🔞 CAPITULO 2 🔞
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De un momento a otro Zoe se encontraba en la habitación de un lujoso hotel, con el ardiente pelinegro qué se había encontrado en el antro. Su aura misteriosa y peligrosa le había llamado la atención, como nunca antes.
Jungkook comenzó a desabrochar su camisa blanca para después dejarla sobre la mesa. Zoe no pudo apartar la mirada de la figura atlética y bien definida del chico. Su espalda era ancha al igual que su pecho en los cuales se mostraba claramente sus músculos marcados y bien trabajados. Zoe sintió sus manos picar al verlo, quería tocarlo. Jungkook sonrió con arrogancia, consciente de cómo la mirada de Zoe recorría cada centímetro de su cuerpo perfectamente esculpido. Sin apartar sus ojos de los de ella, se sentó al borde de la cama con una confianza abrumadora. Su sonrisa se ensanchó mientras extendía la mano hacia ella, invitándola a acercarse.
Zoe tragó con dificultad, sintiendo cómo la tensión en el aire se hacía más densa. Con el corazón acelerado, se acercó lentamente a Jungkook, su mirada fija en la de él. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, él la observó con intensidad.
—De rodillas —ordenó Jungkook con voz firme y dominante.
Las piernas de Zoe cedieron ante la orden y cayó sobre el suelo con un sonido sordo. Tampoco se atrevería a llevarle la contraria, había visto aquellos ojos tan intimidantes y al mismo tiempo tan enigmáticos, su voz era tan ronca y sensual que parecía irreal.
Jungkook se apoyó hacia atrás con un brazo mientras su otra mano agarraba la nuca de Zoe llevándola hacia su entrepierna. No había que decir mucho para saber que era lo que quería. Zoe jadeó ante el contacto y su cuerpo comenzó a moverse por sí solo, desabrocho el pantalón de color negro del pelinegro, para luego ver un bulto deformado sobre salir él, bajo el bóxer y libero aquel pedazo de carne, era blanco y rosado de la punta, su boca salivo y casi quería remojar sus labios al ver lo brillante de la punta, con torpeza agarro aquel miembro entre sus dedos, estos apenas y podían cerrarse debido al tamaño del pene del chico. Podía sentir como el miembro de Jungkook palpitaba entre sus manos.
Zoe llevó su boca a la cabeza del pene mientras acariciaba el resto del falo. Jungkook parecía impaciente. Las venas en su ingle palpitaban como queriendo liberarse de la presión. Ella comenzó a chupar la glande del pene del chico mientras movía sus manos de arriba abajo.
Jungkook echo la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y la mandíbula apretada, estaba disfrutando de la boca de ella sobre su pene, gruño cuando sintió como abría su boca y comenzaba a ingresar su miembro a su garganta, apretó el agarre de su cabeza y la llevo más profundo hasta que sintió como la glande de su pene tocaba la punta de la garganta de ella.
Zoe sentía como su boca se estiraba y su garganta estaba tan llena que apenas podía respirar, sin embargo, no sintió repulsión, si no por el contrario tenía un sabor agradable. Lentamente para no hacerse daño comenzó a salir y entrar llevando el miembro de Jungkook más profundo dentro de ella. Sus manos estaban cerradas como puños sobre el pene de Jungkook y de sus ojos corrían lágrimas.
Hubo un momento en que el pene de Jungkook entraba y salía de su garganta con rapidez, sus mejillas se sonrojaron al escuchar al chico jadear, las embestidas a su boca iniciaron cada vez más rápido, sentía que vomitaría por la presión, pero nunca pasó. En una última embestida a su boca sintió como Jungkook se corría en su boca.
—Trágalo —ordenó él con la mirada obscurecida, mientras observaba a la chica tragar su semen.
Zoe levanto la mirada y trago el semen de Jungkook, tosió un poco por la cantidad abrumadora.
—Muy bien hecho —dijo Jungkook divertido, mientras sujetaba su pene el cual seguía duro y con este, golpeó la mejilla de ella.
Zoe no tuvo tiempo para recuperar el aliento al ser agarrada por la muñeca y lanzada hacia la cama. Su top fue abierto de manera brusca dejando al descubierto todo su pecho. Antes de que pudiera protestar el cuerpo grande de Jungkook terminó encima de ella.
Zoe y Jungkook se observaron fijamente, el mundo a su alrededor se desvaneció quedando ellos dos. Jungkook se acercó a ella inclinado levemente su cuerpo, sus ojos oscuros estaban llenos de pasión y deseó. Lentamente, levantó una de sus manos para acariciar el rostro de Zoe donde sus dedos trazaron suavemente una línea entre su mandíbula y su cuello. Ella sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo al contacto, su respiración se aceleró, sus pezones se pusieron duros y su intimidad palpito dolorosamente.
Sin apartar la mirada, Jungkook inclinó su cabeza y beso los labios de Zoe en un beso ardiente. Sus labios se movían con urgencia, devorándose mutuamente, como si el tiempo fuera a detenerse en ese instante. Zoe aferro a sus manos a los hombros de Jungkook, acercándolo aún más a su cuerpo. El beso se volvió más profundo, más apasionado, como si ambos quisieran fundirse con el otro. El aire se volvió una necesidad y ambos se separaron ligeramente, sus respiraciones entrecortadas, pero sus frentes aún unidas. Jungkook volvió a tomar posesión de los labios de Zoe.
Jadeos brotan de la garganta de la chica, mientras correspondía aquel beso hambriento, sus lenguas jugaban enredándose entre sí, ambos luchando por el control mientras las manos de Jungkook deslizaban el pantalón de ella sobre sus piernas, después apartó las bragas y quedo completamente desnuda. Jungkook separó sus labios de los de ella, para luego apartarse e hincarse sobre sus talones, bajo su bóxer por completo y por fin liberó su pene, este se encontraba totalmente levantado, las venas alrededor de la glande se podían notar y el presemen que brotaba de la punta brillaba con frenesí.
Jungkook mordió su labio inferior al ver el estado de la chica, sus mejillas sonrojadas, su respiración lenta que subía y bajaba, aquella imagen era simplemente perfecta, se inclinó sin quitar aquella sonrisa de satisfacción de su rostro. Zoe lo observo con un leve toque de miedo y deseo, arqueo la espalda al sentir como la lengua de Jungkook recorría desde su ombligo hasta llegar a su pecho.
Gemidos de placer llenaron aquella habitación, las dos grandes manos de Jungkook apretaron los pechos de ella, mientras él besaba su cuello, Zoe sujetaba la sabana con fuerza entre sus manos, sintiendo la lengua de Jungkook jugando con uno de sus pezones mientras su mano izquierda dibujaba la forma de su seno para luego jalar su pezón y apretarlo entre sus dedos.
Zoe abrió la boca, intentando contener inútilmente sus gemidos, su mente se encontraba perdida en una nebulosa, gimiendo aún más fuerte al sentir dos dedos de Jungkook acariciar los labios inferiores de su intimidad.
—Continua así preciosa —susurró él en un tono ronco sin dejar de chupar y succionar aquel botón que tenía entre sus dientes.
—¡Jungkook! —gritó en un gemido sonoro, sintiendo cómo un tercer dedo presionaba su clítoris.
Sus piernas temblaron y su cuerpo se estremeció con vigor, cerró sus ojos con fuerza al sentir como una corriente eléctrica atravesaba su cuerpo. Su respiración estaba entrecortada y cubrió su rostro con sus brazos, mientras Jungkook llevaba sus dedos a su boca, los cuales lamió.
—Eres deliciosa —gruñó con excitación al ver el desastre que había provocado en ella.
Jungkook sujeto los brazos de ella que cubrían su rostro y los apartó.
—No te ocultes, quiero ver lo hermosa que ya eres.
Sus labios se apoderaron de ella en un beso salvaje, mordía y succionaba su lengua. Zoe tenía los ojos cerrados sintiendo como se llevaba su alma, a duras penas podía seguirle el ritmo del beso. Jungkook dejó de acariciar los labios inferiores de la intimida húmeda de ella, para luego ingresar dos dedos dentro de su cavidad y comenzar a moverlos en forma de tijera, abriéndolos y cerrando los dedos, mientras los ingresaba más adentro, podía sentir claramente el cuerpo de ella temblar ante su toque y eso le fascinaba.
—No, espera, Jungkook. —dijo ella entre jadeos, sintiendo los estragos en su cuerpo.
Un hilo de saliva corría por el borde de la boca de Zoe, donde sus labios habían quedado sumamente rojos después del beso. Ella tenía la cabeza hecha un lío. Sentía su piel caliente y no solo la de ella, la de Jungkook estaba hirviendo.
Los gemidos eran algo que ya no podía evitar, la constante estimulación a su cuerpo junto con la erección del chico sobre su vientre le estaba provocando estragos, quería que la embistiera de una vez, pero este parecía disfrutar torturándola de aquella forma. Tres de sus dedos salían y entraban de su cavidad que estaba cada vez más que dilatada.
—Jungkook más suave —rogó ella con lágrimas en sus ojos.
La estimulación era demasiado y estaba a punto de venirse si seguía así. Aun así, no podía poner resistencia. Sus manos apretaban con fuerza la sábana entre sus dedos.
—¡Jungkook!
Las palabras de ella solo provocaban el efecto contrario en el chico que apretaba mucho más fuerte su clítoris, cada vez que abría sus dedos dejando que sus labios inferiores se estiraran para poder introducir un cuarto dedo. Un gemido salió de lo más profundo de la garganta de Zoe echando la cabeza hacia atrás y arqueando su espalda cuando no pudo aguantar más y se vino. Durante ese proceso Jungkook no dejó de estimular aquel dulce punto en el interior de la chica prolongando su orgasmo.
Zoe sollozó ante la sobre estimulación y en medio de su estremecimiento
enrolló sus brazos torpemente alrededor del cuello de Jungkook y se apretó contra él. Tras unos segundos más Jungkook retiro sus dedos de una manera brusca provocando un sonido obsceno y un grito por parte de Zoe. Ella estaba mareada no sabía si era por los efectos del alcohol o por lo que este chico estaba provocando en su cuerpo o ambos, lo que si sabía era que su cuerpo estaba a merced de Jungkook y que él desgraciado lo sabía.
Era la primera vez que se sentía tan ida de sí misma. Temblaba con cada mísera estimulación, gemía como si fuera una puta y se sentía tan excitada, con cada toque y caricia que él le brindaba, que sentía que se volvería loca, nunca antes se había sentido así. Incluso con Kang jamás habían llegado a traspasar esa barrera y aun así se encontraba desnuda, junto a un chico que acaba de conocer pero que le estaba mostrando el cielo.
Zoe gritó cuando los dientes de Jungkook se hundieron en su piel dejando varias marcas sobre esta. Las mejillas se Zoe se intensificaron al ver el rostro del chico, su cabello se encontraba totalmente desordenado, además del sudor que recorría desde su frente hasta su pecho y esos ojos tan llenos de deseo como de peligro. Su cadera se estremeció y apretó los dedos en su interior.
Jungkook solo sonrió de lado y sacó sus dedos del interior de ella. Se coloco entre sus piernas y las abrió, tomo su pene y con la grade acaricio los labios inferiores de la intimidad de ella. Un gemido broto de los labios de Zoe al sentir la punta del pene del chico golpear su húmeda entrada. La mirada de ella se centró en lo que estaba a punto de suceder, ver el cuerpo tan grande y duro de Jungkook junto al suyo era impresionante y le fascinaba pero al mismo tiempo le daba miedo.
El glande de Jungkook ingreso en su entrada con una gran facilidad y sin ninguna resistencia abriéndose camino gracias a la lubricación, las paredes de ella se pegaron a su miembro haciéndolo gruñir ante la estimulación. Por lo que al estar a mitad de camino se detuvo un momento, solo para dar una embestida que se enterró por completo.
Zoe echó la cabeza hacia atrás temblando como gelatina. Su vientre se
inflo ante la invasión de aquel miembro que comenzó a salir y entrar sin consideración, ella podía sentirlo en su estómago. Y no se equivocó. No había dolor como hubiera esperado, el miembro de Jungkook era mucho más grande y venoso que el de otros chicos, incluyendo el de su antigua pareja.
—Jungkook, es muy profundo —protesto Zoe ante las embestidas que golpeaban una y otra vez en lo más profundo de ella.
Jungkook hizo caso omiso y su sujeto la pequeña cintura de Zoe entre sus manos para forzar aún más sus embestidas. Tras cada embestida, el vientre de Zoe bajaba y subía obscenamente, como si quisiera partirla. Lágrimas corrían por el borde los ojos de la chica que apretaba las sábanas debajo de ella. Zoe se vio obligada a envolver sus piernas alrededor de la cintura del chico para intentar mantenerse en la cama.
Las embestidas se habían vuelto tan fuertes que la cama crujía debajo de ella. La chica no podía dejar de gemir mezclándose ese sonido con el de las bolas del chico golpeando su carne cada vez que sus caderas se encontraban. Las paredes del interior de su entrada apenas podían soportar cada embestida del miembro caliente que amenazaba con quemarlas.
—Jungkook es demasiado —se quejó Zoe en medio de la bruma. Era demasiado salvaje.
Nunca había experimentado algo así, por lo que se sentía demasiado abrumada.
—Jungkook... Jungkook —decía el nombre del chico para llamarlo, sin embargo, aquello solo creaba el efecto contrario, excitaba más a Jungkook.
—Duele, duele, para.
La verdad no sabía si realmente le dolía, pero sentía que se ahogaba, su rostro fue agarrado entre los dedos del chico para luego acercarlo al suyo.
—Sí vas a hablar, que solo sean tus gemidos los que escuche preciosa, sino cállate.
Lo escuchó hablar antes de que volviera a adueñarse de sus labios en un beso apasionado que prometía dejarla sin aire.
Las manos de Zoe apretaron fuertemente las sábanas debajo de ella, enterrando su rostro en la almohada que mordía para que sus gemidos no fueran más humillantes de lo que ya lo eran, mientras sentía como sus intestinos eran acomodados por el pene del pelinegro que se movía constantemente detrás de ella.
Ya no sabía cuántas horas habían trascurrido y en qué posición estar, si boca arriba o de lado. Ahora mismo estaba boca abajo con su cadera alzada entre las manos de Jungkook. Cada embestida del pelinegro estremecía cada parte de su cuerpo, sobre todo cuando el glande del chico golpeaba su punto más sensible.
—Jungkook... Jungkook —sollozaba temblando deseando tener al menos un
respiro. Los ojos del pelinegro a cada segundo se volvían más bestiales. Tanto sus hombros como cadera, nalgas, pecho y espalda estaban marcadas por los dientes de él.
Y no sabía cuántas veces iban ya que Jungkook se corría dentro de ella. Y aun así podía sentir como sus paredes se estiraban más conforme el golpeaba, el sonido obsceno de sus cuerpos chocar junto al crujir de la cama y el constante golpeteo, le provocaba estragos que nunca había imaginado antes. Su vientre estaba hinchado. El chico soltaba semen como si fuera una fuente, esa era la única forma de describirlo. Todo allá atrás estaba húmedo y pegajoso, sin embargo, eso no evitaba que no lo estuviera disfrutando como nunca en su vida, sus gemidos eran escandalosos y estaban segura de que podían escucharse hasta china de lo fuerte que eran.
También podía escuchar los gemidos de Jungkook eran graves pero audibles, al igual que sus jadeos y eso la avergonzaba ya que era bastante estimulante escuchar ese tipo de sonidos salir de un hombre como él. El sonrojo de su rostro era cada vez peor.
Jungkook colocó sus dos manos a los costados de la cabeza de ella, para luego inclinar su cuerpo y pegar su pecho sobre la espalda de ella, comenzó a empujar su cadera con gran fuerza, ingresando su pene de lleno en la entrada maltratada de la chica. Zoe ahogo sus gemidos mordiendo la almohada, siento como él comenzaba a golpear su punto dulce con más fuerza.
—¡Cuan malditamente estrecha estas! —gruñó Jungkook roncamente contra su oído.
El sonido de las embestidas se escuchaba con intensidad un chapoteo constante de dos cuerpos en contacto una y otra vez. Zoe no pudo callar más sus gemidos, lo cuales eran gritos ya. Jungkook se levantó un poco e ingreso su pene hasta lo más profundo de ella. Zoe abrió los ojos ante el evidente orgasmo golpear su cuerpo. Jungkook gruñó sintiendo cómo se corría por completo dentro de ella.
Después de unos momentos de seguir unidos, Jungkook se dejó caer al lado de ella, mientras recuperaba el aliento, su pecho subía y bajaba. Zoe por otro lado sentía su cuerpo temblar, sus ojos comenzaron a cerrarse a causa del evidente cansancio, pronto sus parpados se sintieron pesados hasta que finalmente no pudo soportarlo más y callo profundamente dormida.
Jungkook notó la respiración suave y tranquila de Zoe eso solo podía significar que se había quedado dormida, se levantó sentándose un momento en la orilla de la cama, vio por sobre su hombro el rostro relajado de la chica. Permitiéndose sonreír, algo que rara vez hacía, pero que en ese momento parecía inevitable. La paz que Zoe emanaba era contagiosa y por primera vez en mucho tiempo, se sintió genuinamente en calma.
Levanto la mirada al techo y tomo aire con fuerza, se volvió a recostar en la cama, pero esta vez atrayendo el cuerpo de la chica junto a él, se aseguró que sus cuerpos de tocaran. Sentir el calor de Zoe junto al suyo era reconfortante, un recordatorio de que, por ahora, todo estaba bien. No había peligro, no había preocupaciones, solo el presente, compartido en la intimidad de la noche. Su cuerpo empezó a relajarse, cada músculo liberando la tensión acumulada durante el día hasta que finalmente, el cansancio lo venció.
Se dejó llevar por la comodidad de la cama y el latido constante del corazón de Zoe junto al suyo. Cerró los ojos y el mundo se desvaneció a su alrededor. Jungkook se permitió descansar, algo que pocas veces se concedía, pero que, en ese momento, al lado de ella, se sentía completamente merecido.
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