hacerlo cuando quería conseguir algo.

Chanyeol y Victoria que miraban todo desde la barrera, tremendamente complacidos con la guerra fría suscitándose frente a ellos. El pequeño Baekhyun aún con un rostro de ángel podía ser la perdición pues en sus entrañas dormía un demonio que sabía cuándo atacar. Victoria se sintió orgullosa porque nuevamente confirmaba que el esposo de su hijo sabía cuándo y dónde dar batalla. Ella estaba muy interesada por saber lo que de esa charla saliese, pero ya lo averiguaría más tarde cuando hablara con Baekhyun.

—La espero en el salón de té —mencionó Baekhyun y se retiró de la mesa para vestirse.

Sophie apretó los labios y forzó sus labios a elevarse en el amago de una mala sonrisa. Su pecho crepitó al verse obedeciendo una orden del esposo de Chanyeol y casi podía escuchar sus dientes chirriando del disgusto. Dejando la taza de café de lado, Sophie se levantó dispuesta a ingresar a la sala de té cerca de las escaleras al segundo piso de la casa. Tomó asiento, ansiosa por ver a Baekhyun y acabar con esa farsa. Y pronto lo vio ingresar en el salón vestido con un sencillo pantalón jean, una camisa crema y zapatos casuales.

—Espero no haberla hecho esperar.

—... No —contestó vagamente.

—Dígame, ¿cómo le ha parecido la propiedad?

Sophie enarcó la ceja en un acto despectivo y de forma malévola le contestó:

—No me trates como si no conociera esta casa. He pasado aquí más noches de las que tú y la conozco perfectamente. En lugar de hacerme preguntas estúpidas, dime porqué me citaste aquí.

—Muy bien —concedió él—. ¿Qué pretendes aquí?

Los formalismos se acabaron en el mismo momento en el que Baekhyun sintió el aroma de la pólvora regarse por el campo de guerra. La granada fue lanzada por su enemigo y era la declaración más agresiva de guerra.

Ella pareció burlarse de la pregunta, sonriendo con desdén y fijando su mirada afilada sobre los ojos helados de Baekhyun.

—¿No lo has adivinado? —se burló ella—. Vine por Chanyeol.

—¿A pesar de que él esté casado conmigo?

—No me detuve cuando él estuvo casado con Emily; no me detendré ahora ante el torpe intento de una 'esposa'.

—Chanyeol no te ama, así que tus esfuerzos serán todos en vano.

—¿Qué te hace hablar con tanta seguridad?

—Porque él no me cambiaría nunca por alguien que ha venido rogándole amor como un perro tras un pedazo de carne, alguien que ha perdido todo rastro de dignidad.

La afrenta fue recibida de forma directa y Sophie respondería en consecuencia, pero sería aún más agresiva de lo que su contrincante, asegurándose de dejar en claro que era ya una guerrera diestra y ganadora de muchas batallas.

—Lo he perseguido por años, sí, pero soy más que un vulgar sabueso. No eres tú mi primer adversario y es justo advertirte que a tu antecesora logré derribarla.

La duda fue sembrada.

Sophie se regocijó al causar tal incertidumbre en Baekhyun ante la mención de la difunta esposa de Chanyeol. Emily no fue fácil de derribar, claro, pero fue una gran satisfacción para Sophie saber que entre los esposos empezaron a haber problemas y pronto la muerte de la mujer. Aunque se lamentó no haber visitado a Chanyeol cuando estaba tan sensible por su pérdida, mas su propio trabajo la mantuvo apartada en América por años; sin embargo, ahora estaba decidida a tomar lo que por derecho le pertenecía. Empero, al volver no esperó encontrarse con Chanyeol nuevamente casado y esta vez con un hombre.

—¿Qué quieres decir?

—Tú puedes enorgullecerte del supuesto amor que te tiene Chanyeol, pero esa fue la misma reacción que tuvo Emily y meses después estaba enloquecida de rabia contra él. Te diré que tentar a un hombre es muy sencillo, pero hacerlo pecar es solo un poco más difícil.

La insinuación de Sophie era una fuerte acusación de una infidelidad de la que Baekhyun dudaba. ¿Cómo podría Chanyeol engañar a la mujer que amaba tanto? Aunque no era imposible, sí le parecía sumamente difícil que Chanyeol cayese en las redes de una mujer tan malvada como Sophie. Él ya sabía que Chanyeol mantenía un amor por otra persona y que así fue durante su pasado matrimonio, pero su esposo le dejó claro que nunca lo deseó más allá del pensamiento y Baekhyun le creía.

—Chanyeol jamás habría sucumbido ante una mujer como tú.

—No lo hizo, es verdad, pero tentarlo un poco fue suficiente para desmoronar a Emily.

—Debería avergonzarte ser la razón por la que un matrimonio se destruyó. No es algo de enorgullecerse cuando por tu culpa una mujer fue así de desdichada.

—No tengo porqué sentirme culpable con una mujer cuya maldad superaba la mía propia, y que eso mismo destrozó a Chanyeol. Esa mujer no tuvo corazón cuando lo juzgó por sus defectos.

Claro, la infidelidad y Emily estuvo en su justo derecho al juzgar a Chanyeol por su falta de palabra. Baekhyun haría lo mismo. Sin embargo, por lo que sabía, Emily atacó con la misma cuchilla. Ella le fue infiel a Chanyeol y no solo con el pensamiento.

—No veneres a Emily cuando no la conocías —continuó—. Además, ella misma destrozó su matrimonio con Chanyeol, yo solo tuve que mover un par de hilos.

—¿Y crees que lograrás lo mismo con mi matrimonio?

—Estoy segura de ello.

—¿Por qué? —preguntó casi con ironía y continuó—: Tu confianza no es más que una temerosa soberbia tratando de convencerme de claudicar ante mi matrimonio porque sabes que Chanyeol no te ama y que nunca lograrás tenerlo contigo.

—¿Y te ama a ti tanto como dices? —se burló la mujer—. No lo creo porque a ti no te mira con amor. Su mirada refleja una honda amistad, pero es muy diferente a una mirada de amor. Es entonces que me preguntó porqué se casó contigo, ¿quizás por lastima, o por una mala apuesta?

«Por un desatino del destino y la voluntad de mi padre», respondió Baekhyun en su cabeza.

—Chanyeol destrozó a Emily de la misma forma que hará contigo —advirtió en tono misterioso—. Ella no soportó tener que compartir a Chanyeol con alguien más, saber que lo había perdido por el fantasma de un amor que nunca logró darse y el cual aún atormenta a tu esposo. ¿En serio crees que serás lo suficientemente bueno como para hacerle olvidar a esa persona?

—La misma pregunta te hago yo a ti —respondiócon un deje de altanería en la voz—. ¿Eres lo suficientemente buena para quitardel camino al amor fantasma de Chanyeol, y a mí, su marido?

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