Prefacio.
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La lluvia, que había comenzado como un goteo, se intensificó hasta empapar a los presentes. El juego final, que debía decidir al ganador, se vio interrumpido por un incidente provocado o accidental.
El celo adelantado de un alfa solo significaba peligro.
Cualquiera de las dos alternativas había transformado el desafío inicial en un intento de huida por parte del Omega. Este no quería que nadie lo violara, y mucho menos la persona que creía su amigo.
Pero todo fue en vano. Antes de que pudiera llegar a las puertas para pedir ayuda a gritos, el alfa lo agarró por la espalda y lo arrojó al suelo. Luego, lo arrastró por el piso, llenando su ropa de tierra mojada.
Quería gritar por ayuda, pero cada vez que esas palabras intentaban salir de su boca, Sangwoo se encargaba de taparla, a medida que le iba arrancando el uniforme que tenía puesto.
Sintió que ese era el fin cuando la última prenda de ropa fue arrancada de su cuerpo, a medida que las feromonas se iban liberando, algo que lo iba calentando dentro de lo más profundo de su ser, aunque no lo deseaba.
Unos pocos minutos pasaron antes de que se dejara cegar por el placer, comenzando a gemir cuando el miembro estaba en su interior, especialmente cuando el nudo se formó, atrapándolos a ambos.
Lo único que quería era salir corriendo de aquí. Ya ni siquiera le importaba el dinero del premio, pues se sentía sucio por dentro, con asco hasta de su propio cuerpo. Sintió que pasó una eternidad ahí, en el suelo, tirado de espaldas, sintiendo ese semen en su interior.
Cuando el nudo por fin bajó lo suficiente, se apartó del alfa, casi a golpes, y comenzó a correr de nuevo hasta llegar a una de las grandes puertas. Esta vez sí pudo comenzar a golpearlas con intensidad, a medida que su boca pronunciaba la palabra "ayuda" una y otra vez.
Quería pensar que estaba haciendo algo, que pronto vendrían a sacarlo de ahí. Pero no fue así, ya que de nuevo sintió que el alfa lo agarraba por la espalda, haciéndolo caer al suelo, esta vez sentado.
No volvería a permitir que continuaran con esta clase de abuso a su cuerpo, así que, reuniendo la suficiente fuerza, intentó hablar.
—No, ya suéltame, Sangwoo —iba diciendo a medida que quitaba sus manos de su cuerpo—. Tú ya conseguiste lo que querías de mí, ya puedes soltarme, déjame.
—Crees que te voy a soltar así de fácil, Gi-hun —iba diciendo a medida que metía uno de sus dedos en el interior del Omega—. Mírate, es que eres tan estrecho para mí que solo me incitas a quererte tomar una y otra vez, así que será mejor que comiences a ponerte flojito y cooperando, ya que no será la última vez que lo haga.
Basta de esto, quería que parara de una manera u otra, pero estaba sin conseguirlo, ya que de nuevo las feromonas que estaba soltando Sangwoo lo estaban de nuevo mareando hasta el punto de gemir inconscientemente, ya ni siquiera le importaba que la lluvia lo estuviera mojando.
—Además, quizás este era el último juego realmente para follarme a un Omega y qué mejor que a ti, ya que gritas demasiado cuando ves la sangre de todos los que murieron por estos juegos.
— De ti depende venir arrastrándote hasta mí como una marioneta —le puso una de sus manos en la cara, quitándole las lágrimas—, o dejarte arrastrar como una por ese alfa que te destruyó. Cuando entiendas el significado, podrás ser libre.
Miró por algunos segundos más el cuchillo entre sus manos antes de que lo apretara y saliera corriendo hasta el alfa que estaba tirado en el suelo para clavarle el primer cuchillazo en el abdomen. Cuando vio la sangre y cómo el otro quería huir, quiso retractarse, pero luego recordó lo que habían hecho con su cuerpo.
Y continuó metiendo y sacando el cuchillo muchísimas veces, sintiendo cómo la sangre manchaba el piso, pero eso no le importaba; él solo quería seguir haciéndolo hasta que pagara lo que le había hecho.
Llegó un punto en que había dejado de escuchar gritos o espasmos del cuerpo del alfa, pero no le importaba lo más mínimo; solo quería seguir clavando ese cuchillo hasta que se le pasara todo su odio.
Perdió toda noción del tiempo mientras lo hacía, hasta que sintió que el otro alfa vestido de negro lo alejaba de ese cuerpo, haciéndolo soltar el cuchillo para poder abrazarlo y ponerle una bata encima, lo cual agradeció internamente.
Lo hiciste muy bien, marioneta, más de 50 puñaladas y querías continuar. Estoy orgulloso de ti, aunque ahora querrás descansar.
Ni siquiera había sentido tantas puñaladas, así que quería continuar haciéndolo, aunque no se lo permitieron, ya que cuando intentó pararse, lo obligaron a volver a sentarse. Y esta vez, el alfa se quitó la máscara, haciendo que ambos se vieran a los ojos, pero eso no fue motivo suficiente para que cambiara de parecer.
—No quiero descansar, quiero venganza, quiero apuñalarlo hasta que deje de salir sangre de su cuerpo.
—¿Contra quién quieres venganza? Ya te encargaste de matarlo a sangre fría, ahora solo es momento de que descanses.
Sintió cómo el alfa llegaba a romper toda distancia entre ellos para darle un beso en la boca, aquello que lo hizo temblar de miedo y placer a la vez, sintiendo ese fuego que recorría todo su cuerpo a medida que iban cayendo en el suelo.
Porque lo insano y lo inmoral tienen una pasión que no se acabará, solo hará que se amen o se destruyan mutuamente.
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—¿Qué juguete quieres usar para que nos divirtamos esta noche?
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Dios mío, ¡qué es esto que he escrito aquí! Ni yo misma me lo creo. Es que la idea estuvo rondando en mi cabeza y dije: "¿Por qué no escribirla?".
¿Qué pueden esperar de esta nueva historia? Algo muy distinto a lo que vemos en "Soy tu Omega". Aquí tendremos un romance que toca lo tóxico, lo insano, lo inmoral; nos hará cuestionarnos las acciones que tomará cada uno de ellos.
Porque ahora veremos a Gi-hun del lado de los malos. ¿Cómo acabará eso y más siendo pareja del líder?
Los leo por aquí.
Les tengo un pequeño reto: si llega a unas 450 visitas, unos 150 comentarios, entran en un rango de actualizaciones de cada tres a cinco días.
Tienen 48 horas para cumplir el reto.
De lo contrario, sus actualizaciones pueden variar desde una semana hasta que lleguemos a la finalización del segundo arco de mi otra historia.
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