Capítulo 19
Se tenía planeado que la Vendimia alcanzara su clímax en la tarde, poco antes de que el crepúsculo hiciera acto de presencia. No obstante, desde la mañana se estaría celebrando una fiesta en honor a la cosecha, por lo que los últimos preparativos se estaban llevando a cabo con el salir del sol. Jungkook se había levantado poco antes de las cinco de la mañana, pues se había comprometido a ayudar en lo más posible, después de todo, nunca parecía haber suficientes manos para todas las labores que debían llevar a cabo.
Desayunó tranquilamente en compañía de los tres omegas de la casa, de Namjoon, y para su disgusto, de Yugyeom.
Pero se abstuvo de prestarle atención al último y concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera él. Taehyung por ejemplo.
La noche anterior habían llegado pasada la media noche a la casa, y el alfa lo había acompañado hasta la puerta de su habitación, con la tentación de querer a quedarse a dormir con él. Pero ninguno de los dos dijo ni una sola palabra referente a ello, inseguros sobre cuál sería la reacción ante tal propuesta.
Y antes de que el Sol tomara fuerza en el horizonte, ya se encontraban ensamblando el escenario para el evento.
No era un escenario cualquiera, pues ahí no iría alguien a cantar o entretener a la gente, en realidad era para llevar a cabo uno de los primeros pasos del proceso de fabricación del vino.
Namjoon y Baekho se habían tomado la molestia de explicarle detalladamente los pormenores de la celebración el día anterior, y de ello podía rescatar que:
1. Se hacía uso de varios recipientes de madera de grandes proporciones, los cuales recibían el nombre de "lagar" para depositar ahí una pequeña porción de la cosecha, que después sería aplastada por los pies de un pequeño grupo de omegas que fueron seleccionados anteriormente, con el fin de obtener el mosto que contienen y así dar comienzo a la elaboración del vino.
El que fuesen los omegas los encargados de aquella actividad no era ninguna coincidencia. Esta tradición llevaba siglos implantada en la cultura de los viñedos, y se creía que los primeros viticultores consideraron que los omegas tenían ciertas similitudes con el fruto: ambos era susceptibles a su entorno, crecían y daban vida, y por si fuera poco, podían transformarse en un sensual elixir embriagante.
2. La "pisada de uva" era un baile festivo, por lo que era común que hubiese música en medio del evento, dado que esta se desarrollaba como mayor eficacia a determinados ritmos.
3. Por lo general, las primeras personas en subir en el lagar era una pareja que estuviese a punto de casarse, para expresar así la unión y la promesa de un futuro próspero.
La Vendimia es un festejo a la vida y a la esperanza.
El evento sería llevado a cabo en el interior del viñedo, en un claro cercano a la casa y a la entrada que había sido acondicionado para tal evento. Habían optado por colocar una modesta carpa blanca que protegiera a los invitados de los potentes rayos del Sol, varias sillas de madera finamente labradas y con un barnizado oscuro habían sido esparcidas estratégicamente cerca de varias mesas hechas del mismo material donde reposaban varios aperitivos de apariencia deliciosa.
Debajo de ella, habían colocado una enorme plataforma de madera oscura, que les recordaba levemente a los colores predominantes del interior de la cava, de manera en que la tierra y lodo no afectara ni las vestimentas de los invitados ni el orden de los eventos planeados.
Además, también habían sido colocadas cuatro mesas en distintos puntos de la zona con una selección cuidadosa de vinos que se producían justo ahí.
Habían sido colocados vinos dulces y secos, tintos y brisados y blancos, formando en cada una de las mesas una escultura imponente y magistral, la cual era acompañada por un acomodo detallado de finas copas de cristal.
— Queremos también producir vino rosado en los próximos años.— Comentó Namjoon mientras se terminaban de colocar las sillas y mesas.— Esta vez no pudimos no solo por el poco material del que disponíamos, sino también porque nuestro presupuesto no nos lo permitía.
Jungkook colocó la última silla y se acercó a la mesa de vinos más cercana. El color de las botellas parecían variar un poco dependiendo del tipo de licor en su interior, sin embargo, su atención fue dirigida a las etiquetas que las que habían sido vestidas para la celebración.
"Canto de flor" aparecía en letras grandes, de una fina caligrafía digital que le proporcionaba elegancia y con un sutil símbolo que nacía desde la letra "f": un trazo delicado que parecía ser la representación abstracta de una flor.
Se aseguraría de recordar aquel nombre para siempre.
El diseño era sencillo, sin estar demasiado saturado ni demasiado vacío. Era satisfactorio a la vista y llamativo hasta cierto punto.
— ¿Quién hizo el diseño de las etiquetas? —Preguntó intrigado.
— Taehyung y Seokjin. —Respondió Namjoon. —Se esforzaron bastante para lograr ese resultado. A ambos les gusta diseñar e hicieron un buen trabajo juntos. —Expresó orgulloso.
Jungkook sonrió, siendo contagiado por el otro alfa. Todo estaba casi listo, incluso los invitados estaban comenzando a llegar.
Observó cómo varios autos pasaban las rejillas del portón que daba entrada al viñedo y se estacionaban en el área designada para ello. Notó como tanto Baekho como Namjoon tensaron su postura levemente en cuanto un Volvo S60/V60 rojo oscuro apareció en su campo de visión.
—Ya comenzaron a llegar. —Comentó Baekho, paralizado en su lugar.
— ¿Quiénes?—Preguntó.
— Catadores de vinos.
Nam soltó el aire de sus pulmones y espabiló de pronto, poniéndose en movimiento para continuar con los toques finales. Ellos debían asegurarse de que no ocurriera ningún inconveniente en el desarrollo del evento y si llegaba a suceder, ellos eran los que debían solucionarlo lo más pronto posible.
Mientras tanto, Taehyung, Irina y Jimin serían los que se presentarían como representantes del viñedo, ellos eran los encargados de saludar a los invitados y asegurarse de que los inversionistas se convencieran de invertir en sus terrenos.
La Vendimia también era una oportunidad ideal para atraer nuevos clientes y asegurar un crecimiento próximo en la viña.
Había muchas cosas en juego, pues los inversionistas, catadores y demás invitados eran huesos duros de roer, no cederían a la primera y buscarían cualquier fallo en ellos para formar una mala crítica.
Por lo tanto, Taehyung se sentía, en extremo, nervioso. Sus manos temblaban mientras abrochaba el botón de su saco, y estas se encontraban heladas cual témpano de hielo. Siempre creyó que al estar tan nervioso, su sangre dejaba de correr como debía a través de su cuerpo y se alejaba de sus manos a propósito.
—Tranquilo, lo haremos bien. —Animó Jimin, abrazando la cintura de su medio hermano desde atrás y colocando su barbilla sobre el hombro de este.
—Lo mismo dijiste el año pasado, y terminó siendo un desastre. —Mencionó el castaño, observando su atuendo ansiosamente en el espejo frente a él.
—Esta vez no será así. —Prosiguió sin perder los ánimos. —El año pasado fue la primera vez que tuvimos que organizar una Vendimia, era normal que ocurrieran incidentes y tuviéramos errores.
— ¿Cómo escoger un día con lluvia?
—Si, como ese. —Jimin se separó un poco y lo rodeó hasta interponerse entre él y el espejo. —Esta vez no será así porque ya sabemos qué es lo que no debemos hacer. Aprendimos cómo se manejan los estirados de allá afuera y cómo organizar mejor este día. —Colocó sus manos en las mejillas de Taehyung y las aplastó tiernamente, al mismo tiempo que pegaba sus frentes sin perder el contacto entre sus ojos.—Es posible que el día de hoy ocurran otros incidentes, que tengamos problemas, eso es cierto, pero definitivamente no serán los mismos que la otra vez.
Taehyung lo abrazó, sintiendo el apoyo en cada una de sus palabras ingresar en su cuerpo y darle la seguridad que necesitaba para salir de su habitación y enfrentarse a todas las responsabilidades que debía sostener correctamente sobre su espalda.
Y era cierto. Esta vez no sería igual que la otra vez. Sería mucho mejor.
Jimin se alejó de él con una sonrisa en su rostro. Él fue el primero en salir, dándole un momento consigo mismo al menor, quien agradeció infinitamente ese gesto.
Observó a través de una de las ventanas cómo su hermano caminaba hacia los invitados con seguridad y valentía. Ellos no habían tenido una educación asombrosa, había terminado la universidad, sí, pero con muchas trabas. No era fácil para ellos acercarse a los demás y hablar con soltura, jamás habían llegado a desarrollar ese nivel de diplomacia.
Y esa era una de las razones por las que Taehyung admiraba a Jimin, siempre seguro de sí y con la cabeza en alto se enfrentaba a todo lo que estuviera dispuesto a llegar a él. No tenía pelos en la boca y nunca dudaba de lo que él quería hacer. Era valeroso y caótico.
Escuchó levemente el sonido de la música tradicional coreana aparecer a lo lejos, además de como poco a poco el sonido de las voces, murmullos, expresiones y risas de los invitados comenzaban a subir un par de decibeles.
Ya era hora.
Se miró brevemente en el espejo y tomando toda seguridad que tenía salió de su habitación y se acercó a la carpa blanca.
Salió de la casa vistiendo el impecable traje azul marino que había encargado a hacer a su medida varias semanas atrás. Las prendas contrastaban maravillosamente con su tono de piel, la cual refulgía bajo la luz del Sol, o al menos eso fue lo primero que pasó por la cabeza de Jungkook cuando lo vio.
Su boca se abrió impresionado, pues era la primera vez que había tenido la oportunidad de visualizar a Taehyung cubierto por un traje de gala. Caminaba con la gracia de una gacela y se veía tan hermoso como la más fina ave.
Por otro lado, Taehyung sintió como las miradas de los invitados se clavaban en él como filosas agujas, escrutando cada detalle de su persona y buscando cualquier error, aunque fuese mínimo. Pero respiró profundo y se armó de valor nuevamente. No les daría el gusto a nadie de verlo humillado.
Cuando la sombra de la carpa llegó hasta él, se detuvo un momento para detallar el resultado de la decoración dentro de ella. Ya la había visto en la mañana, pero siempre debía estar al pendiente de su estado.
De pronto, su mirada se topó con el cuerpo de Jungkook, quien le esperaba un par de metros dentro con una sonrisa. Se acercó rápidamente a él, como si un imán se hubiese encontrado con otro. También sintió el impulso de abrazarlo y esconderse en su pecho cuando pudo reconocer algunos rostros con recuerdos desagradables por el rabillo del ojo.
Pero se negó a hacerlo. No ahora. No ahí.
— Eres hermoso. —Pronunció el alfa en cuanto Taehyung llegó hasta él.
El omega esbozó una suave sonrisa mientras sentía un leve enrojecimiento en sus mejillas.
— Sólo es el traje el que me hace lucir así. Tú te ves incluso mejor. —Comentó, dirigiendo una mirada rápida a su traje negro. ¡Le quedaba tan bien! Jungkook se veía mucho más seguro portándolo, después de todo, aquella vestimenta solía ser su ropa casual antes.
— No, tú eres hermoso. —Enfatizó el pronombre. — El traje solo es un accesorio más para tu belleza.
Y entonces Taehyung se ruborizó seriamente, pero bajó un poco el rostro para que las demás personas a su alrededor no lo notaran tanto.
—Despertaste de buen humor ¿No es así?
—Sí, todos tienen altas expectativas de la Vendimia, desde hace días he querido ver el por qué. —Mencionó con simpleza.
—Espero cumplir con tus expectativas.
—Ni lo dudes.
Conectaron sus ojos con una sonrisa en los labios, y se mantuvieron en silencio por varios minutos. Detallaron a profundidad cada uno de los detalles de sus facciones, como el color de ojos, el tono de piel, la forma de los ojos, de la nariz, de la boca... como si esa fuese la primera vez que se veían. Como si no se conocieran con anterioridad. Como si no hubiesen sentido ese flechazo en sus pechos antes.
Taehyung carraspeó, rompiendo aquella pequeña burbuja que había creado para atender a una mujer pelirroja que se estaba acercando a él. Jungkook supuso que era una beta debido a la ausencia de color.
Se inclinó levemente hacia el omega, en una respetuosa reverencia de una relación formal jefe - empleado, para después dejarlo solo con aquello mujer, pues lo último que quería era distraerlo de sus labores.
Al no ser alguien con relevancia diplomática, él no tenía mucho que hacer, siempre y cuando no hubiese inconvenientes como en esos momentos. Además, los peones habían sido organizados en rondas que les permitieran atender sus labores durante un tiempo y también disfrutar un poco junto a sus familiares.
Se mantuvo dando un par de vueltas alrededor, conversando de vez en cuando con alguien que le llamara la atención.
Se sentía extraño en esos momentos. Es decir, estaba disfrutando el evento sin lugar a dudas, pero su cabeza no podía evitar dirigirse al pensamiento de que, si aún siguiera en la ciudad y las cosas jamás se hubieran salido de control, el habría asistido a ese evento como posible inversionista.
La cadena de restaurantes de su familia siempre buscaba nuevos lugares donde invertir y poder obtener los productos que finalmente llegaban hasta los clientes. Desde las más selectas verduras hasta la pintura qué se utilizaba para iluminar las paredes. Y los vinos no eran una excepción.
Ahora podía reírse del estúpido proyecto que había realizado hace unos meses. Pero si siguiese ahí, él hubiese estado buscando un nuevo prospecto, y debido al tiempo, dinero y cercanía habría terminado justo en ese lugar y justo ese día.
Estaba destinado a encontrarse ahí.
O bueno, eso solo era una hipótesis del alfa, pero ya no tenía caso pensar en qué hubiese pasado. Ahora estaba ahí atendiendo y sirviendo al anfitrión, así que debía concentrarse en eso.
A lo lejos, visualizó a Namjoon, vistiendo un traje oscuro con una corbata rojo oscuro. No le quedaba nada mal pero el parecía sentirse un poco incómodo debajo de esas prendas.
Volvió su mirada a la entrada de la carpa y se encontró con el momento exacto en el que Irina entraba al lugar, luciendo un impecable vestido de color ciruela y de corte sirena.
La tela se ceñía a su cuerpo y acentuaba sus curvas, pero al lado de Taehyung ella parecía vulgar. No tenía la belleza sutil que desprendía el omega.
Ella se dirigió directamente al lugar donde se encontraban los lagares y tomó entre sus manos el micrófono que estaba dispuesto para dar inicio oficialmente al evento. En cuanto Taehyung lo notó, también se acercó a ella, mientras apretaba su mandíbula con disgusto.
Con las zapatillas puestas, ella era un poco más alta que él. Ella alzaba el rostro con arrogancia y Taehyung con firmeza. Todo lo que Irina hiciera era opacado por Taehyung.
— Buenos días, me complace recibirlos a todos ustedes en mi viñedo. — Comenzó con una enorme sonrisa. Era tan grande que Jungkook dudaba que fuera sincera. De inmediato, el público prestó atención a la voz que salía a través de las bocinas y se acercaron a ellos esperando el inicio. —Todos ustedes han esperado por este día, al igual que yo. Así que disfruten tanto como les sea posible, les aseguro que este día será memorable para todos ustedes.
Su lobo rugía en su interior con cada palabra que salía de la boca de la mujer. Incluso sentía una desagradable sensación ácida en la boca del estómago. Ella iba a hacer algo en el transcurso del día, pero no tenía ni la menor idea de qué.
Antes de que Irina continuara hablando, Taehyung se las arregló para quitarle el micrófono sin parecer maleducado. Dio un paso adelante y habló mirando a todos los presentes.
—No en todos los lugares la uva puede prosperar, son necesarios la combinación de muchos factores para permitir que este fruto pueda aparecer. Muchos lugares han buscado sustitutos que les pueda permitir fabricar licores semejantes al que nosotros fabricamos, pero les aseguro que jamás será lo mismo. —Comenzó. Su voz se escuchó como la melodía más sublime que pudiese encontrar y captó rápidamente la atención genuina de los invitados. —No es nada fácil encontrar la fórmula para que de una fruta salga el vino, y es mucho más complicado conseguir un buen sabor de ella.
»Desde la antigüedad, la Vendimia es considerada un símbolo de alegría, pues representa el final de una ardua y paciente labor en las viñas. —Continuó. —Es el festejo por haber terminado un ciclo y haber terminado teniendo un buen resultado de él. Este día es para que ustedes disfruten con nosotros y puedan degustar con su paladar nuestro trabajo. Dalbich ha abierto sus puertas para todos ustedes para ello ¡Adelante!
Los aplausos no se hicieron esperar y llenaron de ruido todo el lugar. Taehyung sonrió satisfecho y Jungkook orgulloso.
Dejó el micrófono en el lugar donde se encontraba en un inicio y se alejó de él. La música volvió a oírse y entonces Taehyung se acercó a él.
— ¿Qué tal estuvo? —Preguntó.
— Fantástico. —Halagó encantado.
Y a partir de ahí, el alfa se alejó muy pocas veces de Taehyung, siempre se encontraba cerca de él. Era una especie de guardián aquel día, y estaba encantado de hacerlo.
A media tarde, el omega le dio a probar un vino brisado. Jungkook quedó hipnotizado con color naranjado del licor y aún más con el sabor.
El evento estaba siendo un éxito. El ambiente era cálido, pero el calor no era excesivo. Los bocadillos estaban deliciosos y el vino susurraba suaves versos en sus oídos.
Todo estaba marchando justo como debía de ser.
Hasta que un auto plateado cruzó el portón de Dalbich.
Quería actualizar desde hace un par de días, pero fueron parciales y tenía más tarea que vida... uff. Pero aquí estamos, en el gran día ;)
Cualquier error que hayan encontrado, me avisan ¿Vale?
¡Nos leemos luego, mis amores 💜💜💜!
MiaGarrettA.
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