Si no es contigo, jamás será sin ti.
Me encontraba entre la suavidad de mi cama luego de limpiar la bodega y enterrar los cuerpos en la parte de atrás de la galería. Mi cuarto se encontraba a oscuras, la noche ya se había presentado y la suave luz de la luna entraba por mi ventana. Tenía una vista hermosa hacia aquel astro sin tener que levantarme, solo admiraba su belleza.
Era plateada y completa, ocupando el lugar más prestigioso del oscuro cielo bañado de pequeñas y titilantes estrellas.
Por las persianas abiertas entraba el aire fresco y se dedicaba a juguetear en el interior de mi cuarto. Las brisas juguetonas recorrían mi cuerpo erizando mi piel, pero en ningún momento mi vista se alejó de la figura redonda en lo alto del firmamento.
¿Estaba listo para lo que vendría? ¿Podría hacerlo? ¿Quiero hacerlo?
Por primeras vez, esas preguntas viajaban en mi mente y no sabía el porqué. No había tenido compasión alguna con mis anteriores víctimas y entonces...
¿Por qué estaría dudando ahora?
Tal vez sea a "Él" al que estuve buscando...
Tal vez sea momento de parar...
Si tan solo todo fuera diferente...
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Morfeo se encargó de realizar su trabajo al abrirme las puertas del mundo de los sueños.
~*~
El sol daba en mi cara despertándome. Al parecer, me levante antes que la alarma sonara.
Tome una ducha y baje para desayunar antes de salir de nuevo a mi desgraciada rutina.
El día paso largo y lento. Mi cuerpo sufría cierta pesadez que no lograba explicar.
Una vez terminando, ya me encontraba tumbado en el sofá de la casa. ¿Cómo conseguiría atraer al último hacia a mí? Tal vez tome un método más directo y me presente ante él... pero verlo de frente... tenerlo de nuevo frente a mí me derrumbaría... sería débil y no dejaré que suceda... me vengaré hasta de él.
Ya tendría el plan luego, ahora solo quiero dormir.
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Miércoles.
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Después de repasarlo durante toda mi jornada, decidí que sería algo sorpresa como con Kris y Tao.
Ya tenía averiguado el lugar donde trabajaba y sus horarios, solo es usar esos recursos a mi favor.
En el resto de la semana me aseguraría de cómo llegar a él.
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Sábado.
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Salí del trabajo y tenía al menos un lapso de tres horas antes de que el saliera del suyo, tomaría ese tiempo para prepararme.
Con el kit de herramientas de la última vez, logre abrir la cerradura de su coche sin activar la alarma que me delate. Entre en el automóvil ocupando los asientos traseros, volví a cerrar la puerta pasando de nuevo el seguro.
Faltaba menos de media hora para que saliera.
Tenía listo la botella con cloroformo y la toalla para humedecer.
Por el polarizado, vi como su figura se iba acercando. Las manos comenzaron a sudarme y me inquiete un poco, ¿realmente iba a serlo?
*Tienes que hacerlo... recuerda lo que te hizo*
Una voz retumbo en mi subconsciente e intente alejarla. No quería recordar porque dolía... mi corazón siempre se oprime y se me dificulta respirar...
Escuche el porrazo de la puerta y actué.
Se inclinó para abrochar su cinturón y yo le puse el paño húmedo en la nariz, sus reflejos le hicieron intentar quitarse aquello que le atacaba con las manos. Paso su mirada al retrovisor y en el espejo me encontré con sus ojos.
Fijo el marrón de sus ojos con los míos y a través del cristal pude leer en ellos la incertidumbre. No lo soporte y me aleje inmediatamente de él, pero la sustancia ya le había hecho dormir.
Le tenía en frente de mí, inconsciente. Me acerque a su rostro y pude distinguir cada uno de sus finos rasgos: los pómulos marcados, la fina línea de sus ojos cerrados, sus labios delgados y ligeramente rosados que se curveaban imperceptiblemente hacia arriba como si sonriera, su suave y tersa piel de tez clara. Era perfecto.
¿Es necesario esto?
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Arranque el auto llevando conmigo a un dormido copiloto.
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Domingo.
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Me encontraba sentado en el piso, apoyado con la espalda en la pared. Veía el cuerpo que seguía quieto en frente mío, cuando comenzó a removerse hasta quedar sentado. Se llevó una mano a la frente para retirar las finas gotas de sodio que la perlaban.
–Hola – le saludé.
Abrió los ojos y con pesadez comenzó a recorrer la bodega hasta encontrarse conmigo. Estaba muy tranquilo y él también. Me perdí de nuevo en aquellas pupilas marrones.
– ¿Por qué me trajiste aquí? – al contrario de los demás, él era libre. No se encontraba sujeto por ninguna cuerda y podía irse si así lo deseara.
– ¿La verdad? No lo sé... tenía una intención en mente, pero no sé si pueda cumplirla... – le mostré el cuchillo que traía en la mano derecha y le sonreí sutilmente. La sonrisa fue verdadera.
– ¿Y qué era eso que tenías en mente? – me miraba a los ojos, ni siquiera desvío su mirada cuando levante el plateado objeto.
Suspiré.
– Eso ya no importa... – baje de nuevo el cuchillo y deje caer la cabeza, pude sentir como algo cálido y húmedo recorrió mi mejilla derecha.
–MinSeok... –
Y de la nada, lo tenía cerca de mí y me levanto la cara, acunando mi rostro entre sus manos y secando mi lágrima con su pulgar.
Ahí estaba de nuevo hundiéndome en aquella mirada. Su tacto era tan delicado y suave, como si tuviera miedo de hacerme daño, ¿irónico, no?
Gire mi rostro y lo empuje alejándolo de mí, me mordí el labio inferior intentando reprimir el llanto pero fue inútil, ya que las gotas saladas comenzaron a caer sin control.
–MinSeok... – su voz parecía preocupada, intentando acercarse de nuevo.
–¡No!... no te me acerques... – me lleve las manos al rostro y seguí llorando.
Ignorándome, me envolvió entre sus brazos. El abrazo fue tan cálido, pero tenerlo cerca me dolía.
– ¡TE DIJE QUE NO ME TOCARAS! – le rechacé de nuevo, empujándolo.
– ¡¿PERO QUE TE HE HECHO?! – gritó frustrado, golpeando el piso.
–Daño... mucho daño... – me abrace a mí mismo intentando protegerme.
–Jamás sería capaz de tal cosa... – sentía su mirada en mí y le escuche acercarse.
– Fue lo que prometiste y no cumpliste... – me aleje de su contacto.
–No te entiendo... –
–Me prometiste que estarías conmigo, que nunca me lastimarías... confié en ti... ¡PERO NO FUISTE DIFERENTE QUE KRIS, LUHAN Y LOS DEMÁS! – le grité con las manos en la cabeza.
– ¡SI TAN SOLO SUPIERA QUE TE HE HECHO! –
Fui apagando los sollozos y al fin abrí los ojos, perdiéndome en algún punto del piso.
*Luego de la paliza de Kris y sus amigos, después de que me dijeran que el que creía que era mi amigo me traicionó, aún conservaba la esperanza de saber que por lo menos podía confiar en una persona... la única persona que estuvo siempre a mi lado desde un principio... aquel niño que se presentó ante mí mostrando esa singular sonrisa gatuna y me seco las lágrimas en primer grado cuando me hicieron llorar y diciéndome que todo estaría bien y él me cuidaría, que ya no tendría por qué llorar de nuevo... que me hizo sentir amado y le amé... me traicionó al irse a besar con una niña del mismo grado...
Me rompió el corazón.*
– ¿Ya recuerdas, JongDae? – Al fin pude pronunciar su nombre y mirarlo a ver – Siempre pensé que podría encontrar a alguien igual que yo, que se sienta herido, solo y sin ninguna dirección, pero... – mientras hablaba me fui poniendo en pie, pero las piernas me fallaron haciéndome caer de rodillas, causando un doloroso sonido al chocar con el piso. – siempre fuiste tú... tenías que ser tú... tienes que ser tú... – rompí de nuevo a llorar. JongDae tenía la cabeza baja.
–Lo lamento... no sabía que lo viste... aquella niña se me confeso ese día y me robo el beso, yo no lo esperaba y no supe cómo reaccionar. Al día siguiente me entero de que te fuiste con tu madre a no sé dónde... – se llevó una mano al cabello – Te busqué, pero... no supe más de ti... tú también me rompiste el corazón. – note como algo soltó destellos en sus mejillas.
Sentía las lágrimas rodando por mis mejillas y como se me estrujaba el corazón ante sus palabras. ¿De verdad le hice daño? ¿A él? ¿A mi ángel?
–Nunca pude olvidarte... no quise abandonar el único alimento que tenía, el único sentimiento puro que aún conservaba, después de todo, es lo que me daba fuerza... más no quiere decir, que esta cicatriz sea solo un recuerdo... – me lleve el puño a mi corazón, aquel órgano sufría en su prisión dentro de mi pecho. Las lágrimas brotaban sin cesar.
–No podré hacerte olvidar, pero intentaré repararlo... no te vuelvas a ir de mi lado de nuevo, MinSeokkie... yo tampoco pude olvidarte. – tomo de nuevo mi rostro entre sus manos para que le viera, su mirada brillaba por las lágrimas que amenazaban con caer, yo le mostré una sonrisa, aquella que solo iba dirigida a él, a mi ángel, una sonrisa de esperanza y amor.
Cerré los ojos y una suave presión se dio en mis labios. JongDae me dió un casto beso y note como mis ojos se aguaron y derramaron nuevas lágrimas, pero están eran diferentes. Eran de felicidad. Después de tantos años, al fin me siento completo.
Nos pegamos en la pared y JongDae me acurruco sobre su pecho. Estaba feliz de poder estar con él, pero sabía que después de todo, no se iba a poder. Muy pronto sabrían lo de las muertes y me buscarían. No pienso pisar un reclusorio, antes muerto.
–Perdón, perdón por todo... – me aferre a su playera – no soy bueno, he hecho muchas cosas horribles y me buscaran... – el solo pensar que me alejaran de nuevo de él, mi corazón golpetea furioso.
– ¿Tú fuiste el causante de las desapariciones de Kris y los demás? – dijo sin más y yo le mire sorprendido.
– ¿Cómo supiste? –
–Fue un presentimiento, ellos te hicieron mucho daño y al saber de los sucesos, tú fuiste mi única opción... siempre has sido mi única opción... – paso una mano por mi mejilla y me mostró una sonrisa que me hizo sonrojar – Tenia mis dudas si vendrías también por mí, pero al verte por el retrovisor de mi auto, sentí cierta alegría... – soltó una ligera risa – Suena un poco masoquista, ¿no crees? –
Le devolví una sonrisa.
–No pienso ir a un reclusorio, no me arrepiento de nada, yo solo... quería que sintieran lo que yo... – desvié la mirada, pero la volví para verle de nuevo – En verdad, tú eras quien ponía mi cielo azul, eras el interruptor de luz en la pared, aquel día... te apagaste y volvió la oscuridad... – baje la cabeza, sentía el escozor en los ojos que amenazaban con llorar.
–Pero se ha prendido y jamás se volverá a apagar. – me tomo de la barbilla alzando mi rostro y me beso. Paso su lengua en mi labio inferior pidiendo permiso, el cual yo consentí y nos fundimos en un beso muy necesitado.
Siempre soñé con probar sus labios, aun siendo un niño inexperto, conocí al que sería el amor de mi vida, sufrí demasiado, pero al fin está conmigo.
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Perdón.
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Nos separamos por falta de aire. Nuestro pechos estaban agitados y nuestros labios rojos e hinchados por los besos.
–JongDae... deje una carta en la oficina de mi jefe, explicando todo. Como te dije, no pienso ir a un reclusorio, así que, esa carta también es mi nota de suicidio... – le mire a ver, pero él no tuvo ninguna reacción.
–Y yo te dije que no te volverías a ir de mi lado... – pego su frente con la mía y cerró los ojos – nos iremos juntos. – sonrió.
–No, no, no, no, ¡NO, JONGDAE! No puedo permitirte que hagas esto... tu no deberías... – agite la cabeza intentando alejar esas ideas y las lágrimas volvieron a presentarse.
–Ya sufrí mucho sin ti... no pienso que vuelva a suceder, es contigo o jamás será sin ti. – sonrió de nuevo, ¿acaso está loco? ¡¿Cómo puede sonreír a pesar de lo que esta diciendo?!
JongDae tomo el cuchillo que yo tenía al principio.
–No necesitas hacerlo... tú no... – las gotas saladas no dejaban de correr.
– ¿Listo? –
Yo solo pude asentir. No podía dejar de llorar sabiendo lo que estaba a punto de pasar, ni siquiera me atrevía a abrir los ojos o dejar de temblar.
Sentí como tomo mi mano izquierda, exponiendo mi muñeca. Un dolor agudo cruzo por ella, haciendo que soltara un gemido y apretara los ojos. JongDae entrelazo su mano derecha con la mía izquierda y me acurruco de nuevo en su pecho, alisaba mis cabellos con su mano libre y depositaba besos en mi cabeza.
Me encontraba en su pecho y aún lloraba. Escuchaba cada uno de sus latidos y como iban disminuyendo. Nuestras manos enlazadas eran bañadas por un líquido cálido, sentía el singular sabor metálico y salado en mi boca.
Los ojos se me volvieron cada vez más pesados y sus latidos menos constantes.
A pesar de todo, me dormí con una sonrisa, porque estábamos juntos y no nos separaríamos de nuevo.
Tal vez... después de todo... valió la pena.
El reportaje decía:
*El dueño de la galería de arte más famoso de la zona, fue a la estación de policía reportando que uno de sus empleados es el causante de las desapariciones de 10 personas...
... el hijo del empresario Kim, Kim Suho y su pareja Lay, los maestros de música Byun Baekhyun y Park Chanyeol; el dueño de una cadena de bebidas,Xiao Luhan y uno de sus empleados, Oh Sehu;,el coreógrafo Kim JongIn y el chef Do KyungSoo;y recientemente, uniéndose a la lista, los dueños de una escuela de wushu, WuYiFan y HuangZiTao...
... el dueño de la galería entrego una carta, que al parecer fue escrita por este empleado, Kim MinSeok...
... en ella relataba con lujo de detalle cómo fue atrapando a cada una de sus víctimas, explicando que fue el autor único de todos los actos...
... también decía en dónde encontrar todos los cuerpos... estaban enterrados en el jardín trasero de la galería misma... después de que los peritos encargados revisaran el área, encontraron los diez cuerpos, seis de ellos en avanzado estado de descomposición y le servían como abono a los rosales que el mismo Kim MinSeok plantó...
... el dueño en su declaración dijo que jamás llego a imaginar que su empleado fuera capaz de tales atrocidades... siempre fue bueno y atento con cada uno de los visitantes y compañeros de trabajo, nadie tenía queja de él...
... al parecer, el señor Kim tenía una copia de las llaves de la galería, haciendo que la tuviera a su disposición cuando quisiera y utilizarla como el centro donde llevar a cabo cada uno de los asesinatos, los cuales se mencionan en la carta que dejó...
... en la carta relata, que el señor Kim fue víctima de abusos por parte de los ahora occisos, por lo que decidió realizar toda esta hazaña de venganza contra ellos...
... los uniformados, al revisar toda la galería e ir directamente a la bodega, encontraron al señor Kim y una persona más que no se menciona en el escrito... este hombre fue identificado con el nombre de Kim JongDae...
... la sorpresa más grande, es que ambos mostraban un rostro apacible y una delicada sonrisa se mostraba en cada uno...
... ambos estaban abrazados y traían corte en una de sus muñecas...
... se suicidaron juntos... *
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