Capítulo 19

Hola!

Venía a hacer unas pequeñas declaraciones.

He leído algunos comentarios de la historia y sé que a ciertas personas no les gusta 'el juego del gato y el ratón' que hay entre Baekhyun y Chanyeol. Sé que la historia es lenta y es algo que yo misma planeé cuando la escribí. 

Sí, la historia tiene escenas +18, pero no son muchas, la verdad. 

La idea de la historia es mostrar muchas de las limitaciones y miedos de las personas en lo referente al amor, principalmente porque son mis propias limitaciones. Cada historia que escribo tiene una parte mía, buena, mala, secretos..., cosas que no puedo compartir en voz alta, pero que funcionan en una historia. Es por eso que este fanfic tarda en los temas de confesiones. No puedo concebir la idea de que en esta historia ellos se hayan conocido, se hayan casado, y al día siguiente se confiesen, porque en la vida real no funciona así. 

No me molesta ningún comentario sobre la historia, nunca ha sido así, pero sí me preocupó leerles y saber que quizás yo les di una idea equivocada de cómo iba a desarrollarse. 

Si quieren dejar de leerla porque no se sienten satisfech@s, está bien, no hay ningún problema. 

Sin más, les dejo para que lean el capítulo esperando que lo disfruten!

Tengan un lindo día!

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Here comes the sun, do, dun, do, do —cantaba Baekhyun, paseándose por la sala de la casa en medio de un desinhibido baile—. Here comes the sun, and I say it's all right.

La música en la radio acompañaba su desafinada voz que inundaba la habitación de un vibra alegre que se contagió a todos los empleados de la casa. El cuerpo del joven esposo se dejaba llevar por la tonada como una nube movida por el viento, con calma y gracia admirable. Sus ojos estaban cerrados, disfrutando de estar en su mundo sin que nadie lo interrumpiera. Aunque la música era singularmente antigua, antes incluso del nacimiento de Chanyeol, a Baekhyun parecía gustarle mucho la tonada alegre y el sentimiento adherido a la letra.

La brisa fresca de la primavera llegó ya con fuerza y nada quedaba de la huella helada del invierno. Los árboles y el césped de la propiedad empezaban a retoñar hoja por hoja dando un espectáculo precioso. Y esa tarde de lunes, Baekhyun se tomó un descanso de su trabajo en la clínica Choi donde laboraba desde hace un par de meses cuando Minho, el hermano de su actual jefa, le sugirió esa plaza.

Little darling, it's been a long cold lonely Winter.

Sin saberlo, había dos espectadores de su baile que lo miraban desde el porche de la casa. Minho y Chanyeol estaban cual estatuas parados en la entrada, sorprendidos por lo que Baekhyun hacía en el salón. El cantar del chico era hipnotizante. Ninguno quería interrumpir porque, a pesar de que su voz fuera graciosamente desafinada, bailaba muy bien, contoneando su cuerpo de forma natural y con cierto aire sensual. Entonces Minho se acercó al oído de su amigo y le dijo:

—Tu esposo parece tener más habilidades ocultas de las que imaginabas. ¿No te gustaría unirte a él?

Chanyeol rodó los ojos por la necia insistencia de Minho, y su actitud desencadenó un tornado. Park se vio empujado por quien llamaba 'mejor amigo' hasta el salón junto a Baekhyun, sus cuerpos chocaron y el impacto hizo que su esposo detuviera todos sus movimientos y abriera los ojos. Fue testigo de la vergüenza que sintió Baekhyun al ver esas lindas mejillas colorearse de rojo.

—N-no sabía que estaban aquí —explicó, dirigiendo su mirada a su otro admirador.

—No queríamos interrumpirte, parecías muy concentrado —respondió Minho con una amplia sonrisa traviesa en el rostro.

—Lo siento, me dejé llevar.

—No te disculpes, no hacías nada malo —le dijo Chanyeol en un tono ronco sumamente atrayente.

Baekhyun creyó que se volvería adicto a escuchar esa ronca voz hablarle y quería sentirla muy cerca de su oído, hasta hacerlo temblar.

—Ya que estabas bailando, ¿por qué no bailan juntos?

La propuesta de Minho descolocó a la pareja que inmediatamente se puso rígida e incómoda. Chanyeol dio un paso hacia atrás y declinó, mas bien sabía que Minho Choi era un testarudo caballo de batalla que no daría tregua hasta ver su deseo cumplido.

—No querrás que la servidumbre piense que la feliz pareja está distanciándose —advirtió con malicia, sabiendo dónde empujar para conseguir que los esposos hicieran lo que él quería—. Anda, Chanyeol, no seas un gato miedoso.

Largando un profundo suspiro, le contestó:

—Esto es absurdo.

Y Minho refutó:

Un mari peut devenir amoureux en dansant1.

Chanyeol enarcó una ceja y pensó en lo que su amigo le dijo. Enamorar a Baekhyun por medio del baile era una idea completamente risible pues él no era un gran fanático de la danza, se sentía torpe al hacerlo, aunque Minho le había dicho un sinnúmero de veces que era un bailarín muy hábil. ¡Tonterías! Él sabía perfectamente que poseía dos pies izquierdos.

Et si je ne veux pas qu'il m'aime?2—contestó Chanyeol con la molestia tallada en su voz.

Minho quiso reír ampliamente. Chanyeol era un descarado al decir que no deseaba que Baekhyun lo amara. ¡Vaya mentiroso!

On sait tous les deux que tu meurs pour lui, alors sois un homme et admets admettez-le3.

Y era cierto, aunque Chanyeol no quisiera admitir que deseaba enamorar a Baekhyun así era, su corazón pujaba fuerte por una oportunidad, mas su terca razón no daba cabido para una cruzada quijotesca que les permitiese tener una vida juntos.

—¿Hablan francés? —increpó Baekhyun, asombrado.

—El padrastro de Minho es de Toulouse, al casarse con su madre vivieron una larga temporada en Francia y cuando lo conocí me enseñó el idioma, en ese entonces ese era el único idioma que Minho hablaba.

—Tú también deberías aprender, Baekhyun, dicen que el francés es el idioma del amor.

El pícaro comentario de Choi hizo enrojecer a Baekhyun, como si no fuera ya costumbre.

La lengua del amor.

¿Y de qué serviría eso en su torpe matrimonio? No sería sino la cereza de un bromista pastel. No importaba el idioma, parecía que el amor entre ellos estaba sembrado sobre tierra árida, pero solo por la ignorancia de un amor correspondido.

Y aún si aprendiese la lengua romance, ¿de qué serviría si le hablaba a un sordo? Cada palabra que saliera de sus labios sería solo una insonora gesticulación que de nada serviría.

—Sé un poco de italiano, pero no creo que me vaya muy bien con el francés.

—Si quieres..., puedo enseñarte —ofreció en voz baja, lo suficiente como para que únicamente Baekhyun lo escuchara y fue una propuesta tan seductora que Baekhyun quiso empezar sus clases en ese mismo momento y la primera frase que quería aprender en francés era 'te amo'.

—Por favor, Chanyeol, tómalo por la cintura —pidió Minho, sacándolos de su burbuja rosa.

Park gruñó en disgusto por la insistencia en un baile del que no estaba seguro querer ser partícipe.

Tenez sa taille comme si il était au lit, de cette façon, tu peux lui transmettre plus d'un sentiment, mon ami, je t'assure4.

—¿Qué ha dicho? —le preguntó Baekhyun al no entender palabra de lo que dijo Minho.

—Nada, solo tonterías.

Empero, ni él mismo podía considerar tonterías a lo que su amigo dijo porque, en efecto, tenía sentido, de un modo retorcido. Sujetar a Baekhyun por la cintura como si estuvieran en la cama para hacerlo más íntimo y sentimental. Eso no se lo traduciría a Baekhyun, claro, pero se quedaría con el recuerdo de esa frase por mucho tiempo y podía aseverar que le causaría varios inconvenientes en su cuerpo con el simple desfogue de su imaginación.

Haciendo como lo pidió su amigo, sus toscas manos se ubicaron en la cintura de Baekhyun, acariciando sus sutiles curvas por sobre la ropa, deleitándose con el inocente respingo que dio su esposo al sentir las caricias. Estaban muy cerca y la posición era cómoda, sorprendentemente. ¿Así se sentiría estar con él en la cama, desnudos? Dios. Chanyeol moría por averiguarlo.

—Ustedes son más rígidos que los pilares de esta casa —bufó Minho al verlo tensos en extremo que seguramente les dolía el cuerpo.

Baekhyun pasó tímidamente sus brazos por el cuello de su marido y empezaron a bailar siguiendo el ritmo de la música. ¿En qué momento la canción terminó y dio paso a una desatinada melodía romántica?, ¿y por qué toda la música era de la época de sus abuelos? Ese aparato parecía estar ridículamente conectado a las nefastas intenciones de Minho.

Love hurts, love scars, love wounds and mars
Any heart not tough nor strong enough
To take a lot of pain, take a lot of pain
Love is like a cloud, holds a lot of rain
Love hurts
Oh, love hurts

«Vaya ironía, la letra no podría ser más atinada para lo que estoy viviendo ahora», se dijo Baekhyun con sarcasmo.

Sin saberlo estaban bailando con más pasión, balanceando sus cuerpos al compás de la trágica melodía, con los pechos juntos y sus rostros muy cerca, aunque cada uno miraba en una dirección diferente. El cálido aliento de Chanyeol rozaba gentilmente la coronilla de Baekhyun y sus labios picaron por darle un beso en la frente, pero eso sería contraproducente pues solo lo hacían cuando un público los miraba y ahora solo estaba Minho y quizás un par de sirvientas entrometidas que los espiaban detrás de la puerta de la cocina.

Baekhyun recostó su cabeza sobre el pecho de Chanyeol en un acto espontáneo, solo dejándose llevar por el momento. Sus estaturas tan diferentes hicieron juego en ese momento. Chanyeol medía poco más de metro noventa y Baekhyun un metro setenta y cinco, pero lo más hermoso estaba en que esa diferencia de quince centímetros les permitía encajar a la perfección como los engranajes del corazón que así juntos hacían uno solo.

—Feliz cumpleaños —susurró contra el oído de Baekhyun.

—Lo recordaste —suspiró el joven, sabiendo que ese sería el mejor regalo de cumpleaños porque lo recibió estando en brazos de su esposo.

«Cada año lo recuerdo y durante tanto tiempo ansié poder decírtelo teniéndote entre mis brazos... Es como estar en el cielo, pequeño ángel», pensó Chanyeol, añorando poder repetir ese momento cada año durante el cumpleaños de Baekhyun. «Estoy tan malditamente acostumbrado a ti... ¿Qué haré cuando ya no estés aquí?».

—¡Un giro! —indicó Minho, entusiasmado, aplaudiendo con las manos.

Chanyeol tomó a su esposo de la mano y lo hizo girar sobre sus pies graciosamente, entonces volvió a tomarlo por la cintura y lo atrajo contra su cuerpo, tal cual fuesen magnetos que se necesitaban estos chocaron sutilmente y se acariciaron. Sus manos se quedaron presas en la espalda baja de su esposo, dando suaves caricias en esa zona sin saber siquiera que lo hacía.

Minho los veía desde una esquina del salón, brillando de emoción al verlos tan ensimismados, perdidos en su mundo. Su trabajo rindió frutos, aunque seguramente Eros exigiría que ellos consumasen su amor más allá de simples besos mentirosos, y Minho se propuso guiar sus caminos hasta que estuviesen completamente juntos porque ambos se lo merecían.

—¿Qué quieres como regalo?

Baekhyun no lo había pensado y francamente en ese momento se le hacía difícil pensar en algo más que no fuese la colonia de Chanyeol que parecía nublar sus neuronas. Tan exquisito que se le antojó restregarse contra él.

—No lo he pensado. No sé si quiero algo.

Porque en ese momento ya sentía que lo tenía todo y no podría desear nada más.

—¿Y aceptarías lecciones de francés, entonces?

Oui —contestó Baekhyun alegre en un intento de francés.

Un gutural gruñido retumbó desde lo profundo del pecho de Chanyeol y el sonido hizo temblar a Baekhyun.

El malvado pensamiento de Chanyeol se desvió por una lujuriosa senda que terminó en la imagen de él enseñándole francés a su esposo en la cama, enseñándole porqué la llaman la lengua del amor. Y en sus oídos sonó una frase inescrupulosa que encendió su libido: Más, mi amor. Necesito sentirte muy profundo.

«Oh, por Dios», gimió en su mente ante la deliciosa imagen mental y la voz de Baekhyun suplicándole por ir más allá de sus límites.

Cuanto ansiaba enseñarle a Baekhyun a disfrutar de los placeres de la carne, enseñarle que el cielo se puede tocar con los dedos y que el infierno no era tan caliente como lo podían ser ellos juntos en la cama. Sin embargo, al pujar su razón por controlar su comportamiento, tuvo que apartar a Baekhyun de su cuerpo y excusarse con ocupaciones que no existían. Salió de la estancia y se encerró en su despacho en medio del disgusto de tener que encargarse de su calentura por sí mismo.

Dejó atrás a su perplejo esposo que se preguntaba qué hizo mal como para haber sido rechazado tan bruscamente. Su cuerpo aún temblaba por el baile y se quejaba por la falta de su compañero, lamentándose frente a su acongojado corazón.

—Creí haberle dicho que sí. ¿Fue mi mala pronunciación la que lo ofendió? —preguntó al aire.

—Oh, no, Baekhyun, créeme que tu pronunciación no ha sido el problema —fue lo que dijo Minho tras salir de su oscuro escondite—. Lo has dicho realmente bien.

—¿Entonces?

—Solo está algo acalorado —respondió Minho con simpleza que ocultaba una segunda intención.

Minho quiso reír a carcajadas por la inocencia del muchacho que tan preocupado estuvo por ser apartado que no reparó en el tosco bulto en el pantalón de Chanyeol cuando se marchó, y aún ahora, cuando soltó esas palabras de doble sentido, el joven parecía no entenderlo.

—Espero que no esté enfadado.


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1. A un marido se lo puede enamorar bailando.

2. ¿Y si no quiero enamorarlo?

3. Ambos sabemos que mueres por él, así que sé un hombre y admítelo.

4. Sujeta su cintura como si estuvieran en la cama, de esa forma podrás transmitirle más de un sentimiento, mi amigo, te lo aseguro.

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