LXXXII - Esencia

Michael agradecía que su casa quedará más cerca (del trayecto al trabajo) que la de Jonathan, tendría tiempo de hacer lo que tenía que hacer antes de la llegada de su pareja.
No debía demorar tanto porque sabía lo rápido que era Jon en alistarse, tenía que apurarse, lo que menos tenían los dos era tiempo.
El abogado al llegar entró corriendo a su casa, se quitó la ropa y entró a la ducha. Era momento de tener una limpieza profunda, si es que quería poder experimentar aquello que tanto deseaba.

Al salir de la ducha se mantuvo sin nada encima, sólo esperaba el momento en el que su pareja regresará, estaba ansioso.
Sentía su cuerpo arder, se prepararía con lubricante para irse adelantado. 

Le mando un mensaje al contador, diciéndole que llegará directo a la habitación, lo quería sentir de inmediato.
Se puso bocabajo, aferrándose a las sábanas y a la almohada, quería tener a Jonathan encima.
Sus ansias se calmaron al oírlo llegar, pero su libido había aumentado. 

Michael se reacomodo en la cama, cubrió su cuerpo con la sábana blanca, después al ver a su novio entrar a la habitación, le habló.

—Jon, cariño, te necesito. 

—Hola mi amor, aquí estoy, dime ¿Qué necesitas?

—A ti, querido. Ven, acuéstate conmigo y siente mi cuerpo, quiero que me hagas de todo, estoy listo para ti. Te extraño.
Necesito llenarte de besos, quiero conocer cada centímetro de tu piel.

Michael jaló a Jonathan hacía la cama, le levantó la camisa y observó el panorama.

—Quitatela, me gusta verte sin camisa, además así puedo sentir la suavidad de tu piel y el aroma de tu cuerpo.

—Michael, mi amor…

—Déjame probarte, deseo conocer cada centímetro de ti, quiero experimentar de todo junto contigo.

Besó su pecho, luego se dirigió hasta abajo y de ahí le siguió un camino de besos hasta arriba, deteniéndose en sus botones. No pudo evitar pasar su lengua, quería probarlos. 
Desde hace tiempo que tenía ganas de perderse en el torso de su pareja.
Le agradaba la forma, sus pectorales, la forma de sus músculos, absolutamente todo, e incluso el vello que tenía.

—¿Cuándo pones tú propio gimnasio aquí? Extraño verte practicando box, haciendo lo que sea, pero todo sin camisa.
Quiero ser tú principal espectador otra vez, Jon —mencionó con voz ronca—, amor, extraño verte saltar en ése especie de colchón azul, no sé para qué demonios es, sólo sé que te veías jodidamente bien, eres mejor que cualquier gimnasta.
Te amo tanto, déjame tocarte, deseo sentirte completo.
Voy a dejarme llevar por ti, no ocultaré más mis deseos hacía ti, lo he aceptado, aunque sienta que estoy perdiendo mi masculinidad, reconozco que tú me atraes también sexualmente, demasiado.
Me gustas, no sólo sentimentalmente, si no físicamente, y de forma sexual.
Tienes un cuerpo maravilloso Jonathan.

—Mi amor, tú puedes tocarme todo lo que quieras, ven —suscitó en voz baja, a la vez que lo atraía más—, experimentemos juntos, sin miedo alguno.
Y sí, cielo, lo haré. Empezaré a dejar también algunas cosas aquí.
Gracias por todo lo que has hecho por mí, Michael, te adoro, te amo demasiado.

—Cariño, no es nada, estoy feliz contigo.
Haría lo que sea por ti, amor mío, absolutamente todo lo que sea necesario para hacerte feliz también.
Esta es tu casa, querido.
Ven aquí cuando quieras, no preguntes, también trae a la niña, seremos una familia, Jonathan.
Y recuerda sobre todo, que monetariamente estamos estables, no te preocupes por el tema del dinero, guarda la tarjeta para ti, es tuya, no quiero que estés batallando por nada.

—No puedo aceptarla, es demasiado.

—Jon, querido. Somos una pareja, tenemos que cuidarnos mutuamente y apoyarnos entre los dos.
Velo como un pre-matrimonio, si nos casamos compartiremos finanzas ¿Por qué no comenzar ahora?
Además tengo la certeza de que harías lo mismo por mí.

—Eres tan especial, mi vida.
Ven, déjame darte todo el amor que te mereces, siempre eres tan lindo.

Lo vió sacar una bolsita gris y el abogado la tiro hacia el piso, no quería sentir otra capa externa. 

—Quiero sentirte, déjame sentirlo. 
Déjame totalmente lleno de ti, manchame por dentro de tu esencia. 
Te quiero oír llegar Jonathan, déjemos el silencio por hoy, los dos estamos sólos.

—Pídeme lo que quieras, siempre voy a cumplirte, mi amor. 
Tus deseos son órdenes, lo haremos tal como tú quieras.

El abogado tenía ganas de sentir nuevas sensaciones, por lo que decidió subirse arriba del contador, dirigiendo los movimientos por su cuenta, subiendo de arriba a abajo, buscando el ritmo correcto.
Aprovechando la situación dirigió sus manos hasta el torso de su pareja, quería tocarlo por completo.
Se sentía extasiado por los movimientos constantes, comenzó a restregarse más, saltando y hundiéndose toda aquella gran extensión de carne hacía dentro.
Estaba perdido por el placer, tan fuera de sí que no sólo comenzó a gemir, si no que también, llamó a Jonathan de distintas formas posibles. 

—Perdóname… Jon, querido…

—No tienes por qué mi amor, esta bien.
Conmigo puedes ser tan libre como desees, estoy feliz de oírte.

La vista que tenía el contador a su parecer era maravillosa, su novio cabalgando, sus ojos cristalizados, su boca abierta, a la vez que repetía su nombre, siguiéndole llamando de formas tan… indescriptibles.
La palabra «papi», era la que más tierna le había parecido, también le repetía sin cesar cuánto lo amaba. 
Jon lo cambió de posición, lo puso boca abajo y lo abrazó.

—También te amo, Michael.
Amor mío, no sabes como me encantas, me fascinas demasiado.
Siéntete seguro conmigo, llámame como tú quieras, siempre podrás hacerlo.

—Gracias, pero déjame seguir tocándote, que aún me es difícil creer que seas mío.
Tantas opciones Jonathan, tenías muchas mujeres tras de ti comentándote en redes sociales, estoy seguro que aún tienes a algunas tras de ti, aún así, estas conmigo.
Me he quedado contigo, el chico más bonito de las redes sociales, eso es un sueño para mí.
No sabes lo feliz que me hace pensar en ello, a pesar de tenerte por todas las razones equivocadas.
Yo, mi vida estoy loco por ti, te amo, Jon.

Sintió los besos de su novio en su espalda, lo escuchó suspirar, después lo sintió aumentar el ritmo de sus embestidas.

Finalmente el contador lo volteó, esta vez podía mirarlo, así que lo besó, hundió sus dedos en su cabello y después los pasó por toda su espalda, le gustaba tenerlo así, por qué podía besarlo tanto como quisiera, además de poder tocarlo mucho más.
Michael se estaba sosteniendo de los brazos de su novio, sentía que en cualquier momento la cama iba a tronar, no tenía nada de soporte en la pared y esta golpeaba constantemente. 

Ahora entendía por qué en casa de Jonathan, la cama estaba forrada con un soporte detrás.

Aquí era un tema distinto, nunca lo había pensado y ahora que recordaba, la primera vez no fue necesario, aunque tomando en cuenta el ritmo actual, su novio había sido más cuidadoso la primera vez que tuvieron relaciones.

El abogado no podía más, sintió un cosquilleo en su espalda baja, el corte de su respiración, gimió por lo alto y terminó diciendo el nombre de su pareja.
Jon lo besó y Michael se abrazó a él, abrió un poco más sus piernas, le ayudó a aumentar el ritmo del vaivén, después de unos momentos sintió caer su semilla dentro de él, anudado a un gemido que lo hizo temblar.

Finalizando con un beso que sabía a gloria.

—Bendito sea el día en el que me buscaste por redes sociales, de lo contrario no estaría aquí contigo, amándote como ahora. 
Siempre serás mi seguidor #1, tú, cariño, eres mi favorito, no tienes comparación alguna con nadie, eres único.

—No recuerdo mucho de ésa noche, sólo sé que estaba lo suficientemente borracho como para saber que era incorrecto buscarte.
Aún así, estoy feliz de haberlo hecho. 

Jonathan le sonrió, luego le dió un par de besos en el cuello, Michael por el contrario seguía manteniendo su mirada hacía el cuerpo de su novio, le gustaba lo que veía. Su pareja cubierta de toda su esencia en el estómago y parte del pecho.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top