Tormentas.
XingChen se había hecho cargo de la decoración del despacho desde la casa del bosque. Gestionaba todo desde allí y recibía a su esposo cuando llegaba del trabajo. Le preparaba la cena, le contaba todo lo que había hecho y Xue Yan lo escuchaba maravillado de tener a ese omega con él. Simaxia había estado de acuerdo en la mudanza y había puesto vigilancia a parte de la que ya había determinado Xue Yang para proteger a XingChen. Hacía tiempo que esperaban el siguiente golpe de la Shuruuat y no tardó en llegar.
En las calles seguían los ataques contra los omega, la gente pedía cuanto antes que la ley de moralidad omega se tramitara y se pusiera en práctica y todo el mundo estaba en un estado de permanente vigilancia y desconfianza. No era seguro para los omegas que andaran solos por ahí sin sus alfas, no era seguro que trabajaran fuera de sus casa, casi no era segura ni su mera existencia. En poco tiempo todo se había radicalizado mucho, así que lo que ocurrió a continuación lo vieron como un golpe que pretendía reforzar este clima enrarecido.
—Está en todos los periódicos—dijo Onna sentada en uno de los sillones del salón de la casa de Xue Yang y XingChen.
—Ha sido ese cabrón, debí matarlo cuando tuve ocasión.
XingChen tomó la mano de Xue Yang para tranquilizarlo y Xue Yang besó esa mano llevándosela a los labios. En los periódicos de mayor tirada y resto de medios de comunicación había saltado la noticia de que en Génesis, se estaba investigando para deshacer el lazo y que Xiao XingChen era el responsable de dicha investigación. Estaba claro que con los detalles que daban había sido Song Lan el que había dado la información necesaria para soltar la liebre. Sin duda el padre de Xue Yang estaba detrás de aquello, pero había sido ese maldito alfa el que había destapado todo al ser el único que trabajaba con XingChen en ello.
—Lo están usando para hacer ver que los omegas independientes son peligrosos, que van contra la moralidad y destruyen la imagen de sus alfas y de toda la sociedad en general.
—Pero fui yo el que le dijo de hacerlo ¡Esto es increíble!—bufaba Xue Yang.
—Es el movimiento de Shuruuat, teneos que planear el nuestro ahora. ¿Qué proponéis?
Xue Yang se concentró en pensar una idea que tuviera éxito y se acercó sin darse cuenta a olfatear la marca de su omega que siempre le hacía bien. Al poco esbozó una sonrisa.
—Lo usaremos en nuestro favor, daré una rueda de prensa y le daremos la vuelta a la tortilla.
La sala de prensa de Génesis era una estancia realmente diseñada para provocar la admiración. Amplia, con una conexión a Internet extraordinaria, muebles ergonómicos, equipos informáticos para uso general y una larga lista de extras que hacían de aquel lugar el buque insignia que mostrar a la sociedad sobre el poder de las empresas Xue. Aquella mañana, todos los puestos estaban ocupados y más periodistas se amontonaban al final de la sala y en sus pasillos para recoger lo que el CEO Xue ChengMei tuviera que decir ante las últimas investigaciones. Había mucha expectación y desde primera hora, multitud de corresponsales emitían desde el exterior una crónica del minuto a minuto desde el edificio principal de Génesis. La transcendencia de la noticia sobre prácticas ilegales de investigación en la industria genética, era algo que no solo afectaba al sistema legal del país, también al sistema moral y ético en su pilar más importante.
Aquella mañana se había levantado un aire fresco y el cielo amenazaba una lluvia que no tardó en llegar. Enfundados en sus ropas de aguas y bajo una capa de paraguas multicolores, mucha gente también había acudido para ver de cerca a los protagonistas del escándalo, el CEO y el omega del que todo el mundo hablaba. No tuvieron que esperar mucho porque llegaron puntuales en un coche negro de alta gama y con los cristales tintados. Un chófer se apresuró a abrir la puerta trasera y salió el CEO en primer lugar que se refugió en el paraguas que le ofrecía el subordinado, después salió el misterioso omega, elegante, enfundado en un abrigo ligero que le hacía una figura hermosa bajo la lluvia a pesar de su incipiente embarazo. Ambos se dirigieron a la entrada que había tenido que ser despejada de público.
—¿Estás bien?—preguntó Xue Yang cuando entraron al hall.
—Un poco nervioso.
—De acuerdo. No te preocupes, todo saldrá bien.
En cuanto atravesaron la puerta de acceso a la sala de prensa y se situaron en el centro de la tarima rodeado de otros ejecutivos de la junta de accionistas, una lluvia de flashes iluminó de manera intermitente la gran estancia que también se pobló de los sonidos de los clics de las cámaras. Xue Yang esperó unos instantes a que dejaran un poco de hacer ruido y luz y entonces se acercó al atril.
—Buenos días, soy Xue ChengMei, el CEO y dueño de Génesis, la empresa de mi familia de la que me he hecho cargo de forma absoluta hace unos meses. Aunque ya era de mi propiedad hace varios años, no ha sido hasta ahora que he tomado plena posesión. Por lo tanto, es en mí en quien cae la responsabilidad sobre el tema que hoy nos ha traído aquí.
Hizo una breve pausa que provocó una nueva oleada de ruidos mecánicos de las cámaras de foto. XingChen permanecía unos pasos atrás casi temblando por la impresión que todo aquello le estaba causando, pero confiando en su marido de salir indemne de todo aquello.
—Una investigación secreta sobre la actividad de nuestra empresa ha descubierto que hemos estado investigando sobre la posibilidad real de deshacer un lazo alfa-omega y he de decir que es cierto.
En ese momento un cuchicheo en crescendo comenzó a ocupar toda la estancia a lo que Xue Yang esperó pacientemente a que dejaran de hablar. Sabía que hasta que no terminara no habría paso a la ronda de preguntas y respuestas, así que no se preocupó de lo que pudieran decir, ya sabía qué preguntarían y tenía respuestas de sobra.
—Hace unos meses, mordí a nuestro investigación estrella, el señor Xia XingChen contra su voluntad. Una vez hecho esto, le pedí que investigara para romper el lazo puesto que no quería unirme ni a él ni a nadie más. El señor Xiao, es un omega extraordinario y en un primer momento no me di cuenta de la suerte que tuve al encontrarlo. Él es un omega con una trayectoria laboral impecable y destaca en su campo sobre cualquier omega, alfa o beta. Posteriormente me di cuenta del valor de este omega y decidí que no quería romper mi unión con él. Es más, le pedí matrimonio y después de casarnos, estamos esperando a nuestro primer hijo.
En ese momento, la gente no pudo aguantar más. Las preguntas empezaron a llegar amontonadas sin que se pudiera entender nada de lo que decían. Al poco, los organizadores comenzaron a organizar el turno de palabras y llegó la primera pregunta.
—Señor Xue, ¿Entonces no es cierto que el señor Xiao investigó por su cuenta para romper el vínculo porque no quería ser sometido por usted?
—El señor Xiao sufrió gravemente cuando le marqué, convertí su vida en un verdadero infierno y le indiqué que investigara usando todo el potencial que nuestra empresa puede ofrecer para una investigación de este tipo. Él no es culpable de esto, solo hizo lo que le indiqué.
—Señor Xue, para el periódico El Nacional, aún si le ha obligado, era su deber haber puesto en conocimiento de las autoridades que se iba a realizar tal práctica ilegal. ¿Acaso no es esto lo que debería haber hecho el señor Xiao ante tal petición por su parte?
—¿Acaso usted se negaría si yo le mando hacer algo?—Xue Yang hizo uso de su voz interior aunque de una manera muy sutil. Aún así todos los presentes notaron el poder que aquel alfa irradiaba y el peligro que conllevaba llevarle la contraria.
—Señor Xue, queremos que sea el señor Xiao el que se defienda de estas acusaciones.
—El señor Xiao hace bastante con estar aquí ante ustedes, dado su estado de buena esperanza, ya está sometido a bastante estrés y aún así ha venido. Lo que tenga que decir mi esposo ya se lo estoy diciendo yo.
—Para la televisión estatal, señor Xue ¿Tiene su investigación algo que ver con la que hizo su padre?
Xue Yang habría deseado decir que sí, que había manipulado todo para que finalmente se descubriera lo que estaba haciendo. Que si no le dio la investigación entera era porque iba a desvelar el asunto y no quería dejar pruebas de su paso por el tema, pero no podía.
—No tengo nada que ver con las investigaciones de mi padre, en esta ocasión con el tema que nos ocupa, tampoco. Ya hemos contestado suficientes dudas como para que sepan que mi omega no es ningún delincuente, ni falta a la moralidad que quieren imponer con la nueva ley en ciernes. Es un omega muy capaz en su trabajo, amante esposo y dará a luz a mi hijo en unos meses. Debido a su brillantez, en esta empresa alabamos su trabajo y estamos orgullosos de que trabaje ahora y siempre para nosotros haciendo su trabajo como sabe hacerlo. Si nos disculpan, tenemos trabajo por hacer, buenos días.
A pesar de que más periodistas intentaron preguntar algo más, no se les atendió. Xue Yang tomó de la mano a XingChen para demostrar la buena relación entre ellos y se marcharon por uno de los laterales de la sala. Al salir del todo, Xue Yang se abrazó a XingChen al que cogió por sorpresa.
—Los mataría a todos ahora mismo por hacerte pasar un mal momento.
—No te preocupes, estaba tranquilo al escucharte. Vámonos a tu nuevo despacho, aún no lo he visto y además quiero sentarme un poco.
—¿Te encuentras bien? Puedo llevarte en brazos si deseas.
—No importa, estoy bien, es solo que hace mucho calor aquí y ...—XingChen se desvaneció y Xue Yang lo cogió al vuelo.
—¡XingChen! ¡Mi amor, qué te ocurre, despierta!
Xue Yang había llevado hasta su despacho a XingChen y ahora el médico de la empresa le estaba revisando después del desvanecimiento que había sufrido. Estaba tumbado en el amplio sofá ante la atenta mirada de su alfa que no perdía detalle ni de él ni de lo que hacía el doctor.
—Es un leve desvanecimiento por la tensión y que debido a su estado, se acrecienta pero es completamente normal que los sufra. No obstante, este embarazo es de riesgo dada la presión a la que es sometido continuamente el señor Xiao. Debe aumentar la ingesta de líquidos y tomar algunos aportes vitamínicos para que el embarazo vaya correctamente. Pero sobre todo, debe permanecer en un lugar tranquilo y lejos de toda esta conmoción.
—Gracias doctor—se apresuró a contestar Xue Yang para despedir cuanto antes al médico.
XingChen intentaba incorporarse en el amplio sofá pero enseguida llegó su alfa y le puso la mano en los hombros.
—Eh ¿Dónde crees que vas? Necesitas descansar, además tengo una sorpresa para ti.
—¿Una sorpresa?
Xue Yang sacó una rosa blanca de su espalda y se la ofreció hincando una rodilla al suelo ante la risa divertida de su omega.
—¿Creías que me había olvidado? Aunque no hayamos venido a trabajar, te mereces tu rosa. Y otra cosa más.—Fue hasta el pequeño mueble donde se guardaban bebidas frías y sacó un cuenco.—Tu helado favorito, nata con nueces.
—Pero cómo sabías que me apetecía.
—Abre la boca, aaaah, vamos, aaaaaah.
—Puedo comerlo solo.
—Pero quiero dártelo yo.
—No me hagas parecer más inútil de lo que estoy siendo.
—¿Inútil? Nada de eso. Eres la persona más valiosa que conozco y tenerte así me da la posibilidad de cuidarte aunque sé que sabes cuidarte solo. Deja que sea un buen alfa para ti, que te mime y te cuide como te mereces. A ti y a nuestro pequeño que debe ser un alfa por la guerra que te está dando. Un alfa revoltoso que está molestando desde bien pequeñajo. No seas malvado con tu äiti.
XingChen se acariciaba el vientre mientras recibía cucharadas de helado. Una de las veces Xue Yang le manchó deliberadamente la boca para después limpiarla con un beso y otro y otra vez volvía a mancharlo y de nuevo lo besaba.
—¿Cómo es que conoces esa palabra?—preguntó distraído XingChen.
—¿Cómo la conoces tú?
—La leí en el manuscrito que me dejó Oona sobre XianDai y Nildhis.
—Es una palabra muy antigua, solo la usan familias muy tradicionales. No creo que muchos sepan de dónde viene, solo que es algo exclusivo de alfas poderosos. Es la palabra para designar al omega que dará a luz a los cachorros, ya sea hombre o mujer. Nosotros no decimos madre o padre, decimos äiti y athair.
—¿Entonces tú eres athair?
—Cierto. Solo nosotros podemos usar esas palabras. Para el resto de familias no está permitido usarlas. Ahora entiendo el por qué de esto, es exclusivo de la Shuruuat. Siempre pensé que era una manera más de alardear de poder y posición.
—Me gusta Äiti.
—¿Sabes que me está entrando demasiada hambre?—continuó Xue Yang acariciando otras partes del cuerpo de XingChen.
—¡Xue Yang! Eres un desvergonzado, el bebé te está escuchando.
—¡Por eso no te digo las cosas que quiero hacerte con este helado! Deberíamos ir a casa ahora mismo o este athair se morirá de deseo en este mismo instante. Ni siquiera haré que te esfuerces.
Xue Mu Ren miraba la pantalla del ordenador de su despacho siguiendo la rueda de prensa de su hijo. Tomaba de una taza de té algunos sorbos sin dejar de prestar atención a todo lo que decía Xue Yang y cuando anunció el embarazo de XingChen, que por otra parte ya era algo que se intuía por su ropa, aplaudió riendo como un niño.
—Bien jugado Yang Yang, eres digno hijo mío. Realmente me estás haciendo pasar unos meses muy divertidos.
—Señor Xue, tiene una llamada del señor Yu.
—Gracias Celine. ¿Te has enterado? Nuestro XingChen está esperando un cachorrito.
Al otro lado del teléfono el padre de Yu Hao no estaba tan contento. El que solía tener todo bajo control era Mu Ren y con lo que había dicho Xue Yang, parecía que su plan por desacreditar a los omegas se había ido al garete.
—Nos ha desmontado por completo.
—Bah, bah, tranquilo. Esto es parte del juego, unas batallas las ganan ellos otras nosotros. No hay de qué preocuparse, nuestros planes no se van a tambalear por eso. ¿Cómo está Yu Hao?
—Está bien, aguanta perfectamente y está trabajando en todo lo que le mando. No ha hablado con nadie salvo con a-Yang cuando volvió a casa.
—Cuídalo bien, lo quiero vivo y de mi lado a como de lugar. ¿Y de Li Xian sabes algo?
—A ese maldito omega se lo ha tragado la tierra pero daré con él y lo haré desaparecer del mapa.
—Ah ah ah, ten cuidado. Eso no es lo que le has dicho a Yu Hao. Si él sabe que haces eso se volverá en nuestra contra. Debes ser paciente, cuando todo esté bajo nuestro control, haz lo que quieras, pero ahora ten calma.
—Como sea. Recuerda que esta noche vienes a cenar a casa, Xiang ha preparado algo por el cumpleaños de HaiHai por su décimo cumpleaños.
—No faltaré, esta noche amenaza tormenta, es un presagio de nuestro poder, hay que celebrar.
Li Xian estaba teniendo una pesadilla. La tormenta parecía que se hubiera instaurado justo encima de la casa y los truenos hacían retumbar los cristales. El omega soñaba que llegaba Yu Xing Si y le robaba a sus bebés y al tiempo que un fuerte ruido hacía crujir hasta las paredes, Li Xian despertó de golpe muy asustado. Tenía que salir de allí cuanto antes, era lo único que había en su cabeza en esos momentos.
Sentía una apremiante necesidad de huir y poner a salvo a sus gemelos y eso era lo que iba a hacer. Abrió la puerta y la tormenta le rugió amenazante pero no se detendría, tenía que escapar de ese lugar. La lluvia le empapó casi al instante con una densa cortina de agua que no dejaba de golpearle como si quisiera impedir su avance. El suelo se había embarrado y apresaba sus pies o los hacía resbalar una y otra vez haciendo que cayera de rodillas en el suelo. Utilizaba sus manos para apoyarse y dirigirse a la espesa maleza que rodeaba la casa, buscando allí una salida por donde escapar. Esos árboles imponentes que veía desde su ventana cada día, ahora se sentían muy amenazantes ofreciendo sombras grotescas ante la luz que los rayos ofrecían en esa noche infernal. Li Xian lloraba ante tanta adversidad, se sentía impotente ante la fuerza de la naturaleza pero su instinto de supervivencia le alentaba a seguir adelante, a escapar sin mirar atrás.
—¡JOVEN AMO!—gritó a su espalda Shu Yi.
—Sigue adelante, sigue adelante.
Li Xian se repetía eso una y otra vez para darse ánimos entre la lluvia y el barro que querían frenar su avance, pero era muy difícil. Estaba muy torpe, su cuerpo no respondía como había pensado y aún así seguía medio corriendo medio arrastrándose hacia donde creía que podría ocultarse, pronto sus esperanzas se rompieron en mil pedazos.
Tras un tiempo huyendo se topó con un muro alto que seguramente bordeaba toda la propiedad. Una frontera de hormigón que no podía atravesar y se dejó caer sobre sus rodillas completamente derrotado ante los elementos. Shu Yi seguía en pos de él, que Li Xian estuviera vestido con prendas blancas le ayudaba a encontrarlo a lo lejos en la oscuridad de manera que poco después, llegó hasta el omega que lloraba desconsolado golpeando el muro con los puños.
—Quiero salir de aquí, tengo que salir de aquí—susurraba quedamente casi sin fuerzas.
—Joven amo por favor, se va a lastimar las manos, tenemos que volver a la casa.
—Deja que me marche, ayúdame a encontrar a mi Yu Hao, tengo que marcharme.
—Por favor joven amo, no haga esto. La lluvia lo va a enfermar.
—Ven a buscarme, ven a por mí, no me olvides...—decía una y otra vez como en una plegaria.
Shu Yi se acercó despacio hasta quedar a su altura. Li Xian ofrecía una imagen tan desoladora que dejó escapar un suspiro de tristeza al verlo en ese estado. Se agachó hasta su altura y puso con cierto recelo la mano en su mejilla rodada por las lágrimas y la lluvia.
—Volvamos a casa.
Li Xian levantó el rostro hasta quedar enfrentados, apenas podía ver con claridad a Shu Yi con la cortina de agua que arreciaba sobre ellos, pero de cuando en cuando un rayo iluminaba la escena y le devolvía la imagen del beta a su lado sosteniendo su mejilla con una sonrisa tranquilizadora. Li Xian veía lo que quería ver y sonrió, veía a su salvador allí a su lado, a quien tanto deseaba ver y escuchar decir esas palabras. Li Xian veía a Yu Hao en ese momento y rodeó el cuello de Shu Yi llorando sobre su hombro.
—Llévame a casa, no me sueltes nunca, no me abandones de nuevo mi amor.
—Nunca te abandonaré—contestó Shu Yi en voz casi imperceptible.
Acarició por unos momentos el cabello de Li Xian que seguía aferrado a su cuello, sollozando, temblando de frío y desesperación y Shu Yi lo tomó en sus brazos. Sentía el calor del rostro del omega sobre su cuello, su calidez y por un momento su aroma floral tan hermoso y delicado. No pudo evitar apretarlo contra sí y llevarlo hasta la casa caminando despacio, respirando con intensidad aquel aroma, apretando el cuerpo de Li Xian contra el suyo para que nada lo perturbara. No podía encontrar en su memoria una sensación tan bella en toda su vida, caminar con Li Xian en sus brazos bajo la lluvia, que se refugiara en él como si fuera el último bastión en el mundo, no lo olvidaría jamás.
Llegar hasta la cama de Li Xian se le hizo una tortura por tener que separarse de él, pero lo dejó con cuidado. Limpió su rostro de lágrimas con un paño, no se atrevía a desnudarlo para librarle de la ropa mojada, no podría ver el cuerpo de Li Xian que se adivinaba bajo la ropa mojada en esos momentos. Se levantó y fue a avisar a su madre para que lo hiciera mientras él salía de nuevo al exterior dejando que la lluvia resbalara por su cuerpo por unos instantes. Pretendía que con eso el agua arrastrara todo lo que acababa de pasar y borrar el sentimiento que había surgido en su interior y si no lo conseguía, que se quedara enterrado donde nadie pudiera descubrirlo jamás aunque pasaran otros mil años.
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11. Say my name. Shu Yi. En la playlist VENENO ALFA
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