No te abandonaré.
XingChen estaba eufórico, quería decirle al mundo entero que esperaba un bebé pero no podía hacer eso, ni siquiera se planteaba contárselo a la gente de Simaxia, al menos no de forma inmediata. Pero sí quería decirle a Li Xian, así que buscó su número para verse más tarde, pero lo tenía apagado. Le extrañó porque Li Xian siempre tenía el móvil activo por si le llamaban del hospital para incorporarse a un turno de manera sorpresiva, pero no le dio más importancia. La alegría por su embarazo no le dejaba ver muchas cosas que estaban pasando a su alrededor. Nadie le había preparado para algo así, en todas las familias con omegas era primordial enseñarles sobre todo lo que el mundo omega suponía en aquella jerarquía social. Les instruían de cómo ocultar que no estaban marcados, para no sufrir ataques de alfas violentos que los marcaran para sí sin mediar palabra. Les enseñaban a ocultar su aroma cuando entraban en celo, a buscar la ayuda para no sufrir las consecuencias de pasar un celo en soledad, en reconocer los cambios en el olor de sus alfas que les indicaran si les pasaba algo o lo más importante, cómo llevar un embarazo a término en perfectas condiciones.
Nada de eso sabía XingChen, lo estaba aprendiendo todo sobre la marcha y solo Li Xian le ayudaba en ello. No tenía la confianza para expresar sus dudas y anhelos con nadie más, así que Li Xian se había convertido en un confidente aún más importante de lo que ya era para él. Necesitaba contarle para que le dijera qué hacer cuando tuviera dudas y en su caso, que le apoyara y no le recriminara tener un bebé dadas sus condiciones actuales. Si estaban repitiendo la historia de XianDai y Nildhis su bebé o bebés eran un blanco para el enemigo y de lógica, cualquiera le diría que había sido una pésima idea. Pero también contaba con Xue Yang que le amaba y amaba al hijo que crecía dentro de él y comprendía que no podían hacer nada contra su naturaleza que buscaba procrea a su camada cuanto antes. Iba a guardar el teléfono en el bolsillo cuando este empezó a vibrar con una llamada de Lin Yo Wei.
—XingChen, ven con Xue Yang al hospital lo antes posible. Hablamos aquí.
No dio opción a contestar, colgó rápidamente dejando a XingChen con cara de sorpresa y extrañeza. ¿Habrá novedades con los movimientos de Shuruuat? Debía ser, de lo contrario no habría sido tan directo y escueto. Lo mismo pensó Xue Yang cuando su omega se lo dijo y se dirigían a la consulta del médico de Simaxia. En el trayecto XingChen tuvo que guiar la mano de Xue Yang al volante porque la ponía constantemente sobre su vientre, como si necesitara rozar a su bebé de esa manera a cada segundo que pasaba. Se había vuelto un padre protector cuando apenas tenía un mes de embarazo y XingChen no quería ni imaginar cómo sería cuando los meses fueran avanzando.
—Mira a la carretera.
—Estoy mirando a la carretera.
—Pues pon las dos manos en el volante.
—Eso es egoísta XingChen, tú lo llevas contigo todo el tiempo y yo ni siquiera puedo poner la mano en tu vientre para estar cerca del bebé.
—Claro que puedes poner la mano, pero estás conduciendo. Hagamos una cosa, cuando volvamos a casa no me moveré del sofá para que pases el resto del día pegado a mí.
—Puedo estar un ratito con el bebé y otro contigo...—apoyó con una sonrisa pícara.
—Descarado.
—¿El doctor Lin no ha dicho nada más?
—No, solo que fuéramos lo antes posible. En las noticias no dejan de salir enfrentamientos y ataques a omegas, supongo que tendrá que ver con ello. ¿Tú has averiguado algo más?
—Sí, pero después te contaré, quiero escuchar primero lo que tengan que decirnos los de Simaxia.
El doctor Lin los recibió con gesto serio, saludó cortesmente y se dispuso a colocar la pantalla del ordenador para que pudieran hablar con Onna Cermaind por videoconferencia.
—Os he convocado con urgencia por algo que nos han comunicado nuestra gente infiltrada. Como ya sabéis, los ataques a omegas se han incrementado y cada vez es menos reprochado, encontrando día a día más gente que se ponen de parte de estos energúmenos violentos.
—Estamos al tanto, los nombres de mi tío y mi padre aún no suenan como respaldo de todo esto, pero está claro que son quienes lo fomentan. Incluso he investigado algunos hilos que nos pueden llevar a encontrar pruebas de la financiación de estos grupos por parte de empresas de mi tío Xing Si.
—Así es, creemos que es cuestión de tiempo que den la cara directa y abiertamente ahora que se está tramitando la ley de moralidad omega. Pero no es por eso que os he convocado.
Li Yo Wei abrió un portafolios y sacó unas fotografías donde se veía a Yu Hao con su padre entrando en una de sus empresas. Xue Yang cogió una de ellas y se quedó frío al ver a Yu Hao completamente cambiado, vistiendo formalmente y con una actitud seria. Si no fuera porque la situación era grave, pensaría que era un montaje.
—Qué es esto—consiguió preguntar mientras XingChen no salía de su asombro.
—Siento decirte que tu amigo nos ha traicionado.
—Eso no es cierto, debe haber una explicación.
—¿Cuál crees que es la explicación? Está al lado de su padre y es evidente que no está obligado por una pistola.
—A lo mejor la pistola que están usando no se ve, Oona. Yu Hao no nos traicionaría, debe haber una explicación.
—El teléfono de Li Xian sigue sin dar señal, no puedo ponerme en contacto con él—apuntó XingChen que por su cuenta intentaba encontrar respuestas de manera inmediata a través de Li Xian.
—Nosotros hemos intentado también contactarlo pero no hemos conseguido hacerlo. En su hospital no lo ven desde ayer. Su coche sufrió daños y ha pedido unos días de vacaciones.
—Cálmate XingChen, Li Xian estará bien. Lo encontraré, hablaré con Yu Hao para que me explique qué está pasando.—Xue Yang agarraba la mano de su omega que cada vez se veía más nervioso y confuso.
—Tengo mis sospechas en todo esto, creo que Shuruuat ha comenzado su ataque real. Debéis tener cuidado porque no dudo de que el próximo paso tenga que ver con vosotros. Tu padre sabe que Yu Hao es un pilar importante para ti y te lo ha quitado, me hace pensar que te está dejando solo para dar un golpe certero.
—No me extrañaría, que sea mi padre no significa que no pase por encima de mí para conseguir lo que quiere.
—¿Y si todo se repite? ¿Y si ocurre como con XianDai y si...?—XingChen miró a Xue Yang por si decía algo no conveniente, algo como estaba esperando un bebé.
—No se va a repetir, no me pasará nada ni a ti tampoco, yo me encargaré de ello como sea.
—Si las cosas se nos escapan de las manos hemos preparado un refugio para los dos hasta que volvamos a recuperar el control de los acontecimientos. Estad preparados por si necesitamos usarlo.
—Oona, debemos pensar con claridad. Esto era lo que estábamos esperando, que dieran el golpe para poder actuar en consecuencia y no que siempre fuéramos nosotros los que mostráramos nuestras cartas. No tengo dudas de que quieren hacerlo todo legal a los ojos del mundo, pero que por detrás hay muchas zonas oscuras que están preparando. Se escudarán en la nueva ley para anular a los omegas influyentes pero sacaremos a la luz sus trapos sucios para que la gente vea la manipulación.
—La gente es complaciente, harán lo que quieran y encima les aplaudirán. Por eso están creando este clima de crispación con los omegas, para que la ley sea bien recibida porque restaurará la tranquilidad.—XingChen se pasó la mano por el pelo como si con ello se quitara toda la tensión que tenía en su cabeza.
—Ya se verá. Primero vamos a ver qué ha pasado con Yu Hao, no voy a dejarlo solo en esto y os aseguro que no nos ha traicionado. Si está con su padre seguro es porque lo obliga de alguna manera y aún así, no pondría en riesgo a su omega ni a nosotros. De eso estoy seguro.
—Quiero confiar en tus palabras, pero me temo que ahora mismo estamos completamente desprotegidos si Yu Hao se ha puesto del otro bando. Nos conoce, sabe quiénes somos y dónde estamos. Que vengan a por nosotros es cuestión de tiempo.
Xue Yang no podía creer en lo que mostraban aquellas fotos. Un Yu Hao desconocido, con la imagen que siempre había querido su padre que tuviera. La de un alfa poderoso, intransigente, vestido con un traje formal y serio, ese no era su Yu Hao y no iba a abandonarlo a su suerte, porque Yu Hao nunca lo abandonó a él. Estuvo a su lado en multitud de situaciones tensas con su padre, estuvo a su lado cuando conoció a XingChen e hizo que lo mirara de otra forma. La felicidad que ahora tenía, el hijo que llevaba XingChen en su vientre era gracias a Yu Hao. Su aisha no iba a estar solo, tenía que demostrarle a Simaxia que Yu Hao no era un traidor.
De camino a Génesis, XingChen no volvió a decirle que pusiera las manos en el volante, ambos necesitaban tener cerca a su bebé para superar aquella situación tan difícil. Xue Yang acariciaba automáticamente el vientre de su omega mientras su mente estaba a mil por hora diseñando su siguiente paso. Dejó allí a XingChen indicándole que se encerrara en su despacho hasta que él volviera, que no pasara por el laboratorio y no hablara con nadie. Pero antes de hacerlo se abrazó a su omega para impregnarse de su aroma, para sentirse fuerte y enfrentar lo que fuera que se presentara. También XingChen necesitaba el aroma de su alfa sobre su piel, respirarlo para que inundara su interior y llegara hasta el pequeño cachorro que crecía en su vientre. Solo después de que se sintieron seguros portando el aroma del otro se separaron.
Xue Yang no tuvo problemas para entrar a la mansión Yu, era siempre bienvenido en una casa que era como si fuera suya. Los hermanos menores de Yu Hao le tenían como un hermano mayor y el tío Xing Si y la tía Xiang actuaban como si fuera su sobrino de sangre desde que nació. No era extraño, puesto que la relación entre las familias Yu y Xue venía de varias generaciones atrás y de igual manera que Xue Yang y Yu Hao eran inseparables, Xue Mu Ren y Yu Xing Si también lo eran desde la infancia. El despacho del padre de Yu Hao estaba en el ala derecha de la casa, la zona que estaba protegida del sol durante todo el día.
Era normal que allí las luces estuvieran encendidas y que en los días nublados pareciera que siempre estaba anocheciendo. También influía que una densa arboleda era todo lo que se podía ver por las ventanas de manera que toda esa parte estaba a salvo de miradas indiscretas. Allí la presencia de guardias era más fuerte que en el resto de la casa, al fin y al cabo era donde pasaba el tiempo que estaba en casa el cabeza de familia. Allí tenía reuniones con figuras relevantes de diferentes ámbitos sociales, desde aquellos que pertenecían al mundo político, al económico o a cualquier otro que supusiera un apoyo a sus causas políticas o personales. Cuando preguntó por Yu Hao le indicaron que estaba en un despacho anexo al de su padre.
Tuvo un recuerdo de un día cuando eran niños que se colaron en aquella zona y sufrieron las consecuencias, no pudieron sentarse de manera adecuada en varios días. Ese recuerdo ahora parecía demasiado lejano cuando empujó la puerta. Allí estaba Yu Hao, sentado mientras leía algún documento que estaba corrigiendo y levantando la vista levemente cuando le vio entrar.
—Hola aisha ¿Qué haces aquí?—Xue Yang usó el tratamiento más íntimo para tantear la situación.
—Estoy en mi casa con mi familia Xue Yang y te agradecería que lo que me tengas que decir no lo demores, tengo poco tiempo.
—Esta dejó de ser tu casa hace tiempo. Tu casa está en otro sitio, tu familia es Li Xian.
—Si eso era lo que me tenías que decir, agradecería que te marcharas. Mi äiti está en la zona oeste, le agradará verte.
—No he venido a decirte solo eso Yu Hao, este no eres tú. Sé que te están presionando para que volvieras a este lugar y debe de ser con algo muy importante porque de lo contrario no lo hubieran conseguido, de eso estoy seguro. No te cierres en banda, siempre nos hemos ayudado, en esto también debemos hacerlo. No claudiques a la presión de tu padre o del mío, yo puedo ayudarte con lo que sea.
—Te he dicho al principio que tenía poco tiempo y el que podía dedicarte ya ha expirado. Vete ahora Xue Yang.
—¿Y qué pasa con Li Xian, dónde está?
—No lo sé, tampoco es de mi incumbencia. Li Xian siempre hace lo que quiere, no necesita a nadie.
—Li Xian siempre te necesita, no puedes abandonar así a tu esposo porque sé que no quieres hacerlo. Yu Hao por favor dime qué...
—Es la última vez que te pido que te marches Xue Yang.
—Está bien, lo entiendo. Pero no te preocupes, si no eres capaz de cuidar de tu omega yo me encargaré de hacerlo.
A Yu Hao se le inyectaron los ojos en sangre, un rugido sordo comenzó a brotarle del pecho y comenzó a jadear de furia. Se levantó de repente y golpeó la mesa con los puños apretando los dientes y mostrándolos levemente.
—¡¡QUE TE VAYAS DE UNA PUTA VEZ!!
Xue Yang sonrió de medio lado, ese era el Yu Hao que quería ver y que confirmaba que no era un traidor. Podía aparentar indiferencia, impasividad ante los acontecimientos, pero Xue Yang sabía que Yu Hao estaba roto por dentro. Se dio la vuelta sin mucha prisa y se alejó mientras el aroma intenso de furia desmedida de Yu Hao, comenzaba a impregnar hasta el último rincón del despacho y el pasillo de acceso. Yu Hao tenía las manos atadas con algo que se escapaba a su pensamiento, algo tan grande que hacía que se sometiera de esa manera, que dejara al amor de su vida y se enfrentara a una agonía por mantenerlo alejado de él. Tan importante que aún había podido sopesar dejar solo a Li Xian y pensar que podría sobrevivir a la separación.
Había muchos datos que se le estaban escapando y tenía que averiguar cuanto antes porque una unión como la de Yu Hao y Li Xian tan fuerte y continuamente renovaba, podría volvérseles en contra al separarse. Cualquier pareja con menos unión podía llegar a la muerte por una ruptura de su lazo, pero en el caso de sus amigos, su unión era reforzada a cada poco, con lo que no tener esa rutina podía ser catastrófico para los dos. Por eso mismo, más allá de saber si estaban en peligro por el cambio de bando de Yu Hao, la prioridad de Xue Yang era saber qué hacer para unirlos de nuevo y alejarlos de una posible consecuencia mortal.
—A-Yang, hijo ¿Cuándo has llegado?
—Tía Xiang, qué hermosa estás. He venido hace un momento para ver a Yu Hao.
—Mi Yu Hao ha vuelto a casa, estoy muy feliz por esto.
—Tía Xiang—Xue Yang tomó suavemente el brazo de su tía para hablar en un lugar menos vigilado y comenzó a andar por el pasillo rumbo a las cocinas.—Necesito hablar de Yu Hao contigo.
Xue Yang hablaba muy bajo para no ser escuchado. Se había acostumbrado a la discreción debido a la vigilancia sempiterna de su padre y no le era difícil crear una atmósfera de secretismo de cualquier situación. La madre de Yu Hao lo seguía disimulando, también ella sabía moverse en territorio hostil. Era una omega abnegada que sabía su lugar en cada momento, pero también sabía esquivar las situaciones peligrosas para que el equilibrio de su familia no se perturbara.
—Tía, sé que debes estar muy feliz por recuperar a Yu Hao, pero esto es muy peligroso. No me creo que Yu Hao de pronto haya querido dejar todo atrás y abandonar a Li Xian. Ellos se aman profundamente, separarse es muy peligroso, enfermarán de melancolía y pueden llegar a morir si no están juntos.
—A-Yang...
—Su vínculo es real, están conectados de manera muy profunda. Quiero pedirte un favor. Sé que tu posición en esta familia siempre es peligrosa y se tambalea a cada paso, no voy a preguntarte si sabes algo para no ponerte en peligro, pero tengo que pedirte un favor. Vigila atentamente a Yu Hao e infórmame si le ocurre algo malo. Sé que cuidas a todos tus hijos con devoción, pero esto es grave y necesitarás ayuda en algún momento. Mantenme informado sobre su estado en todo momento por favor.
La madre de Yu Hao agradeció el trato de Xue Yang tanto para su situación como para la de Yu Hao. Asintió sin decir nada más y despidió a Xue Yang con un abrazo maternal que siempre reconfortaba a un niño sin madre y con un padre distante.
XingChen esperaba en el despacho de su esposo, agradecía estar allí porque el aroma de Xue Yang estaba por todas partes. Respiraba profundamente para tranquilizarse y tranquilizar a su bebé que aunque aún era apenas un punto en el universo, ya era parte de ellos como si lo tuvieran en brazos. Desde que tuvo el celo, había experimentado un sueño cada vez más pesado y recurrente, suponía que eran cosas del embarazo y se dispuso a buscarlo en el ordenador de Xue Yang. No sabia nada de Li Xian y no podía consultarle. Para no preocuparle, Oona le habia dicho que seguramente permanecía escondido hasta estar seguro, pero en realidad no sabían nada. Buscó algo sobre embarazos en el ordenador de su alfa y al abrirlo sonrió al ver un fondo de pantalla con una foto suya robada en un parque. En algún momento la había tomado mientras él tomaba un batido cerca de un pequeño lago artificial lleno de patos. Era una foto muy bonita tomada con mucho amor y eso le llenó el interior de una luz extraordinaria.
—Señor Xiao, el señor Xue Mu Ren ha venido para ver a su hijo, le haré pasar ahora.
XingChen se sobresaltó, por suerte no había entrado de repente como podría haber hecho puesto que era el dueño de todo. Enseguida borró la búsqueda sobre los síntomas de embarazo y se levantó del sillón del escritorio para esperarlo de pie.
—Buenos días Xiao XingChen, tan bello como siempre. Es un placer encontrarte en cualquier lugar. ¿Te llegaron mis flores?
—Señor Xue, su hijo no está en este momento, si puedo ofrecerle una taza de té en su ausencia.
—Claro, no habría mejores manos que las de mi yerno para hacerlo.
Al lado de Xue Mu Ren venía una hermosa omega de pelo negro y piel blanca que enmarcaban unos ojos de color miel. Iba vestida de manera muy formal, pero a la vez muy insinuante. Parecía la asistente personal del padre de Xue Yang y dispuso rápido el lugar donde se sentaría el señor Xue.
—Oh, qué descortés soy mi querido XingChen. No te he presentado a Celine, es mi asistente personal. Se mueve rápido por aquí porque fue la asistente de Yang Yang durante mucho tiempo. Es una gran asistente, tiene una gran formación en las mejores universidades aunque Xue Yang no aprovechaba todo su potencial, digamos que la tenía para...otros asuntos. Tuve que separarlos o me la hubiera malogrado.
La asistente sonrió con la cabeza baja y a XingChen se le aceleró el corazón a mil por hora. Era evidente que Celine era una amante de Xue Yang y no cualquier amante. Aquella omega sonreía desafiante a XingChen sabedora de que Xue Yang había sido suyo mucho antes.
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