Mamá Yu
Era un mal sueño, una pesadilla, aquello no podía estar pasando. Li Xian despertaba poco a poco con las manos en su vientre y en su corazón. La última imagen antes de la oscuridad era la de Yu Hao alejándose en un coche con el alfa que le odiaba de una manera desmedida. Su Yu Hao ya no estaba con él, no quería abrir los ojos para saber al menos dónde estaba porque sabía que a su lado no estaría su alfa. Pero tenía que sobreponerse, su bebé crecía en su vientre y tenía que protegerlo a toda costa. Estaba en una cama y había alguien a su lado observándole y parecía que desde hacía rato.
—Señora Yu... —Instintivamente se alejó hasta el cabecero.
—¿Te encuentras bien?—La madre de Yu Hao se mantenía sentada, erecta y digna como siempre.
—Sí, gracias. Tengo que irme señora Yu, yo tengo...
—No voy a hacerte daño Li Xian, no temas. Nadie sabe que estamos aquí, ni mi marido ni Yu Hao. ¿Estás en estado, verdad?
Li Xian apartó la mirada, ese era un dato que la familia Yu no podía saber. ¿Acaso Yu Hao se lo había dicho? No podía ser, eso sería poner en peligro al cachorro, no sabía qué había pasado para que Yu Hao lo abandonara sin explicaciones, pero no creía que dañara a su propio hijo. Además, la señora Yu le había dicho que estaban seguros y que nadie sabía dónde estaban.
—He estado nueve veces en estado Li Xian, sé cuándo tengo delante un omega encinta. No voy a dañar a mi nieto.
—Entonces puede ayudarme a hablar con Yu Hao, yo tengo que hablar con él señora Yu.
—Li Xian, debes conocer tu lugar. Ellos son alfas, nosotros omega, son ellos los que deciden sobre nosotros. Si Yu Hao hace lo que hace no tienes que cuestionarlo. Si tu alfa decide abandonarte, debes acatarlo en silencio y resignación.
—Pero señora Yu, no somos esclavos, somos personas con nuestros derechos.
—Eso es en el mundo que hay ahí fuera, donde los omegas hacen lo que quieren sin respeto por sus alfas. En nuestra familia no hacemos esas cosas, los omegas somos obedientes y hacemos lo que nos dicen nuestros alfas. Li Xian, no estoy de acuerdo con tu vida pero mi sangre crece en tu vientre. Yu Hao ya no es parte de ti, acéptalo y vive tu vida cuidando de tu bebé. Quiero que te quedes aquí, habrá alguien que te atienda hasta que nazca el bebé y después puedes marcharte a tu país con tu familia. Yo no vendré a no ser que sea inminente el nacimiento.
—No voy a quedarme aquí, puedo cuidarme solo.
—¿Crees que si alguien te ve con tu vientre abultado, acudiendo a un hospital para tus revisiones mi marido no lo sabrá? Él no dejará que tu bebé nazca Li Xian. Lo mejor que puedes hacer es ocultarte aquí. Te he traído ropa de Yu Hao que se quitó en casa cuando volvió. Tiene su aroma, te ayudará. Alguien traerá más prendas para que no pierdas el aroma de tu alfa y te ayude en tu embarazo. Eso no lo podrías tener si no te quedas aquí y puedes dañar a tu hijo sin el aroma de su padre cerca. No tienes alternativa, mi marido estará vigilando todas las salidas para encontrarte.
La señora Yu tenía razón, la unión que tenía con Yu Hao que lo marcaba continuamente era muy fuerte como para poder romper ataduras así, sin más. Necesitaba tener el aroma de canela con él para no enfermar y que enfermara su hijo. Pero había algo más que le preocupaba ¿Yu Hao podría soportarlo?
—¿Y Yu Hao, qué será de él?¿Cómo va a soportar esto? Ni siquiera sé que hice mal para que me abandonara. ¿Lo está obligando su padre?
—A Yu Hao nadie lo ha podido obligar a nada nunca. Es un alfa muy fuerte que soportará cualquier cosa con tal de hacer su voluntad. Aparta a Yu Hao de tu pensamiento, te hará mal si sigues así, piensa en tu hijo. La señora Zhou y su hijo Shu Yi cuidarán de ti, no tienes que preocuparte, ambos son beta y son de mi entera confianza.
Cuando la señora Yu se marchó, Li Xian se abrazó a la ropa de Yu Hao sin poder dejar de llorar. No quería saber nada del mundo en ese momento, poder oler el aroma de Yu Hao lo envolvía en una falsa seguridad que sabía que no existía en realidad, pero que en ese momento era todo a lo que podía aspirar. No podía pensar con claridad, el dolor por la pérdida real de su alfa lo llenaba todo y solo era apaciguado por aquel olor a canela que tanto amaba. Debía pensar, debía saber cómo estaban las cosas a su alrededor.
Concretó que estaba en un lugar aparentemente seguro y que la señora Yu cuidaría de él al menos hasta que naciera su cachorro. Pero ¿Qué pasaría después? Quizá la idea era robarle a su pequeño, quizá la suerte de Nildhis y XianDai no la iba a tener XingChen y Xue Yang, sino él y Yu Hao. No podía dejar que le arrebataran a su pequeño cachorrito, ya le habían arrebatado a Yu Hao y no iba a permitir que le robaran nada más.
En cuanto tuviera ocasión se marcharía, huiría de ese lugar y se escondería con su pequeño bebé. Pero ahora tenía un dolor físico y emocional que lo le dejaba ni abrir los ojos y tenía que dejar que su cuerpo se normalizara poco a poco. Alguien tocó la puerta, pero no contestó a la llamada, unos segundos después escuchó cómo se abría y quien tocaba entraba a continuación.
—Buenos días, joven amo —dijo con suavidad— Soy Shu Yi, he venido a traerle algo de comida, seré su asistente personal mientras esté aquí. ¿Puedo hacer algo por usted, joven amo?
Li Xian ni siquiera abrió los ojos, permanecía hecho un ovillo aferrado a la ropa de Yu Hao intentando no sollozar para no ser escuchado. Se sentía muy débil e indefenso, no quería dar más señales de su estado en ese momento.
—Joven amo, tiene que recuperarse, debe comer algo para sentirse mejor.
Li Xian escuchó cómo andaba por la habitación, seguramente para dejar la bandeja de comida sobre la mesa y alguna cosa más. Después escuchó que colocaba las cortinas y que se quedaba esperando en a los pies de la cama. Sin duda aquel sirviente no se movería de allí hasta no recibir una respuesta satisfactoria. Sacó fuerzas de flaqueza y dio su contestación.
—Déjame solo, no quiero ver a nadie, márchate.
—Joven amo, tengo que asegurarme de que come, por favor, haga el intento de...
—¡Vete! Y no me llames así, yo no soy amo de nadie. ¡No soy como ellos, márchate!
Li Xian volvió a hacerse una bola rodeado de la ropa de su alfa sin haber abierto los ojos en ningún momento. No le interesaba nada de lo que había fuera y aunque necesitaba comer, ya lo haría sin los ojos de nadie encima de él. Tardó en tranquilizarse y conseguir que su cuerpo empezara a responderle, para cuando lo hizo, la sopa que le habían traído estaba fría pero aún así se la comió con ganas.
La puerta sonó de nuevo y al poco volvió a aparecer el sirviente que había traído la comida. Li Xian levantó un poco la mirada del plato y vio a un joven algo menor que él, alto, con los ojos penetrantes y por un momento el corazón le dio un vuelco al sentirle muy familiar. Por un segundo creía estar viendo a Yu Hao en aquella puerta esperando el permiso para entrar del todo. El corazón empezó a latirle de forma desenfrenada y no podía respirar con normalidad. Los jadeos empezaron a sucederse y tuvo que taparse la boca intentando no descontrolarse.
XingChen no sabía como podría lidiar con el pasado de Xue Yang, le era inevitable no sentir celos por su alfa debido a su nueva condición. Ser omega o ser alfa implicaba un sentido de posesión sobre sus parejas muy fuerte, se volvía territoriales, muy celosos de sus crías y todo lo que venía del exterior les parecía una amenaza para su familia. Si además se une que tu alfa era alguien promiscuo que iba de cama en cama, las cosas se complicaban bastante. Pero amaba a su esposo, lo amaba por sobre todas las cosas y amaba a su cachorro que se formaba día a día dentro de él y que era parte de Xue Yang.
No dudaba de la fidelidad de Xue Yang para con él, pero el pasado estaba ahí y no podía borrarse. Era como una sombra que le hacía sufrir demasiado como para no afrontarlo cuanto antes y buscar una solución. Había desayunado con su esposo, mirando como sonreía a cada momento como un niño perdonado tras una travesura. Pero no era una travesura, era algo que condicionaba su relación y no quería que todo se fuera al garete por eso. Amaba demasiado a Xue Yang y a su hijo como para no defender a su pequeña familia a toda costa.
—Me duele demasiado.
Xue Yang se levantó de su lugar y abrazó nervioso a XingChen.
—Qué te pasa, dónde te duele, ¿te llevo al hospital?
—Me duele el corazón.
Xue Yang bajó la mirada, ya sabía a qué se refería XingChen y él era el culpable de su dolor. Tenía que proteger a su omega, algo tenía que hacer para que no sufriera por su culpa. El pasado no se podía cambiar, pero sí podía cambiar el futuro y eso haría.
—Venga, prepárate, vamos a Génesis ahora mismo.
XingChen se dejó hacer, estaba triste por el pasado de su esposo y por no saber nada de Li Xian. Volver a Génesis, volver al despacho donde su esposo y aquella maldita omega había tenido encuentros sexuales no era algo que quisiera hacer, pero se preparó, cogió sus cosas y se montó en el coche rumbo a su lugar de trabajo. Durante el camino Xue Yang le contó cosas para hacerle reír pero apenas esbozaba una sonrisa de cuando en cuando. Ya en Génesis se tomaron de la mano para enfrentar lo que pasaría a continuación.
XingChen reconocía los esfuerzos de su alfa por cambiar la situación y eso le ayudó un poco a pasar por aquel trago. La asistente a la cual ya había borrado de sus pensamientos se puso nerviosa al verlos entrar de imprevisto. Estaba acostumbrada a no ver al CEO demasiado, pero desde que llegó XingChen, había cambiado mucho y solía estar por la empresa más habitualmente. Aún así se sorprendió y dio unos buenos días que solo XingChen contestó mientras Xue Yang caminaba a la puerta de su despacho. No hacía falta preguntar, el CEO quería que nadie los molestara.
—¿Estás bien?
—Sí—susurró XingChen con el rostro enmarcado por las manos de Xue Yang.
—Sé que este lugar ya no te agrada en absoluto desde que conociste a Celine. No haré que te cause más dolor. De ahora en adelante solo lo usaré para recibir visitas de negocios y tú no tendrás que volver a pisar por aquí.
—¿Entonces no podré verte más cuando estemos en Génesis?
—¿Cómo iba a soportar algo así? Claro que me verás, por eso quería traerte. Dile adiós a este sitio porque te voy a llevar a otro lugar.
Génesis era una de las muchas empresas que tenía la familia Xue. El padre de Xue Yang se la había asignado a su hijo para que tuviera un trabajo pero él no lo veía de ese modo, siempre pensó que era una manera más de tenerlo controlado por lo que apenas atendía sus obligaciones como CEO. El edificio era un lugar moderno, luminoso y bien situado en el centro de la ciudad. Era muy grande, con varios laboratorios bien equipados que eran la envidia de otras empresas del sector. Por su gran tamaño, albergaba un sinfín de oficinas, despachos y demás estancias necesarias para la empresa y por ello Xue Yang aprovechó estas características para aliviar el dolor de su omega. Salieron de su despacho y se fueron a la planta catorce, su numero favorito y allí hizo entrar a XingChen en un despacho completamente vacío que estaba orientado al este, en dirección a las montañas.
—Voy a necesitar tu ayuda, XingChen. Este lugar será mi nuevo despacho. Está más cerca de tu laboratorio pero como ves, no hay nada en él. Quiero que te hagas cargo de su decoración, quiero que hagas de este sitio un lugar agradable para tu alfa. Yo no querría nada mejor que esto.
—Yo...no sé que decir.
—Bueno, puedes empezar por decir que sí.
XingChen tenía una sensación muy cálida dentro de él. Su hijo también estaba feliz con aquello al igual que lo estaba él, pero no se atrevía a decir ni que sí ni que no. Podía hacer algo por su alfa y eso era algo que su instinto le gritaba desde lo más recóndito de su alma a que hiciera. Además era algo que le aliviaría mucho el dolor que le causaba el pasado de su esposo. Poco a poco comenzó a asentir con la cabeza a lo que Xue Yang contestó con un abrazo lleno de nerviosismo y amor.
—Gracias, gracias gatito. Además quiero que elijas a alguien que sea mi asistente. Me da igual a quien me traigas, solo elígelo bajo tu criterio y necesidad. Puede ser la persona más fea del mundo si quieres, ya estoy yo para que esto sea bonito.
—Pero qué tonto eres—rio tímidamente.
—XingChen, te amo muchísimo, no quiero que sufras nunca y menos por mi causa. El pasado no lo puedo cambiar pero puedo evitar parte de sus consecuencias. Solo piensa que si no hubiera sido como era, no nos hubiéramos encontrado. Estamos destinados a estar juntos y nunca lo pondré en peligro. Haré lo que sea por mantenerte a mi lado siempre, a ti y a nuestro cachorrito. Te lo ruego, nunca dejes de amarme y de tenerme contigo, yo solo os tengo a vosotros, sois toda mi riqueza.
—Nunca te separaré de nosotros, siento mucho como me he comportado. Decoraré tu despacho y elegiré a tu asistente. Yo también te amo Xue Yang y tú y nuestro bebé sois toda mi riqueza también.
Xue Yang tomó el rostro de su omega entre sus manos, era tan bello que no podía creer que lo tuviera justo delante. No podía amarlo más. Besó sus labios, su rostro, sus manos una y otra vez, había conseguido una sonrisa de XingChen después de causarle dolor y eso en su interior de alfa era una victoria. Nada había más importante para su especie que cuidar de su omega, de consentirlo, mimarlo a cada momento y tener hijos con él, era lo único importante para un alfa.
—Por cierto ¿Ves esa puerta? Ahí quiero que pongas una cama para no tener que llevarte a casa cada vez que quiera comerte, gatito.
—¡Xue Yang!
El alfa aguantó varios golpes de broma de XingChen que se había sonrojado hasta las orejas. Le tomó las muñecas para que no siguiera con el golpeteo entre risas y volvió a su oído quedamente.
—Ahora mismo me encantaría usar esa cama que vas a poner ahí...Claro que si no te molesta podemos hacerlo en el suelo.
—¡No voy a hacerlo en el suelo! Cómo eres tan calenturiento Xue Yang, nuestro bebé te estará escuchando y saldrá como tú. Será mejor que me vaya al laboratorio, quiero ver cómo están las cosas por ahí y empezar la investigación para mis supresores.
—Bah bah, lo que quieras, pero que sepas que te iba a hacer muchas cosas que no te he hecho aún ¿Quieres perdértelo?
XingChen no podía evitar estar completamente rojo con las insinuaciones de su esposo. Intentaba escapar de sus caricias y besos sin ponerle demasiado interés tampoco. En realidad a él también le estaban entrando muchas ganas de desnudarse allí mismo pero no iba a consentir esas cosas estando embarazado.
—Aquí no pero ¿Me prometes que me lo harás en casa cuando volvamos?
—Vámonos, ya, vámonos ya—dijo mientras lo cogía en brazos rumbo a la puerta.
—¡Suéltame! Te prometo que no tardaré, de verdad. Nos vemos en un par de horas en mi laboratorio ¿De acuerdo?
Xue Yang hizo un par de pucheros pero asintió. Dejó que su omega se fuera por la puerta con un suspiro que le salió pesado y fuerte a lo que XingChen rio mientras cerraba la puerta. Tampoco es que pudiera salir de allí tal y como estaba el bulto que tenía entre sus pantalones en ese mismo momento. Tendría que esperar un poco al menos y después se marcharía a su antiguo despacho para indicar a la asistente que tendrían que trasladar todo a la nueva ubicación y que ella se marcharía a otra de las empresas de su familia.
XingChen tardó en poder controlar el sonrojo que tenía así que caminó despacio rumbo a su laboratorio. También él tenía problemas con la excitación y no quería que su lubricante le delatara. Lo último que esperaba era que una voz lo llamara justo cuando iba a entrar, se giró y se topó con la mirada de alguien a quien había borrado de sus pensamientos sin haberse dado cuenta.
—Song Lan...
—Hola XingChen, estás...increíble.
El alfa apenas se podía acercar, el aroma de Xue Yang protegía al omega como un guardián sempiterno pero había algo más que no podía identificar. No identificaba el aroma del bebé ni el del lubricante que por culpa de Xue Yang ahora también estaba presente. Esto último estaba causando una atracción en Song Lan que casi estaba luchando por arriesgarse al aroma del alfa dueño de XingChen. El omega estaba extraordinariamente bello en ese momento, con sus mejillas sonrojadas, la piel brillante y perfecta que el embarazo también le estaba aportando y su dulce aroma receptivo que no podía controlar por poco que fuera. En Song Lan todo esto se traducía en una imagen demasiado atrayente de XingChen.
—Oh, gracias, yo...voy al laboratorio, quiero ver cómo están las cosas.
—Sí, claro, yo también voy allí—dijo Song Lan algo mareado por los mensajes hormonales de XingChen.
—¿Estás bien? Estás un poco sudoroso.
—Es que, el aroma de tu alfa es muy fuerte, apenas puedo acercarme a ti— y gracias porque estoy loco por hacerte mío, pensó.
—Bueno, supongo que ya sabes todo sobre nosotros. Yo quería disculparme por no haberte contestado a las llamadas ni mensajes. Las cosas entre el CEO y yo han cambiado mucho Song Lan, ahora estamos casados y yo estoy feliz.
—Pero eso no es posible, él no es...bueno no quiero hablar mal de tu esposo, pero eventualmente puede dañarte y no voy a permitirlo. Aún quiero estar contigo XingChen, quiero que estés a mi lado, en verdad me gustas y siento muchas cosas por ti que no he sentido por nadie.
—Song Lan, esto no está bien, no puedes hablar así a un omega emparejado.
El alfa hacía un gran esfuerzo por mantenerse lo más cerca posible de XingChen, el aroma de su esposo lo protegía pero sus ganas de abrazarlo y poseerlo eran muy grandes. Cuanto más lo intentaba más daño se hacía en su interior pero era inevitable intentar una y otra vez el contacto con XingChen.
—XingChen, me estás volviendo loco.
—Será mejor que te vayas ahora. No quiero tener que llamar a seguridad Song Lan, porque si llamo a Xue Yang te matará aquí mismo y lo sabes. No vuelvas a decir nada parecido nunca más.
XingChen realmente se estaba poniendo muy nervioso, temía que la conexión tan fuerte que tenía con su esposo ahora amplificada por su embarazo, lo atrajera al notarlo en peligro y se produjera un grave suceso con Song Lan. El alfa estaba perdiendo el control, apretaba los dientes y le costaba respirar, en cualquier momento podría hacer algo inadecuado y las cosas se podrían muy feas para él.
Estaba claro que Song Lan hacía mucho tiempo que sentía algo por XingChen, que lo codiciaba y deseaba marcarlo para él a pesar de que le había dicho que nunca haría nada en contra de su voluntad como había hecho Xue Yang. Pero ahora mismo era difícil controlarse ante el omega que le robaba el sueño, un omega que amplificaba sus mensajes de estar receptivo para un encuentro y sin su alfa cerca.
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