Volumen II

Ven A Casa Esta Noche.

⚠️ El siguiente material puede contener spoilers.
Este es un libro dividido en dos partes, si aún así decides leer, eres bienvenid@.

♥️ Agradecimiento total a todos los que leyeron la primera parte.

Jonathan Bettley Ross es un hombre especializado en contabilidad y finanzas, hace relativamente poco administraba un gimnasio, hasta que una mujer con la que salió hace meses decidió “funarlo” por redes sociales.

Poniendo su nombre completo en el post, además del sitio en el que trabajaba, junto con una serie de calumnias hacía su persona.
Aquello ocasionó la pérdida de su trabajo, entre otros ataques en redes sociales a su persona.

Actualmente está lidiando con asuntos legales con tal de limpiar su nombre.

Sin embargo, éso no fue motivo suficiente para lograr arruinarlo del todo, por qué a su lado tenía a Michael Spencer Buttarelli, su pareja.
Un abogado experimentando, socio de una firma llamada L&B Associati, entonces por materia legal estaba más que protegido.

Sólo que ambos compartían en común la misma ex novia, algo con lo que Jonathan no estaba de acuerdo en ser catalogado, ya que los dos nunca formalizaron un noviazgo.
Menos aún cuando Sara Adams Levitt dejó de salir con él... al saber que tenía una niña de seis años.

Jonathan no formalizaria nunca con alguien que no lo aceptará con su hija Judy Cherry Bettley, una pequeña niña que sólo lo tenía a él y a su abuela.
Esto debido a que había quedado viudo hace 5 años, desde entonces su vida ha sido difícil, las relaciones sentimentales no sé le deban, sólo lo casual.
Por ello se le hizo sorprendente que un hombre como Michael lo aceptará con Cherry, él realmente estaba haciendo el intento de acercarse a su hija.

La difícil situación del escrache público la tomó de la mejor manera, este tiempo fuera de las redes sociales lo aprovecharía de forma positiva.
Disfrutaría más de su paternidad como nunca antes y pasaría más tiempo al lado de su actual pareja.

Había tomado la decisión de no dejarse tumbar por la opinión de otros en redes sociales.
Mientras tuviera a su madre, a su hija, y a su novio cerca, estaría bien.
Lo único que había logrado Sara era unirlo más a Michael, por qué en lo que durará el proceso, no dormiría más sólo.

Jonathan tendría ése calor que buscaba en su cama, no estaría más sin Michael.
No había necesidad de pedirle que viniera a dormir con él, tal y como lo estaba haciendo últimamente.

«Serie de recuerdos».

«Desde hace tiempo que tengo necesidades, quiero sentir calor, dormir con alguien, compartir».

No podía dormir.

Quería a su chico de vuelta, por lo que probó suerte y le marcó a Michael, quien no tardo en responder.

—Parece que nunca tendré suficiente de ti, ya te extraño.

—Y yo a ti querido.

—Michael dime cómo pasamos de una interacción mínima de redes sociales a hablar dos horas, luego a saber todo del otro el resto del día, y ahora esto.
A pesar del día que pasamos quiero más de ti.

—No lo sé, pero sería capaz de conducir ahora e ir a buscarte.

—Me vendría bien, sólo que estoy seguro que solamente nos abrazaríamos y nos quedaríamos dormidos juntos.

—Entonces hagámoslo.

—¿Aunque sea solamente un rato?

Respondió con un «sí», seguido de ello salió de la cama, de todas formas no podía dormir.
Además quería cumplirse el capricho de estar acostado al lado de Jonathan, por lo que elegiría irse en su camioneta en lugar del coche.
Llevaría un par de almohadas, mantas, y una colchoneta para instalar en la parte de atrás.

Quería pasar un rato agradable.

Le hizo una llamada normal, no quería distraerse con verlo, por qué iba manejando.
Solamente puso el celular en altavoz.

—Hola, cielo ¿Ya estás en casa? Yo apenas voy a llegar a la mía.

—Sí, cariño. Llegué hace rato ¿Qué tal tú día?

—Maravilloso por qué pude verte, pero quiero estar contigo nuevamente.
Quiero volver a repetir ésa noche en la que dormiste conmigo, me hace bien tenerte cerca.

—¿No te molesta dormir incómodo?

—¿Quieres saber la verdad? En cinco años no he dormido mejor que ésa noche, me hizo bien sentir tu calor.
Las noches suelen ser frías, además quiero hablar contigo.
Prometo hacerte sentir bien, sé que puedo hacerlo, mi amor.

—Iré, sólo dime a que hora quieres que este allá.

«Buenos días, cariño. & no tienes que agradecer, me gusta pasar tiempo contigo y dormir a tú lado es un privilegio».

—Sería capaz de pasar a tu casa antes de ir al trabajo sólo para darte un beso.

—Ambos sabemos que no te dejaría ir, me conformo con poder besarte esta tarde.
Mira que tengo aquí —dijo con una sonrisa mientras señalaba el abrigo—, no sabes como me ayudó a poder conciliar el sueño anoche.
Así seguiré durmiendo hasta que te animes a dormir en mi cama, ven una noche y deja todo tú aroma aquí.

—El Sábado dormiré conmigo, te lo prometo. Y amor, siempre puedes quedarte con mi ropa.

—Ten por seguro que tomaré tu palabra, no hay nada que me haría más feliz que tener más prendas tuyas.
Michael, te quiero muchísimo.

—Y yo a ti, bebé.

Jonathan no quería seguirle pidiendo a Michael que viniera a casa por las noches.

Quería tenerlo a él todos los días en su cama, deseaba verlo usar sus camisas como pijama, Jon deseaba despertar a Michael con su voz todas las mañanas.

Lo quería a él en su vida de forma permanente, no una noche, no por un periodo corto, lo necesitaba siempre.

«Michael, mi amor... siempre me puedes tener a tú lado las veces que quieras.
Me tienes totalmente enamorado de ti, te juro que lo estoy, estaría totalmente feliz de pasar mil noches a tú lado e incluso hasta más.
Amo dormir contigo, me gusta tenerte entre mis brazos».

Y a Michael también le agradaba dormir al lado de Jonathan, por el simple hecho de despertar escuchando su voz.

«Ahora dormiré contigo, y mañana tendré el privilegio de despertar con tu bonita voz, no sé tú, pero estoy feliz con ello.
Yo soy feliz en dónde te encuentres tú».