🌺 CAPITULO 3 🌺

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Zoe estaba inclinada sobre el lavabo del baño, su cuerpo temblaba mientras un nuevo espasmo la golpeaba y la hacía vomitar nuevamente. Su rostro estaba pálido, con gotas de sudor resbalando por su frente. Detrás de ella, Momo la observaba con el ceño fruncido. Llevaba varios días viendo a su amiga en ese estado y la ansiedad crecía en su interior.

—Vamos a ir al doctor —dijo Momo con firmeza y a la vez con preocupación.

Zoe, sin embargo, negó con la cabeza ante la idea.

—No necesito un doctor, Momo —respondió Zoe con voz débil, mientras se apoyaba en el borde del lavabo para estabilizarse.

Momo no se dejo convencer tan fácilmente. Había una pregunta que no podía quitarse de la mente, una que necesitaba hacer.

—Zoe, ¿has tenido tu período?—preguntó Momo con cautela.

Zoe se quedó en silencio, su mirada estaba perdida en algún punto del suelo mientras reflexionaba. Después de unos segundos, sacudió la cabeza lentamente.

—No, pero... a veces se me retrasa —dijo, sin tomarle importancia.

Momo fruncio los labios ante la poca importancia que le daba a ese asunto. La preocupación en su pecho se intensifico.

—Zoe, esto no es normal. Si no es nada, al menos saldremos de dudas — insistió con un tono más suave.

Zoe permaneció en silencio, su mente estaba  llena de pensamientos contradictorios mientras el eco de las palabras de Momo resonaba en su cabeza.

Momo visiblemente cansada de la situación dio media vuelta para ir a la habitación y buscar dos pruebas de embarazo, regreso al baño y coloco ambas sobre el borde del lavabo. Zoe levantó la mirada sorprendida.

—¿Por qué traes eso? —preguntó Zoe, aún recuperándose del último espasmo.

Momo suspiró, cruzando los brazos.

—Tenía leves sospechas de que podrías estar embarazada. Has estado así por días, Zoe. Esto no es normal.

Zoe negó con la cabeza, dejando escapar una pequeña risa divertida.

—Eso es imposible, Momo. No puede ser.

Sin embargo, Momo no se rindió.

—No estoy jugando, Zoe. Hazte las pruebas. Ahora.

Con un suspiro de resignación, Zoe tomó las pruebas y de mala gana, se dispuso a hacerlas. Los minutos siguientes se sintieron eternos, el silencio en el baño solo era interrumpido por el leve tic-tac del reloj en la pared. Ambas amigas esperaban el resultado con una mezcla de nervios y escepticismo.

Finalmente, después de lo que parecieron los diez minutos más largos de sus vidas, Zoe recogió las pruebas y miró los resultados. Su corazón dio un vuelco al ver las dos líneas en ambas pruebas.

—Positivo.

Zoe y Momo se quedaron paralizadas, sus miradas fijas en las pruebas, sin poder creer lo que veían. La incredulidad se apoderó de ellas, el silencio llenando el pequeño baño mientras intentaban procesar lo que aquello significaba.

Momo miró a Zoe con incredulidad y preocupación en sus ojos.

—¿Vas a tener un hijo de Kang?—preguntó, su voz llena de asombro. Zoe, aún en estado de trance, no podía apartar la vista de las pruebas de embarazo.

Momo continuó, su tono cargado de indignación.

—No puedo creerlo, después de lo que te hizo ese desgraciado...

Pero antes de que pudiera seguir, Zoe la interrumpió, finalmente saliendo de su estado de shock.

—No, Momo —dijo con firmeza, levantando la mirada para encontrarse con la de su amiga. —Este bebé no es de Kang.

Momo la observó con confusión, su mente intentando procesar la información.

—Entonces, ¿de quién es? —preguntó, la incertidumbre evidente en su voz.

Zoe se quedó en silencio por un momento, su mente viajando hacia las semanas anteriores, recordando la noche en el antro. En su mente apareció la imagen de Jungkook, el chico de cabello negro que la había fascinado desde el primer momento. También recordó cómo habían terminado juntos en una lujosa habitación de hotel y cómo él la había dejado al amanecer, solo con una nota.

—Es de Jungkook —murmuró finalmente, su voz casi inaudible. Momo la miró, sorprendida, mientras Zoe continuaba, más para sí misma que para su amiga—Es de un chico que conocí en el antro. Ya te había contado sobre él, el otro dia.

—Sí, pero no me dijiste que te habías acostado con él —añadió Momo entre dientes tratando de controlarse.—¿ Por esa maldita razón no respondiste mis llamadas?,¿Durante toda una semana?

—Yo..

Zoe iba a protestar sin embargo el sonido de la puerta abriéndose la distrajo y Kai, que acababa de entrar, escuchó lo suficiente para quedarse atónito.

—¿Qué cosa? —preguntó con un tono de voz llena de incredulidad mientras sus ojos pasaban de Momo a Zoe, buscando una explicación.

Momo, con el ceño fruncido y la preocupación en sus ojos, no pudo contenerse más.

—¡Zoe, no puedo creer que hayas sido tan imprudente! Tener intimidad con un desconocido y ahora... ¡estás embarazada! ¿En qué estabas pensando? —Su tono era severo, pero detrás de su regaño, se notaba el temor por la situación en la que su amiga se encontraba.—Espera no me digas —mientras masajeba los sienes de su cabeza—¡Qué no se te ocurrió usar un maldito condon!

—La verdad no —respondió Zoe con la mirada baja.

—No, en lo único en lo que pensabas era, en que te la metiera —bufo Momo con molestia, mientras sujetaba el puente de su nariz. —Y tú quejándote de Kang qué...

—¡Basta! —gritó Kai interrumpiendo a Momo— No sigas si no quieres arrepentirte luego.

—Pero.. muy bien —Momo respiro profundo intentado calmarse.

Zoe trago el nudo que acababa de formarse en su garganta e intento mantenerse serena, sabia que todo aquello era su culpa o tenia parte, porque la otra la tenia Jungkook,  pero el hecho de que tuviera a sus amigos preocupados asi le dolía, por lo que levantó las manos para calmar la situación.

—Escuchen, probablemente no esté embarazada —dijo con una mezcla de ansiedad y negación en su voz, aunque sabía que las pruebas decían lo contrario.

—¿Cuantas veces? —preguntó Momo mirando a Zoe.

—¿Cuantas veces que? —respondió Zoe confundida.

—¿Cuantas veces se vino dentro de ti? —cuestiono Momo con la ceja levantada.

Zoe enrojecio y apartó la mirada avergonzada, esquivando la mirada penetrante de Momo sobre ella, Kai la observó por un momento y suspiro.

—Bien —respondió con determinación—vamos a un hospital y salgamos de dudas de una buena vez.



En otra parte de la ciudad, Jungkook estaba en su oficina, un espacio amplio y lujosamente decorado, con una vista panorámica de la ciudad a través de enormes ventanales. A su alrededor, sus hombres más fieles estaban reunidos, todos hombres duros y experimentados, cada uno con una presencia imponente que hablaba de los años de experiencia en el negocio.

La atmósfera era tensa, cargada con la gravedad de los asuntos que discutían. En el centro de la conversación estaba la próxima mercancía, un envío de gran valor que debía ser manejado con extrema precaución. Jungkook, sentado en su silla de cuero negro, escuchaba atentamente mientras uno de sus comandantes exponía los detalles del operativo.

—El cargamento llegará en dos días —dijo Suga con voz firme pero baja, consciente de la importancia de lo que estaba en juego. —Tenemos todo preparado para la distribución, pero la seguridad en el puerto ha aumentado. Necesitamos un plan alternativo por si algo sale mal.

Jungkook asintió lentamente, su expresión impasible, pero sus ojos oscuros brillaban con un cálculo frío. —Nos aseguraremos de que todo se maneje sin problemas. No podemos permitirnos errores esta vez —respondió, su tono autoritario dejando en claro que no aceptaría ninguna falla.

Jhope intervino —Ya he hablado con nuestros contactos en el puerto, están preparados para cualquier imprevisto. Sin embargo, la vigilancia será más estricta, especialmente después del último incidente.

Jungkook se recostó en su silla, reflexionando por un momento antes de hablar. —Quiero un informe completo de todas las rutas alternativas y los puntos de extracción. Nada puede salir mal con esta operación. Si es necesario, reforzaremos la seguridad en cada punto.

Los hombres asintieron, tomando nota de sus órdenes. Sabían que Jungkook no dejaba nada al azar y cualquier fallo podría tener consecuencias graves para todos. La reunión continuó, con cada uno de ellos aportando ideas y sugerencias, afinando el plan para garantizar que la operación se llevara a cabo sin contratiempos.

Mientras tanto, en la mente de Jungkook, aunque oculto bajo la superficie, un pensamiento diferente lo distraía momentáneamente: el recuerdo de la noche que había pasado con una mujer de ojos brillantes, cuyo nombre apenas recordaba, sin embargo aquella experiencia fue la mejor de todas.

Queria volver a repetirla, en su mente se visualizaron las imágenes de la chica desnuda frente a él junto a sus adorables gemidos, tuvo que retener un jadeo que queria escapar de sus labios al recordar todo lo que habia pasado esa noche tan magnífica, tenia que evitar pensar en en ello, sobre todo por el bulto en su entrepierna que comenzaba a despertar.  Por lo que aparto ese pensamiento y volvio a su enfoque a la misión en curso.

En medio de la reunión, Jin, uno de los altos mandos de Jungkook, comenzó a exponer detalles sobre uno de los hospitales que usarían como fachada para sus operaciones. En la pantalla gigante de la oficina, las cámaras de seguridad del hospital transmitían en vivo, mostrando el lugar y su entorno en tiempo real.

Mientras todos observaban atentamente las imágenes, Jungkook, con sus ojos siempre agudos, notó algo que hizo que su corazón diera un vuelco. En una de las tomas, captada por una cámara cerca de la entrada principal, se vio a una chica que le resultaba extrañamente familiar. Sus ojos se entrecerraron mientras su mente procesaba rápidamente la información. Era ella. La mujer que le había fascinado más de lo que estaba dispuesto a admitir.

—Espera, detén eso —ordenó con urgencia, levantándose de su asiento de un salto. La sala quedó en silencio mientras todos miraban la pantalla, pero solo Jungkook parecía entender la importancia de lo que acababa de ver.

Se giró hacia RM, su mano derecha, con una expresión que mezclaba sorpresa e intensidad. —La información que te pedí de ella... ¿la tienes?.

RM asintió con firmeza, aunque ligeramente sorprendido por la urgencia en la voz de Jungkook. Había visto a su jefe en muchas situaciones, pero rara vez lo había visto tan afectado por algo.

—Sí, la tengo —respondió, sacando un pequeño dispositivo del bolsillo interior de su chaqueta. —Me tomó un tiempo, pero logré obtener toda la información disponible sobre ella.

Jungkook extendió la mano y RM le entregó el dispositivo sin vacilar. Mientras tanto, las imágenes en la pantalla seguían mostrando a Zoe caminando por el hospital, acompañada de dos personas, aunque ellos no sabían que estaban siendo observados.

—Es ella —murmuró Jungkook para sí mismo mientras miraba la pantalla, sus ojos seguían cada uno de los movimientos de Zoe.

Sin apartar la vista de la pantalla, Jungkook apretó un botón en el dispositivo y comenzó a leer la información que RM había recopilado. Su expresión se volvió más seria con cada línea que leía, mientras el rompecabezas en su mente comenzaba a tomar forma.

—¿Quieres que envíe a alguien para que la traiga aquí? —preguntó RM, observando a Jungkook con cautela. Sabía que su jefe no solía involucrarse personalmente en estos asuntos, pero también sabía que había algo en esta chica que lo estaba sacando de su enfoque habitual.

Jungkook guardó silencio por un momento, su mente trabajando a toda velocidad. Finalmente, negó con la cabeza.

—No —dijo, su voz volviendo a ser fría y controlada. —Por ahora, no. Pero quiero saber exactamente qué está haciendo allí.

RM asintió, comprendiendo la decisión de Jungkook. Este último seguía observando la pantalla, sus pensamientos ya maquinando un plan. Sabía que Zoe estaba en el hospital por una razón y tenía que descubrir cuál era.

Mientras sus hombres retomaban la conversación sobre la mercancía, Jungkook apenas escuchaba. Su mente estaba en Zoe, tenía una leve sospecha del porque se encontraría en un hospital, sin embargo tenía que confirmarlo antes de actuar.

Jungkook no apartaba la vista de la pantalla cuando finalmente dio una orden que no podía esperar.

—Chanbing —dijo en un tono que no admitía réplica. —quiero que vallas ahora mismo al hospital e investigues todo lo que puedas sobre el porque estan ahi —Su voz era fría, calculadora, dejando claro que no aceptaría ningún fallo en esta misión.

Chanbing uno de los hombres de confianza de Jungkook, asintió sin dudar, comprendiendo la importancia de la tarea que se le había asignado. Sin perder tiempo, se levantó y salió de la sala, listo para cumplir con la orden y obtener la información requerida.

Mientras Chanbing abandonaba el lugar, Suga, uno de los jefes y amigos más cercanos de Jungkook, observó la situación con interés. A su lado, J-Hope, Jimin, Jin y Namjoon también notaron el cambio en el ambiente y la tensión que parecía envolver a Jungkook. La curiosidad se reflejaba en sus miradas, pero ninguno se atrevió a preguntar directamente.

—¿Has visto alguna vez a Jungkook así? —preguntó Jimin a RM en un susurro.

RM negó con la cabeza, su expresión era seria.

—No —respondió en voz baja. —Pero parece que esta chica es más importante de lo que pensábamos.

Mientras sus amigos seguían intercambiando miradas de complicidad, Jungkook finalmente se giró hacia ellos, su semblante serio pero decidido.

—Es un asunto personal —dijo en un tono que, aunque era firme, no dejaba espacio para más preguntas. Sus ojos se encontraron con los de Suga y ambos entendieron que, aunque la curiosidad estaba presente, había límites que no debían cruzar.

Con la reunión sobre la mercancía volviendo a su curso, Jungkook intentó centrar su mente en los negocios, pero el pensamiento de Zoe seguía rondando en su cabeza.

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