Capítulo 7

La mañana nació, dejando ver a un tímido Sol que se escondía entre las nubes mientras observaba a aquellos pedazos de algodón que habían bajado a besar la tierra, visitándola como una amiga querida. La niebla se negaba a subir y dejar que el clima húmedo desapareciera, producto de la tormenta de la noche anterior.

Taehyung observaba a lo lejos la frontera entre el bosque y la finca, logrando vislumbrar como la manta blanca se perdía entre cada uno de los senderos que ahí había mientras se dirigía a las caballerizas. El hálito salía desde sus fríos labios que tiritaban con entusiasmo y sus manos luchaban por encontrar calor en las bolsas del abrigo que su dueño portaba. Sus botas provocaban un tenue eco al impactar contra el camino de piedra que llegaba hasta su destino.

—Joven Kim, no esperaba verle aquí el día de hoy—Yugyeom, uno de sus más importantes amigos de toda la vida, se encontraba justo en la entrada de las caballerizas, cargando un costal con lo que parecía ser comida para caballos.

—Ayer no pude venir, pero no quería descuidarlos—comentó refiriéndose a los animales que residían en aquel lugar. El omega tenía un cariño especial por estos animales, habían formado parte de toda su vida, los asistía con ahínco y eran muy pocas las veces en las que pasaba más de un día lejos de ellos. Algunas veces, había llegado a tener conversaciones con los mismos, imaginando en su cabeza la voz y las palabras que correspondían a cada uno de ellos.

Ambos entraron en las caballerizas con tranquilidad, mientras Yugyeom observaba con cariño a Taehyung. Le parecía tan maravillosa la manera en la que cuidaba a aquellos animales que descansaban en ese edificio.

-Shasta estuvo inquieto ayer, apenas pudimos controlarlo.-informó después de haber dejado caer el contenido del costal en uno de los abrevaderos.-Parecía querer salir corriendo de aquí.

-¿Qué? ¿Por qué no me dijeron nada?-espetó molesto-Pude haber venido aquí a tranquilizarlo.

-Una disculpa, pero Namjoon nos dio órdenes de no hacerlo, parece que no quería molestarlo.

Ante tal argumento, Taehyung solo pudo suspirar resignado. Era cierto que el día anterior estuvo sumamente ocupado con el caso de Jeon. No obstante, no podía evitar sentirse culpable al no haber estado para Shasta cuando le necesitó.

-Vale, lo dejaré pasar por esta ocasión Yug, pero en un caso futuro tienen que notificarme. ¿Cómo es posible que no esté enterado de lo que sucede aquí?-riñó. Antes de que el alfa frente a él pudiera responderle con lo que seguramente sería una nueva disculpa, se dirigió al fondo de las caballerizas, encontrando con facilidad el cubículo donde se encontraba su amado Shasta.

Un hermoso caballo color blanco, de raza andaluz. De pecho realmente amplio y musculoso, con una espalda robusta, de lomo corto y ancho. Sus piernas largas y potentes, su belleza provocada por el hermoso pelaje de su melena y cola fueron los componentes perfectos para que Taehyung se enamorara de ese hermoso macho a primera vista.

La primera vez que lo vio era apenas un pequeño potro, y él tan solo un cachorro. No pasó mucho tiempo antes de que el equino fuera testigo de sus primeras veces montando y de su largo trayecto para tener magníficos resultados en tal tarea.

Amaba a todo caballo o animal que habitaba en el viñedo, aquello era imposible de negar, sin embargo, con Shasta había forjado un vínculo especial. Él era su caballo y él su humano.

Por ello, una enorme sonrisa invadió su rostro al encontrarse con el caballo que ahora le rebasa en altura frente a él ya despierto. Taehyung acarició su lomo con cariño, como un saludo cordial, como un código secreto.

-Hola Shasta, me contaron que estuviste inquieto ayer, ¿Es eso cierto?-preguntó Taehyung con voz amable y cariñosa. El caballo dio un par de pasos hacia el omega, reconociendo el olor de su amo con rapidez.

Taehyung ensanchó aún más su sonrisa ante el acto. Era hermoso gozar de aquellos pequeños actos de cariño que Shasta le daba, pues sólo él conocía su lado amoroso. Ese hermoso caballo era el segundo dolor de cabeza de los trabajadores de la finca.

Era curioso, era inquieto y siempre parecía tener demasiada energía.

Sin embargo, en aquella situación parecía ser una disculpa por tal comportamiento. O al menos, eso era lo que Tae quería pensar.

-No estoy seguro de porqué estabas así, pero puedo asegurar que dar un paseo te hará bien, ¿Cierto?-aprobó mientras lo dirigía hacia la salida con ayuda de las riendas. Poco antes de llegar a la puerta, se detuvo al encontrarse nuevamente con Yugyeom, quien sostenía una silla para montar entre sus manos.

-Seguro que necesitarás esto-comentó dirigiéndole una sonrisa, la cual fue respondida por el omega. Dejó que el alfa colocara correctamente mientras se limitaba a acariciar al equino con infinita devoción.

Cuando la silla estuvo lista, Taehyung se subió si demasiado problema a ella, musitando un suave "gracias" a Yugyeom. Y sin más, se marchó.

El sol había perdido un poco de su timidez, y aunque la neblina se negaba a marcharse, el día parecía haber decidido dejar de lado a las nubes.

Ya no hacía tanto frío, por lo que pudo dirigir sin problemas a Shasta a través de los angostos senderos, que aunque se encontraban irremediablemente enlodados, no parecían ser mucho problema para el ágil caballo.

Paseó a través de los cultivos, serpenteando entre las uvas. Disfrutaba de oler ese maravilloso olor, el olor característico de aquel fruto y la hermosa fragancia qué aparece después de la tierra.

Uva y tierra mojada. Justo como el olor que emanaba Jeon.

Taehyung no tardó demasiado en perderse entre sus pensamientos, mientras Shasta se alejaba cada vez de los plantíos hasta tomar un camino descuidado, pero que había recorrido infinidad de veces.

El omega recordó la noche anterior, cuando la luz decidió que era buen momento para fallar. Sus mejillas se sonrojaron al recordar cómo se había aferrado a aquel alfa, como si no hubiera mañana, como si existiera en él el temor de que se fuera.

Sus ataques de pánico acostumbraban aparecer cada varios meses, cuando las tormentas eléctricas hacían acto de presencia. Por lo general, Jin se quedaba con él en aquellas ocasiones, arrullándolo hasta que durmiera.

A veces admiraba la enorme paciencia que tenía con él. Algunas veces temía que aquella desapareciera de un día para otro. Pero aquel desafortunado día se negaba a llegar.

Y era por ello que le provocaba una enorme confusión el que su lobo encontrara calma en los brazos de quien no tenía más de unos pocos días de haber conocido.

Y es que, realmente no sabía quién era el que justo en esos momentos ocupaba una habitación de su casa. No tenía ningún conocimiento acerca del tipo de vida que llevaba aquel que compartió su mesa justo la noche anterior.

Era un desconocido.

Un desconocido que no tardaría en marcharse.

Aquel pensamiento entristeció a su omega, y alarmó a Taehyung. ¡No podía ser posible que se encariñara con una persona así de rápido! ¿Qué fue lo que sucedió con la actitud recelosa que acostumbraba tener con las personas que apenas conocía? ¿Dónde fue que quedó eso?

Bufó cansado, colocando su frente contra el lomo de Shasta para después cerrar los ojos intentando despejarse.

Quizá estaba sobre pensando las cosas. No debería de darle importancia. Solo debía dejar que las cosas fluyeran por sí solas, y él debía de adaptarse a los posibles cambios. Eso era todo.

Aunque no podía negar que el gesto que el alfa tuvo con él la noche anterior se quedaría en su cabeza por mucho tiempo. Sentía un profundo agradecimiento por que le haya brindado aquel apoyo, pues estaba seguro de que no cualquiera haría algo así.

Se mantuvo en la misma posición por varios minutos, tratando de dejar su cabeza en blanco, procurando no romperla con aquellos temas tan triviales. Finalmente, alzó la misma cuando escuchó el agua correr.

Acarició el lomo de su inteligente caballo, el único que además de él, sabía cómo llegar ahí.

...

Regresaron un par de horas después, con Taehyung más tranquilo y un caballo feliz. El sol había tomado el poder en el cielo y ahora el clima se encontraba bochornoso.

El omega entró en las caballerizas alrededor del mediodía, encontrando el lugar con más vida a comparación de cuando se fue.

—Joven Kim, le estuvimos buscando hace un rato—informo Namjoon, quien mantenía en sus manos las riendas que guiaban a un par de caballos pintos.

— ¿Para qué me necesitaban?

—La líder del pueblo le buscaba, pero decidió postergar el encuentro al no encontrarlo. Dijo que vendría hoy a cenar.

—Está bien, gracias. —Y sin más, guio a Shasta hasta su cubículo.

—Jamás he entendido cómo pueden montar a esas cosas—escuchó a sus espaldas—Debe ser sumamente incómodo estar sobre ellos durante tanto tiempo.

Volvió la vista un poco atrás, encontrando a Jeon a un costado de Namjoon. Qué extraño, no notó su presencia y mucho menos su olor al hablar con el último.

— ¿Qué sucede si alguno se sale de control y termina tirándote al suelo?

—En primer lugar, trataríamos de calmarlo, seguramente se ha de haber asustado por algo—contestó el castaño alfa—y en segundo lugar, aquello dejaría ver que el jinete no sabe montar.

— ¿Ósea que sería culpa del jinete? —exclamó incrédulo.

—Un buen jinete jamás dejará que el animal lo dome a él. —sentenció alejándose, dejando al desubicado alfa atrás.

Jungkook pasó una mano por su pelo, observando con curiosidad el resto del edificio, deteniendo su vista al encontrarse con unos bellos ojos avellana. Taehyung había detenido su cabalgata al escuchar la conversación de ambos alfas aún sin bajarse del equino, no pudo evitar dejar su mirada posada sobre el apuesto alfa.

¿Había dicho apuesto alfa? ¿Qué demonios estaba sucediendo con él?

— ¿Qué es lo que miras? —Taehyung tuvo que reprimir una carcajada al ver el susto que provocó en Jeon, quien parecía haberse perdido en algo más allá de este lugar, sin haber alertado a la única persona frente a él.

—N-nada importante—dijo levemente cohibido.

—Creí que deberías de estar ya en camino a tu hogar. Tus heridas ya debieron de haber sanado—guio con tranquilidad el poco trayecto que faltaba para el descanso de su amado Shasta, escuchando los pasos de Jeon a sus espaldas.

—Parece que la carretera para salir de aquí fue víctima de varios derrumbes de árboles la noche anterior. Tardarán alrededor de una semana en dejarla despejada en su totalidad.

Taehyung bajó finalmente con agilidad, frunciendo el ceño ante la información recibida.

— ¿Cómo puedes asegurar eso? —Jungkook se recargó a un costado de lo que parecía la entrada a aquel lugar mientras observaba cómo él omega quitaba la silla de montar con el mismo esfuerzo con el que levantarían una hoja de papel.

—Una mujer vino hace un rato, creo que era algo así como la presidenta del pueblo. —Respondió con cierta duda, al no saber con certeza el cargo que desempeñaba aquella mujer—Le pregunté acerca de ello, y lo que te dije fue lo que ella me informó. Era bastante amable, si me lo preguntas.

-Parece que te llevaste muy bien con ella-espetó ante el último comentario, sonando más tosco de lo que tenía planeado.

Después de eso, reinó un incómodo silencio. Taehyung le dirigía la espalda al alfa, evitando a toda costa toparse con él cara a cara. Temía que descubriera en él el importuno enojo que había surgido en él, sin ninguna razón aparente.

Jungkook, por el contrario, quería entablar una conversación con el omega, conocer más a fondo al curioso chico que estaba frente a él. Sentía una inmensa curiosidad acerca de su vida, de sus gustos, de sus habilidades, de él.

Había llegado a la conclusión, después de una noche llena de debates con su lobo, que el darse la oportunidad de conocer un poco a aquel chico no le haría daño, es decir, si de cualquier manera estaba obligado a compartir techo con él durante una semana completa, lo mejor que podía ser era saber sobre él. Y sobre las demás personas a su alrededor, por supuesto.

¿Qué tan difícil podría ser montar?

-Taehyung-Jungkook dijo lo primero que se le vino a la cabeza, con el único objetivo de que aquel momento incómodo desapareciera.

-¿Qué?

-¿Me enseñarías a montar?-volvió a decir, esta ocasión más lento y pausado, como si le estuviera hablando a un pequeño cachorro.

-Depende de cuánto sea tu potencial como domador-respondió Taehyung, volteándose por fin y confrontando al alfa.

Santa mierda.

Aquel hombre tenía tantos músculos como los hombres que trabajaban cargando costales y haciendo el trabajo rudo todo el día, los cuales quedaban a la vista gracias a la bendita camisa de manga corta color azul índigo que vestía en esos momentos.

Si tan solo pudiera tocarlos...

-¿Tae?

-¿Q-qué?-contestó cayendo de la nube de pensamientos en la que había entrado.

-¿Me enseñarías a montar?

-¿Qué c-cosa?-balbuceó sonrojándose. Sentía sus mejillas quemar y su corazón ser preso de los nervios ante todos los pensamientos indecentes que llegaban a la cabeza del omega.

-Un caballo, por supuesto-explicó sin ser consciente del estado de Taehyung.

-¿Un caballo?-inquirió, avergonzándose aún más por haber malinterpretado aquella inocente pregunta con aquellos pensamientos que llegaron a su cabeza sin invitación alguna.

-Sí, te vi cabalgar hace un rato, no parece ser tan complicado.-agregó observando a caballo negro.

-No tienes idea de lo que dices-alardeó Taehyung después de haberse recompuesto.-Apuesto que ni siquiera podrás subirte a algún caballo. Ni hablar de montar en el poco tiempo que estarás aquí.

-¿Qué es lo que apuestas, Taehyung?-inquirió, dispuesto a aceptar cualquier reto que se le presentara frente a él.

Taehyung se tomó un momento para responder.

-Un deseo.

-¿Un deseo?

-Sí, quien pierda tendrá que concederle un deseo al otro, sin importar lo que sea-sentenció con toda la seguridad que su ser le proporcionaba.

Jungkook sopesó las opciones que tenía. Quedarse en aquel lugar sin nada que hacer, sufriendo el convertirse en el rostro viviente del aburrimiento con el pasar de los días, o por el contrario, ocupar su tiempo en aprender un deporte que no le serviría de nada, pero con el que podría pedir algo al omega de cabello castaño.

—Me parece bien. Hagámoslo. —sentenció deslumbrando una sonrisa.

Taehyung observó con detenimiento aquel gesto. Era una sonrisa hermosa, tan parecida a la de un conejo. Tan confiada, tan espontánea, tan bella.

Ahh... ¿Qué era lo que le sucedía?

Salió de aquel lugar antes de que su cabeza volviera a crear pensamientos extraños. Debía de centrarse en hacer perder la apuesta a Jeon.

Porque no, no estaba dispuesto a perder.

-Sígueme-guio sus pasos hasta el pasillo contiguo, deteniéndose frente a una puerta antes de darle frente al alfa que mantenía una actitud tan tranquila como si el resultado de la apuesta ya hubiese sido dado. Taehyung esbozó una sonrisa traviesa, dispuesto a sacar su primer as desde el interior de su manga.

-Veamos si eres digno, Jeon.

Se dispuso a abrir la puerta, ingresando al interior del lugar seguido de Jungkook, quien observó con detenimiento al equino que se encontraba frente a él, mientras intentaba decidir qué tan fácil sería aquello.

-Es una yegua-mencionó Taehyung, mientras acariciaba la bien cuidada melena-De raza pura sangre.

Jungkook se acercó hacia el animal, con un poco de cautela, reconociendo en su mirada cierto recelo hacia su persona.

<Una yegua negra. Espléndido> alabó en sus adentros.

Una vez, cuando era un pequeño niño, su madre le relataba sus propias historias de su niñez. Su hermosa madre omega había vivido un par de años en una hacienda junto a sus abuelos. Ella le contó acerca de cómo era tratar con el campo y los animales. Aunque en la actualidad apenas y recordaba aquellas largas horas, sabía de memoria la parte teórica de montar un caballo, pues en su momento llamó enormemente su atención.

Recordaba que amaba preguntarle a su madre acerca de lo que se sentía tal actividad, añorando hacerlo en algún futuro, pues la emoción con la que la omega lo describía era indescriptible. Adoraba descubrir los temas que generaban pasión en su madre, amaba el entusiasmo con el que pronunciaba cada palabra, cada sílaba. Amaba tanto escuchar su voz.

Podía jurar que en algún momento vio a su madre montar, pero no podía asegurarlo. Eran memorias que se había perdido en los confines de su cabeza, donde la aquello que vivió en realidad y los sueños que tuvo en aquella época se mezclaban con increíble facilidad.

Pero el paso del tiempo y su prematura muerte arrancaron de raíz aquellos sueños, convirtiéndolos en momentos que le causaban coraje y repudio.

Pero en aquel momento, justo a punto de subir a una yegua, en su primera clase, parecía no haber dudas en él. Quería descubrir si lo que decía su madre era verdad a través de sus propios sentidos.

-¿Cómo se llama?

-Nosotros le decimos Luna-Jungkook se acercó hasta quedar a pocos centímetros de la yegua escuchando con atención las palabras de Taehyung a su lado-Pero tan solo es un nombre temporal, tan solo el que logre domar a esta bella fiera tendrá derecho de otorgarle un nombre permanente.

-¿Nombre permanente? ¿Estás diciendo que nadie aquí la ha domado?-observó la montura que cargaba el omega ser colocada en el lomo de Luna, mientras fruncía la frente ante aquella revelación.

-No, nadie. -prosiguió- Aunque la veas tan tranquila frente a ti, es realmente inquieta cuando alguien llega a intentar subirse en ella. Todos y cada uno de los trabajadores de aquí lo han intentado y han terminado en el suelo en menos de cinco minutos.-alardeaba el omega, en un intento de intimidar al alfa-No puedo pensar en lo que sucederá en un novato que jamás había tenido a un equino frente a él.

-Entonces, ¿Cómo quieres que aprenda a montar en un caballo que jamás ha sido domado?-discutió levemente molesto.

-Ya te lo dije, Jeon. Debes de mostrar si eres digno-le dirigió una mirada traviesa mientras hablaba, dejando en claro sus intenciones, ante lo que Jungkook respondió con un bufido-Además, es una yegua, no un caballo.

-¿Y qué se supone que debo hacer?-cuestionó aparentemente desorientado.

-Puedes iniciar por intentar subir.

Puso los ojos en blanco. <Y pensar que me enseñará a montar>

...

Espero que les haya gustado el capítulo. ¿Soy la única que ama la personalidad de Tae? Adoro cómo se pierde en su cabeza cada dos minutos.

¿Qué debería hacer Kook ahora que se ha tenido que quedar en el viñedo?

Actualizaré cuando la historia llegue a los 100 votos :-*

¡Nos leemos luego!

-MiaGarrettA

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