Capítulo 18
—Hola. —Saludó Jungkook en cuanto puso un pie en el despacho de Taehyung. Este le recibió con una sonrisa cansada, dejando de lado el documento que yacía entre sus manos.
Justo después, se levantó y se acercó al alfa para estrecharlo entre sus brazos. Jungkook correspondió su abrazo con gusto, escuchando el suspiro de alivio que el omega dio.
Desde que Tae se había recluido en esas cuatro paredes, habían comenzado a sentir eternas las horas que permanecían separados. Estas eran asfixiante, como una soga que aprisionaba su cuello conforme daban pasos lejos del otro.
Afortunadamente, tan solo era una o dos veces a la semana, por lo que le habían contado, en la que Tae se veía obligado a dejar el trabajo de campo.
La suave nariz del omega se enterró en el cuello de Jungkook, e inhaló con necesidad. De pronto, Jungkook casi fue capaz de sentir como el terrible estrés que había acumulado a lo largo del día era expulsado con aquel cálido roce.
— ¿Cómo estás, Tae? —Preguntó el alfa.
—Exhausto. —Dijo sin cambiar de posición. —No creo poder soportar estar aquí ni un solo instante más.
Jungkook asintió de acuerdo, comprendiendo perfectamente lo fastidioso que podía ser estar en esa situación.
—Salgamos un rato de aquí, necesitas aire fresco. —Invitó. Taehyung asintió levemente antes de tomar su mano y guiarlo fuera de la casa, en dirección al bosque.
Jungkook miró sus manos juntas, y se sintió extraño, pero no incómodo. Era más bien una sensación desconocida, una a la que no estaba acostumbrado.
Cuando no tenía mucho de que se había presentado, había tenido varias parejas, tanto omegas femeninos como omegas masculinos e incluso betas. Había tenido varios compañeros de cama en la vida despreocupada que solía llevar hace casi dos semanas atrás.
Pero esto era diferente, no solo porque el cariño que tenía hacia Taehyung era demasiado grande para el tiempo en el que habían estado juntos. Sino también porque el tipo de relación que estaban cimentando era mucho más demostrativa que cualquier otra.
Por más parejas que hubiera tenido antes, jamás había logrado sentirse tan cómodo tomando la mano de alguien más como en ese momento.
Su lobo estaba tan de acuerdo con estar cerca del omega que le impresionaba. Jamás había aceptado a alguien, siempre se mantenía con la guardia alta con cada una de las parejas que había tenido.
Pero con Tae, este se volvía un cachorro dócil y juguetón.
Se detuvieron después de haberse adentrado varios metros dentro del bosque y se mantuvieron quietos durante varios minutos, en silencio. Disfrutando de la suave brisa, del murmullo de los animales escondidos entre los árboles y la suave luz de luna menguante.
—Kook, ¿Podrías cambiar a tu forma lobuna para mí? —Preguntó el omega rompiendo el silencio.
Jungkook le observó un poco descolocado, pero asintió sin ningún reclamo.
Se quitó su camisa fácilmente, dejando su torso completamente desnudo. Taehyung sintió sus mejillas calentarse mientras recorría con sus ojos cada centímetro de piel. Sus manos picaron, recordando la sensación de tener esa piel bajo sus manos y anhelando revivirlo.
Sin pensarlo demasiado, se acercó lo suficiente a Jungkook como para que no hubiera más de veinte centímetros de distancia entre ellos. Levantó su mano y palpó la suave piel bajo la mirada confundida del alfa.
Jungkook detuvo sus movimientos de inmediato, quedando únicamente con sus pantalones puestos y con la mirada fija en las manos del omega, quien recorrió lentamente sus pectorales, bajando con parsimonia y perdiéndose en la maravillosa vista.
Con su otra mano tocó sus abdominales y lentamente delineó el relieve de esa zona, deleitándose con la sensación de tocar los apenas notables músculos de esa zona.
Como consecuencia, la respiración de Jungkook se aceleró inevitablemente, mientras se negaba a separar sus ojos del recorrido de las suaves manos del omega, que a pesar de no hacer algo realmente sorprendente, activaban sus terminaciones con una facilidad asombrosa.
Su tacto quemaba y mandaba descargas eléctricas a través de su cuerpo que viajaban a mil por hora de un extremo a otro. Hilarante.
La mirada de Taehyung contenía un brillo anhelante, como si estuviese observando un oasis en medio del desierto y se arrastrara a ella con sus últimas energías.
Tan solo necesitaba probar unas cuantas gotas para saciarse...
O para desear más.
La mirada de Tae regresó a los ojos del alfa y con una decisión infranqueable, se acercó a él hasta impactó sus labios con los contrarios.
Jungkook tardó apenas un par de segundos antes de reaccionar y corresponder el roce, el cual era dulce y agonizante. Tierno y caliente. Efímero y eterno.
Colocó firmemente su mano derecha en la nuca del omega y la dejó descansar ahí, sin hacer presión, simplemente buscando una posición cómoda y que le permitiera apoyarse para no desvanecerse ahí, con aquel remolino aterrador de emociones creciendo en su estómago, volviendo sus piernas trémulas y al latido de su corazón inestable.
Degustaron de sus labios sin prisa alguna, como si hubieran puesto el tiempo en pausa y nada ocurriera a su alrededor. Vertieron sus tensiones y el estrés que habían logrado sembrar en sí mismos en esos escasos días. Y terminaron con la inquietud que crecía con su habitual lejanía física.
Y cuando terminaron y tuvieron que separarse, juntaron sus frentes, respirando pesadamente, luchando por meter el oxígeno en sus pulmones, pero con una sonrisa enorme en sus rostros, satisfechos y tranquilos.
— ¿Debería continuar con el cambio? —Preguntó el menor después de varios minutos en silencio.
Taehyung asintió de acuerdo, pero no se movió de su lugar, demasiado cómodo entre aquellos brazos que en algún punto habían terminado por rodearlo gentilmente, y en exceso complacido por la maravillosa vista de aquellos ojos oscuros viéndole con adoración.
Delineó con su nariz su mandíbula, aspirando el potente perfume con ganas, bajando por su cuello y recargando su cabeza en su hombro, teniendo un contacto directo con su glándula de olor.
Habían pasado demasiados años desde la última vez que se sintió tan cómodo, tan tranquilo, tan en paz.
Vagamente, escuchaba los sonidos de la noche: algunos búhos escondidos entre las copas de los árboles, y alguna otra ave nocturna que batía sus alas en la lejanía, el suave susurro del aire atravesando los árboles y los arbustos.
Y de pronto, Jungkook finalmente pudo compartir el sentimiento. Finalmente había logrado encontrar la calma que aquel lugar les brindaba, aunque también debía admitir que quizá era porque estaba al lado de Taehyung, y eso le reconfortaba como nada más.
Se mantuvieron en la misma posición por un largo rato, sin contar el transcurso del tiempo y disfrutando de su cercanía. Hasta que fue Taehyung el que se separó y se alejó un par de pasos del alfa, permitiéndole continuar con la tarea que le había dado antes.
Este se mantuvo observándole por un rato más, demasiado cómodo con la vista, antes de quitarse los pantalones sin pudor alguno y convertirse rápidamente en el castaño lobo que solía mantenerse en su interior.
Taehyung observó todo en silencio con una expresión alegre y un poco sorprendida, pues se necesitaba de mucha práctica para poder cambiar tan rápido.
El lobo se irguió en toda su altura. Su hocico llegaba al nivel del hombro del omega, pues al ser un cambia formas, el tamaño de su animal era considerablemente más grande que los demás animales promedio.
Taehyung se acercó sin temor alguno y esbozando una pequeña sonrisa acarició el lomo del alfa, sintiendo el suave pelaje escurrirse entre sus dedos.
— ¡Qué suave! —Exclamó en voz baja, admirando los tonos castaños que se perdían entre sus manos. Jungkook relajó su postura hasta el punto de casi ponerse a ronronear. ¿Quién podría culparlo? Amaba esas manos.
Taehyung observó sus resplandecientes ojos dorados con una sonrisa: —Ven.
Comenzó a dar unos pasos hacia atrás, apartándose del alfa, antes da girarse sobre sus pies y emprender la marcha hacia una dirección desconocida. El alfa le siguió, poniendo su confianza en él.
Se acercó aún más a él y acarició con su nariz su nuca, apenas rozándole y apartándose rápidamente antes de que el omega le observara confundido. Cuando hizo esto se mantuvo quieto, por lo que el omega, con el ceño fruncido, regreso a su posición inicial y continuó su caminata.
Jungkook repitió el tacto, está vez acercándose a su codo izquierdo. Y cuando el omega se volteó se movió ágilmente por el costado contrario para detenerse frente a él.
— ¡Jungkook! —Regañó, aunque tenía una suave sonrisa en sus labios.
El alfa continuó, olfateando levemente su cuello y alejándose antes de que el omega pudiera hacer algo.
Taehyung pronto descubrió que el alfa estaba jugando, tal cual un pequeño cachorro que disfrutaba de incordiarlo.
— ¿Estás buscando hacerme enfadar? —Inquirió siguiéndole el juego, Jungkook respondió volviendo a hacer la misma acción con su pecho.
Taehyung movió sus pies por un costado del alfa, con aparente cautela y con una enorme sonrisa en sus labios. El lobo le siguió con la mirada, no perdiéndose ni uno solo de sus movimientos, cuando de pronto el omega se echó a correr a través de los árboles.
No importaba si aún estaba en su forma humana, Taehyung era bastante rápido; aunque no demasiado como para que el alfa no pudiese atraparlo. Lo dejó alejarse un par de minutos, permitió que consiguiera ventaja, pues estaba seguro que lo atraparía rápidamente.
Y en cuanto las patas del lobo se movieron y su nariz detectó el embriagante hilo de olor que había dejado a su paso, comenzó su carrera.
Su cuerpo se movió a una velocidad alucinante, sorteando con destreza las ramas bajas de los árboles, las raíces sobresalientes y la prominente maleza engañosa que se encontraba a su paso.
No pasó mucho tiempo cuando logró ver la esbelta figura del omega, quien seguía corriendo pero más lentamente, pues su resistencia humana y jerárquica era considerablemente menor que la de Jungkook.
El lobo logró alcanzarlo e incluso rebasarlo, para detenerse justo delante de él. Taehyung, sin terminar de digerir los acontecimientos, resbaló sobre el alfa estrepitosamente, pero este logró amortiguar lo que podría haber sido una aparatosa caída con su propio cuerpo, evitando así hasta el mínimo rasguño en el mayor.
Taehyung jadeó cuando ambos se mantuvieron quietos por algunos segundos, y levantó el rostro apoyando sus manos en el pecho del lobo, pues había quedado debajo de él. Y de pronto, comenzó a reír y reír, sin tener el claro el porqué, sólo sabiendo que estaba feliz.
Jungkook lo olfateó cerciorándose de que no hubiese ninguna herida.
—Estoy bien, Kookie. —Expresó sin perder su sonrisa. Jungkook rápidamente fijo su mirada en él, impresionado por la forma en la que lo había llamado. — ¿Está bien si te digo así? —No estaba muy seguro de si el alfa se había tomado aquello de buena forma.
Quizá detestaba los apodos cariñosos, o simplemente no le gustaba que las personas le llamaran de una forma distinta a su nombre de pila...
Sin embargo, el menor lamió parte de su cuello y mejilla mientras creaba con sus cuerdas vocales un sonido similar al ronroneo felino.
El castaño rio enternecido, dejando ir los pensamientos que había tenido por tan efímeros instantes atrás.
—Eres todo un cachorro amoroso cuando estás en esta forma, Kookie ¿Lo has notado? —Acarició sus orejas para el gusto del alfa, mientras se miraban enternecidos por las acciones del otro.
El alfa incluso estaba moviendo su cola sumergido en aquel pequeño remanso de paz, hasta que Taehyung se tuvo que levantar y le pidió que lo siguiera con una silenciosa seña.
Pronto descubrió que habían regresado al pequeño riachuelo donde Tae le había visto en esa forma por primera vez, hace tan solo una semana atrás.
Taehyung se sentó cerca de la orilla del pequeño río, y acto seguido se despojó del abrigo que cubría su piel para tendérselo al alfa, pidiéndole con ese acto que regresara a su forma humana.
—Podríamos haber traído mi ropa en vez de dejarla tirada en medio del bosque ¿No? —Dijo en cuanto realizó el cambio.
—Pasaremos después por ella, es lo de menos. —Comentó el otro.
Jungkook se aseguró de abrochar cada uno de los botones del abrigo para después sentarse a un lado de Taehyung. Una vez hecho, notó que tenía su vista perdida entre los suaves destellos del agua, por lo que el imitó la acción tratando de ver qué era lo interesante, sin mucho éxito. Solo era agua.
—¿Cómo puedes convertirte tan rápido? — Jungkook levantó una de sus cejas al escuchar la pregunta.
« ¿Cómo se convertía tan rápido? » Se preguntó a sí mismo.
—Sólo... lo hago. —Contestó sin tenerlo claro. Es decir, no era el tipo de cosas en las que solía pensar, pues para él era normal, pero por el tono que había utilizado Taehyung, supo que para él no era así. Parecía impresionado, asustado y levemente orgulloso.
— ¿Sólo... lo haces? —Repitió en forma de pregunta. —Nunca antes había visto un cambio tan veloz, por no hablar la rapidez con la que corres ¿Lo has notado? Eres mucho más rápido que un alfa promedio y levemente más grande.
Jungkook se sonrojó levemente, por lo que no se atrevió a levantar el rostro para enfrentar a Taehyung, que sabía, le estaba mirando. Se sentía bastante halagado, pero también intrigado por tal asunto.
—No creo que sea malo. —Endulzó su voz, notando la tensión que se estaba formado en el cuerpo del menor. —Pero sí bastante inusual ¿Cuántas veces te convertías al año cuando estabas en la ciudad?
Jungkook pensó detenidamente, tratando de escarbar dentro de su cabeza.
—Tres o cuatro veces al año. —Contestó. —Pero no solía durar más de media hora así.
— ¿Y siempre lograste hacerlo tan rápido?
—Sí, es decir, no. —Rascó su nuca avergonzado por no saber ordenar sus palabras. —Las primeras veces que me transformé, cuando era un cachorro, me tomó bastante esfuerzo. Mi papá insistía en llevarme cada cierto tiempo a una casa de campo que tenía en Jeju para practicar de vez en cuando. —Suspiró. —Hasta que lo logré. Tenía diez años en ese entonces, cuando por fin pude tardar menos de cinco minutos en el cambio.
Taehyung soltó una exclamación asombrada; —Eso es sorprendente. —Alagó. —Y más para un citadino. Sé que la mayoría ni siquiera tiene una conexión estable con su lobo.
—Cierto. Hay muchos que nunca lograron cambiar, ni una sola vez. O que al inicio lo lograron, pero no después. —Afirmó. —Yo no tengo ni idea de cómo logré mantenerme.
Un momento de silencio siguió a esas palabras, ambos sumidos entre sus propios pensamientos. Tímidamente, Taehyung recargó su cabeza en el hombro del alfa, buscando un poco de comodidad.
Jungkook recargó su cabeza sobre la del omega, cerrando los ojos en el proceso. De repente se sentía cansado físicamente. Todas las tareas que debía cumplir al día tenían a su cuerpo sufriendo por un descanso. Cada uno de sus músculos dolía al más mínimo toque y los moretones, que no lograba recordar cuando se los hacía, eran recordatorio de la forma en la que estaba sobre exigiendo a su cuerpo.
Afortunadamente, estos últimos habían desaparecido gracias a la avanzada regeneración que le otorgaba cambiar a su forma lobuna. Pero el dolor de sus músculos era más profundo, casi a un nivel molecular.
—Ahora estoy intrigado, Tae. —Exhaló sin moverse. — ¿Qué harás al respecto?
—Creo que hay alguien que podría darte ese tipo de respuestas. Podríamos verla mañana después de la Vendimia. —Sugirió somnoliento. El cansancio de Taehyung era mental, pero podía asegurar que era más molesto que el físico.
— Dijiste que no creías que fuese grave.
—Y no lo creo. —Aseguró. —Pero tampoco es normal. Incluso aquellos que tienen una relación verdaderamente cercana con su lobo no tardan menos de quince minutos.
Jungkook suspiró cansado y asintió aceptando la propuesta de Tae. Ambos sabían que no era algo que le fuese a perjudicar en un futuro, pero no estaba de más conocer el porqué de ello.
— ¿Por qué no te transformas tú ahora? —Propuso.
El mayor se quedó en silencio por un par de minutos antes de responder.
— No puedo cambiar. —Era mínimo, casi inexistente, pero el alfa logró captar el atisbo de melancolía en la voz de Taehyung.
Por instinto, llevó su mano izquierda por detrás del omega para posarla sobre su omega, y comenzar a hacer pequeños movimientos circulares con sus dedos. Eran mimos que podrían dejarse pasar por alto, pero no por Taehyung, quien relajó su cuerpo notablemente.
— Desde hace un tiempo he tomado una dosis diaria de un medicamento, el cual me permite mantener un control sobre mi lobo. —Explicó. —Desde que sucedió lo de mi madre, la relación con mi omega se volvió inestable, al punto de que me lastimaba a mí mismo sin darme cuenta.
— ¿Por qué? —Preguntó, a lo que el omega le miró confundido. —¿Por qué tu omega te hacía daño?
—No entiendo.
—No estoy cerca de ser experto, pero creo que es conocimiento básico el saber que tu propio lobo jamás atentará contra ti. —Puntualizó. —Tú eres él y él es tú. Sería un suicidio. Y uno de los instintos primordiales, tanto de la parte animal y la parte humana, es sobrevivir. No tiene sentido que te haya lastimado.
Taehyung se separó de él lentamente, regresando a su postura tensa y teniendo una expresión perpleja en su rostro.
— ¿Qué es lo que estás insinuando, Jungkook? —Preguntó duramente.
— ¿Estás totalmente seguro de que eras tú el que provocaba esas heridas? —Trató de utilizar un tono de voz que no alterara el omega, pero notó que no había funcionado cuando la mirada de Taehyung se transformó en una furibunda.
— Nadie me ha levantado la mano. Nunca. —Pronunció lentamente cada palabra con voz gruesa mientras formaba sus puños con sus manos y sentía el cólera aumentar a cada segundo.
— Tae, a lo que me refiero...
— ¡No! —Interrumpió levantándose. — ¡Tú no tienes idea de nada!
Jungkook suspiró fastidiado, considerado que quizá no había tenido suficiente tacto al momento de expresar la idea que había llegado a su mente. Se levantó dispuesto a disculparse y dejar pasar el pequeño conflicto.
— ¿Cómo puedes insinuar que alguien más me hacía daño? ¡Tú no conoces a nadie aquí!
— ¡Lo sé! —Exclamó cansado. — Sé perfectamente que soy un foráneo que se ha entrometido en la vida de todos aquí. Sé que no conozco a nadie lo suficiente para decir esto, pero justo por eso también lo hago.
Taehyung frunció sus cejas y pareció sosegarse un poco, manteniéndose en silencio para permitir que el alfa se explicara.
— No tengo ni la menor idea de cómo son aquí. Todo lo que he podido ver hasta ahora ha sido la parte superficial de cada persona. —Dijo acercándose al omega poco a poco. —Lo siento si lo que dije estuvo fuera de lugar. No tengo forma de asegurar nada; simplemente fue una idea que llegó a mi cabeza fugazmente, no tenía ni idea de que te fuera a molestar tanto.
—Todos aquí confiamos en el otro. Ese es nuestro código. No puedo concebir la idea de que alguien se atreviera a romperlo. —Repuso, encontrándose ahora mucho más tranquilo y permitiendo que el alfa le rodeara protectoramente con sus brazos. Suspiró tranquilizándose, reconociéndo para sí mismo que se había exaltado demasiado. —Perdóname. Todo me tiene demasiado tenso, por lo que en los últimos días me he encontrado especialmente irascible.
—Descuida, lo comprendo.
Y de verdad lo hacía. Si se ponía en sus zapatos, tampoco podría creer que algunos de sus amigos o incluso quien fue su fastidioso padre, se atreviesen a traicionarle de tan vil manera.
Pero tampoco iba a ignorar que Taehyung tenía lagunas mentales, donde cualquiera podría haberse aprovechado de su inocencia de las peores maneras y él no recordaría nada.
¡Nos leemos luego, mis amores! 💜 💜
MiaGarrettA
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